Gen 18:14
|
Pues qué ¿hay para Dios cosa difícil? Al plazo prometido volveré a visitarte por este mismo tiempo, si Dios quiere, y Sara tendrá un hijo.
|
Gen 19:29
|
Así, pues, que determinó Dios acabar con las ciudades de aquel país, se acordó de Abrahán, y por su respeto libró a Lot de la ruina de las ciudades en que había morado.
|
Gen 20:3
|
Pero Dios por la noche apareció en sueños a Abimelec, y le dijo: Mira que tú morirás por causa de la mujer que has tomado: porque tiene marido.
|
Gen 20:6
|
Le dijo Dios: Yo también sé que lo hiciste con corazón sencillo: y por eso te he preservado de pecar contra mí, ni permití que la tocases.
|
Gen 20:11
|
Respondió Abrahán: Pensé y dije allá en mi interior: Quizá no hay temor de Dios en este lugar, y me quitarán la vida por causa de mi mujer:
|
Gen 20:13
|
Pero después que Dios me hizo salir de la casa de mi padre, a ella le dije: La merced que me has de hacer es que en cualquier lugar a que lleguemos, digas que soy hermano tuyo.
|
Gen 20:17
|
Y haciendo oración Abrahán, sanó Dios a Abimelec y a su mujer, y a sus esclavos, y volvieron a tener hijos.
|
Gen 21:2
|
Y así concibió y parió un hijo en la vejez, al tiempo que Dios le había predicho.
|
Gen 21:4
|
Y le circuncidó al octavo día, conforme al mandamiento que había recibido de Dios,
|
Gen 21:6
|
Por donde dijo Sara: Dios me ha dado motivo de alegrarme: y cualquiera que lo oyere, se regocijará conmigo.
|
Gen 21:12
|
Mas Dios le dijo: No te parezca cosa recia lo que se te ha propuesto acerca de ese muchacho, y de la madre esclava tuya: haz todo lo que Sara te dirá, porque Isaac es por cuya línea ha de permanecer el nombre de tu descendencia.
|
Gen 21:17
|
Pero Dios oyó la voz y clamores del muchacho; y el ángel de Dios desde el cielo llamó a Agar, diciendo: ¿Qué haces, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz de tu hijo desde el lugar en que se halla.
|
Gen 21:17
|
Pero Dios oyó la voz y clamores del muchacho; y el ángel de Dios desde el cielo llamó a Agar, diciendo: ¿Qué haces, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz de tu hijo desde el lugar en que se halla.
|
Gen 21:17
|
Pero Dios oyó la voz y clamores del muchacho; y el ángel de Dios desde el cielo llamó a Agar, diciendo: ¿Qué haces, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz de tu hijo desde el lugar en que se halla.
|
Gen 21:19
|
En esto abrió Dios los ojos a Agar, la cual viendo allí cerca un pozo de agua, fue corriendo, y llenó el odre, y dio de beber al muchacho.
|
Gen 21:20
|
Y Dios asistió a éste: y fue creciendo y vivió en los desiertos, y vino a ser un joven diestro en manejar el arco.
|
Gen 21:22
|
Por este mismo tiempo Abimelec, acompañado de Ficol, general de sus tropas, dijo a Abrahán: Dios está contigo en todo cuanto haces.
|
Gen 21:23
|
Por tanto jura por el nombre de Dios que no me harás daño ni a mí, ni a mis sucesores, ni a mi linaje; sino que me tratarás a mí, y a este país en que has habitado como extranjero, con la misma bondad con que yo te he tratado a ti.
|
Gen 21:33
|
Partieron, pues, Abimelec y Ficol, general de su ejército, y se volvieron a la Palestina. Abrahán después plantó un bosque o arboleda en Bersabee, y allí invocó el nombre del Señor Dios eterno.
|
Gen 22:1
|
Después que pasaron estas cosas, probó Dios a Abrahán, y le dijo: Abrahán, Abrahán. Y respondió él: Aquí me tenéis Señor.
|
Gen 22:3
|
Levantándose, pues, Abrahán antes del alba, aparejó su asno, llevando consigo dos mozos, y a Isaac su hijo. Y cortada la leña para el holocausto, se encaminó al lugar que Dios le había mandado.
|
Gen 22:8
|
A lo que respondió Abrahán: Hijo mío, Dios sabrá proveerse de víctima para el holocausto. Continuaron, pues, juntos su camino:
|
Gen 22:9
|
Y finalmente llegaron al lugar que Dios le había mostrado, en donde erigió un altar, y acomodó encima la leña; y habiendo atado a Isaac su hijo, le puso en el altar sobre el montón de la leña.
|
Gen 22:12
|
No extiendas tu mano sobre el muchacho, prosiguió el ángel, ni le hagas daño alguno: que ahora me doy por satisfecho que temes a Dios, pues no has perdonado a tu hijo único por amor de mí o por obedecerme.
|
Gen 23:6
|
Escúchanos, señor, tú eres entre nosotros un príncipe de Dios o un príncipe grande; entierra tu difunto en la que mejor te pareciere de nuestras sepulturas; que no habrá nadie que pueda impedirte el colocar en su sepultura a tu muerto.
|
Gen 24:3
|
para tomarte juramento por el Señor Dios del cielo y de la tierra, que no casarás a mi hijo con mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales habito;
|
Gen 24:7
|
El Señor Dios del cielo, que me sacó de la casa de mi padre, y de la tierra de mi nacimiento , el cual me habló, y me juró diciendo: A tu descendencia daré esta tierra: él mismo enviará su ángel delante de ti, y hará que traigas de aquel país mujer para mi hijo:
|
Gen 24:11
|
Allí, habiendo hecho descansar los camellos fuera de la ciudad junto a un pozo de agua al caer la tarde, al tiempo que suelen salir las mujeres a sacar agua, dijo a Dios:
|
Gen 24:12
|
Señor Dios de mi amo Abrahán, asísteme, te ruego, en este día, y sé propicio a Abrahán mi amo.
|
Gen 24:21
|
Entretanto la estaba él contemplando en silencio, ansioso de saber si Dios había prosperado o no su viaje.
|
Gen 24:27
|
diciendo: Bendito sea el Señor Dios de mi amo Abrahán, que tan propicio se ha mostrado con él según la verdad de sus promesas, guiándome vía recta a la casa del hermano de mi amo.
|
Gen 24:42
|
Llegué, pues, hoy a la fuente, y dije a Dios: Señor Dios de mi amo Abrahán, si es que has enderezado este mi camino que traigo,
|
Gen 24:42
|
Llegué, pues, hoy a la fuente, y dije a Dios: Señor Dios de mi amo Abrahán, si es que has enderezado este mi camino que traigo,
|
Gen 24:44
|
y me responda: Bebe tú, que después la sacaré también para tus camellos, sea ésa la mujer que el Señor Dios tiene destinada para el hijo de mi amo.
|
Gen 24:48
|
Y al instante postrándome he adorado al Señor, bendiciendo al Señor Dios de mi amo Abrahán, que me ha conducido por camino recto a desposar una hija del hermano de mi amo con su hijo.
|
Gen 24:56
|
No queráis detenerme, dijo él, ya que Dios ha prosperado mi camino; dejadme volver a mi amo.
|
Gen 24:62
|
Al mismo tiempo Isaac se estaba paseando por el camino que va al pozo llamado Pozo del Dios Viviente y que Mira, porque moraba en la tierra meridional no lejos de él.
|
Gen 25:11
|
Después de su muerte bendijo Dios a Isaac su hijo, el cual moraba cerca del pozo llamado pozo del Dios Viviente y que Mira.
|
Gen 25:11
|
Después de su muerte bendijo Dios a Isaac su hijo, el cual moraba cerca del pozo llamado pozo del Dios Viviente y que Mira.
|
Gen 26:12
|
Sembró luego Isaac en aquella tierra y en el mismo año cogió ciento por uno y le bendijo Dios.
|
Gen 26:24
|
donde se le apareció el Señor aquella misma noche, diciéndole: Yo soy el Dios de tu padre Abrahán, no tienes que temer, pues estoy yo contigo, yo te colmaré de bendiciones, y multiplicaré tu descendencia por amor de mi siervo Abrahán.
|
Gen 27:20
|
Le replicó Isaac a su hijo: ¿Cómo, dijo, has podido encontrarla tan presto, hijo mío? El cual respondió: Dios dispuso que luego se me pusiese delante lo que deseaba.
|
Gen 27:28
|
Te dé Dios, por medio del rocío del cielo, y de la fertilidad de la tierra, abundancia de trigo y vino.
|
Gen 28:3
|
Y el Dios todopoderoso te bendiga, y te aumente y multiplique, de suerte que vengas a ser padre de numerosos pueblos.
|
Gen 28:12
|
Y vio en sueños una escala fija en la tierra, cuyo remate tocaba en el cielo, y ángeles de Dios que subían y bajaban por ella,
|
Gen 28:13
|
y al Señor apoyado sobre la escala, que le decía: Yo soy el Señor Dios de Abrahán tu padre, y el Dios de Isaac. La tierra, en que duermes, te la daré a ti y a tu descendencia.
|
Gen 28:13
|
y al Señor apoyado sobre la escala, que le decía: Yo soy el Señor Dios de Abrahán tu padre, y el Dios de Isaac. La tierra, en que duermes, te la daré a ti y a tu descendencia.
|
Gen 28:17
|
Y todo despavorido, añadió: ¡Cuán terrible es este lugar! Verdaderamente ésta es la casa de Dios, y la puerta del cielo.
|
Gen 28:21
|
y volviere yo felizmente a la casa de mi padre, el Señor será mi Dios,
|
Gen 28:22
|
y esta piedra, que dejo erigida en monumento, llamarse ha Casa de Dios: y de todo lo que me dieres, te ofreceré, ¡oh Señor!, el diezmo.
|