II Par 15:13
|
Que si alguno, dijo, no siguiere al Señor Dios de Israel, muera sin excepción, sea pequeño o grande, varón o mujer.
|
II Par 16:7
|
En aquel tiempo se presentó el profeta Hanani a Asá, rey de Judá, y le dijo: Por cuanto has puesto la confianza en el rey de Siria, y no en el Señor tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria se ha escapado de tus manos.
|
II Par 17:4
|
sino en el Dios de su padre, siguiendo el camino de sus mandamientos, y apartándose de los pecados de Israel.
|
II Par 18:5
|
Juntó, pues, el rey de Israel cuatrocientos profetas, y les dijo: ¿Debemos ir a atacar a Ramot de Galaad, o estarnos quedos? Respondieron ellos: Marcha; que Dios entregará esa ciudad en poder del rey.
|
II Par 18:13
|
Le respondió Miqueas: Vive el Señor, que todo aquello que mi Dios me dijere, eso hablaré.
|
II Par 19:3
|
Mas se han hallado en ti buenas obras; pues arrancaste los bosques idolátricos de la tierra de Judá; y has convertido tu corazón en busca del Señor Dios de tus padres.
|
II Par 19:4
|
Habitó, pues, Josafat en Jerusalén , y salió de nuevo a visitar a su pueblo desde Bersabee hasta la montaña de Efraín, y redujo sus vasallos al Señor Dios de sus padres.
|
II Par 19:7
|
Esté con vosotros el temor del Señor, y haced todas las cosas con exactitud; pues en Dios nuestro Señor no cabe injusticia, ni soborno, ni codicia de dones.
|
II Par 19:11
|
A este fin Amarías, vuestro sumo sacerdote, presidirá en todo aquello que concierne a Dios; y Zabadías, hijo de Ismahel, príncipe de la casa de Judá, presidirá en todos los negocios pertenecientes al servicio del rey; tenéis también entre vosotros los levitas, los cuales os servirán de maestros; cobrad ánimo y cumplid exactamente vuestros deberes, que el Señor os colmará de bienes.
|
II Par 20:6
|
dijo: Señor Dios de nuestros padres, tú eres el Dios del cielo y el dueño de todos los reinos de las naciones; en tus manos están la fortaleza y el poder, y nadie puede resistirte.
|
II Par 20:6
|
dijo: Señor Dios de nuestros padres, tú eres el Dios del cielo y el dueño de todos los reinos de las naciones; en tus manos están la fortaleza y el poder, y nadie puede resistirte.
|
II Par 20:7
|
¿No es así que tú, oh Dios nuestro, acabaste con todos los moradores de esta tierra delante de Israel, tu pueblo, y se la diste para siempre a los descendientes de tu amigo Abrahán?
|
II Par 20:12
|
¡Oh Dios nuestro! ¿y no castigarás tú esas gentes? En nosotros ciertamente no hay tanta fuerza que podamos resistir a esa multitud que nos acomete. Mas no sabiendo lo que debemos hacer, no nos queda otro recurso que volver a ti nuestros ojos.
|
II Par 20:15
|
y dijo: Atención, oh pueblo de Judá, y vosotros habitantes de Jerusalén , y tú, oh rey Josafat: Esto os dice el Señor: No tenéis que temer ni acobardaros a vista de esa muchedumbre, porque el combate no está a cargo vuestro, sino de Dios.
|
II Par 20:19
|
Al mismo tiempo los levitas del linaje de Caat y del linaje de Coré, cantaban alabanzas al Señor Dios de Israel con grandes voces, que llegaban hasta el cielo.
|
II Par 20:20
|
Y a la mañana siguiente poniéndose en movimiento, tomaron el camino del desierto de Tecue; y comenzada la marcha, Josafat, puesto en medio de ellos, dijo: Oídme, varones de Judá, y vosotros habitantes todos de Jerusalén : Confiad en el Señor Dios vuestro, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y todo irá felizmente.
|
II Par 20:33
|
Aunque no quitó los lugares altos, y el pueblo no había aún enderezado bien su corazón al Señor Dios de sus padres.
|
II Par 21:10
|
Con todo eso la Idumea se mantuvo rebelde, sustrayéndose del dominio de Judá, como está hoy día. También en este tiempo se separó la ciudad de Lobna, negándole la obediencia; y por haber Joram abandonado así al Señor Dios de sus padres;
|
II Par 21:12
|
Entonces le entregaron una carta del profeta Elías, en la cual estaba escrito: Esto dice el Señor Dios de tu padre David: Ya que tú no has seguido las pisadas de Josafat, tu padre, ni las pisadas de Asá, rey de Judá,
|
II Par 22:7
|
porque fue voluntad de Dios irritado contra Ocozías, que éste pasase a visitar a Joram; y que después de llegado, saliese con él contra Jehú, hijo de Namsi, a quien ungió el Señor para exterminar la casa de Acab.
|
II Par 24:5
|
a cuyo fin, convocando los sacerdotes y levitas, les dijo: Salid por las ciudades de Judá, y recoged de todo Israel el dinero para los reparos anuales del templo de vuestro Dios; y hacedlo pronto. Pero los levitas obraron con negligencia.
|
II Par 24:7
|
Porque la impiísima Atalía y sus hijos habían arruinado la casa de Dios; y se sirvieron de todas las cosas consagradas al templo del Señor para adornar el templo de Baal.
|
II Par 24:9
|
y se pregonó en Judá y en Jerusalén que cada cual trajese al Señor la contribución señalada por Moisés, siervo de Dios, a todo Israel en el desierto.
|
II Par 24:18
|
Y así fue que abandonaron el templo del Señor Dios de sus padres y dieron culto a los simulacros y bosques a ellos consagrados; pecado que acarreó la ira sobre Judá y Jerusalén .
|
II Par 24:20
|
Por último revistió Dios de su espíritu al sumo sacerdote Zacarías, hijo de Joíada; y presentándose delante del pueblo, les habló de esta manera: Esto dice el Señor Dios: ¿Por qué buscáis vuestra ruina traspasando los mandamientos del Señor, y lo habéis abandonado para ser de él abandonados?
|
II Par 24:20
|
Por último revistió Dios de su espíritu al sumo sacerdote Zacarías, hijo de Joíada; y presentándose delante del pueblo, les habló de esta manera: Esto dice el Señor Dios: ¿Por qué buscáis vuestra ruina traspasando los mandamientos del Señor, y lo habéis abandonado para ser de él abandonados?
|
II Par 24:24
|
A la verdad, aunque los siros habían venido en cortísimo número, el Señor entregó en sus manos una multitud inmensa de hijos de Israel, por haber abandonado al Señor Dios de sus padres. También Joás fue maltratado por ellos de un modo ignominioso;
|
II Par 24:27
|
En orden a sus hijos, y a la suma del dinero que se recogió en su reinado, y al modo con que fue restaurada la casa de Dios, todo esto está escrito en el Libro de los Reyes. Lo sucedió en el reino su hijo Amasías.
|
II Par 25:7
|
Entonces vino a encontrarle un varón de Dios, y le dijo: Oh rey, no vaya contigo el ejército de Israel, porque el Señor no está con Israel, ni con ninguno de los hijos de Efraín.
|
II Par 25:8
|
Que si piensas que en las guerras depende todo de la fuerza del ejército, Dios hará que tú seas vencido de los enemigos, porque en mano de Dios está el dar auxilio o poner en fuga.
|
II Par 25:8
|
Que si piensas que en las guerras depende todo de la fuerza del ejército, Dios hará que tú seas vencido de los enemigos, porque en mano de Dios está el dar auxilio o poner en fuga.
|
II Par 25:9
|
Respondió Amasías al varón de Dios: ¿Pues y los cien talentos que he dado a los soldados de Israel? Le replicó el varón de Dios: Tiene el Señor de donde poder darte mucho más que eso.
|
II Par 25:9
|
Respondió Amasías al varón de Dios: ¿Pues y los cien talentos que he dado a los soldados de Israel? Le replicó el varón de Dios: Tiene el Señor de donde poder darte mucho más que eso.
|
II Par 25:16
|
Y diciéndole esto el profeta, le respondió Amasías: ¿Eres tú, por ventura, consejero del rey? Calla, si no quieres te mande quitar a vida. Mas el profeta dijo al partir: Sé que Dios ha decretado hacerte morir a ti por esa maldad que has cometido, y porque además no has dado oído a mis consejos.
|
II Par 25:24
|
Y se llevó a Samaria todo el oro y la plata, y cuantos vasos halló en la casa de Dios, y en la habitación de Obededom, y en los tesoros de la casa real, y asimismo los hijos de los que estaban en rehenes.
|
II Par 26:7
|
y lo ayudó Dios contra los filisteos, y contra los árabes habitantes de Gurbaal, y contra los amonitas.
|
II Par 26:16
|
Mas al verse tan poderoso se enfrió su corazón para ruina suya, y despreció a su Señor Dios; y habiendo entrado en el templo del Señor, quiso ofrecer allí incienso sobre el altar de los perfumes.
|
II Par 27:6
|
Joatam, pues, se hizo poderoso, por haber procedido rectamente en los ojos del Señor Dios suyo.
|
II Par 28:5
|
Por eso el Señor Dios lo entregó en poder del rey de Siria, el cual le derrotó, y cogió un gran botín de su reino, y se lo llevó a Damasco. También fue entregado en manos del rey de Israel, que hizo gran destrozo en su gente.
|
II Par 28:6
|
Pues Facee, hijo de Romelía, mató en un solo día ciento veinte mil hombres de Judá, todos ellos bravos soldados; porque habían abandonado al Señor Dios de sus padres.
|
II Par 28:9
|
Había allí en aquella sazón un profeta del Señor, llamado Oded, el cual, saliendo al encuentro del ejército que venía a Samaria, les dijo: Habéis visto que el Señor Dios de vuestros padres, irritado contra los hijos de Judá, los ha entregado en vuestras manos; mas vosotros les habéis quitado la vida atrozmente; tanto que vuestra crueldad ha subido hasta el cielo.
|
II Par 28:10
|
Además de esto queréis subyugar a los hijos de Judá y de Jerusalén , como a esclavos y esclavas, cosa que de ninguna manera debéis hacer; pues en esto pecáis contra el Señor Dios vuestro.
|
II Par 28:24
|
Acaz, pues, habiendo quitado todos los vasos de la casa de Dios, y habiéndolos hecho pedazos, cerró las puertas del templo de Dios, y erigió altares en todas las esquinas de Jerusalén .
|
II Par 28:24
|
Acaz, pues, habiendo quitado todos los vasos de la casa de Dios, y habiéndolos hecho pedazos, cerró las puertas del templo de Dios, y erigió altares en todas las esquinas de Jerusalén .
|
II Par 28:25
|
Asimismo los erigió en todas las ciudades de Judá para quemar sobre ellos incienso, provocando la indignación del Señor Dios de sus padres.
|
II Par 29:5
|
les dijo: Escuchadme, oh levitas: Purificaos; limpiad la casa del Señor Dios de vuestros padres y quitad del santuario toda inmundicia.
|
II Par 29:6
|
Pecaron nuestros padres, y cometieron la maldad en presencia del Señor Dios nuestro, abandonándole; apartaron sus rostros del Tabernáculo del Señor, y le volvieron las espaldas.
|
II Par 29:7
|
Cerraron las puertas del atrio, y apagaron las lámparas, dejaron de quemar el incienso y de ofrecer los holocaustos en el santuario al Dios de Israel.
|
II Par 29:10
|
Ahora, pues, yo deseo que hagamos alianza con el Señor Dios de Israel, a fin de que aparte de nosotros el furor de su ira.
|
II Par 29:15
|
Los cuales congregaron a sus hermanos, y se purificaron; y entraron conforme a la orden del rey y al mandamiento del Señor en la casa de Dios para purificarla.
|