Dan 9:4
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Haciendo, pues, oración al Señor Dios mío, y tributándole mis alabanzas, dije: Dígnate escucharme, ¡oh Señor, Dios grande y terrible, que eres fiel en cumplir tu alianza y misericordia con los que te aman, y observan tus mandamientos!
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Dan 9:9
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Mas de ti, ¡oh Señor Dios nuestro!, es propia la misericordia y la clemencia para con los pecadores; porque nosotros nos hemos apartado de ti,
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Dan 9:10
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y no hemos escuchado la voz del Señor Dios nuestro para proceder según su ley santa, que nos prescribió por medio de sus siervos los profetas.
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Dan 9:11
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Todo Israel se hizo prevaricador de tu ley, y se desvió para no oír la voz tuya; y así llovió sobre nosotros la maldición y el anatema que está escrito en el libro de Moisés, siervo de Dios, pues pecamos contra el Señor.
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Dan 9:13
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Todo este mal vino sobre nosotros, conforme está escrito en la ley de Moisés, y no recurrimos a ti, ¡oh Señor Dios nuestro!, para convertirnos de nuestras maldades y meditar la verdad de tus promesas.
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Dan 9:14
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Y no se descuidó el Señor de enviar el castigo, y le descargó sobre nosotros, justo es el Señor Dios nuestro en todas las obras que él hace; pues nosotros no quisimos escuchar su voz.
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Dan 9:15
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Ahora, pues, ¡oh Señor Dios nuestro!, tú que con mano fuerte sacaste de tierra de Egipto a tu pueblo, y te adquiriste un renombre glorioso, cual es el que ahora gozas, confesamos que hemos pecado, que hemos cometido la maldad.
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Dan 9:17
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¡Ea, pues!, atiende, ¡oh Dios nuestro!, a la oración de tu siervo y a sus súplicas; y por amor de ti mismo mira benigno a tu santuario, que está desierto.
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Dan 9:18
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Dígnate escuchar, ¡oh Dios mío!, y atiende, abre tus ojos, y mira nuestra desolación y la de la ciudad, en la que se invocaba tu santo Nombre; pues postrados delante de ti te presentamos nuestros humildes ruegos; confiando, no en nuestra justicia, sino en tu grandísima misericordia.
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Dan 9:19
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Escucha benigno, ¡oh Señor! Señor, aplácate, atiende, y ponte a obrar nuestra salvación, no lo difieras, ¡oh Dios mío!, por amor de ti mismo, pues la ciudad y tu pueblo llevan el Nombre tuyo.
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Dan 9:20
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Y mientras aún yo hablaba, y oraba, y confesaba mis pecados y los pecados de mi pueblo de Israel, y presentaba mis humildes ruegos en la presencia de mi Dios a favor del monte santo de mi Dios;
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Dan 9:20
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Y mientras aún yo hablaba, y oraba, y confesaba mis pecados y los pecados de mi pueblo de Israel, y presentaba mis humildes ruegos en la presencia de mi Dios a favor del monte santo de mi Dios;
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Dan 9:22
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y me instruyó, y me habló en los términos siguientes: Daniel, yo he venido ahora a fin de instruirte, y para que conozcas los designios de Dios.
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Dan 10:12
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Y me dijo: No tienes que temer, ¡oh Daniel!, porque desde el primer día en que, a fin de alcanzar de Dios la inteligencia, resolviste en tu corazón mortificarte en la presencia de tu Dios, fueron atendidos tus ruegos; y por causa de tus oraciones he venido yo.
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Dan 10:12
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Y me dijo: No tienes que temer, ¡oh Daniel!, porque desde el primer día en que, a fin de alcanzar de Dios la inteligencia, resolviste en tu corazón mortificarte en la presencia de tu Dios, fueron atendidos tus ruegos; y por causa de tus oraciones he venido yo.
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Dan 11:28
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Aquél regresará a su tierra con muchas riquezas, y su corazón estará siempre contra el testamento santo de Dios, y obrará contra Jerusalén , y se volverá a su tierra.
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Dan 11:32
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Y los prevaricadores del testamento usarán de fraudulento disimulo; mas el pueblo, el cual reconoce a su Dios, se mantendrá firme, y obrará según la ley.
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Dan 11:36
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Y hará el rey cuanto quiera, y se levantará soberbio e insolente contra todos los dioses; y hablará con arrogancia contra el Dios de los dioses, y todo le saldrá bien, hasta tanto que se despliegue la cólera de Dios, porque así está decretado.
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Dan 11:36
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Y hará el rey cuanto quiera, y se levantará soberbio e insolente contra todos los dioses; y hablará con arrogancia contra el Dios de los dioses, y todo le saldrá bien, hasta tanto que se despliegue la cólera de Dios, porque así está decretado.
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Dan 11:37
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Y no tendrá respeto al Dios de sus padres, y será dominado de las pasiones, y no hará caso alguno de los dioses, pues se creerá superior a todo.
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Dan 13:2
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el cual casó con una mujer llamada Susana, hija de Helcías, hermosa en extremo, y temerosa de Dios,
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Dan 13:42
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Susana exclamó en alta voz y dijo: ¡Oh Dios eterno, que conoces las cosas ocultas, que sabes todas las cosas aun antes que sucedan!
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Dan 13:50
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Retrocedió, pues, a toda prisa el pueblo; y los ancianos le dijeron a Daniel: Ven, y siéntate en medio de nosotros e instrúyenos; ya que te ha concedido Dios la honra y dignidad de anciano.
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Dan 13:60
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Entonces toda la asamblea o muchedumbre exclamó en alta voz, bendiciendo a Dios que salva a los que ponen en él su esperanza.
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Dan 13:63
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Entonces Helcías y su esposa alabaron a Dios por haber salvado a su hija Susana; y lo mismo hizo Joakim su marido con todos los parientes; porque nada se halló en ella de menos honesto.
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Dan 14:3
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Le tributaba culto también el rey, e iba todos los días a adorarle. Daniel adoraba a su Dios. Y le dijo el rey: ¿Por qué no adoras tú a Bel?
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Dan 14:4
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A lo que respondió, diciendo: Porque yo no adoro a los ídolos hechos de mano de hombres, sino al Dios vivo, que creó el cielo y la tierra, y es Señor de todo viviente.
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Dan 14:24
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A lo que respondió Daniel: Yo adoro al Señor mi Dios, porque él es el Dios vivo; mas ése no es el Dios vivo.
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Dan 14:24
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A lo que respondió Daniel: Yo adoro al Señor mi Dios, porque él es el Dios vivo; mas ése no es el Dios vivo.
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Dan 14:24
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A lo que respondió Daniel: Yo adoro al Señor mi Dios, porque él es el Dios vivo; mas ése no es el Dios vivo.
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Dan 14:36
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Y Habacuc levantó la voz, y dijo: ¡Daniel, siervo de Dios!, toma la comida que Dios te envía.
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Dan 14:36
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Y Habacuc levantó la voz, y dijo: ¡Daniel, siervo de Dios!, toma la comida que Dios te envía.
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Dan 14:40
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Entonces exclamó el rey en alta voz diciendo: ¡Grande eres, oh Señor Dios de Daniel! Y lo hizo sacar del lago de los leones.
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Dan 14:42
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Entonces dijo el rey : Teman al Dios de Daniel todos los moradores del orbe : porque él es el Salvador ; el que obra prodigios y maravillas sobre la tierra, y ha librado á Daniel del lago de los leones."
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Os 1:7
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Pero me apiadaré de la casa o reino de Judá; y la salvaré por medio del Señor su Dios, por mí mismo, y no por medio de arcos ni espadas, ni por medio de combates, o de caballos, ni caballeros.
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Os 1:9
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Y dijo el Señor a Oseas: Ponle por nombre: No mi pueblo ; porque vosotros no seréis ya mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios.
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Os 1:10
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Mas algún día el número de los hijos del verdadero Israel será como el de las arenas del mar, que no tienen medida ni guarismo. Y sucederá que donde se les haya dicho a ellos: Vosotros no sois mi pueblo, se les dirá: Vosotros sois hijos del Dios vivo.
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Os 2:15
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Le daré viñadores de su mismo lugar, y el valle de Acor, para que entre en esperanza; y allí cantará himnos a su Dios como en los días de su juventud, como en los días en que salió de la tierra de Egipto.
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Os 2:24
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Y al que dije que no era mi pueblo, le diré: Pueblo mío eres tú; y él dirá: Tú eres mi Dios.
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Os 3:5
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y después de esto volverán los hijos de Israel en busca del Señor Dios suyo, y del descendiente de David, su Rey y Salvador , y buscarán con santo temor y respeto al Señor y a sus bienes en el fin de los tiempos.
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Os 4:1
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Escuchad la palabra del Señor, ¡oh vosotros hijos de Israel!, pues el Señor viene a juzgar a los moradores de esta tierra, porque no hay verdad, ni hay misericordia, no hay conocimiento de Dios en el país.
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Os 4:6
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Quedó sin habla el pueblo mío porque se hallaba falto de la ciencia de la salud. Por haber tú desechado la ciencia, yo te desecharé a ti, para que no ejerzas mi sacerdocio; y pues olvidaste la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos.
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Os 4:12
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Por eso el pueblo mío ha consultado con un pedazo del leño, y las varas suyas, o de los agoreros, le han dado las respuestas acerca de lo futuro; porque el espíritu de fornicación, o idolatría, los ha fascinado, y han vuelto la espalda a su Dios.
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Os 5:4
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No dedicarán ellos su pensamiento a convertirse a su Dios, porque están dominados del espíritu de fornicación, o idolatría, y desconocieron al Señor.
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Os 6:6
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Porque la misericordia es la que yo quiero, y no lo exterior del sacrificio; y el conocimiento práctico o temor de Dios, más que los holocaustos.
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Os 7:10
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E Israel mirará con sus propios ojos humillada la soberbia suya; y con todo eso no se convertirán al Señor Dios suyo, ni después de todas estas cosas irán en busca de él.
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Os 8:2
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Me invocarán diciendo: ¡Oh Dios nuestro!, nosotros los de Israel te hemos reconocido.
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Os 8:3
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Mas Israel, dice Dios, ha desechado el bien obrar; y por eso lo destrozará su enemigo.
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Os 8:6
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Porque obra fue ciertamente de Israel aquel becerro, lo fabricó un artífice, y no es Dios; como telas de araña, así será el becerro de Samaria.
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Os 9:1
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No tienes que regocijarte tanto, ¡oh Israel!, no te ocupes en danzas, como hacen los gentiles; porque tú has abandonado a tu Dios: has codiciado como recompensa de tu idolatría las eras llenas de trigo.
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