I Ped 2:15
|
pues ésta es la voluntad de Dios, que obrando bien tapéis la boca a la ignorancia de los hombres necios e insensatos;
|
I Ped 2:16
|
como libres, sí, mas no cubriendo la malicia con capa de libertad, sino obrando en todo como siervos de Dios; esto es, por amor.
|
I Ped 2:17
|
Honrad a todos, amad a los hermanos, temed a Dios, respetad al rey.
|
I Ped 2:19
|
Pues el mérito está en sufrir uno por respeto a Dios que le ve, penas padecidas injustamente.
|
I Ped 2:20
|
Porque ¿qué alabanza merecéis, si por vuestras faltas sois castigados de vuestros amos, y lo sufrís? Pero si obrando bien sufrís con paciencia los malos tratamientos, en eso está el mérito para con Dios;
|
I Ped 2:21
|
que para esto fuisteis llamados a la dignidad de hijos de Dios; puesto que también Cristo , nuestra cabeza, padeció por nosotros, dándoos ejemplo, para que sigáis sus pisadas.
|
I Ped 3:4
|
La persona interior escondida en el corazón, es la que debe adornar con el atavío incorruptible de un espíritu de dulzura y de paz, lo cual es un precioso adorno a los ojos de Dios.
|
I Ped 3:5
|
Porque así también se ataviaban antiguamente aquellas santas mujeres, que esperaban en Dios, viviendo sujetas a sus maridos.
|
I Ped 3:17
|
pues mejor es padecer (si Dios lo quiere así) haciendo bien, que obrando mal;
|
I Ped 3:18
|
porque también Cristo murió una vez por nuestros pecados, el justo por los injustos, a fin de reconciliarnos con Dios, habiendo sido a la verdad muerto según la carne, pero vivificado por el Espíritu de Dios.
|
I Ped 3:18
|
porque también Cristo murió una vez por nuestros pecados, el justo por los injustos, a fin de reconciliarnos con Dios, habiendo sido a la verdad muerto según la carne, pero vivificado por el Espíritu de Dios.
|
I Ped 3:20
|
que habían sido incrédulos en otro tiempo, cuando les estaba esperando a penitencia aquella larga paciencia de Dios en los días de Noé , al fabricarse el arca , en la cual pocas personas, es a saber, ocho solamente se salvaron en medio del agua.
|
I Ped 3:21
|
Lo que era figura del bautismo de ahora, el cual de una manera semejante os salva a vosotros, no con quitar las manchas de la carne, sino justificando la conciencia para con Dios por la virtud de la resurrección de Jesucristo;
|
I Ped 3:22
|
el cual, después de haber devorado la muerte, a fin de hacernos herederos de la vida eterna, está a la diestra de Dios, habiendo subido al cielo, y estándole sumisos los ángeles, y las potestades y las virtudes.
|
I Ped 4:2
|
De suerte que ya el tiempo que le queda en esta vida mortal, viva, no conforme a las pasiones humanas, sino conforme a la voluntad de Dios.
|
I Ped 4:6
|
que aun por eso ha sido predicado también la buena nueva a los muertos; para que habiendo sido juzgados, o castigados, delante de los hombres según la carne, recibiesen delante de Dios la vida del espíritu.
|
I Ped 4:10
|
Comunique cada cual al prójimo la gracia o don, según la recibió como buenos dispensadores de los dones de Dios, los cuales son de muchas maneras.
|
I Ped 4:11
|
El que habla o predica la palabra divina, hágalo de modo que parezca que habla Dios por su boca; quien tiene algún ministerio eclesiástico, ejercítelo como una virtud que Dios le ha comunicado, a fin de que en todo cuanto hagáis sea Dios glorificado por Jesucristo, cuya es la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
|
I Ped 4:11
|
El que habla o predica la palabra divina, hágalo de modo que parezca que habla Dios por su boca; quien tiene algún ministerio eclesiástico, ejercítelo como una virtud que Dios le ha comunicado, a fin de que en todo cuanto hagáis sea Dios glorificado por Jesucristo, cuya es la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
|
I Ped 4:11
|
El que habla o predica la palabra divina, hágalo de modo que parezca que habla Dios por su boca; quien tiene algún ministerio eclesiástico, ejercítelo como una virtud que Dios le ha comunicado, a fin de que en todo cuanto hagáis sea Dios glorificado por Jesucristo, cuya es la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
|
I Ped 4:12
|
Carísimos, cuando Dios os prueba con el fuego de las tribulaciones, no lo extrañéis, como si os aconteciese una cosa muy extraordinaria;
|
I Ped 4:14
|
Si sois infamados por el nombre de Cristo , seréis bienaventurados; porque la honra, la gloria y la virtud de Dios, y su Espíritu mismo reposa sobre vosotros.
|
I Ped 4:16
|
mas si padeciere por ser cristiano, no se avergüence, antes alabe a Dios por tal causa;
|
I Ped 4:17
|
pues tiempo es de que comience el juicio por la casa de Dios. Y si primero empieza por nosotros, ¿cuál será el paradero de aquellos que no creen la buena nueva de Dios?
|
I Ped 4:17
|
pues tiempo es de que comience el juicio por la casa de Dios. Y si primero empieza por nosotros, ¿cuál será el paradero de aquellos que no creen la buena nueva de Dios?
|
I Ped 4:19
|
Por tanto, aquellos mismos que padecen por la voluntad de Dios, encomienden por medio de las buenas obras sus almas al Creador, el cual es fiel.
|
I Ped 5:2
|
que apacentéis la grey de Dios puesta a vuestro cargo, gobernándola y velando sobre ella no precisados por la necesidad, sino con afectuosa voluntad que sea según Dios; no por un sórdido interés, sino gratuitamente;
|
I Ped 5:2
|
que apacentéis la grey de Dios puesta a vuestro cargo, gobernándola y velando sobre ella no precisados por la necesidad, sino con afectuosa voluntad que sea según Dios; no por un sórdido interés, sino gratuitamente;
|
I Ped 5:5
|
Vosotros igualmente, ¡oh jóvenes!, estad sujetos a los ancianos, o sacerdotes. Todos, en fin, inspiraos recíprocamente y ejercitad la humildad; porque Dios resiste a los soberbios, pero a los humildes les da su gracia.
|
I Ped 5:6
|
Humillaos, pues, bajo la mano poderosa de Dios, para que os exalte al tiempo de su visita o del juicio,
|
I Ped 5:10
|
Mas Dios dador de toda gracia, que nos llamó a su eterna gloria por Jesucristo, después que hayáis padecido un poco, él mismo os perfeccionará, fortificará y consolidará.
|
I Ped 5:12
|
Por Silvano, el cual es, a mi juicio, un fiel hermano, os he escrito brevemente, declarándoos y protestándoos, que la verdadera gracia de Dios, o la verdadera religión, es ésta, en que vosotros permanecéis constantes.
|
I Ped 5:13
|
La Iglesia que, escogida por Dios como vosotros, mora en esta Babilonia, os saluda, y mi hijo Marcos.
|
II Ped 1:1
|
Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que han alcanzado igual fe con nosotros por la justicia y méritos del Dios y Salvador nuestro Jesucristo,
|
II Ped 1:2
|
la gracia y paz crezca más y más en vosotros por el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesucristo.
|
II Ped 1:4
|
también por él mismo nos ha dado Dios las grandes y preciosas gracias que había prometido, para haceros partícipes, por medio de estas mismas gracias, de la naturaleza divina, huyendo la corrupción por la concupiscencia que hay en el mundo.
|
II Ped 1:7
|
con la piedad el amor fraternal, y con el amor fraternal la caridad, o amor de Dios.
|
II Ped 1:17
|
porque al recibir de Dios Padre aquel glorioso testimonio, cuando desde la nube en que apareció con tanta brillantez la gloria de Dios, descendió una voz que le decía: Este es mi Hijo amado, en quien estoy complaciéndome, escuchadle,
|
II Ped 1:17
|
porque al recibir de Dios Padre aquel glorioso testimonio, cuando desde la nube en que apareció con tanta brillantez la gloria de Dios, descendió una voz que le decía: Este es mi Hijo amado, en quien estoy complaciéndome, escuchadle,
|
II Ped 1:21
|
porque no traen su origen las profecías de la voluntad de los hombres, sino que los varones santos de Dios hablaron, siendo inspirados del Espíritu Santo.
|
II Ped 2:1
|
Verdad es que hubo también falsos profetas en el antiguo pueblo de Dios, así como se verán entre vosotros, maestros embusteros, que introducirán con disimulo sectas de perdición, y renegarán del Señor que los rescató, acarreándose a sí mismos una pronta venganza.
|
II Ped 2:4
|
Porque si Dios no perdonó a los ángeles delincuentes, sino que amarrados con cadenas infernales los precipitó al tenebroso abismo, en donde son atormentados y tenidos como en reserva hasta el día del juicio;
|
II Ped 3:5
|
Y es que no saben, porque quieren ignorarlo, que al principio fue creado el cielo por la palabra de Dios, como así mismo la tierra, la cual apareció salida del agua, y subsiste en medio de ella,
|
II Ped 3:8
|
Pero vosotros, queridos míos, no debéis ignorar una cosa, y es que un día respecto de Dios es como mil años, y mil años como un día.
|
I Jn 1:5
|
Y la nueva que oímos del mismo Jesucristo y os anunciamos, es, que Dios es luz, y en él no hay tinieblas.
|
I Jn 2:5
|
Pero quien guarda sus mandamientos, en ése verdaderamente la caridad de Dios es perfecta; y por eso conocemos que estamos en él, esto es, en Jesucristo.
|
I Jn 2:14
|
Os escribo a vosotros, niños, porque habéis conocido al Padre. A vosotros, hijos míos, os escribo, porque sois valerosos, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y vencisteis al maligno espíritu.
|
I Jn 2:17
|
El mundo pasa, y pasa también con él su concupiscencia. Mas el que hace la voluntad de Dios permanece eternamente.
|
I Jn 2:29
|
Y pues sabéis que Dios es justo, sabed igualmente que quien vive según justicia o ejercita las virtudes, es hijo legítimo del mismo.
|
I Jn 3:1
|
Mirad, qué tierno amor hacia nosotros ha tenido el Padre, queriendo que nos llamemos hijos de Dios, y lo seamos en efecto. Por eso el mundo no hace caso de nosotros, porque no conoce a Dios nuestro Padre.
|