II Par 21:6
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Y siguió los pasos de los reyes de Israel, como lo había hecho la casa de Acab; pues tenía por mujer a una hija de éste, y así hizo lo malo en la presencia del Señor.
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II Par 21:16
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Suscitó, pues, el Señor contra Joram el espíritu de los filisteos y de los árabes, confinantes con los etíopes.
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II Par 22:1
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Los habitantes de Jerusalén proclamaron luego por rey, en lugar de Joram, a Ocozías, el menor de sus hijos; porque los mayores en edad habían sido todos muertos por las guerrillas árabes que habían invadido el campamento; reinó, pues, Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá.
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II Par 22:4
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Hizo, pues, lo malo en la presencia del Señor como la casa de Acab; de la cual escogió sus consejeros después de la muerte de su padre, para perdición suya.
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II Par 22:6
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El cual se retiró a Jezrael para curarse de sus heridas; pues fueron muchas las que recibió en aquella batalla. Por lo que Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá, bajó a visitar a Joram, hijo de Acab, que se hallaba enfermo en Jezrael;
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II Par 22:8
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Estando, pues, Jehú destruyendo la casa de Acab, se encontró con varios príncipes de Judá, y con los hijos de los hermanos de Ocozías que estaban a su servicio, y les quitó la vida.
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II Par 22:12
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Se conservó, pues, escondido en su compañía, en el templo del Señor, los seis años que duró el reinado de Atalía sobre el país.
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II Par 23:8
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Los levitas, pues, y todo Judá ejecutaron puntualmente las órdenes del sumo sacerdote Joíada. Y tomó cada uno los hombres que tenía a su mando, así los que venían según el turno para hacer la semana, como los que, cumplida su semana, debían salir, porque el sumo sacerdote Joíada no había permitido que se marcharan las compañías de levitas, que al fin de la semana se sucedían unas a otras.
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II Par 24:8
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Mandó, pues, el rey que se hiciese un arca ; la que colocaron junto a la puerta del templo del Señor, por la parte de afuera;
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II Par 25:10
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Separó, pues, Amasías el ejército que le había venido de Efraín, para que se volviese a su país; y regresaron estas tropas a su tierra muy irritados contra Judá.
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II Par 25:17
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Tomó, pues, Amasías, rey de Judá, una pésima resolución, y envió a decir a Joás, hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey de Israel, como desafiándole: Ven, y nos veremos las caras.
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II Par 26:10
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Levantó también torres y cortijos en el desierto, e hizo muchísimas cisternas, pues tenía muchos ganados, así en las campiñas como en el vasto país del desierto. Tuvo igualmente viñas y viñadores en los montes, y especialmente en el Carmelo; porque era hombre muy dado a la agricultura.
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II Par 26:21
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Estuvo, pues, el rey Ozías leproso hasta su muerte, y habitó en una casa separada, cubierto de lepra, por motivo de la cual había sido echado del templo del Señor. Entretanto su hijo Joatam tomó el gobierno de la casa real, y administraba justicia al pueblo.
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II Par 27:6
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Joatam, pues, se hizo poderoso, por haber procedido rectamente en los ojos del Señor Dios suyo.
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II Par 28:10
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Además de esto queréis subyugar a los hijos de Judá y de Jerusalén , como a esclavos y esclavas, cosa que de ninguna manera debéis hacer; pues en esto pecáis contra el Señor Dios vuestro.
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II Par 28:11
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Oíd, pues, ahora mi consejo: Volved a enviar a sus casas esos prisioneros hermanos vuestros, que habéis traído acá; porque el furor grande del Señor está para caer sobre vosotros.
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II Par 28:21
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Acaz, pues, despojando el templo del Señor, y el palacio real, y las casas de los príncipes, ofreció dones al rey de los asirios, y sin embargo de nada le sirvió.
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II Par 28:23
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inmoló víctimas a los dioses de Damasco que creía sus enemigos, diciendo: Los dioses de los reyes de Siria son los que los protegen; yo los aplacaré, pues, con sacrificios, y se pondrán de mi parte; cuando al contrario ellos fueron la causa de su ruina y de la de todo Israel.
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II Par 28:24
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Acaz, pues, habiendo quitado todos los vasos de la casa de Dios, y habiéndolos hecho pedazos, cerró las puertas del templo de Dios, y erigió altares en todas las esquinas de Jerusalén .
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II Par 28:27
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En fin, pasó Acaz a descansar con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de Jerusalén ; pues no quisieron colocarlo en los sepulcros de los reyes de Israel o Judá. Lo sucedió en el reino su hijo Ezequías .
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II Par 29:1
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Comenzó, pues, a reinar Ezequías a la edad de veinticinco años; y reinó veintinueve en Jerusalén ; su madre se llamó Abía, hija de Zacarías.
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II Par 29:10
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Ahora, pues, yo deseo que hagamos alianza con el Señor Dios de Israel, a fin de que aparte de nosotros el furor de su ira.
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II Par 29:22
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Sacrificaron, pues, los sacerdotes los toros, y recibieron la sangre, y la derramaron sobre el altar; como también los carneros; y asimismo los corderos, cuya sangre derramaron igualmente sobre el altar.
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II Par 29:31
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Añadió todavía Ezequías : Vosotros habéis sido consagrados al Señor; venid, pues, y ofreced víctimas y alabanzas en la casa del Señor. Y toda la muchedumbre ofreció víctimas, y alabanzas, y holocaustos con devoto corazón.
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II Par 30:5
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Por lo que determinaron enviar mensajeros por todo Israel desde Bersabee hasta Dan, convidando a los pueblos a venir a celebrar la Pascua al Señor Dios de Israel en Jerusalén ; pues muchos no la habían celebrado hacía tiempo, a pesar de lo ordenado por la ley.
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II Par 30:10
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Iban, pues, corriendo los correos de ciudad en ciudad por el país de Efraín y de Manasés hasta el de Zabulón; mas estos pueblos se reían y mofaban de ellos.
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II Par 30:25
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Así pues, rebosaba de alegría toda la gente de Judá, junto con los sacerdotes y levitas, no menos que todo el concurso que había acudido de Israel, como también los extranjeros, tanto los del país de Israel, como los que habitaban en tierra de Judá.
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II Par 31:11
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Mandó, pues, Ezequías que dispusiesen almacenes en la casa del Señor; lo cual ejecutado,
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II Par 31:20
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Hizo, pues, Ezequías todas estas cosas que hemos dicho en todo el reino de Judá; y obró lo que era bueno, recto y justo delante del Señor Dios suyo,
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II Par 32:15
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No os dejéis, pues, engañar de Ezequías , ni seducir con vanas persuasiones, y no le deis crédito; porque si ninguno de los dioses de las naciones, ni de los otros reinos, pudo librar a su pueblo de mis manos, ni de las manos de mis padres, es consiguiente que tampoco vuestro Dios podrá libertaros de caer en las mías.
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II Par 33:9
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Manasés, pues, sedujo a Judá y a los habitantes de Jerusalén , para que hicieran mayores males, que todas las gentes que había el Señor exterminado de la presencia de los hijos de Israel.
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II Par 34:22
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Fue, pues, Helcías, junto con los enviados del rey, a encontrar a Olda, profetisa, mujer de Sellum, hijo de Tecuat, hijo de Hasra, guardarropa; la cual moraba en Jerusalén , en la segunda ciudad, y le refirieron las palabras que arriba mencionamos.
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II Par 34:28
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Porque bien pronto te reuniré con tus padres, y serás colocado en paz en tu sepulcro; y no verán tus ojos todos los males que yo descargaré sobre este lugar y sobre sus habitantes. Se volvieron, pues, y dieron cuenta al rey de todo cuanto ella había dicho.
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II Par 34:33
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Extirpó, pues, Josías todas las abominaciones de todo el país de los hijos de Israel; e hizo que cuantos quedaron habitando en Israel sirviesen al Señor Dios suyo. Mientras él vivió no abandonaron al Señor Dios de sus padres.
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II Par 35:3
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Dijo también a los levitas, por cuyas instrucciones se sacrificaba todo Israel para el culto del Señor: Colocad otra vez el arca en el Santuario del templo, edificado por Salomón , hijo de David, rey de Israel, porque ya no la tendréis que llevar más de una a otra parte. Ahora, pues, servid al Señor Dios vuestro y a su pueblo de Israel;
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II Par 35:11
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Se inmoló, pues, la Pascua ; y los sacerdotes derramaban con sus manos la sangre, y los levitas desollaban las víctimas.
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II Par 35:17
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Así, pues, los hijos de Israel que se hallaron allí, celebraron entonces la Pascua y la fiesta de los Azimos por siete días.
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II Par 35:21
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Pero Necao envió a decirle por sus embajadores: ¿Qué motivo hay de disensión entre nosotros dos, oh rey de Judá? Yo no vengo ahora a pelear contra ti, sino contra otra casa, contra la cual Dios me ha mandado salir a toda prisa; deja, pues, de oponerte a Dios, el cual está conmigo; no sea que el Señor te quite la vida.
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II Par 35:23
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Allí fue herido por los arqueros, y dijo a sus criados: Sacadme fuera del combate, pues estoy gravemente herido.
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II Par 36:15
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Entretanto el Señor Dios de sus padres, les hacía hablar por medio de sus enviados los profetas, amonestándolos sin cesar de día y de noche; pues quería perdonar a su pueblo y a la mansión suya.
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II Par 36:21
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y llegó el cumplimiento de la palabra del Señor, pronunciada por Jeremías, y la tierra hubo celebrado sus sábados; pues todo el tiempo de su desolación estuvo en sábado o descanso continuo, hasta que se cumplieron los setenta años.
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I Esd 3:3
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Colocaron, pues, el altar de Dios sobre sus basas, a pesar del temor en que les ponían los pueblos idólatras de las religiones circunvecinas, y sobre este altar ofrecieron al Señor el holocausto de la mañana y el de la tarde.
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I Esd 3:9
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Josué, pues, y sus hijos, y hermanos, y Cedmihel con sus hijos, y todos los hijos de Judá, unidos como si fuesen un solo hombre, estaban dando prisa a los que trabajaban en la construcción del templo de Dios; y lo mismo hacían los hijos de éstos, y sus hermanos los levitas.
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I Esd 4:13
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Advierte, pues, oh rey, que si esta ciudad se reedifica y se reparan sus muros, no pagarán ya más tributo, ni alcabalas, ni rentas anuales, y el daño llegará hasta los reyes.
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I Esd 4:14
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Nosotros, pues, teniendo presente la sal o el pan que hemos comido en palacio, y porque creemos ser una maldad el estarnos contemplando los perjuicios del rey, por eso enviamos a dar parte al rey:
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I Esd 4:21
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Ahora, pues, oíd nuestra decisión: Prohibid a esa gente la reedificación de dicha ciudad, hasta tanto que yo quizá mande otra cosa.
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I Esd 5:9
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Hemos, pues, preguntado a aquellos ancianos, y les hemos dicho: ¿Quién os ha dado facultad para edificar esta casa y restaurar estos muros?
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I Esd 5:17
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Ahora, pues, si parece bien al rey haga buscar el archivo real, que está en Babilonia, si es verdad que el rey Ciro mandó reedificar la casa de Dios en Jerusalén , y háganos saber sobre esto su real voluntad.
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I Esd 6:6
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Ahora, pues, tú, Tatanai, gobernador de la otra parte del río, y tú, Starbunazai, con vuestros consejeros, los afarsaqueos, que habitáis en el otro lado del río, retiraos lejos de ellos,
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I Esd 6:11
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Yo, pues, he decretado que cualquiera que contravenga esta orden, se tome un madero de su casa y se plante en tierra, y sea en él clavado tal hombre, y confiscada la casa.
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