Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

Dios

IV Rey 1:11 Destacó nuevamente Ocozías contra él a otro capitán de cincuenta hombres con los cincuenta; el cual le dijo: Varón de Dios, el rey lo manda, baja presto.
IV Rey 1:12 Respondió Elías: Si yo soy varón de Dios, caiga fuego del cielo, y devórete a ti y a tus cincuenta. Bajó, pues, fuego del cielo, y lo devoró a él y a sus cincuenta.
IV Rey 1:13 Tercera vez destacó Ocozías otro capitán de cincuenta hombres con sus cincuenta; el cual luego que llegó, se hincó de rodillas en frente de Elías, y le suplicó diciendo: Varón de Dios, sálvame la vida, y salva también la de tus siervos que me acompañan.
IV Rey 1:16 al cual dijo: Esto dice el Señor: Por cuanto enviaste mensajeros a consultar a Beelzebub, dios de Accarón, como si no hubiera Dios en Israel, a quien pudieras consultar, por esto, de la cama en que te acostaste no te levantarás; sino que morirás indefectiblemente.
IV Rey 2:14 y con el manto que se le cayera a Elías hirió las aguas, las cuales no se dividieron. Por lo que dijo: ¿Dónde está ahora el Dios de Elías? Hirió nuevamente las aguas, y se dividieron a un lado y a otro; con lo que pasó Eliseo.
IV Rey 4:1 Vino a clamar a Eliseo la mujer de uno de los profetas, diciendo: Mi marido, siervo tuyo, ha muerto; y bien sabes que tu siervo era temeroso de Dios. Pero ahora viene su acreedor para llevarse mis dos hijos y hacerlos esclavos suyos.
IV Rey 4:7 Fue luego ella, y se lo contó todo al varón de Dios, el cual dijo: Anda, vende el aceite y paga a tu acreedor; y de lo restante sustentaos tú y tus hijos.
IV Rey 4:9 Y dijo la señora a su marido: Advierto que este hombre que pasa con frecuencia por nuestra casa, es un varón santo de Dios.
IV Rey 4:16 le dijo Eliseo: El año que viene, en este tiempo y en esta misma hora, dándote Dios vida, llevarás un hijo en tus entrañas. A lo que respondió ella: No quieras, señor mío, no quieras por tu vida, oh varón de Dios, engañar a tu sierva.
IV Rey 4:16 le dijo Eliseo: El año que viene, en este tiempo y en esta misma hora, dándote Dios vida, llevarás un hijo en tus entrañas. A lo que respondió ella: No quieras, señor mío, no quieras por tu vida, oh varón de Dios, engañar a tu sierva.
IV Rey 4:21 Subió luego arriba, y lo puso sobre la cama del varón de Dios, y cerró la puerta; y habiendo salido,
IV Rey 4:22 llamó a su marido, a quien dijo: Despacha conmigo, te ruego, alguno de los criados y una burra, para ir yo corriendo al varón de Dios y volver luego.
IV Rey 4:25 Partió, pues, y fue a encontrar al varón de Dios en el monte Carmelo; quien al verla venir hacia él, dijo a Giezi, su criado: Mira, aquella es la sunamita.
IV Rey 4:27 Mas así que llegó al monte y a la presencia del varón de Dios, se echó a sus pies y acercándose Giezi para apartarla, le dijo el varón de Dios: Déjala, porque su alma está llena de amargura, y el Señor me la ha ocultado, y no me ha revelado nada de eso.
IV Rey 4:27 Mas así que llegó al monte y a la presencia del varón de Dios, se echó a sus pies y acercándose Giezi para apartarla, le dijo el varón de Dios: Déjala, porque su alma está llena de amargura, y el Señor me la ha ocultado, y no me ha revelado nada de eso.
IV Rey 4:40 Se las sirvieron, pues, a los compañeros para que comiesen; mas luego que probaron aquel potaje, gritaron diciendo: La muerte está en esta olla, oh varón de Dios, y no pudieron atravesar bocado.
IV Rey 4:42 Vino a la sazón un hombre de Baalsalisa, que traía para el varón de Dios panes de primicias, veinte panes de cebada, y espigas de trigo nuevo en su alforja. Y dijo Eliseo a su criado: Dáselo a la gente para que coma.
IV Rey 5:7 Leído que hubo la carta el rey de Israel, rasgó sus vestidos, y dijo: ¿Soy yo por ventura Dios, que pueda quitar y dar la vida, para que éste me envíe a decir que yo cure a un hombre de la lepra? Reparad, y veréis cómo anda buscando pretextos contra mí.
IV Rey 5:8 Lo que habiendo llegado a noticia de Eliseo, varón de Dios, esto es, que había el rey de Israel rasgado sus vestidos, envió a decirle: ¿Por qué has rasgado tus vestidos? Que venga ese hombre a mí, y sabrá que hay profeta en Israel.
IV Rey 5:11 Indignado Naamán, se retiraba diciendo: Yo pensaba que él habría salido luego a recibirme, y que, puesto en pie, invocaría el nombre del Señor Dios suyo, y tocaría con su mano el lugar de la lepra, y me curaría.
IV Rey 5:14 Fue, pues, y se lavó siete veces en el Jordán conforme a la orden del varón de Dios, y se volvió su carne como la carne de un niño tierno, y quedó limpio.
IV Rey 5:15 Volviendo en seguida con toda su comitiva al varón de Dios, se presentó delante de él, diciendo: Verdaderamente conozco que no hay otro Dios en el universo, sino sólo el de Israel. Te ruego, pues, que admitas este presente de tu siervo.
IV Rey 5:15 Volviendo en seguida con toda su comitiva al varón de Dios, se presentó delante de él, diciendo: Verdaderamente conozco que no hay otro Dios en el universo, sino sólo el de Israel. Te ruego, pues, que admitas este presente de tu siervo.
IV Rey 5:16 Mas él respondió: Vive el Señor Dios, ante cuya presencia estoy, que no lo recibiré. Y por más instancias que le hizo, de ningún modo quiso condescender.
IV Rey 5:20 Giezi, sirviente del varón de Dios, dijo: Mi amo ha andado muy comedido con este Naamán de Siria, no queriendo aceptar nada de lo que le ha traído. Vive Dios que he de ir corriendo a alcanzarlo y sacar de él alguna cosa.
IV Rey 5:20 Giezi, sirviente del varón de Dios, dijo: Mi amo ha andado muy comedido con este Naamán de Siria, no queriendo aceptar nada de lo que le ha traído. Vive Dios que he de ir corriendo a alcanzarlo y sacar de él alguna cosa.
IV Rey 6:6 Y dijo el varón de Dios: ¿Dónde ha caído? Y le señaló el lugar. Cortó, pues, Eliseo un palo, y lo arrojó allí; y salió nadando el hierro.
IV Rey 6:9 Mas el varón de Dios envió a decir al rey de Israel: Guárdate de pasar por tal lugar, porque los sirios están allí emboscados.
IV Rey 6:10 Por lo cual el rey de Israel destacó gente a aquel puesto, indicado por el varón de Dios, y lo ocupó de antemano y se resguardó allí repetidas veces.
IV Rey 6:15 Y al apuntar el día, habiéndose levantado el criado del varón de Dios, y salido fuera, vio el ejército alrededor de la ciudad con los caballos y carros y fue a dar aviso a su amo, diciendo: ¡Ay!, ¡ay, señor mío!; ¡ay!, ¿qué es lo que haremos?
IV Rey 6:31 Dijo entonces el rey: Tráteme Dios con todo el rigor de su justicia, si la cabeza de Eliseo, hijo de Safat, quedare hoy sobre sus hombros.
IV Rey 6:33 Aún estaba hablando con ellos cuando compareció el enviado que venía a él; y dijo: Tú ves cuántos males nos envía Dios: ¿qué tengo ya que esperar del Señor?
IV Rey 7:2 Uno de los capitanes, que servía de bracero al rey, respondió al varón de Dios, y dijo: Aunque el Señor hiciese compuertas en el cielo, y lloviese trigo, ¿podrá algún día suceder lo que tú dices? Le contestó Eliseo: Lo verás con tus ojos; mas no comerás de ello.
IV Rey 7:17 Había puesto el rey a la puerta de la ciudad aquel capitán que le servía de bracero, al cual atropelló el gentío a la entrada de la puerta, y murió conforme a lo que había predicho el varón de Dios, cuando fue el rey a buscarlo.
IV Rey 7:18 Con esto se cumplió la palabra del varón de Dios que había predicho al rey: Mañana a estas horas dos modios de cebada se venderán por un siclo, y por un siclo un modio de flor de harina en la puerta de Samaria;
IV Rey 7:19 en la cual ocasión replicó aquel capitán al varón de Dios, diciendo: Aunque Dios abra las compuertas del cielo para llover trigo, ¿podrá verificarse algún día lo que tú dices? Y le respondió Eliseo: Lo verás con tus ojos; mas no comerás de ello.
IV Rey 7:19 en la cual ocasión replicó aquel capitán al varón de Dios, diciendo: Aunque Dios abra las compuertas del cielo para llover trigo, ¿podrá verificarse algún día lo que tú dices? Y le respondió Eliseo: Lo verás con tus ojos; mas no comerás de ello.
IV Rey 8:1 Habló Eliseo a la mujer sunamita, cuyo hijo había resucitado, y le dijo: Márchate con tu familia, y vete fuera de tu país a habitar donde te parezca mejor; porque Dios ha llamado el hambre, y ella se apoderará de la tierra de Israel por siete años.
IV Rey 8:2 Hizo, pues, la mujer lo que le dijo el varón de Dios, y salió con su familia fuera de su país, y permaneció largo tiempo en tierra de filisteos.
IV Rey 8:4 Estaba entonces el rey hablando con Giezi, criado del varón de Dios, y le decía: Cuéntame todas las maravillas que ha hecho Eliseo;
IV Rey 8:7 Vino asimismo Eliseo a Damasco, a tiempo que Benadad, rey de Siria, estaba enfermo; y se lo avisaron a éste, diciendo: El varón de Dios ha llegado aquí.
IV Rey 8:8 Y dijo el rey a Hazael: Toma contigo unos regalos, y sal a encontrar al varón de Dios, y consulta por su medio al Señor, preguntando: ¿Si podré escapar de esta mi enfermedad?
IV Rey 8:11 Y estuvo el varón de Dios un rato parado con él, y se conturbó hasta demudar el semblante, y echó a llorar.
IV Rey 9:6 Al punto se levantó, y entró en un aposento, y el otro derramó el óleo sobre su cabeza, diciendo: Esto dice el Señor Dios de Israel: Yo te he ungido rey del pueblo mío de Israel.
IV Rey 10:31 Jehú no tuvo cuidado en caminar con todo su corazón por la ley del Señor Dios de Israel; puesto que no se apartó de los pecados de Jeroboam, el cual había hecho pecar a Israel.
IV Rey 12:3 Verdad es que no quitó el sacrificar a Dios en los lugares altos; porque todavía el pueblo sacrificaba y ofrecía incienso en las alturas.
IV Rey 13:19 Y se irritó contra él el varón de Dios, y dijo: Si hubieses tirado cinco o seis, o siete veces, hubieras herido a la Siria hasta exterminarla; mas ahora la vencerás por tres veces.
IV Rey 14:25 Restableció en el primitivo estado los límites del reino de Israel, reconquistando desde la entrada de Emat hasta el mar del desierto, conforme a la palabra del Señor Dios de Israel, pronunciada por su siervo el profeta Jonás hijo de Amati natural de Get, ciudad situada en Ofer.
IV Rey 15:4 Verdad es que no demolió los lugares altos, pues todavía el pueblo sacrificaba y quemaba incienso a Dios en las alturas.
IV Rey 15:35 Verdad es que no arruinó los lugares altos; todavía siguió el pueblo sacrificando y ofreciendo incienso a Dios en las alturas. Edificó la puerta más alta de la casa del Señor.