II Esd 2:12
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y me levanté de noche con algunos pocos hombvres, sin declarar a nadie lo que Dios me había inspirado hacer en Jerusalén ; no llevaba conmigo otra caballería, fuera de la que yo montaba.
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II Esd 2:18
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Al mismo tiempo les hice ver cómo estaba a favor mío la benéfica mano de mi Dios, y les referí las palabras que el rey me había dicho, y concluí: Ea, vamos y emprendamos la obra. Con esto ellos cobraron vigor para ponerla en ejecución.
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II Esd 2:20
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Pero yo les respondí y dije: El Dios del cielo es quien nos ayuda; nosotros somos sus siervos, e iremos adelante, y proseguiremos la obra; pues vosotros no tenéis parte, ni derecho, ni se os nombra para nada en Jerusalén .
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II Esd 4:4
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Oh Dios nuestro, oye cómo se mofan de nosotros; haz recaer sobre su cabeza estos escarnios, y que ellos sean el blanco de los desprecios allí donde sean llevados cautivos.
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II Esd 4:9
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Nosotros nos encomendamos a nuestro Dios, y pusimos contra ellos centinelas día y noche en las murallas.
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II Esd 4:15
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Mas habiendo entendido nuestros enemigos que se nos había dado aviso, disipó Dios como el humo los designios que habían formado. Con lo que nos volvimos todos a los muros, cada cual a su tarea.
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II Esd 4:20
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Dondequiera que oyereis el sonido de la trompeta, corred allí todos hacia nosotros, que nuestro Dios peleará a favor nuestro.
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II Esd 5:9
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Y les dije: No es bien hecho lo que hacéis. ¿Cómo no vivís en el santo temor de nuestro Dios, para que no vengamos a ser el escarnio de las gentes enemigas nuestras?
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II Esd 5:13
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Además de esto sacudí mi vestido de encima de mi seno, y dije: Así sacuda Dios de sus casas y de sus haciendas a todos los que no cumplieren esta palabra; así sean sacudidos, y queden sin nada. Y respondió todo el concurso: Amén. Y alabaron a Dios. En suma, todo el pueblo se conformó con lo dicho.
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II Esd 5:13
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Además de esto sacudí mi vestido de encima de mi seno, y dije: Así sacuda Dios de sus casas y de sus haciendas a todos los que no cumplieren esta palabra; así sean sacudidos, y queden sin nada. Y respondió todo el concurso: Amén. Y alabaron a Dios. En suma, todo el pueblo se conformó con lo dicho.
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II Esd 5:15
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siendo así que los primeros gobernadores antecesores míos cargaron al pueblo, y recibieron de ellos en pan, vino y dinero cuarenta siclos cada día; y que también sus ministros oprimían al pueblo. Mas yo, temiendo a Dios no me porté así;
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II Esd 5:19
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Acuérdate de mí, oh Dios mío, para hacerme bien, a medida de los beneficios que yo he hecho a este pueblo.
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II Esd 6:10
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Fui después ocultamente a casa de Semeías, sacerdote, hijo de Dalaías, hijo de Metabeel; el cual me dijo: Vámonos los dos a conferencias en la casa de Dios en medio del templo, y cerremos sus puertas; porque han de venir a matarte, y por la noche vendrán a quitarte la vida.
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II Esd 6:12
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Por aquí comprendí que él no era enviado o inspirado de Dios, sino que había hablado conmigo haciendo el profeta; y que Tobías y Sanaballat lo habían sobornado;
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II Esd 6:16
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Así que supieron esto todos nuestros enemigos, se llenaron de temor todas las naciones vecinas, y cayeron de ánimo y conocieron ser Dios el autor de esta obra.
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II Esd 7:2
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di mis órdenes sobre Jerusalén a mi hermano Hanani, y a Hananía príncipe de la casa del Señor (como quiera era temido por hombre sincero y más temeroso de Dios que los otros),
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II Esd 7:5
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Pero Dios inspiró en mi corazón que convocase a los magnates y a los magistrrados, y al pueblo para hacer una revista o censo, y hallé un libro del empadronamiento de aquellos que habían vuelto los primeros de Babilonia, en el cual se encontró escrito lo siguiente:
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II Esd 8:6
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Entonces Esdras bendijo al Señor, Dios grande, con una oración que hizo; y todo el pueblo, alzando las manos, respondió: ¡Amén!, ¡amén! Y se arrodillaron todos, y postrados rostro por tierra, adoraron a Dios.
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II Esd 8:6
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Entonces Esdras bendijo al Señor, Dios grande, con una oración que hizo; y todo el pueblo, alzando las manos, respondió: ¡Amén!, ¡amén! Y se arrodillaron todos, y postrados rostro por tierra, adoraron a Dios.
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II Esd 8:8
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Y leyeron el libro de la ley de Dios clara y distinguidamente, de modo que se entendiese; y en efecto, entendieron cuanto se iba leyendo.
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II Esd 8:9
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Y Nehemías (que es el mismo Atersata o copero del rey), y Esdras sacerdote y escriba, y los levitas, queinterpretaban la ley a todo el pueblo, dijeron: Este día está consagrado al Señor Dios nuestro; no gimáis, ni lloréis. Porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley.
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II Esd 8:16
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Salió, pues, el pueblo y los trajo; y cada uno se hizo su tabernáculo o cabaña sobre el terrado de su casa, y en sus patios, y en los atrios de la casa de Dios, y en la plaza de la puerta de las Aguas, y en la plaza de la puerta de Efraín.
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II Esd 8:18
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Y Esdras leyó todos los días en el libro de la ley de Dios, desde el día primero al último; y celebraron la fiesta por siete días, y en el octavo la colecta, según el rito.
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II Esd 9:3
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Y se pusieron de pie, y se hizo la lectura en libro de la ley del Señor Dios suyo cuatro voces al día, y otras tantas alababan y adoraban al Señor su Dios.
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II Esd 9:3
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Y se pusieron de pie, y se hizo la lectura en libro de la ley del Señor Dios suyo cuatro voces al día, y otras tantas alababan y adoraban al Señor su Dios.
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II Esd 9:4
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A este fin, subieron a la tribuna de los levitas Josué, y Bani, y Cedmihel, Sabanía, Bonni, Serebías, Bani y Canani, y clamaron en voz alta al Señor su Dios.
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II Esd 9:5
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Y los levitas Josué y Cedmihel, Bonni, Hasebnía, Serebías, Odaía, Sebnía, Fatahía, dijeron: Levantaos, bendecid al Señor Dios vuestro que existe siempre y por toda la eternidad. Sea, oh Señor, bendito tu excelso y glorioso Nombre, con toda suerte de bendiciones y alabanzas.
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II Esd 9:7
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Tú fuiste, oh Señor Dios, el que elegiste a Abram y le sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste el nombre de Abrahán,
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II Esd 9:10
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y obraste milagros y portentos contra el faraón, y contra todos sus criados, y contra todo el pueblo de aquella tierra, porque sabías que ellos nos habían tratado con soberbia, e insolencia y te ganaste el nombre de Dios grande, que conservas hoy.
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II Esd 9:17
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No quisieron escucharte ni acordarse de las maravillas que a favor de ellos hiciste; antes endurecieron sus cervices, y como rebeldes quisieron elegirse un caudillo para volverse a su esclavitud de Egipto. Pero tú, oh Dios propicio, clemente y misericordioso, de larga, y de mucha benignidad, no los abandonaste,
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II Esd 9:18
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ni aun cuando se forjaron un becerro de fundición, dijeron: Este, oh Israel, es tu Dios, el que te ha sacado de Egipto, y cometieron horribles blasfemias.
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II Esd 9:31
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Si bien por tu grandísima e infinita misericordia no acabaste con ellos, ni los abandonaste, porque tú eres un Dios de benignidad y de clemencia.
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II Esd 9:32
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Ahora pues, oh Dios nuestro, Dios grande, fuerte y terrible, que guardas el pacto y la misericordia, no apartes los ojos, compadécete de todos los trabajos que han llovido sobre nosotros, sobre nuestros reyes, y nuestros príncipes, y nuestros sacerdotes, y nuestros profetas, y nuestros padres, y sobre tu pueblo todo, desde el tiempo del rey de Asiria, que nos llevó cautivos, hasta el día de hoy.
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II Esd 9:32
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Ahora pues, oh Dios nuestro, Dios grande, fuerte y terrible, que guardas el pacto y la misericordia, no apartes los ojos, compadécete de todos los trabajos que han llovido sobre nosotros, sobre nuestros reyes, y nuestros príncipes, y nuestros sacerdotes, y nuestros profetas, y nuestros padres, y sobre tu pueblo todo, desde el tiempo del rey de Asiria, que nos llevó cautivos, hasta el día de hoy.
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II Esd 10:28
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En cuanto a los demás del pueblo, sacerdotes, levitas, porteros y cantores, natineos y todos cuantos se habían separado de las otras naciones, y abrazado la ley de Dios, y asimismo, sus mujeres y sus hijos e hijas.
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II Esd 10:29
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Todos los que eran capaces de discernir y entender, lo prometieron por medio de sus hermanos; viniendo los prinicipales o magnates entre ellos a prometer y jurar que procederían según la ley de Dios, promulgada por medio de Moisés, siervo de Dios y que guardarían y cumplirían todos los mandamientos del Señor Dios nuestro, y sus preceptos y ceremonias;
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II Esd 10:29
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Todos los que eran capaces de discernir y entender, lo prometieron por medio de sus hermanos; viniendo los prinicipales o magnates entre ellos a prometer y jurar que procederían según la ley de Dios, promulgada por medio de Moisés, siervo de Dios y que guardarían y cumplirían todos los mandamientos del Señor Dios nuestro, y sus preceptos y ceremonias;
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II Esd 10:29
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Todos los que eran capaces de discernir y entender, lo prometieron por medio de sus hermanos; viniendo los prinicipales o magnates entre ellos a prometer y jurar que procederían según la ley de Dios, promulgada por medio de Moisés, siervo de Dios y que guardarían y cumplirían todos los mandamientos del Señor Dios nuestro, y sus preceptos y ceremonias;
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II Esd 10:32
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Y que nos impondremos la ley de contribuir todos los años con la tercera parte de un siclo para los gastos de la casa de nuestro Dios, a saber:
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II Esd 10:33
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para los panes de la proposición, y para el sacrificio perpetuo, y para el holocausto que siempre se ofrece en todos los sábados, en las calendas, y en las fiestas solemnes; para los sacrificios pacíficos y los que se ofrecen por el pecado, a fin de que Dios sea propicio a Israel, y para todo el servicio de la casa de nuestro Dios.
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II Esd 10:33
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para los panes de la proposición, y para el sacrificio perpetuo, y para el holocausto que siempre se ofrece en todos los sábados, en las calendas, y en las fiestas solemnes; para los sacrificios pacíficos y los que se ofrecen por el pecado, a fin de que Dios sea propicio a Israel, y para todo el servicio de la casa de nuestro Dios.
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II Esd 10:34
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Echamos también suertes entre los sacerdotes y levitas, y el pueblo, sobre la leña que se debía ofrecer, y conducir a costa de las familias de nuestros padres a la casa de nuestro Dios a sus tiempos, de un año para otro, para quemar sobre el altar del Señor Dios nuestro, según está escrito en la ley de Moisés.
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II Esd 10:34
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Echamos también suertes entre los sacerdotes y levitas, y el pueblo, sobre la leña que se debía ofrecer, y conducir a costa de las familias de nuestros padres a la casa de nuestro Dios a sus tiempos, de un año para otro, para quemar sobre el altar del Señor Dios nuestro, según está escrito en la ley de Moisés.
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II Esd 10:36
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como también los primerizos de nuestros hijos y de nuestros ganados, conforme está escrito en la ley, y los primerizos de nuestros bueyes, y de nuestras ovejas, para ofrecer todas estas cosas en la casa de nuestro Dios a los sacerdotes que están ejerciendo sus funciones en el templo de Dios nuestro.
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II Esd 10:36
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como también los primerizos de nuestros hijos y de nuestros ganados, conforme está escrito en la ley, y los primerizos de nuestros bueyes, y de nuestras ovejas, para ofrecer todas estas cosas en la casa de nuestro Dios a los sacerdotes que están ejerciendo sus funciones en el templo de Dios nuestro.
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II Esd 10:37
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Y que traeríamos a los sacerdotes para el tesoro de la casa de nuestro Dios las primicias de nuestros alimentos, y de nuestros licores, y de las frutas de todo árbol, y de la vendimia, y del aceite; y el diezmo de nuestras tierras a los levitas. Los mismos levitas recibirán en todas las ciudades el diezmo de nuestras labores.
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II Esd 10:38
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También los sacerdotes hijos de Aarón entrarán con los levitas a la parte de los diezmos de los levitas, pues éstos ofrecerán el diezmo de su diezmo en el templo de nuestro Dios, para ser depositado en las cámaras o almacenes del templo;
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II Esd 10:39
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puesto que así los hijos de Israel como los levitas han de llevar las primicias del trigo, del vino y del aceite al depósito; donde han de estar los vasos sagrados, y los sacerdotes, y cantores, y porteros, y ministros por su turno; y no descuidaremos nosotros el templo de nuestro Dios.
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II Esd 11:11
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Saría, hijo de Helcías, hijo de Mosollam, hijo de Sadoc, hijo de Merayot, hijo de Aquitob, príncipe de la casa de Dios,
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II Esd 11:16
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Y Sabatai y Josabed, principales entre los levitas, y tenían la superintendencia de todas las obras exteriores de la casa de Dios.
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