I Jn 5:2
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En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, si amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos.
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I Jn 5:3
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Por cuanto el amor de Dios consiste en que observemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son pesados.
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I Jn 5:4
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Así es que todo hijo de Dios vence al mundo; y lo que nos hace alcanzar victoria sobre el mundo, es nuestra fe.
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I Jn 5:5
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¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
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I Jn 5:9
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Si admitimos el testimonio de los hombres, de mayor autoridad es el testimonio de Dios; ahora bien, Dios mismo, cuyo testimonio es el mayor, es el que ha dado de su Hijo este gran testimonio.
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I Jn 5:9
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Si admitimos el testimonio de los hombres, de mayor autoridad es el testimonio de Dios; ahora bien, Dios mismo, cuyo testimonio es el mayor, es el que ha dado de su Hijo este gran testimonio.
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I Jn 5:10
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El que cree, pues, en el Hijo de Dios, tiene el testimonio de Dios consigo o a su favor. El que no cree al Hijo, le trata de mentiroso, porque no ha creído al testimonio que Dios ha dado de su Hijo.
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I Jn 5:10
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El que cree, pues, en el Hijo de Dios, tiene el testimonio de Dios consigo o a su favor. El que no cree al Hijo, le trata de mentiroso, porque no ha creído al testimonio que Dios ha dado de su Hijo.
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I Jn 5:10
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El que cree, pues, en el Hijo de Dios, tiene el testimonio de Dios consigo o a su favor. El que no cree al Hijo, le trata de mentiroso, porque no ha creído al testimonio que Dios ha dado de su Hijo.
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I Jn 5:11
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Y este testimonio nos enseña que Dios nos dio vida eterna, esa vida está en su Hijo Jesucristo.
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I Jn 5:13
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Estas cosas os escribo, para que vosotros, que creéis en el nombre del Hijo de Dios, sepáis que tenéis derecho a la vida eterna.
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I Jn 5:16
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El que sabe que su hermano comete un pecado que no es de muerte, ruegue por él, y Dios dará la vida al que peca no de muerte. Hay un pecado de muerte, no hablo yo de tal pecador cuando ahora digo que intercedáis.
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I Jn 5:18
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Sabemos que todo aquel que es hijo de Dios, no peca, mas el nacimiento que tiene de Dios por la gracia le conserva; y el maligno espíritu no le toca.
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I Jn 5:18
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Sabemos que todo aquel que es hijo de Dios, no peca, mas el nacimiento que tiene de Dios por la gracia le conserva; y el maligno espíritu no le toca.
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I Jn 5:19
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Sabemos que somos de Dios, al paso que el mundo todo está poseído del mal espíritu.
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I Jn 5:20
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Sabemos también que vino el Hijo de Dios, y nos ha dado discreción para conocer al verdadero Dios, y para estar en su Hijo verdadero. Este es el verdadero Dios y la vida eterna que esperamos.
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I Jn 5:20
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Sabemos también que vino el Hijo de Dios, y nos ha dado discreción para conocer al verdadero Dios, y para estar en su Hijo verdadero. Este es el verdadero Dios y la vida eterna que esperamos.
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I Jn 5:20
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Sabemos también que vino el Hijo de Dios, y nos ha dado discreción para conocer al verdadero Dios, y para estar en su Hijo verdadero. Este es el verdadero Dios y la vida eterna que esperamos.
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II Jn 1:3
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gracia, misericordia y paz sea con vosotros en verdad y caridad, de parte de Dios Padre, y de Cristo Jesús , el Hijo del Padre.
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II Jn 1:6
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Y la caridad consiste en que procedamos según los mandamientos de Dios. Porque tal es el mandamiento que habéis recibido desde el principio y según el cual debéis caminar.
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II Jn 1:9
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Todo aquel que no persevera en la doctrina de Cristo , sino que se aparta de ella, no tiene a Dios; el que persevera en ella, ése tiene, o posee dentro de sí al Padre y al Hijo.
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III Jn 1:2
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Carísimo, ruego a Dios que te prospere en todo, y goces salud, como la goza dichosamente tu alma.
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III Jn 1:6
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los cuales han dado testimonio de tu caridad públicamente en la Iglesia; y tú harás bien en hacerlos conducir y asistir en sus viajes con el decoro debido a Dios,
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III Jn 1:11
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Tú, querido mío, no has de imitar el mal ejemplo, sino el bueno. El que hace bien, es de Dios; el que hace mal, no mira a Dios.
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III Jn 1:11
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Tú, querido mío, no has de imitar el mal ejemplo, sino el bueno. El que hace bien, es de Dios; el que hace mal, no mira a Dios.
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Judas 1:1
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Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago, a los amados de Dios Padre, llamados a la fe, y conservados por Jesucristo.
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Judas 1:4
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Porque se han entrometido con disimulo ciertos hombres impíos (de quienes estaba ya muy de antemano predicho que vendrían a caer en este juicio o condenación), los cuales cambian la gracia de nuestro Dios en una desenfrenada licencia, y reniegan, o renuncian, a Jesucristo, nuestro único soberano y Señor.
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Judas 1:15
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a juzgar a todos los hombres, y a argüir a todos los malvados de todas las obras de su impiedad, que impíamente hicieron, y de todas las injuriosas expresiones que profirieron contra Dios los impíos pecadores.
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Judas 1:19
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Estos son los que se separan a sí mismos de la grey de Jesucristo, hombres sensuales, que no tienen el espíritu de Dios.
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Judas 1:21
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manteneos constantes en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para alcanzar la vida eterna.
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Judas 1:25
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al solo Dios, salvador nuestro, por Jesucristo nuestro Señor, sea dada la gloria y magnificencia, imperio y potestad antes de todos los siglos, y ahora, por todos los siglos de los siglos. Amén.
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Apoc 1:1
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Revelación de Jesucristo, la cual ha recibido de Dios su Padre, para descubrir a sus siervos cosas que deben suceder pronto, y la ha manifestado a su Iglesia por medio de su ángel enviado a Juan siervo suyo;
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Apoc 1:2
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el cual ha dado testimonio de ser palabra de Dios, y testificación de Jesucristo, todo cuanto ha visto.
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Apoc 1:6
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y nos ha hecho reino y sacerdotes de Dios, Padre suyo. Al mismo la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
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Apoc 1:8
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Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin de todas las cosas, dice el Señor Dios, que es, y que era, y que ha de venir, el Todopode-roso.
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Apoc 1:9
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Yo Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, y en el reino de los cielos, y en la tolerancia por Cristo Jesús , estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y del testimonio que daba de Jesús .
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Apoc 2:7
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Quien tiene oído, escuche lo que el Espíritu dice a las iglesias: Al que venciere, yo le daré a comer del árbol de la vida, que está en medio del paraíso de mi Dios.
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Apoc 2:18
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Y al ángel de la iglesia de Tiatira escríbele: Esto dice el Hijo de Dios, que tiene los ojos como llamas de fuego, y los pies semejantes al bronce fino:
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Apoc 2:25
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pero guardad bien aquello que tenéis recibido de Dios hasta que yo venga a pediros cuenta.
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Apoc 3:1
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Al ángel de la iglesia de Sardis escríbele también: Esto dice el que tiene a su mandar los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Yo conozco tus obras y que tienes nombre de viviente, y estás muerto.
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Apoc 3:2
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Despierta, pues, sé vigilante, y consolida lo restante de tu grey, que está para morir. Porque yo no hallo tus obras cabales en presencia de mi Dios.
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Apoc 3:12
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Al que venciere, yo le haré columna en el templo de mi Dios, de donde no saldrá jamás fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén , que desciende del cielo, y viene o trae su origen de mi Dios, y el nombre mío nuevo.
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Apoc 3:12
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Al que venciere, yo le haré columna en el templo de mi Dios, de donde no saldrá jamás fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén , que desciende del cielo, y viene o trae su origen de mi Dios, y el nombre mío nuevo.
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Apoc 3:12
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Al que venciere, yo le haré columna en el templo de mi Dios, de donde no saldrá jamás fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén , que desciende del cielo, y viene o trae su origen de mi Dios, y el nombre mío nuevo.
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Apoc 3:12
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Al que venciere, yo le haré columna en el templo de mi Dios, de donde no saldrá jamás fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén , que desciende del cielo, y viene o trae su origen de mi Dios, y el nombre mío nuevo.
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Apoc 3:14
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En fin, al ángel de la iglesia de Laodicea escribirás: Esto dice la misma verdad, el testigo fiel y verdadero, el principio , o causa, de las criaturas de Dios:
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Apoc 3:19
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Yo a los que amo, los reprendo y castigo. Arde, pues, en celo de la gloria de Dios, y haz penitencia.
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Apoc 4:5
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Y del solio salían relámpagos, y voces, y truenos; y siete lámparas estaban ardiendo delante del solio, que son los siete espíritus de Dios.
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Apoc 4:8
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Cada uno de los cuatro animales tenía seis alas, y por fuera de las alas y por dentro, estaban llenos de ojos, y no reposaban de día ni de noche, diciendo: Santo, Santo, Santo, es el Señor Dios todopoderoso, el cual era, el cual es, y el cual ha de venir.
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Apoc 4:11
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Digno eres, ¡oh Señor Dios nuestro!, de recibir la gloria, y el honor, y el poderío, porque tú creaste todas las cosas, y por tu querer subsisten, y fueron creadas.
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