Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

pues

II Rey 12:28 Junta, pues, ahora el resto del ejército, y ven a batir la ciudad y tomarla; a fin de que, conquistándola yo, no se me atribuya a mí el honor de la victoria.
II Rey 12:29 Juntó, pues, David todas las tropas, y marchó contra Rabbat, y la tomó por asalto.
II Rey 13:2 y creció tanto en él la pasión, que el amor suyo vino a enfermar; pues como Tamar era virgen, le parecía muy dificultoso poder hacer con ella cosa alguna deshonesta.
II Rey 13:4 Le dijo, pues, éste a Amnón: ¿En qué consiste, príncipe mío, que cada día te vas poniendo más flaco? ¿Por qué no te descubres conmigo? Le respondió Amnón: Estoy enamorado de Tamar, hermana de Absalón, mi hermano.
II Rey 13:6 Se puso, pues, Amnón en cama, y empezó a fingirse enfermo; y habiendo venido el rey a visitarlo, le dijo Amnón: Te ruego que venga a verme mi hermana Tamar, y que a presencia mía me haga un par de hojuelas, que coma yo de su mano.
II Rey 13:10 dijo Amnón a Tamar: Entra la comida en mi aposento, para que la reciba yo de tu mano. Cogió, pues, Tamar los pastelillos que había aderezado, y se los entró a su hermano Amnón en su aposento.
II Rey 13:12 La cual le respondió: No quieras hacerme violencia, hermano mío, no, pues no es esto permitido en Israel; no hagas tal villanía,
II Rey 13:18 Estaba Tamar vestida de una ropa talar de varios colores, traje que acostumbraban a usar las doncellas hijas del rey. El criado, pues, de Amnón la hizo salir fuera del aposento, y cerró tras ella la puerta.
II Rey 13:24 A este fin fue a ver al rey y le dijo: Te hago presente que esquilan las ovejas de tu siervo; venga, pues, te suplico, el rey con sus criados a la casa de su siervo.
II Rey 13:25 Respondió el rey a Absalón: No quieras pretender que vayamos todos, pues te sería muy costoso. Y como le hiciese nuevas instancias, David rehusó siempre ir, y le echó su bendición.
II Rey 13:29 Hicieron, pues, los criados de Absalón lo que éste les había mandado contra Amnón. Con lo que levantándose de la mesa montaron cada uno en su mula, y echaron a huir.
II Rey 13:33 No piense, pues, ni dé crédito el rey mi señor a esa voz que corre de que todos los hijos del rey han sido asesinados; porque sólo Amnón es el que ha muerto.
II Rey 14:1 Advirtiendo, pues, Joab, hijo de Sarvia, que el corazón del rey se inclinaba ya a Absalón,
II Rey 14:4 Así, pues, presentándose la mujer de Tecua al rey, se postró en tierra delante de él, y haciéndole profunda reverencia le dijo: ¡Oh rey, sálvame!
II Rey 14:5 Le dijo el rey: ¿Qué es lo que tienes? ¡Ay de mí!, respondió ella, soy una mujer viuda; pues se me ha muerto mi marido.
II Rey 14:13 Dijo, pues la mujer: ¿Cómo señor, has pensado tú hacer lo mismo en daño del pueblo de Dios? y ¿por qué ha resuelto el rey hacer ese mal, en lugar de hacer volver a su hijo del destierro?
II Rey 14:15 Por esto, pues, he venido yo ahora a proponer a mi rey y señor esta súplica en presencia del pueblo. Porque dijo tu sierva: Hablaré al rey, a ver si de algún modo puedo obtener la gracia que le pediré.
II Rey 14:19 ¿No es verdad, prosiguió el rey, que todo lo que me has dicho es cosa dispuesta por Joab? Respondió la mujer, y dijo: Por vida tuya (que Dios conserve), oh mi rey y señor, que has dado directamente en el blanco; pues realmente tu siervo Joab es el mismo que me lo ha mandado, y el que ha puesto en boca de tu sierva todas las palabras que te ha dicho.
II Rey 14:21 Dijo entonces el rey a Joab: Concedo la gracia que pides; anda pues, y haz volver a mi hijo Absalón.
II Rey 14:22 Aquí Joab, postrándose en tierra sobre su rostro, hizo una profunda reverencia al rey, le dio las gracias, y añadió: Oh rey y señor mío, hoy ha reconocido tu siervo que ha hallado gracia en tus ojos; pues que has otorgado la súplica que te he hecho.
II Rey 14:24 Pero el rey había dicho: Vuelva a su casa; mas no comparezca en mi presencia. Volvió, pues, Absalón a su casa; mas no vio la cara al rey.
II Rey 14:26 Cuando se cortaba el cabello (que lo ejecutaba una vez al año, pues le incomodaba la cabellera), pesaban los cabellos de su cabeza o se apreciaban en doscientos siclos del peso común.
II Rey 14:29 Mandó, pues, llamar a Joab para enviarle al rey, y no quiso venir. Despachándole segundo recado, y no queriendo venir tampoco,
II Rey 14:31 Fue pues, Joab a casa de Absalón. Y le dijo: ¿Por qué razón tus criados han puesto fuego a mis mieses?
II Rey 14:32 Le respondió Absalón: Es que yo envié a llamarte, rogándote que vinieras, para que dijeses de mi parte al rey: ¿A qué fin he vuelto de Gesur? Para esto me era mejor estarme allí. Alcánzame, pues, la gracia de que pueda ver la cara del rey; y que si aún recuerda mi delito, quíteme la vida.
II Rey 15:12 Hizo venir asimismo a Aquitofel, gilonita, consejero de David, de su ciudad de Gilo. Al tiempo, pues, que estaba inmolando las víctimas, se formaba una regia conjuración; e iba creciendo el número de la gente que corría en tropel al partido de Absalón.
II Rey 15:13 Le llegó, pues, a David un mensajero, diciendo: Todo Israel se va con plena voluntad en pos de Absalón.
II Rey 15:16 Salió, pues, el rey con toda su familia a pie; y dejó a diez de sus mujeres secundarias para custodia del palacio.
II Rey 15:19 Dijo entonces el rey a Etai, geteo: ¿Para qué vienes con nosotros? Vuélvete y quédate con el nuevo rey; pues tú eres un extranjero que estás fuera de tu patria.
II Rey 15:22 Con esto dijo David a Etai: Ven, pues, y pasa el torrente Cedrón. Y pasó Etai, geteo, con todos los que le acompañaban y la demás gente.
II Rey 15:29 Sadoc, pues, y Abiatar, volvieron el arca de Dios a Jerusalén , donde se quedaron.
II Rey 15:37 Cusai, pues amigo de David, se volvió a Jerusalén ; adonde llegó al mismo tiempo que entraba también Absalón.
II Rey 16:5 Llegó, pues, el rey David hasta Bahurim; y he aquí que salía de esta ciudad un hombre de la parentela de Saúl, llamado Semei, hijo de Gera; el cual lo seguía de cerca, echándole maldiciones.
II Rey 16:10 Mas el rey le replicó: ¿Qué tengo yo con vosotros, oh hijos de Sarvia? Dejadlo maldecir; pues el Señor ha dispuesto que maldiga a David. ¿Y quién osará preguntarle por qué lo ha dispuesto así?
II Rey 16:11 Dijo el rey a Abisai y a todos sus criados: Vosotros estáis viendo que un hijo mío, nacido de mis entrañas, busca cómo quitarme la vida; ¿pues qué importa que me trate así ahora un hijo de Jemini? Dejadle que me maldiga, conforme a la permisión del Señor.
II Rey 16:13 Así, pues, David proseguía su camino acompañado de sus gentes; pero Semei iba al lado por la loma del monte, maldiciendo, y arrojando piedras contra David, y esparciendo polvo.
II Rey 16:22 Levantaron, pues, un pabellón para Absalón en el terrado del palacio; y a vista de todo Israel fue a estar con las mujeres secundarias de su padre.
II Rey 17:1 Dijo, pues, Aquitofel a Absalón: Escogeré doce mil hombres, y partiré esta noche a perseguir a David;
II Rey 17:10 Y al oír esto, los más valientes de tu ejército, cuyo corazón es como de leones, desmayarán de temor; pues sabe todo el pueblo de Israel que tu padre es un varón esforzado, y que es gente valerosa la que lo sigue.
II Rey 17:16 Ahora, pues, enviad cuanto antes a decir a David: No pares esta noche en las campiñas del desierto; antes bien pasa sin dilación a la otra parte del Jordán. No suceda que sea arrollado el rey con toda su gente.
II Rey 17:17 Entretanto Jonatás y Aquímaas estaban a la mira junto a la fuente de Rogel. Fue allí una criada, y les dio el aviso, y marcharon a llevar al rey la noticia; pues ellos no podían entrar en la ciudad, para no ser vistos.
II Rey 17:21 Así que se fueron, subieron los otros del pozo, y prosiguiendo su camino dieron aviso al rey David diciendo: Levantad el campo, y pasad prontamente el río, pues esto ha aconsejado Aquitofel contra vosotros.
II Rey 17:22 Marchó, pues, David con toda su gente, y pasó el Jordán antes del amanecer, sin que quedase a la otra parte ni siquiera uno.
II Rey 18:1 David, pues, habiendo pasado revista a su gente, eligió tribunos y centuriones que la mandasen.
II Rey 18:3 Le respondieron: No debes venir de ningún modo, pues aun cuando los enemigos nos hagan huir, no habrán logrado gran cosa; ni aunque muera la mitad de nosostros, no quedarán muy satisfechos; porque tú sólo vales por diez mil. Así mejor es que te quedes en la ciudad para poder socorrernos.
II Rey 18:12 Pero él replicó a Joab: Aunque pusieras en mi mano mil monedas de plata, no extendería yo mi mano contra el hijo del rey; pues que, oyéndolo nosotros, te mandó el rey a ti, y a Abisai, y a Etai diciendo: Conservadme a mi hijo Absalón.
II Rey 18:14 Dijo Joab: No será lo que dices; yo mismo lo he de atravesar a tu vista. Cogió, pues, tres dardos o rejones en su mano, y los clavó en el corazón de Absalón; y como todavía palpitase colgado de la encina,
II Rey 18:18 Absalón, cuando aún vivía, se había erigido un monumento que se conserva en el Valle del Rey, porque decía: Ya que no tengo hijos, esto servirá para memoria de mi nombre. Dio, pues, su nombre a este monumento, el cual se llama aún hasta hoy día: La mano de Absalón.
II Rey 18:20 Le respondió Joab: No serás tú el mensajero en esta ocasión, sino en otra; hoy no quiero que vayas tú a llevar las noticias; pues ha muerto el hijo del rey.
II Rey 18:23 ¿Qué importa, replicó, que yo corra? Anda, pues, dijo Joab. Con esto Aquímaas, corriendo por un atajo se adelantó a Cusi.