Lc 7:16
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Con esto quedaron todos penetrados de temor, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta ha aparecido entre nosotros, y Dios ha visitado a su pueblo.
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Lc 7:16
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Con esto quedaron todos penetrados de temor, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta ha aparecido entre nosotros, y Dios ha visitado a su pueblo.
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Lc 7:28
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Por lo que os digo: Entre los nacidos de mujeres, ningún profeta es mayor que Juan Bautista; si bien aquel que es el más pequeño en el reino de Dios, es mayor que él.
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Lc 7:29
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Todo el pueblo y los publicanos, habiéndole oído, entraron en los designios de Dios recibiendo el bautismo de Juan.
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Lc 7:30
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Pero los fariseos y doctores de la ley despreciaron en daño de sí mismos el designio de Dios, no habiendo recibido dicho bautismo .
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Lc 8:1
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Algún tiempo después andaba Jesús por las ciudades y aldeas predicando, y anunciando el reino de Dios, acompañado de los doce,
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Lc 8:10
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A los cuales respondió así: A vosotros se os ha concedido entender el misterio del reino de Dios, mientras a los demás en parábolas, de modo que viendo no echen de ver, y oyendo no entiendan.
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Lc 8:11
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Ahora bien, el sentido de la parábola es éste: La semilla es la palabra de Dios;
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Lc 8:15
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En fin, la que cae en buena tierra, denota aquellos que con un corazón bueno y muy sano oyen la palabra de Dios, y la conservan con cuidado, y mediante la paciencia dan fruto sazonado.
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Lc 8:21
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Pero él les dio esta respuesta: Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la practican.
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Lc 8:28
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Este, pues, así que vio a Jesús , se arrojó a sus pies, y le dijo a grandes gritos: ¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús , Hijo del Dios altísimo? Te ruego que no me atormentes.
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Lc 8:39
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Vuélvete a tu casa, y cuenta las maravillas que Dios ha obrado a favor tuyo. Y se fue por toda la ciudad, publicando los grandes beneficios que Jesús le había hecho.
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Lc 9:2
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Y los envió a predicar el reino de Dios, y a dar la salud a los enfermos.
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Lc 9:6
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Habiendo, pues, partido, iban de lugar en lugar, anunciando la buena nueva del reino de Dios, y curando enfermos por todas partes.
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Lc 9:11
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Lo que sabido por los pueblos se fueron tras él; y los recibió Jesús con amor, y les hablaba del reino de Dios, y daba salud a los que carecían de ella.
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Lc 9:20
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Y vosotros, replicó Jesús , ¿quién decís que soy yo? Respondió Simón Pedro: El Cristo o ungido de Dios.
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Lc 9:27
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Os aseguro con verdad, que algunos hay aquí presentes que no morirán sin que hayan visto el reino de Dios.
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Lc 9:44
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Con lo que todos quedaban pasmados del gran poder de Dios; y mientras todo el mundo no cesaba de admirar las cosas que hacía, él dijo a sus discípulos: Grabad en vuestro corazón lo que voy a deciros: El Hijo del hombre está para ser entregado en manos de los hombres.
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Lc 9:60
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Le replicó Jesús : Deja tú a los muertos el cuidado de sepultar a sus muertos; pero tú ve, y anuncia el reino de Dios.
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Lc 9:62
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Le respondió Jesús : Ninguno que después de haber puesto mano en el arado vuelve los ojos atrás, es apto para el reino de Dios.
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Lc 10:9
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y curad a los enfermos que en ella hubiere, y decidles: El reino de Dios está cerca de vosotros.
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Lc 10:11
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Hasta el polvo que se nos ha pegado de vuestra ciudad, lo sacudimos contra vosotros; mas sabed que el reino de Dios está cerca.
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Lc 10:27
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Respondió él: Amarás al Señor Dios tuyo de todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo.
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Lc 11:20
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Pero si yo lanzo demonios con el dedo de Dios, es evidente que ha llegado ya el reino de Dios a vosotros.
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Lc 11:20
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Pero si yo lanzo demonios con el dedo de Dios, es evidente que ha llegado ya el reino de Dios a vosotros.
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Lc 11:28
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Pero Jesús respondió: Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios, y la ponen en práctica.
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Lc 11:42
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Mas ¡ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, y de la ruda, y de toda suerte de legumbres, y no hacéis caso de la justicia y de la caridad o amor de Dios! Estas son las cosas que debíais practicar, sin omitir aquéllas.
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Lc 11:49
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Por eso dijo también la sabiduría de Dios: Yo les enviaré profetas y apóstoles, y matarán a unos y perseguirán a otros,
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Lc 12:6
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¿No es verdad que cinco pajarillos se venden por dos cuartos, y con todo ni uno de ellos es olvidado de Dios?
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Lc 12:8
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Os digo, pues que cualquiera que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del hombre le confesará, delante de los ángeles de Dios.
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Lc 12:9
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Al contrario, quien me negare ante los hombres, será negado ante los ángeles de Dios.
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Lc 12:20
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Pero le dijo Dios: ¡Insensato!, esta misma noche han de exigir de ti la entrega de tu alma; ¿de quién será cuanto has almacenado?
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Lc 12:21
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Esto es lo que sucede al que atesora para sí, y no es rico a los ojos de Dios.
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Lc 12:24
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Reparad en los cuervos: ellos no siembran, ni siegan, no tienen despensa, ni granero; sin embargo, Dios los alimenta. Ahora bien, ¿cuánto más valéis vosotros que ellos?
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Lc 12:28
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Pues si a una hierba que hoy está en el campo, y mañana se echa en el horno, Dios así la viste, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poquísima fe?
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Lc 12:31
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Por tanto, buscad primero el reino de Dios y su justicia; que todo lo demás se os dará por añadidura.
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Lc 13:13
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Puso sobre ella las manos, y se enderezó al momento, y daba gracias y alabanzas a Dios.
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Lc 13:18
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Decía también Jesús : ¿A qué cosa es semejante el reino de Dios, o con qué podré compararlo?
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Lc 13:20
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Y volvió a repetir: ¿A qué cosa diré que se asemeja el reino de Dios?
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Lc 13:28
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Allí será el llanto y el rechinar de dientes; cuando veréis a Abrahán, y a Isaac, y a Jacob , y a todos los profetas en el reino de Dios, mientras vosotros sois arrojados fuera.
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Lc 13:29
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Y vendrán también gentes del oriente y del occidente, del norte y del mediodía, y se pondrán a la mesa en el convite del reino de Dios.
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Lc 14:15
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Habiendo oído esto uno de los convidados le dijo: ¡Oh, bienaventurado aquel que tenga parte en el convite del reino de Dios!
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Lc 15:10
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Así os digo yo, que harán fiesta los ángeles de Dios por un pecador que haga penitencia.
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Lc 16:13
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Ningún criado puede servir a dos amos; porque o aborrecerá al uno, y amará al otro; o amará al primero, y no hará caso del segundo: no podéis servir a Dios y a las riquezas.
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Lc 16:15
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Mas Jesús les dijo: Vosotros os vendéis por justos delante de los hombres; pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que parece sublime a los ojos humanos, a los de Dios es abominable.
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Lc 16:15
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Mas Jesús les dijo: Vosotros os vendéis por justos delante de los hombres; pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que parece sublime a los ojos humanos, a los de Dios es abominable.
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Lc 16:16
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La ley y los profetas hasta Juan; después acá el reino de Dios es anunciado, y todos entran en él a viva fuerza.
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Lc 17:15
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Uno de ellos, apenas echó de ver que estaba limpio, volvió atrás, glorificando a Dios a grandes voces,
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Lc 17:18
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No ha habido quién volviese a dar a Dios la gloria, sino este extranjero.
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Lc 17:20
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Preguntado por los fariseos: ¿Cuándo vendrá el reino de Dios?, les dio por respuesta: El reino de Dios no vendrá con muestras de aparato;
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