Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

Dios

II Esd 11:22 Y el inspector o jefe de los levitas en Jerusalén era Azzi, hijo de Bani, hijo de Hasabía, hijo de Matanías, hijo de Mica. Los cantores que servían en la casa de Dios, eran de la estirpe de Asaf;
II Esd 12:24 Los príncipes, pues, de los levitas eran Hasebía, Serebía y Josué, hijo de Cedmihel, con sus hermanos empleados en cantar himnos y salmos por sus turnos, conforme a la disposición de David, varón de Dios, observando igualmente el orden establecido.
II Esd 12:36 y sus hermanos Semeía, Azareel, Melalai, Galalai, Maai, Natanael, y Judas y Hanani, con los instrumentos músicos de David, varón de Dios; y Esdras escriba, delante de ellos, hasta la puerta de la Fuente.
II Esd 12:38 Y de esta suerte el segundo coro de los que cantaban a Dios acciones de gracias marchaba por la parte opuesta y yo detrás de él con la otra mitad del pueblo, por encima de la muralla y de la torre de los Hornos hasta la parte más ancha del muro,
II Esd 12:40 Y se juntaron los dos coros de cantores en la casa de Dios, estando yo y la mitad de los magistrados conmigo,
II Esd 12:43 Y se inmolaron aquel día grandes víctimas, y hubo gran regocijo, por el consuelo de que los colmaba Dios; se alegraron igualmente sus mujeres e hijos, y el alborozo de Jerusalén se oyó de lejos.
II Esd 12:45 y éstos por su parte cumplieron exactamente con el culto de su Dios y con las ceremonias de la expiación; como también los cantores y porteros, conforme a lo prescrito por David y por su hijo Salomón .
II Esd 12:46 Porque desde el principio , en tiempo de David y de Asaf, había establecido jefes de los cantores que entonaban himnos y alabanzas a Dios.
II Esd 13:1 Por aquel tiempo se hacía en presencia del pueblo la lectura del libro de la ley de Moisés; y se halló escrito en él que ningún amonita, ni moabita debe jamás entrar en la congregación del pueblo de Dios,
II Esd 13:2 por cuanto no socorrieron a los hijos de Israel con pan y agua; antes bien sobornaron con dinero contra ellos a Balaam para que los maldijera; aunque nuestro Dios convirtió la maldición en bendición.
II Esd 13:4 Estaba esto al cuidado del sacerdote Eliasib, el cual tenía la superintendencia del tesoro de la casa de nuestro Dios; y había emparentado con Tobías, amonita;
II Esd 13:7 Vine, pues, a Jerusalén , y entendí lo mal que había obrado Eliasib por amor de Tobías, haciéndole una habitación en los atrios del templo de Dios.
II Esd 13:9 y mandé purificar las piezas o salas, y volví a llevar allí los vasos de la casa de Dios, las ofrendas y el incienso.
II Esd 13:11 De lo cual me querellé contra los magistrados, diciendo: ¿Por qué hemos abandonado el templo de Dios? Convoqué después a los levitas, e hice que cada cual volviese a su destino.
II Esd 13:14 Acuérdate por esto de mí, oh Dios mío, y no borres de tu memoria el bien que yo hice en la casa de mi Dios, y por su culto.
II Esd 13:14 Acuérdate por esto de mí, oh Dios mío, y no borres de tu memoria el bien que yo hice en la casa de mi Dios, y por su culto.
II Esd 13:18 ¿No hicieron esto mismo nuestros padres, y nuestro Dios descargó sobre nosotros y sobre esta ciudad todas estas calamidades? ¿Y ahora vosotros provocáis más la ira contra Israel, violando el sábado?
II Esd 13:22 Dije también a los levitas que se purificasen, y viniesen a guardar las puertas y santificasen o celasen el día del sábado. También por esto acuérdate de mó, oh Dios mío, y perdóname según tu gran misericordia.
II Esd 13:25 Por tanto los reprendí, y los maldije. E hice azotar algunos de ellos, y mesarles los cabellos, y que jurasen por Dios que no darían sus hijas a los hijos de los tales, ni tomarían de las hijas de ellos para sus hijos ni para sí mismos. Y dije:
II Esd 13:26 ¿No pecó en esto mismo Salomón , rey de Israel? Y ciertamente que entre las muchas naciones no había rey semejante a él; y era el querido de su Dios, y Dios le constituyó rey sobre todo Israel; pues aun a éste le arrastraron al pecado las mujeres extranjeras.
II Esd 13:26 ¿No pecó en esto mismo Salomón , rey de Israel? Y ciertamente que entre las muchas naciones no había rey semejante a él; y era el querido de su Dios, y Dios le constituyó rey sobre todo Israel; pues aun a éste le arrastraron al pecado las mujeres extranjeras.
II Esd 13:27 ¿Conque, nosotros también desobedientes cometeremos esa gran maldad de prevaricar contra nuestro Dios, tomando mujeres extranjeras?
II Esd 13:29 Acuérdate, Señor Dios mío, de castigar los que profanan el sacerdocio, violando el derecho sacerdotal y levítico.
II Esd 13:31 y para que cuidasen de la ofrenda de la leña y de las primicias en los tiempos señalados. Acuérdate de mí, oh Dios mío, para mi consuelo. Amén.
Tob 1:6 y se iba a Jerusalén al templo del Señor, donde adoraba al Señor Dios de Israel, ofreciendo fielmente todas sus primicias y sus diezmos,
Tob 1:8 Estas y otras cosas semejantes al tenor de la ley de Dios observaba desde jovencito.
Tob 1:10 y le enseñó desde la niñez a temer a Dios, y a guardarse de todo pecado.
Tob 1:13 Y porque tuvo presente al Señor y lo amó con todo su corazón, lo hizo Dios grato a los ojos del rey Salmanasar;
Tob 1:21 Finalmente, al volver fugitivo de Judea el rey Sennaquerib, por causa del azote que había Dios descargado sobre él por sus blasfemias, como enfurecido matase a muchos de los israelitas, Tobías sepultaba sus cadáveres.
Tob 2:2 dijo éste a su hijo: Anda y tráete acá algunos de nuestra tribu, temerosos de Dios, para que coman con nosotros.
Tob 2:9 Pero Tobías, temiendo más a Dios que al rey, robaba los cadáveres de los que habían sido muertos, y escondíalos en su casa, y a media noche los enterraba.
Tob 2:13 Porque, en efecto, como desde su niñez vivió siempre en temor de Dios, y guardó sus mandamientos, no se quejó contra Dios por la desgracia de la ceguera que le envió;
Tob 2:13 Porque, en efecto, como desde su niñez vivió siempre en temor de Dios, y guardó sus mandamientos, no se quejó contra Dios por la desgracia de la ceguera que le envió;
Tob 2:14 sino que permaneció firme en el temor de Dios, dándole gracias todos los días de su vida.
Tob 2:18 puesto que nosotros somos los hijos de los santos patriarcas, y esperamos aquella vida que ha de dar Dios a los que siempre conservan en él su fe.
Tob 3:11 sino que perseverando en oración suplicaba a Dios con lágrimas que la librase de esta infamia.
Tob 3:13 dijo: Bendito sea tu Nombre, oh Dios de nuestros padres, que después de tu enojo usas de misericordia, y en el tiempo de la tribulación perdonas los pecados a los que te invocan.
Tob 3:23 Oh Dios de Israel, bendito sea eternamente tu santo Nombre.
Tob 3:24 A un mismo tiempo fueron oídas las plegarias de ambos, de Tobías y Sara, en la presencia de la Majestad del Soberano Dios.
Tob 4:1 Pensando, pues, Tobías que Dios habría oído la oración que le había hecho para que lo sacase de este mundo, llamó cerca de sí a su hijo Tobías,
Tob 4:3 Luego que Dios recibiere mi alma, entierra mi cuerpo; y honrarás a tu madre todos los días de su vida;
Tob 4:6 Tú ten a Dios en tu mente todos los días de tu vida; y guárdate de consentir jamás en pecado, y de quebrantar los mandamientos del Señor Dios nuestro.
Tob 4:6 Tú ten a Dios en tu mente todos los días de tu vida; y guárdate de consentir jamás en pecado, y de quebrantar los mandamientos del Señor Dios nuestro.
Tob 4:12 sino que será la limosna motivo de gran confianza delante del Soberano Dios para todos los que la hicieren.
Tob 4:23 No temas, hijo mío, no te aflijas; es verdad que pasamos una vida pobre, pero tendremos muchos bienes, si temiéremos a Dios, y huyéremos de todo pecado, y obráremos bien.
Tob 5:6 Y sin saber que era un ángel de Dios, lo saludó, y dijo: ¿De dónde eres, buen mancebo?
Tob 5:13 Replicó el joven: Buen ánimo, que no tardará Dios en curarte.
Tob 5:21 Y tomando la palabra Tobías, dijo: Id en buena hora, y Dios os asista en vuestro viaje, y su ángel os acompañe.
Tob 5:27 porque creo que el buen ángel de Dios lo acompaña, y cuida bien de todo lo perteneciente a él, a fin de que vuelva con gozo a nuestra casa.
Tob 6:17 Los que abrazan con tal disposición el matrimonio , que apartan de sí y de su mente a Dios, entregándose a su pasión, como el caballo y el mulo que no tienen entendimiento; ésos son sobre quienes tiene poder el demonio.