I Par 22:6
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Y llamó a su hijo Salomón , y le mandó que edificase la casa o templo al Señor Dios de Israel.
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I Par 22:7
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Añadió David a Salomón : Hijo mío, mi voluntad fue el edificar casa al Nombre de mi Señor Dios;
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I Par 22:11
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Ahora, pues, hijo mío, el Señor sea contigo, y seas feliz, y edifica la casa o templo al Señor Dios tuyo, como lo tiene predicho de ti.
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I Par 22:12
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Concédate asimismo el Señor sabiduría y prudencia para poder gobernar a Israel, y guardar la ley del Señor Dios tuyo.
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I Par 22:18
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Ya veis, les dijo, que el Señor Dios vuestro está con vosotros, y que os ha dado paz por todos lados, y entregado en vuestras manos todos vuestros enemigos, y que el país está sujeto al Señor y a su pueblo.
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I Par 22:19
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Disponed, pues, vuestros corazones, preparad vuestras almas, y buscad al Señor Dios vuestro. Manos a la obra, y edificad el santuario al Señor Dios, para que el arca de la Alianza del Señor y los vasos a él consagrados sean trasladados a la casa que va a edificar al Nombre del Señor.
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I Par 22:19
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Disponed, pues, vuestros corazones, preparad vuestras almas, y buscad al Señor Dios vuestro. Manos a la obra, y edificad el santuario al Señor Dios, para que el arca de la Alianza del Señor y los vasos a él consagrados sean trasladados a la casa que va a edificar al Nombre del Señor.
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I Par 23:14
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Los hijos de Moisés, varón de Dios, fueron alistados en la tribu de Leví.
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I Par 23:25
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Porque David dijo: El Señor Dios de Israel ha dado descanso a su pueblo, y morada estable en Jerusalén para siempre.
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I Par 24:5
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La repartición de los oficios, entre ambas familias la hizo por suertes; porque así los descendientes de Eleazar como los de Itamar, eran príncipes del santuario y príncipes de Dios.
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I Par 24:19
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He aquí su distribución, según sus ministerios, a fin de que entren en la casa del Señor, según su turno, conforme las órdenes de Aarón, su padre, según había prescrito el Señor Dios de Israel.
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I Par 25:1
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Asimismo David y las cabezas o príncipes, de la multitud entresacaron a los hijos de Asaf, y de Hemán, y de Iditún para el ministerio de cantar las alabanzas de Dios al son de las cítaras y salterios, y címbalos, sirviendo en número conveniente en el oficio a que se les había destinado.
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I Par 25:5
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todos hijos de Hemán, que era profeta del rey en los cánticos de Dios para ensalzar su poder; y le dio Dios a Hemán catorce hijos y tres hijas.
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I Par 25:5
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todos hijos de Hemán, que era profeta del rey en los cánticos de Dios para ensalzar su poder; y le dio Dios a Hemán catorce hijos y tres hijas.
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I Par 26:20
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Por otra parte Aquías tenía la superintendencia de los tesoros de la casa de Dios y de los vasos sagrados.
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I Par 26:26
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Selemit, pues, con sus hermanos, tenían la custodia de los tesoros del santuario, que habían consagrado a Dios el rey David y los príncipes de las familias, y los tribunos, y centuriones, y demás capitanes del ejército,
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I Par 26:32
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y de sus hermanos en el mayor vigor de la edad, se hallaron dos mil setecientas cabezas de familia. Y el rey David les dio el mando sobre los rubenitas, y gaditas, y la media tribu de Manasés, en todo lo tocante al servicio de Dios y del rey.
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I Par 27:24
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Joab, hijo de Sarvia, había comenzado el encabezamiento, pero no lo finalizó; porque esta empresa había acarreado la ira de Dios sobre Israel, y por lo mismo el número de los que fueron contados no fue escrito en las fastos del rey David.
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I Par 28:2
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Y levantándose el rey, puesto en pie, dijo: Escuchadme, oh hermanos míos, y pueblo mío: Yo tuve intención de construir un templo en que fuese colocada el arca del Testamento del Señor, que es como la tarima de los pies de nuestro Dios, y tengo preparados todos los materiales que he podido para la construcción.
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I Par 28:3
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Pero Dios me dijo: No edificarás tú la casa a mi Nombre; por ser un varón guerrero, y haber derramado sangre.
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I Par 28:4
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Verdad es que el Señor Dios de Israel me escogió a mí de entre toda la familia de mi padre, para que fuese rey de Israel perpetuamente; porque de Judá ha escogido los príncipes o soberanos; de las familias de Judá la familia de mi padre; y entre los hijos de mi padre, quiso elegirme a mí por rey de todo Israel.
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I Par 28:8
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Ahora, pues, en presencia de toda la congregación de Israel, delante de nuestro Dios que escucha, os digo: Guardad y estudiad todos los mandamientos del Señor Dios nuestro, a fin de que poseáis esta buena tierra, y la dejéis a vuestros hijos en herencia perpetua.
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I Par 28:8
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Ahora, pues, en presencia de toda la congregación de Israel, delante de nuestro Dios que escucha, os digo: Guardad y estudiad todos los mandamientos del Señor Dios nuestro, a fin de que poseáis esta buena tierra, y la dejéis a vuestros hijos en herencia perpetua.
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I Par 28:9
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Y tú, Salomón , hijo mío, conoce al Dios de tu padre, y sírvele con un corazón perfecto, y de buena voluntad; porque el Señor escudriña todos los corazones, penetra todos los pensamientos del entendimiento. Si lo buscares, lo hallarás; pero si lo abandonares, te desechará para siempre.
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I Par 28:20
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Y añadió David a su hijo Salomón : Pórtate con valor y esfuerzo, y manos a la obra; no temas ni te acobardes; porque el Señor Dios mío estará contigo, y no te desamparará, ni abandonará hasta que concluyas todas las obras necesarias para el servicio de la casa del Señor.
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I Par 29:1
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Habló después así el rey David a toda la asamblea: Dios ha escogido entre todos los demás a mi hijo Salomón , que es aún jovencito y tierno; y la empresa es grande; porque no se trata de disponer habitación para un hombre, sino para Dios.
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I Par 29:1
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Habló después así el rey David a toda la asamblea: Dios ha escogido entre todos los demás a mi hijo Salomón , que es aún jovencito y tierno; y la empresa es grande; porque no se trata de disponer habitación para un hombre, sino para Dios.
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I Par 29:2
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Yo por mi parte he preparado con todas mis fuerzas todos los materiales para la casa de mi Dios. Oro para los utensilios de oro, y plata para los de plata, bronce para los de bronce, hierro para los de hierro, madera para los de madera, y piedras de ónique, y semejantes al alcohol, y otras de varios colores, y toda suerte de piedras preciosas, y mármol de Paros en grandísima cantidad.
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I Par 29:3
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Y además de estas cosas que tengo destinadas para la casa de mi Dios, doy de mi peculio oro y plata para el templo de mi Dios, además de aquello que he puesto aparte para el santuario,
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I Par 29:3
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Y además de estas cosas que tengo destinadas para la casa de mi Dios, doy de mi peculio oro y plata para el templo de mi Dios, además de aquello que he puesto aparte para el santuario,
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I Par 29:7
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y dieron para las obras de la casa de Dios cinco mil talentos de oro, y diez mil sueldos o monedas de oro, y diez mil talentos de plata, y dieciocho mil de cobre, con cien mil talentos de hierro.
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I Par 29:10
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Y bendijo al Señor en presencia de toda la muchedumbre, y dijo: Bendito eres, Señor Dios de Israel nuestro padre, por los siglos de los siglos.
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I Par 29:13
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Ahora, pues, oh Dios nuestro, nosotros te glorificamos, y alabamos tu esclarecido Nombre.
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I Par 29:16
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¡Oh Señor Dios nuestro!, toda esta abundancia de cosas preparada por nosotros para erigir una casa o templo a tu santo Nombre, de tu mano ha venido, y tuyas son todas las cosas.
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I Par 29:17
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Bien sé, Dios mío, que tú sondeas los corazones y que amas la sencillez; y por eso con sencillez de corazón he ofrecido gozoso todas estas cosas, y he visto cómo tu pueblo, que está aquí congregado te ha ofrecido sus dones con gran alegría.
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I Par 29:18
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¡Oh Señor Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel nuestros padres!, conserva eternamente este afecto de su corazón, y dure para siempre esta devoción a tu culto.
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I Par 29:20
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Después dijo David a toda la asamblea: Bendecid al Señor Dios nuestro. Y toda la asamblea bendijo al Señor Dios de sus padres; y postrándose adoraron a Dios, y rindieron en seguida su homenaje al rey.
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I Par 29:20
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Después dijo David a toda la asamblea: Bendecid al Señor Dios nuestro. Y toda la asamblea bendijo al Señor Dios de sus padres; y postrándose adoraron a Dios, y rindieron en seguida su homenaje al rey.
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I Par 29:20
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Después dijo David a toda la asamblea: Bendecid al Señor Dios nuestro. Y toda la asamblea bendijo al Señor Dios de sus padres; y postrándose adoraron a Dios, y rindieron en seguida su homenaje al rey.
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II Par 1:1
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Quedó, pues, Salomón , hijo de David, asegurado en su reino, y el Señor Dios suyo estaba con él, y lo engrandeció en sumo grado.
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II Par 1:3
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y marchó con toda esta multitud al alto de Gabaón, donde estaba el Tabernáculo del Testamento de Dios, que Moisés, siervo de Dios, construyó en el desierto.
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II Par 1:3
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y marchó con toda esta multitud al alto de Gabaón, donde estaba el Tabernáculo del Testamento de Dios, que Moisés, siervo de Dios, construyó en el desierto.
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II Par 1:4
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En cuanto al arca de Dios, David la había llevado de Cariatiarim al lugar que le había preparado, y donde le había erigido un Tabernáculo, esto es, a Jerusalén .
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II Par 1:7
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Y he aquí que aquella misma noche se le apareció Dios, diciendo: Pídeme lo que quieras que te conceda.
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II Par 1:8
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Respondió Salomón a Dios: Tú usaste de gran misericordia para con David, mi padre, y a mí me has constituido rey en su lugar.
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II Par 1:9
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Ahora, pues, oh Señor Dios, cúmplase la promesa que hiciste a David, mi padre; y pues tú me has hecho rey de este pueblo tuyo tan crecido, tan innumerable como las partículas del polvo de la tierra,
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II Par 1:11
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Dijo entonces Dios a Salomón : Ya que esto es lo que ha agradado más a tu corazón, y no has pedido riquezas, ni hacienda, ni gloria, ni la muerte de aquellos que te odian, ni tampoco una larga vida; sino que has pedido sabiduría y ciencia para poder gobernar a mi pueblo, del cual yo te he hecho rey;
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II Par 2:4
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hazlo conmigo, para que yo pueda edificar una casa al Nombre del Señor Dios mío, y consagrársela para ofrecer incienso en su presencia, y esparcir el humo de los aromas, y tenerle presentados perpetuamente los panes, ofrecerle los holocaustos por la mañana y por la tarde, y en los sábados, y en los novilunios, y en las solemnidades del Señor Dios nuestro para siempre, como está mandado a Israel.
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II Par 2:4
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hazlo conmigo, para que yo pueda edificar una casa al Nombre del Señor Dios mío, y consagrársela para ofrecer incienso en su presencia, y esparcir el humo de los aromas, y tenerle presentados perpetuamente los panes, ofrecerle los holocaustos por la mañana y por la tarde, y en los sábados, y en los novilunios, y en las solemnidades del Señor Dios nuestro para siempre, como está mandado a Israel.
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II Par 2:5
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Porque la casa que yo deseo edificar ha de ser grande, pues grande es nuestro Dios sobre todos los dioses.
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