Apoc 6:1
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Vi, pues, cómo el Cordero abrió el primero de los siete sellos, y oí al primero de los cuatro animales que decía, con voz como de trueno: Ven y verás.
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Apoc 8:7
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Tocó, pues, el primer ángel la trompeta; y se formó una tempestad de granizo y fuego, mezclados con sangre, y descargó sobre la tierra, con lo que la tercera parte de la tierra se abrasó, y con ella se quemó la tercera parte de los árboles, y toda la hierba verde.
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Apoc 9:13
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Tocó, pues, el sexto ángel la trompeta; y oí una voz que salía de los cuatro ángulos del altar de oro, que está colocado ante los ojos del Señor,
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Apoc 9:15
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Fueron, pues, desatados los cuatro ángeles, los cuales estaban preparados para la hora, y el día, y el mes, y el año, en que debían matar la tercera parte de los hombres.
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Apoc 9:19
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Porque la fuerza de los caballos está en su boca y en sus colas; pues sus colas son semejantes a serpientes, y tienen cabezas, y con éstas hieren.
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Apoc 10:9
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Fui, pues, al ángel, pidiéndole que me diera el libro. Y me dijo: Tómalo, y devóralo, que llenará de amargura tu vientre, aunque en tu boca será dulce como la miel.
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Apoc 11:5
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Y si alguno quisiere maltratarlos, saldrá fuego de la boca de ellos, que devorará a sus enemigos; pues así conviene sea consumado quien quisiere hacerles daño.
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Apoc 12:13
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Viéndose, pues, el dragón precipitado del cielo a la tierra, fue persiguiendo a la mujer, que había dado a luz aquel hijo varón.
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Apoc 13:18
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Aquí está el saber. Quien tiene, pues, inteligencia, calcule el número de la bestia, porque su número es el que forman las letras del nombre de un hombre, y el número de la bestia es seiscientos sesenta y seis.
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Apoc 14:16
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Echó, pues, el que estaba sentado sobre la nube su hoz a la tierra, y la tierra quedó segada.
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Apoc 14:18
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Salió también del altar otro ángel, el cual tenía poder sobre el fuego, y clamó en alta voz al que tenía la hoz aguzada, diciendo: Mete tu hoz aguzada, y vendimia los racimos de la viña de la tierra, pues que sus uvas están ya maduras.
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Apoc 16:2
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Partió, pues, el primero, y derramó su taza sobre la tierra, y se formó una úlcera cruel y maligna en los hombres, que tenían la señal o divisa de la bestia, y en los que adoraron su imagen.
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Apoc 18:20
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¡Oh cielo!, regocíjate sobre ella; como también vosotros, ¡oh santos apóstoles y profetas!, pues Dios condenándola ha tomado venganza por vosotros, os ha hecho justicia.
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Apoc 19:2
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porque verdaderos son y justos sus juicios, pues ha condenado a la gran ramera, la cual estragó la tierra con su prostitución, y ha vengado la sangre de sus siervos, derramada por las manos de ella.
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Apoc 19:7
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gocémonos, y saltemos de júbilo, y démosle la gloria, pues son llegadas las bodas del Cordero y su esposa se ha puesto de gala o ataviada;
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Apoc 20:13
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El mar, pues, entregó los muertos que había en él, y la muerte y el infierno entregaron los muertos que tenían dentro, y se dio a cada uno la sentencia según sus obras.
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Apoc 21:2
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Ahora, pues, yo, Juan, vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén , descender del cielo por la mano de Dios, compuesta, como una novia engalanada para su esposo.
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Apoc 21:16
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Es de advertir que la ciudad es cuadrada, y tan larga como ancha; midió, pues, la ciudad con la caña de oro, y tenía doce mil estadios siendo iguales su longitud, altura y latitud.
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Apoc 22:10
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Me dijo también: No selles las palabras de la profecía de este libro, pues el tiempo está cerca.
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