Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

pues

Amós 4:5 Y ofreced a los ídolos el sacrificio de alabanza, con pan fermentado, y pregonad y haced saber las ofrendas voluntarias, pues así os place a vosotros, ¡oh hijos de Israel!, dice el Señor Dios.
Amós 5:27 Yo haré, pues, que seáis transportados más allá de Damasco a la Asiria, dice el Señor, el Señor cuyo nombre es Dios de los ejércitos.
Amós 9:12 A fin de que sean dueños de los restos de la Idumea y de todas las demás naciones; pues en ellos será invocado mi Nombre, dice el Señor Hacedor de tales maravillas.
Jon 1:8 Le dijeron pues: Decláranos los motivos de este desastre que nos sucede. ¿Qué oficio es el tuyo? ¿De dónde eres, y adónde vas? ¿De qué nación eres tú?
Jon 1:14 Y clamaron al Señor, diciendo: Te rogamos, ¡oh Señor!, que no nos hagas morir por haber dado muerte a este hombre, y no hagas recaer sobre nosotros la sangre inocente; pues tú, ¡oh Señor!, has hecho caer la suerte así como has querido.
Jon 3:3 Marchó, pues, Jonás , y se dirigió a Nínive, según la orden del Señor. Era Nínive una ciudad grandísima, eran necesarios tres días para recorrerla.
Jon 3:10 Viendo, pues, Dios las obras de penitencia que hacían, y cómo se habían convertido de su mala vida, se movió a misericordia, y no les envió los males que había decretado.
Jon 4:10 Y dijo el Señor: Tú tienes pesar por la pérdida de una hiedra, que ningún trabajo te ha costado, ni tú la has hecho crecer, pues ha crecido en una noche y en una noche ha perecido.
Miq 1:13 Al estruendo de los carros de guerra, quedará lleno de pavor el morador de Laquis, ésta fue el origen de pecado para la hija de Sión, pues en ella se hallaron imitadas las maldades de Israel.
Miq 2:10 Levantaos, y marchad, porque no habéis ya de tener aquí descanso; pues esta tierra de promisión se ha hecho inmunda, y por eso está contaminada de una corrupción horrorosa.
Miq 3:7 Y quedarán avergonzados estos que tienen visiones, y serán confundidos estos adivinos, y todos ellos se cubrirán el rostro avergonzados, pues sus oráculos no son de Dios.
Miq 4:4 Y descansará cada uno debajo de su parra y debajo de su higuera; sin tener temor de nadie, pues lo ha prometido por su boca el Señor de los ejércitos.
Miq 4:9 Ahora pues ¿por qué te abandonas a la tristeza? ¿Acaso estás tú sin rey, o te ha faltado tu consejero, para que estés acongojada de dolor como una mujer que está de parto?
Miq 4:13 Levántate, pues, ¡oh hija de Sión!, y trilla a tus enemigos, porque yo te daré a ti astas o fortaleza de hierro, y uñas de bronce; y desmenuzarás muchos pueblos, y ofrecerás al Señor todo cuanto te han robado, y todas sus riquezas al Señor de toda la tierra.
Miq 6:1 Escuchad lo que me dice el Señor: ¡Ea, pues, oh profeta!, ventila en juicio mi causa contra los montes, y oigan los collados tu voz.
Miq 6:6 ¿Qué ofreceré, pues, al Señor que sea digno de él, a fin de aplacarle? ¿Doblaré la rodilla ante el Dios excelso? ¿Le ofreceré holocaustos y becerros de un año?
Miq 7:9 Yo sufriré el castigo del Señor, pues pequé contra él, hasta tanto que él juzgue mi causa, y se declare en favor mío. El me volverá a la luz del día, y yo veré su justicia.
Nah 2:2 Porque el Señor va a tomar venganza de tu insolencia contra Jacob , como igualmente de tu soberbia contra Israel, pues tus ejércitos destructores devastaron y talaron sus campiñas.
Nah 3:11 Tú, pues, ¡oh Nínive!, beberás hasta embriagarte: y serás habitada, y pedirás socorro a tu mismo enemigo.
Hab 1:13 Limpios son siempre tus ojos, no puedes tú ver el mal ni podrías sufrir delante de ti la iniquidad. ¿Por qué, pues, te quedas contemplando a aquellos que obran mal, y callas cuando el impío está tragándose al que es más justo que él?
Hab 1:16 Por tanto, ofrecerá víctimas a su barredera, y sacrificios a sus redes; pues por medio de éstas se ha engrosado su porción, y se ha provisto de exquisitos manjares.
Hab 2:2 Me respondió, pues el Señor, y me dijo: Escribe la visión en las tablillas de escribir, para que se pueda leer corrientemente.
Hab 2:4 Mira que el que es incrédulo no tiene dentro de sí un alma justa. El justo, pues, en su fe vivirá.
Sof 1:18 Y ni la plata ni el oro podrán librarlos en aquel día de la ira del Señor, cuyo ardiente celo devorará toda la tierra; pues él a toda prisa exterminará a cuantos la habitan.
Sof 2:14 De suerte que sestearán en medio de ella los rebaños y todos los ganados de las gentes vecinas; y se guarecerán dentro de sus casas el pelícano y el erizo; se oirá el canto de las aves campesinas en sus ventanas, y los cuervos anidarán sobre sus dinteles o arquitrabes; pues yo acabaré con todo su poder.
Sof 3:11 En aquel día, ¡oh Jerusalén !, no serás confundida por todas las obras tuyas, con que prevaricaste contra mí; pues entonces yo quitaré de en medio de ti aquellos maestros que alimentan tu orgullo; y no te engreirás más por tener mi santo monte de Sión.
Sof 3:13 Los restos del pueblo de Israel no cometerán injusticia, ni hablarán mentira, ni tendrán en su boca una lengua falaz; pues tendrán pastos excelentes, y gozarán descanso, y no habrá nadie que les cause miedo.
Ag 1:5 Ahora, pues, esto dice el Señor de los ejércitos: Poneos a considerar seriamente vuestros procederes.
Ag 2:5 Pues ahora, ¡oh Zorobabel!, ten buen ánimo, dice el Señor, buen ánimo también, ¡oh Josué, hijo de Josedec, sumo sacerdote; y buen ánimo tú, pueblo todo del país!, dice el Señor de los ejércitos, y cumplid, pues yo estoy con vosotros, dice el Señor de los ejércitos,
Ag 2:15 A lo que repuso Ageo, y dijo: Así es este pueblo, y así es esta gente delante de mí, dice el Señor, y así sucede con todas las obras de sus manos; pues todo cuanto han ofrecido en este lugar, todo es inmundo.
Ag 2:24 En aquel tiempo, dice el Señor de los ejércitos, yo te ensalzaré, ¡oh Zorobabel, hijo de Salatiel, siervo mío!, dice el Señor, y te tendré como un anillo de sellar; pues a ti te he escogido, dice el Señor de los ejércitos.
Zac 1:8 Tuve, pues, de noche esta visión: Vi a un hombre montado sobre un caballo rojo, que estaba parado entre unos mirtos que había en una hondonada; y detrás de él había caballos rojos, manchados y blancos.
Zac 3:8 Escucha tú, oh Josué sacerdote, tú y tus amigos que moran contigo, que son varones de portento. Atiende, pues, lo que dijo: Yo haré venir a mi Siervo, el Oriente.
Zac 8:9 Esto dice el Señor de los ejércitos: Cobren, pues, vigor vuestros brazos, ¡oh vosotros que en estos días oís tales palabras de boca de los profetas!; ahora que se han echado ya los cimientos de la casa del Señor de los ejércitos, y va a levantarse la construcción del templo.
Zac 8:16 Esto es, pues, lo que habéis de hacer: Hable verdad con su prójimo cada uno de vosotros. Pronunciad en vuestros tribunales sentencias de verdad y juicios de paz.
Zac 9:12 Dirigid vuestros pasos hacia la ciudad fuerte, oh vosotros cautivos que tenéis esperanza, pues te anuncio, oh pueblo mío, que te daré doblados bienes.
Zac 10:2 Porque ya visteis que los ídolos han dado respuestas inútiles, y que son visiones mentirosas las que tienen los adivinos, y que hablan sin fundamento los intérpretes de los sueños, dando vanos consuelos, por este motivo fueron vuestros crédulos padres conducidos al cautiverio como un rebaño, y afligidos; pues estaban sin pastor.
Zac 10:6 Y yo haré fuerte la casa de Judá, y salvaré la casa de José; y los haré volver de sus errores, pues que me apiadaré de ellos; y serán como eran antes que yo los desechase; puesto que yo soy el Señor Dios suyo, y los oiré benigno.
Zac 10:8 Yo los reuniré con un silbido, pues los he rescatado; los multiplicaré del modo que antes se habían multiplicado.
Zac 11:13 Y me dijo el Señor: Entrégale al alfarero ese lindo precio en que me apreciaron. Tomé, pues, los treinta siclos de plata, y los eché en la casa del Señor, para que se diesen al alfarero.
Zac 14:5 Y vosotros huiréis al valle de aquellos montes, pues el valle de aquellos montes estará contiguo al monte vecino, y huiréis al modo que huisteis por miedo del terremoto en los tiempos de Ozías, rey de Judá. Y vendrá el Señor mi Dios; y con él todos los santos.
Mal 1:6 Honra a su padre el hijo, y el siervo honra a su señor, pues si yo soy vuestro padre, ¿dónde está la honra que me corresponde? Y si yo soy vuestro Señor, ¿dónde está la reverencia que me es debida?, dice el Señor de los ejércitos a vosotros, los sacerdotes que despreciáis mi Nombre, y decís: ¿En qué hemos despreciado tu Nombre?
Mal 1:9 Ahora, pues, orad en la presencia de Dios, para que se apiade de vosotros (porque tales han sido vuestros procederes); quizá él os acogerá benignamente, dice el Señor de los ejércitos.
Mal 1:11 Porque desde Levante a Poniente es grande mi Nombre entre las naciones, y en todo lugar se sacrifica y se ofrece al Nombre mío una ofrenda pura; pues grande es mi Nombre entre las naciones, dice el Señor de los ejércitos.
Mal 2:10 Pues qué, ¿no es uno mismo el padre de todos nosotros? ¿No es un mismo Dios el que nos ha creado? ¿Por qué, pues, desdeña cada uno de nosotros a su hermano, quebrantando la alianza de nuestros padres?
Mal 2:15 Pues, ¿no la hizo a ella aquel Señor que es uno? ¿Y no es ella una partícula de su espíritu? Y aquel uno ¿qué es lo que quiere, sino una prole o linaje de Dios? Guardad, pues, custodiad vuestro espíritu, y no despreciéis la mujer que tomasteis en vuestra juventud.
Mal 3:12 Y todas las naciones os llamarán bienaventurados, pues será el vuestro un país envidiable, dice el Señor de los ejércitos.
Mal 3:15 Por eso ahora llamamos bienaventurados a los soberbios, pues viviendo impíamente hacen fortuna y provocan a Dios, y con todo quedan salvos.
I Mac 1:18 Así, pues, entró en Egipto con un poderoso ejército, con carros de guerra, y elefantes, y caballería, y un gran número de naves.
I Mac 1:39 pues derramaron la sangre inocente alrededor del santuario, y profanaron el lugar santo."