Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

Dios

III Rey 13:14 y fue en busca del siervo de Dios; y lo halló sentado a la sombra de un terebinto, y le dijo: ¿Eres tú el varón de Dios, que vino de Judá? Yo soy, le respondió.
III Rey 13:14 y fue en busca del siervo de Dios; y lo halló sentado a la sombra de un terebinto, y le dijo: ¿Eres tú el varón de Dios, que vino de Judá? Yo soy, le respondió.
III Rey 13:21 y exclamó dicho profeta y dijo al varón de Dios, venido de Judá: Esto dice el Señor: Porque has sido desobediente a la orden expresa del Señor, y no has guardado el mandamiento que te dio el Señor Dios tuyo,
III Rey 13:21 y exclamó dicho profeta y dijo al varón de Dios, venido de Judá: Esto dice el Señor: Porque has sido desobediente a la orden expresa del Señor, y no has guardado el mandamiento que te dio el Señor Dios tuyo,
III Rey 13:22 sino que has vuelto atrás, y comido el pan, y bebido el agua en este lugar, en el que Dios te mandó no comer pan ni beber agua, no será llevado tu cadáver al sepulcro de tus padres.
III Rey 13:23 Después que el varón de Dios, a quien hizo volver atrás, hubo comido y bebido, el profeta anciano le aparejó el asno.
III Rey 13:26 Oyéndolo, pues, el profeta que lo había hecho volver atrás, dijo: El varón de Dios es, que fue desobediente a la orden del Señor; y el Señor lo entregó a un león que lo ha despedazado y muerto, según se lo había ya anunciado el Señor.
III Rey 13:29 Tomó, pues, el profeta el cadáver del varón de Dios, y lo cargó sobre el asno, y volviéndose se lo llevó consigo a su ciudad para hacerle el duelo;
III Rey 13:31 Y después de concluidas las exequias, dijo a sus hijos: Cuando yo muera, enterradme en el sepulcro en que yace el varón de Dios; poned mis huesos junto a los suyos;
III Rey 14:7 Ve, y di a Jeroboam: Esto dice el Señor Dios de Israel: Yo te ensalcé de en medio del pueblo, y te hice caudillo de mi pueblo de Israel.
III Rey 14:13 y lo llorará todo Israel, y le dará sepultura; siendo éste el único de la familia de Jeroboam que recibirá sepultura; por cuanto es el único de dicha familia a quien el Señor Dios de Israel ha mirado con agrado.
III Rey 14:15 Y el Señor Dios batirá a Israel, al modo que una caña suele ser batida de las aguas; arrancará a Israel de esta buena tierra que dio a sus padres, y lo arrojará cautivo más allá del río Eufrates, en castigo de haber consagrado bosques a los ídolos para irritar al Señor.
III Rey 15:3 Imitó Abiam todos los pecados cometidos por su padre antes de él; y no fue su corazón sincero para con el Señor Dios suyo, como lo había sido el corazón de su abuelo David.
III Rey 15:4 Mas por amor de David le concedió el Señor su Dios una antorcha en Jerusalén , dándole por sucesor un hijo suyo, para conservar la gloria de Jerusalén .
III Rey 15:14 No quitó, los lugares altos. Por lo demás el corazón de Asa fue sincero para con Dios todo el tiempo que vivió.
III Rey 15:30 en pena de los pecados cometidos por Jeroboam, y de los que había hecho cometer a Israel, y por el delito o idolatría con que había irritado al Señor Dios de Israel.
III Rey 16:13 en castigo de todos los pecados de Baasa y de los de Ela, su hijo; quienes pecaron e hicieron pecar a Israel, provocando la ira del Señor Dios de Israel con sus vanidades o vanos dioses.
III Rey 16:26 y en todo imitó el proceder de Jeroboam, hijo de Nabat, y sus pecados, con que hizo pecar a Israel, provocando la ira del Señor Dios de Israel con sus vanidades o idolatrías.
III Rey 16:33 y le plantó y consagró un bosque. Y prosiguió Acab en su mal obrar, irritando al Señor Dios de Israel, más que todos los reyes de Israel, sus predecesores.
III Rey 17:1 Mas Elías de Tesbe, habitante de Galaad, dijo a Acab: Vive el Señor Dios de Israel, de quien yo soy siervo, que no ha de caer rocío ni lluvia en estos años, sino hasta que yo lo dijere.
III Rey 17:12 Vive el Señor Dios tuyo, respondió ella, que pan yo no lo tengo; no tengo más que un puñado de harina en la orza, y un poco de aceite en la alcuza; he aquí que estoy cogiendo dos palitos de leña para ir a cocerla para mí y para mi hijo, y comérnosla; y después de consumidos estos residuos morirnos de hambre.
III Rey 17:14 Porque esto dice el Señor Dios de Israel: No vendrá a menos la harina de la orza, ni menguará el aceite de la alcuza, hasta el día en que el Señor envíe lluvia sobre la tierra.
III Rey 17:18 Por lo cual dijo a Elías: ¿Qué te he hecho yo, oh varón de Dios? ¿Has entrado en mi casa para renovar la memoria de mis pecados, y en castigo de ellos hacer morir a mi hijo.
III Rey 17:20 Y clamó al Señor diciendo: ¡Oh Señor Dios mío!, ¿aun a esta viuda, que me sustenta del modo que puede, la has afligido, quitando la vida a su hijo?
III Rey 17:21 Después de esto se tendió, y se encogió sobre el niño por tres veces, y clamó al Señor diciendo: ¡Señor Dios mío! Te ruego que vuelvas el alma de este niño a sus entrañas.
III Rey 17:24 Y dijo la mujer a Elías: Ahora acabo de reconocer en esto que tú eres un varón de Dios, y que verdaderamente la palabra de Dios está en tu boca.
III Rey 17:24 Y dijo la mujer a Elías: Ahora acabo de reconocer en esto que tú eres un varón de Dios, y que verdaderamente la palabra de Dios está en tu boca.
III Rey 18:3 Y Acab llamó a Abdías, mayordomo de su palacio. (Era Abdías muy temeroso de Dios;
III Rey 18:10 Vive el Señor Dios tuyo, que no hay gente ni reino a donde no haya enviado mi amo a buscarte; y habiendo respondido todos: No está aquí; él, visto que no aparecías, ha conjurado uno por uno a los reinos y naciones para que te prendan.
III Rey 18:21 Entonces Elías acercándose a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo habéis de ser como los que cojean hacia dos lados? Si el Señor es Dios, seguidle; y si lo es Baal, seguid a Baal. Mas el pueblo no le respondió palabra.
III Rey 18:24 Invocad vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre de mi Señor; y aquel dios que mostrare oír, enviando el fuego, ése sea tenido por el verdadero Dios. Respondió todo el pueblo diciendo a una voz: Excelente proposición.
III Rey 18:36 Siendo ya el tiempo de ofrecer el holocausto, se acercó el profeta Elías, y dijo: Oh Señor Dios de Abrahán, y de Isaac, y de Israel, muestra hoy que tú eres el Dios de Israel, y que yo soy tu siervo, y que por tu mandato he hecho todas estas cosas.
III Rey 18:36 Siendo ya el tiempo de ofrecer el holocausto, se acercó el profeta Elías, y dijo: Oh Señor Dios de Abrahán, y de Isaac, y de Israel, muestra hoy que tú eres el Dios de Israel, y que yo soy tu siervo, y que por tu mandato he hecho todas estas cosas.
III Rey 18:37 Oyeme, oh Señor, escúchame, a fin de que sepa este pueblo que tú eres el Señor Dios, y que tú has convertido de nuevo sus corazones.
III Rey 18:39 Visto lo cual por todo el pueblo, se postraron todos sobre sus rostros, diciendo: El Señor es el Dios, el Señor es el Dios verdadero.
III Rey 18:39 Visto lo cual por todo el pueblo, se postraron todos sobre sus rostros, diciendo: El Señor es el Dios, el Señor es el Dios verdadero.
III Rey 19:8 Levantándose Elías, comió y bebió: y confortado con aquella comida, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar a Horeb, monte de Dios.
III Rey 19:10 A lo que respondió él: Me abraso de celo por ti, ¡oh Señor Dios de los ejércitos!, porque los hijos de Israel han abandonado tu alianza, han destruido tus altares, han pasado a cuchillo tus profetas; he quedado yo solo, y me buscan para quitarme la vida.
III Rey 19:14 Abrasarme de celo, respondió él, por el Señor Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y pasado a cuchillo a tus profetas; he quedado solamente yo, y me buscan para quitarme la vida.
III Rey 20:28 Entonces un varón de Dios vino a encontrar al rey de Israel, y le dijo: Esto dice el Señor: Por cuanto han dicho los siros: El Señor es Dios de los montes y no es Dios de los valles, por lo mismo yo entregaré en tu mano toda esa gran muchedumbre; con lo que acabaréis de conocer que yo soy el Señor.
III Rey 20:28 Entonces un varón de Dios vino a encontrar al rey de Israel, y le dijo: Esto dice el Señor: Por cuanto han dicho los siros: El Señor es Dios de los montes y no es Dios de los valles, por lo mismo yo entregaré en tu mano toda esa gran muchedumbre; con lo que acabaréis de conocer que yo soy el Señor.
III Rey 20:28 Entonces un varón de Dios vino a encontrar al rey de Israel, y le dijo: Esto dice el Señor: Por cuanto han dicho los siros: El Señor es Dios de los montes y no es Dios de los valles, por lo mismo yo entregaré en tu mano toda esa gran muchedumbre; con lo que acabaréis de conocer que yo soy el Señor.
III Rey 21:3 Le respondió Nabot: Dios me libre de darte yo la heredad de mis padres.
III Rey 21:10 y sobornad a dos hombres, hijos de Belial, que digan contra él este falso testimonio: Ha blasfemado contra Dios y contra el rey. Después sacadle fuera, y apedreadle hasta que muera.
III Rey 21:13 Y habiendo introducido a dos hombres, hijos del diablo, los hicieron sentar enfrente de Nabot, los cuales, al fin como hombres diabólicos, atestiguaron contra él en presencia del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado contra Dios y contra el rey. En vista de este testimonio lo sacaron fuera de la ciudad, y lo mataron a pedradas.
III Rey 22:44 Mas no quitó los lugares altos, pues todavía el pueblo sacrificaba y ofrecía incienso a Dios en las alturas.
III Rey 22:53 E hizo lo malo delante del Señor, y siguió el camino de su padre y de su madre, y las huellas de Jeroboam, hijo de Nabat, el cual indujo a pecar a Israel. Sirvió también a Baal, y lo adoró, e irritó al Señor Dios de Israel, haciendo todo lo malo que había hecho su padre.
IV Rey 1:3 Al mismo tiempo el ángel del Señor habló a Elías, tesbita, diciendo: Marcha y sal al encuentro de los mensajeros del rey de Samaria, y diles: Pues, ¿no hay Dios en Israel que vais a consultar al Beelzebub, dios de Accarón?
IV Rey 1:9 Y destacó un capitán de cincuenta soldados, con los cincuenta que le estaban subordinados; el cual salió en busca de él; y hallándolo sentado en la cima del monte, le dijo: Varón de Dios, el rey ha mandado que bajes de ahí.
IV Rey 1:10 Elías en respuesta dijo al capitán de los cincuenta: Si yo soy varón de Dios, baje fuego del cielo que te devore a ti y a tus cincuenta. Descendió, pues, fuego del cielo, y lo devoró a él y a los cincuenta soldados que consigo tenía.