II Cor 3:5
|
no porque seamos suficientes o capaces por nosotros mismos para concebir algún buen pensamiento, como de nosotros mismos, sino que nuestra suficiencia o capacidad viene de Dios.
|
II Cor 3:6
|
Y Dios es el que así mismo nos ha hecho idóneos o capaces para ser ministros del nuevo testamento , no de la letra de la ley, sino del espíritu; porque la letra sola mata, mas el espíritu vivifica.
|
II Cor 4:1
|
Por lo cual teniendo nosotros este ministerio de predicar la nueva ley, en virtud de la misericordia que hemos alcanzado de Dios, no decaemos de ánimo;
|
II Cor 4:2
|
antes bien desechamos lejos de nosotros las ocultas infamias o disimulos vergonzosos de los falsos hermanos, no procediendo con artificio, ni alterando la palabra de Dios, sino alegando únicamente en abono nuestro para con todos aquellos que juzguen de nosotros según su conciencia, la sinceridad con que predicamos la verdad delante de Dios.
|
II Cor 4:2
|
antes bien desechamos lejos de nosotros las ocultas infamias o disimulos vergonzosos de los falsos hermanos, no procediendo con artificio, ni alterando la palabra de Dios, sino alegando únicamente en abono nuestro para con todos aquellos que juzguen de nosotros según su conciencia, la sinceridad con que predicamos la verdad delante de Dios.
|
II Cor 4:4
|
para esos incrédulos cuyos entendimientos ha cegado el Dios de este siglo, para que no les alumbre la luz de la buena nueva de la gloria de Cristo , el cual es la imagen de Dios.
|
II Cor 4:4
|
para esos incrédulos cuyos entendimientos ha cegado el Dios de este siglo, para que no les alumbre la luz de la buena nueva de la gloria de Cristo , el cual es la imagen de Dios.
|
II Cor 4:6
|
Porque Dios, que dijo que la luz saliese o brillase de en medio de las tinieblas, él mismo ha hecho brillar su claridad en nuestros corazones, a fin de que nosotros podamos iluminar a los demás por medio del conocimiento de la gloria de Dios, según que ella resplandece en Jesucristo.
|
II Cor 4:6
|
Porque Dios, que dijo que la luz saliese o brillase de en medio de las tinieblas, él mismo ha hecho brillar su claridad en nuestros corazones, a fin de que nosotros podamos iluminar a los demás por medio del conocimiento de la gloria de Dios, según que ella resplandece en Jesucristo.
|
II Cor 4:7
|
Mas este tesoro lo llevamos en vasos de barro, frágil y quebradizo; para que se reconozca que la grandeza del poder que se ve en nosotros es de Dios y no nuestra.
|
II Cor 4:15
|
Pues todas las cosas que pasan en nosotros se hacen por causa de vosotros, a fin de que la gracia esparcida con abundancia, sirva a aumentar la gloria de Dios por medio de las acciones de gracias que le tributarán muchos.
|
II Cor 5:1
|
Sabemos también, que si esta casa terrestre o el cuerpo corruptible en que habitamos viene a destruirse, nos dará Dios en el cielo otra casa, una casa no hecha de mano de hombre, y que durará eternamente.
|
II Cor 5:5
|
Y el que nos formó o creó para este estado de gloria es Dios, el cual nos ha dado su espíritu por prenda.
|
II Cor 5:9
|
Por esta razón todo nuestro deseo consiste en hacernos agradables al Señor, ora habitemos en el cuerpo, ora salgamos de él, para irnos con Dios,
|
II Cor 5:11
|
Sabiendo, pues, el temor que se debe al Señor, procuramos justificarnos delante de los hombres, mas Dios conoce bien lo que somos. Y aun quiero creer que también somos conocidos de vosotros allá en vuestro interior.
|
II Cor 5:13
|
Pues nosotros, si estáticos nos enajenamos, es por respeto a Dios; si nos moderamos, o abajamos, es por vosotros.
|
II Cor 5:18
|
Y toda ella es obra de Dios, el cual nos ha reconciliado consigo por medio de Cristo , y a nosotros nos ha confiado el ministerio de la reconciliación.
|
II Cor 5:19
|
Porque Dios era el que reconciliaba consigo al mundo en Jesucristo, no imputándoles a ellos sus delitos, y él es el que nos ha encargado a nosotros predicar la reconciliación.
|
II Cor 5:20
|
Somos, pues, como unos embajadores en nombre de Cristo , y es Dios mismo el que nos exhorta por boca nuestra. Os rogamos, pues, encarecidamente en nombre de Cristo , que os reconciliéis con Dios.
|
II Cor 5:20
|
Somos, pues, como unos embajadores en nombre de Cristo , y es Dios mismo el que nos exhorta por boca nuestra. Os rogamos, pues, encarecidamente en nombre de Cristo , que os reconciliéis con Dios.
|
II Cor 5:21
|
El cual por amor de nosotros ha tratado a aquel que no conocía al pecado, como si hubiese sido el pecado mismo, con el fin de que nosotros viniésemos a ser en él justos con la justicia de Dios.
|
II Cor 6:1
|
Y así nosotros como cooperadores del Señor, os exhortamos a no recibir en vano la gracia de Dios.
|
II Cor 6:4
|
Antes bien portémonos en todas cosas, como deben portarse los ministros de Dios, con mucha paciencia, en medio de tribulaciones, de necesidades, de angustias,
|
II Cor 6:7
|
con palabras de verdad, con fortaleza de Dios, con las armas de la justicia para combatir a la diestra y a la siniestra,
|
II Cor 6:16
|
¿O qué consonancia entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois templo de Dios vivo, según aquello que dice Dios: Habitaré dentro de ellos, y en medio de ellos andaré, y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
|
II Cor 6:16
|
¿O qué consonancia entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois templo de Dios vivo, según aquello que dice Dios: Habitaré dentro de ellos, y en medio de ellos andaré, y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
|
II Cor 6:16
|
¿O qué consonancia entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois templo de Dios vivo, según aquello que dice Dios: Habitaré dentro de ellos, y en medio de ellos andaré, y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
|
II Cor 6:16
|
¿O qué consonancia entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois templo de Dios vivo, según aquello que dice Dios: Habitaré dentro de ellos, y en medio de ellos andaré, y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
|
II Cor 7:1
|
Teniendo, pues, carísimos hermanos míos, tales promesas, purifiquémonos de cuanto mancha la carne y el espíritu, perfeccionando nuestra santificación con el temor de Dios.
|
II Cor 7:6
|
Pero Dios que consuela a los humildes, nos ha consolado con la venida de Tito;
|
II Cor 7:9
|
ahora me alegro, no de la tristeza que tuvisteis, sino de que vuestra tristeza os ha conducido a la penitencia. De modo que la tristeza que habéis tenido ha sido según Dios; y así ningún daño os hemos causado.
|
II Cor 7:10
|
Puesto que la tristeza que es según Dios, produce una penitencia constante para la salud, cuando la tristeza del siglo causa la muerte.
|
II Cor 7:11
|
Y si no, ved lo que ha producido en vosotros esa tristeza según Dios, que habéis sentido, ¿qué solicitud, qué cuidado en justificaros, qué indignación contra el incestuoso, qué temor, qué deseo de remediar el mal, qué celo, qué ardor para castigar el delito? Vosotros habéis hecho ver en toda vuestra conducta que estáis inocentes en este negocio.
|
II Cor 7:13
|
delante de Dios: por eso ahora nos hemos consolado. Mas en esta consolación nuestra, sobre todo nos ha llenado de gozo el contento de Tito, viendo que todos vosotros habéis contribuido a recrear su espíritu;
|
II Cor 8:1
|
Ahora os hago saber, hermanos míos, la gracia que Dios ha hecho a los fieles de las iglesias de Macedonia.
|
II Cor 8:5
|
Y en esto no solamente han hecho lo que ya de ellos esperábamos, sino que se han entregado a sí mismos, primero al Señor, y después a nosotros mediante la voluntad de Dios.
|
II Cor 8:12
|
Porque cuando un hombre tiene gran voluntad de dar, Dios la acepta, no exigiendo de él sino lo que puede, y no lo que no puede.
|
II Cor 8:16
|
Pero gracias a Dios, que ha inspirado en el corazón de Tito este mismo celo mío por vosotros.
|
II Cor 8:21
|
Pues atendemos a portarnos bien, no sólo delante de Dios, sino también delante de los hombres.
|
II Cor 9:7
|
Haga cada cual la oferta conforme lo ha resuelto en su corazón, no de mala gana, o como por fuerza; porque Dios ama al que da con alegría.
|
II Cor 9:8
|
Por lo demás, poderoso es Dios para colmaros de todo bien; de suerte que contentos siempre con tener en todas las cosas todo lo suficiente, estéis sobrados para ejercitar toda especie de buenas obras con vuestros prójimos,
|
II Cor 9:10
|
Porque Dios que provee de simiente al sembrador, él os dará también pan que comer, y multiplicará vuestra sementera, y hará crecer más y más los frutos de vuestra justicia;
|
II Cor 9:11
|
para que siendo ricos en todo, ejercitéis con sincera caridad toda suerte de limosnas, las cuales nos harán tributar a Dios acciones de gracias.
|
II Cor 9:13
|
pues los santos recibiendo esta prueba de vuestra liberalidad por medio de nuestro ministerio, se mueven a glorificar a Dios por la sumisión que mostráis la buena nueva de Cristo , y por la sincera caridad con que dais parte de vuestros bienes, ya a ellos, ya a todos los demás.
|
II Cor 9:14
|
Y con las oraciones que hacen por vosotros, dan un buen testimonio del amor que os tienen, a causa de la eminente gracia que habéis recibido de Dios.
|
II Cor 9:15
|
Sea, pues, Dios loado por su don inefable.
|
II Cor 10:4
|
Pues las armas con que combatimos no son carnales, sino que son poderosísimas en Dios para derrocar fortalezas, destruyendo nosotros con ellas los proyectos o raciocinios humanos,
|
II Cor 10:5
|
y toda altanería de espíritu que se engríe contra la ciencia o el conocimiento de Dios, y cautivando todo entendimiento a la obediencia de Cristo ,
|
II Cor 10:13
|
Por tanto, no nos gloriaremos desmesuradamente, sino a medida de la regla que Dios nos ha dado, medida que alcanza hasta vosotros.
|
II Cor 10:18
|
Pues no es aprobado quien se abona a sí mismo; sino aquel a quien Dios abona o alaba.
|