IV Rey 6:4
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Se fue, pues, con ellos, y habiendo llegado al Jordán, se pusieron a cortar maderas.
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IV Rey 6:6
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Y dijo el varón de Dios: ¿Dónde ha caído? Y le señaló el lugar. Cortó, pues, Eliseo un palo, y lo arrojó allí; y salió nadando el hierro.
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IV Rey 6:22
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Mas él respondió: No, de ningún modo les quitarás la vida; pues no los has hecho prisioneros con tu espada, ni con tu arco, para poder privarlos de la vida; antes bien, preséntales pan y agua, para que coman y beban, y se vuelvan a su señor.
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IV Rey 6:23
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Les pusieron, pues, comida en abundancia, y comieron y bebieron, y les dio el rey libertad, y volvieron a su señor. Desde entonces no volvieron más las guerrillas o partidas ligeras de Siria a hacer correrías en la ciudad de Israel.
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IV Rey 6:29
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Cocimos, pues, mi hijo, y nos lo comimos. Al día siguiente, le dije yo: Da tu hijo para que nos lo comamos; mas ella lo ha escondido.
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IV Rey 6:32
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Estaba a la sazón Eliseo sentado en su casa, y estaban con él los ancianos o senadores. Despachó, pues, el rey un hombre para que fuera a cortarle la cabeza; y antes que llegase este enviado, dijo Eliseo a los ancianos: ¿No sabéis que ese hijo del homicida Acab ha enviado a cortarme la cabeza? Tened, pues, cuidado cuando llegare el enviado o ejecutor de tener cerrada la puerta y de no dejarlo entrar; porque ya estoy oyendo las pisadas de su señor que viene tras de él.
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IV Rey 6:32
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Estaba a la sazón Eliseo sentado en su casa, y estaban con él los ancianos o senadores. Despachó, pues, el rey un hombre para que fuera a cortarle la cabeza; y antes que llegase este enviado, dijo Eliseo a los ancianos: ¿No sabéis que ese hijo del homicida Acab ha enviado a cortarme la cabeza? Tened, pues, cuidado cuando llegare el enviado o ejecutor de tener cerrada la puerta y de no dejarlo entrar; porque ya estoy oyendo las pisadas de su señor que viene tras de él.
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IV Rey 7:4
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Si tratamos de entrar en la ciudad, moriremos de hambre; si nos quedamos aquí, moriremos también; vamos, pues, y pasémonos al campamento de los siros; si tuvieren compasión de nosotros, viviremos; que si nos quieren matar, de cualquier modo también habríamos de morirnos acá.
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IV Rey 7:8
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Luego, pues, que aquellos leprosos hubieron llegado a la entrada del campamento, entraron en una tienda, y comieron y bebieron, y sacaron de ella plata y oro, y vestidos, y fueron a esconderlo. Volvieron después, y entraron en otra tienda, y escondieron también lo que de allí pillaron.
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IV Rey 7:9
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Pero se dijeron unos a otros: No obramos bien, pues este día es día de albricias; si nosotros callamos, y no damos aviso hasta la mañana, se nos hará de esto un crimen. Ea, pues, vamos, y llevemos la nueva al palacio del rey.
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IV Rey 7:9
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Pero se dijeron unos a otros: No obramos bien, pues este día es día de albricias; si nosotros callamos, y no damos aviso hasta la mañana, se nos hará de esto un crimen. Ea, pues, vamos, y llevemos la nueva al palacio del rey.
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IV Rey 7:11
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Fueron, pues, los guardias de la puerta, y avisaron la novedad a los de dentro del palacio del rey;
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IV Rey 7:14
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Trajeron, pues, dos caballos, y envió el rey dos hombres al campamento de los siros, diciendo: Id y observad lo que hay.
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IV Rey 7:20
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Así le aconteció, como estaba predicho, pues lo atropelló el pueblo a la puerta, y quedó muerto.
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IV Rey 8:2
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Hizo, pues, la mujer lo que le dijo el varón de Dios, y salió con su familia fuera de su país, y permaneció largo tiempo en tierra de filisteos.
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IV Rey 8:9
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Fue, pues, Hazael a encontrarlo, llevando consigo presentes de todas las cosas más preciosas de Damasco en cuarenta camellos cargados, y al llegar a su presencia, dijo: Tu hijo Benadad, rey de Siria, me ha enviado a ti para saber si podrá él sanar de su enfermedad.
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IV Rey 9:4
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Marchó, pues, este joven, ministro del profeta, a Ramot de Galaad,
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IV Rey 9:20
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Luego avisó el atalaya diciendo: Ha llegado hasta ellos, y no vuelve; y el modo de andar del que viene se parece al de Jehú, hijo de Namsi, pues camina con atropellamiento y precipitación.
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IV Rey 9:26
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Yo juro, dice el Señor, que en este campo tomaré venganza en ti de la sangre de Nabot y de la sangre de sus hijos, que te vi ayer derramar. Cógelo, pues, y arrójalo en el campo, conforme a la palabra del Señor.
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IV Rey 9:30
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Entró, pues, Jehú en Jezrael. Jezabel, informada de su llegada se pintó los ojos con alcohol, y se adornó la cabeza y se puso en una ventana a mirar
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IV Rey 10:5
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Enviaron, pues, los mayordomos de palacio y magistrados de la ciudad, y los ancianos y los preceptores a decir a Jehú: Vasallos tuyos somos, haremos cuanto mandares; no pensamos elegir rey sobre nosotros; haz todo lo que bien te pareciere.
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IV Rey 10:8
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Llegó, pues, un mensajero, y dio a Jehú el aviso diciendo: Han traído las cabezas de los hijos del rey. A lo que respondió Jehú: Ponedlas en dos montones a la entrada de la puerta hasta la mañana.
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IV Rey 10:11
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Hizo, pues, matar Jehú a cuantos habían quedado en la familia de Acab en Jezrael, y a todos sus magnates, y familiares, y sacerdotes, sin dejar ninguno con vida.
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IV Rey 10:19
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Ahora, pues, convocadme a todos los profetas de Baal, y a sus adoradores todos, y a todos sus sacerdotes; ninguno deje de venir, porque voy a hacer un sacrificio grandioso a Baal; todo aquel que faltare, morirá. Mas Jehú trazaba todo esto astutamente para acabar con todos los adoradores de Baal.
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IV Rey 10:24
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Entraron, pues, para ofrecer las víctimas y holocaustos. Mas Jehú tenía dispuestos afuera ochenta hombres, a quienes había dicho: Cualquiera que dejare escapar alguno de estos hombres que yo entrego en vuestras manos, pagará con su vida la vida del que escapare.
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IV Rey 12:7
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Entonces llamó el rey Joás al sumo sacerdote Joíada y a los sacerdotes, y les dijo: ¿Por qué no habéis hecho los reparos en la construcción del templo? No tenéis, pues, que recibir de aquí en adelante el dinero en vuestros turnos o semanas, sino dejadlo para reparar el templo.
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IV Rey 12:16
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Es de advertir que no se metía en el templo del Señor el dinero ofrecido por los delitos, o por los pecados, pues éste era propio de los sacerdotes.
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IV Rey 13:22
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Hazael, pues, rey de Siria, tuvo acosado a Israel en todo el reinado de Joacaz.
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IV Rey 14:4
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aunque tampoco quitó los lugares altos, pues todavía sacrificaba el pueblo, y quemaba incienso en las alturas.
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IV Rey 15:4
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Verdad es que no demolió los lugares altos, pues todavía el pueblo sacrificaba y quemaba incienso a Dios en las alturas.
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IV Rey 15:13
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Sellum, pues, hijo de Jabés, se apoderó del reino el año trigésimo nono de Azarías, rey de Judá y reinó un solo mes en Samaria.
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IV Rey 16:9
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El cual condescendió con sus deseos. Marchó, pues, el rey de los asirios contra Damasco, y la destruyó. Transportó sus moradores a Cirene, y a Rasín le quitó la vida.
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IV Rey 16:16
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Hizo, pues, el sumo sacerdote Urías todo cuanto el rey Acaz le había mandado.
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IV Rey 17:9
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Habían, pues, los hijos de Israel ofendido al Señor Dios suyo con su mal proceder; y habían erigido altares en los lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de guardas hasta las plazas fuertes o grandes ciudades.
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IV Rey 17:21
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Enojado ya desde aquel tiempo en que Israel, separándose de la casa de David, eligió por rey suyo a Jeroboam, hijo de Nabat; pues Jeroboam apartó del Señor a Israel, y le hizo cometer el pecado grande de idolatría.
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IV Rey 17:28
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Habiendo, pues, ido uno de los sacerdotes que habían sido traídos cautivos de Samaria, habitó en Betel, y les enseñaba la manera de honrar al Señor.
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IV Rey 17:41
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Recibieron, pues, dichas gentes el culto del Señor; pero continuaron como antes en servir a sus ídolos; y lo que hicieron sus padres, eso mismo hacen hasta hoy día sus hijos y nietos.
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IV Rey 18:10
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Y se apoderó de ella, pues Samaria fue tomada después de un sitio de tres años, el año sexto del reinado del rey Ezequías , esto es, el noveno del de Osee, rey de Israel.
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IV Rey 18:15
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Le dio, pues, Ezequías toda la plata que se hallaba en la casa del Señor, y en los tesoros reales;
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IV Rey 18:23
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Ahora, pues, venid adonde está el rey de los asirios, mi señor, y yo os daré dos mil caballos y ved si tan siquiera podéis hallar quien los monte.
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IV Rey 18:26
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Entonces Eliacim, hijo de Helcías, y Sobna, y Joahe dijeron a Rabsaces: Te rogamos que nos hables a nosotros, tus siervos, en siríaco, pues entendemos esa lengua, y no en lengua hebrea, la cual entiende el pueblo que está sobre la muralla.
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IV Rey 18:29
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Esto dice el rey: Cuidado no os engañe Ezequías ; pues él no ha de poder libraros de mis manos.
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IV Rey 18:36
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A todo esto calló el pueblo, y no le respondió palabra; pues habían tenido orden del rey de no dar ninguna respuesta.
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IV Rey 19:4
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Mas el Señor Dios tuyo habrá sin duda oído todas las palabras de Rabsaces, enviado de su amo, el rey de los asirios, a ultrajar al Dios vivo, y a llenarlo de denuestos con las palabras que acaba de escuchar el Señor tu Dios; haz, pues oración por estos pocos israelitas que han quedado.
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IV Rey 19:5
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Fueron, pues, con este mensaje los ministros del rey Ezequías a Isaías.
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IV Rey 19:19
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Ahora, pues, ¡oh Señor Dios nuestro!, sálvanos de la mano de éste; para que sepan todos los reinos de la tierra que tú eres el Señor, el solo Dios.
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IV Rey 19:28
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Tú has enloquecido contra mí, ha llegado hasta mis oídos el ruido de tu soberbia. Yo te pondré pues, un anillo en tus narices y una mordaza en tus labios, y te haré volver por el camino por donde viniste.
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IV Rey 22:14
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Fueron, pues, el sumo sacerdote Helcías, y Ahicam, y Acobor, y Safán, Asaías a casa de Holda profetisa, mujer de Sellum, hijo de Tecua, y nieto de Araas jefe del guardarropa, la cual habitaba en Jerusalén en la parte llamada Segunda, y hablaron con ella.
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IV Rey 23:1
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Volvieron, pues, a referir al rey lo que había dicho la profetisa. El cual dio luego orden, y se congregaron en su presencia todos los ancianos de Judá y de Jerusalén .
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IV Rey 25:4
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Al cabo quedó abierta una brecha en la ciudad; y toda la gente de guerra huyó de noche por el camino de la puerta, que está entre los dos muros, junto al jardín del rey, mientras los caldeos estrechaban el cerco de la ciudad. Huyó, pues, Sedecías por el camino que va a las llanuras del desierto.
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