Heb 12:1
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Ya que estamos, pues, rodeados de una tan grande nube de testigos, descargándonos de todo peso, y de los lazos del pecado que nos tiene ligados, corramos con aguante al término del combate, o la meta o hito, que nos es propuesto,
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Heb 12:3
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Considerad, pues, atentamente a aquel Señor que sufrió tal contradicción de los pecadores contra su misma persona, a fin de que no desmayéis, perdiendo vuestros ánimos.
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Heb 12:7
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Sufrid, pues, y aguantad firmes, la corrección. Dios se porta con vosotros como con hijos. Porque ¿cuál es el hijo a quien su padre no corrige?
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Heb 12:20
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pues no podían sufrir la severidad de esto que se les intimaba: Si una bestia tocare al monte, ha de ser apedreada.
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Heb 12:29
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pues nuestro Dios es como un fuego devorador.
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Heb 13:2
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Y no olvidéis ejercitar la hospitalidad, pues por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.
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Heb 13:5
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Sean las costumbres sin rastro de avaricia, contentándoos con lo presente, pues el mismo Dios dice: No te desampararé, ni abandonaré jamás;
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Heb 13:9
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No os dejéis, pues, apartar o llevar de aquí allá por doctrinas diversas y extrañas. Lo que importa sobre todo es fortalecer el corazón con la gracia de Jesucristo, no con las viandas aquellas que de nada sirvieron por sí solas a los que andaban vanamente confiados en ellas.
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Heb 13:13
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Salgamos, pues, a él fuera de la ciudad, o alojamientos, y sigámosle las pisadas cargados con su improperio.
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Heb 13:15
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Ofrezcamos, pues, a Dios por medio de él sin cesar un sacrificio de alabanza, es a saber, el fruto de labios que bendigan su santo Nombre.
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Sant 1:6
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Pero pídala con fe sin sombra de duda, o desconfianza; pues quien anda dudando es semejante a la ola del mar alborotada y agitada de viento acá y allá.
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Sant 1:11
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pues así como saliendo el sol ardiente se va secando la hierba, cae la flor, y se acaba toda su vistosa hermosura, así también el rico se marchitará en sus andanzas.
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Sant 1:12
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Bienaventurado, pues, aquel hombre que sufre con paciencia la tentación, o tribulación; porque después que fuere así probado, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
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Sant 4:4
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Almas adúlteras y corrompidas, ¿no sabéis que el amor de este mundo es una enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
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Sant 4:7
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Estad, pues, sujetos a Dios, y resistid con su gracia al diablo, y huirá de vosotros.
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Sant 5:1
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¡Ea, pues, oh ricos!, llorad, levantad el grito en vista de las desdichas que han de sobreveniros.
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Sant 5:8
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Esperad, pues, también vosotros con paciencia, y esforzad vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca.
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Sant 5:16
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Confesad, pues, vuestros pecados uno a otro, y orad los unos por los otros para que seáis salvos; porque mucho vale la oración perseverante del justo.
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I Ped 1:16
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pues está escrito: Santos habéis de ser, porque yo soy santo.
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I Ped 1:17
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Y pues invocáis como Padre a aquel que sin distinción de personas juzga según el mérito de cada cual, habéis de proceder con temor de ofenderle durante el tiempo de vuestra peregrinación,
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I Ped 1:22
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Purificando, pues, vuestras almas con la obediencia del amor, con amor fraternal, amaos unos a otros entrañablemente con un corazón puro y sencillo;
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I Ped 2:13
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Estad, pues, sumisos a toda humana criatura que se halle constituida sobre vosotros, y esto por respeto a Dios, ya sea el rey, como que está sobre todos;
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I Ped 2:15
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pues ésta es la voluntad de Dios, que obrando bien tapéis la boca a la ignorancia de los hombres necios e insensatos;
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I Ped 3:10
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Así, pues, el que de veras ama la vida, y quiere vivir días dichosos, refrene su lengua del mal, y sus labios no se desplieguen a favor de la falsedad.
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I Ped 3:17
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pues mejor es padecer (si Dios lo quiere así) haciendo bien, que obrando mal;
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I Ped 4:1
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Habiendo, pues, Cristo padecido por nosotros la muerte en su carne, armaos también vosotros de esta consideración, y es que quien mortificó o murió a la carne por el bautismo , ha acabado de pecar.
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I Ped 4:17
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pues tiempo es de que comience el juicio por la casa de Dios. Y si primero empieza por nosotros, ¿cuál será el paradero de aquellos que no creen la buena nueva de Dios?
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I Ped 5:6
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Humillaos, pues, bajo la mano poderosa de Dios, para que os exalte al tiempo de su visita o del juicio,
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I Ped 5:7
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descargando en su amoroso seno todas vuestras solicitudes, pues él tiene cuidado de vosotros.
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II Ped 1:5
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Vosotros, pues, habéis de poner todo vuestro estudio y cuidado en juntar con vuestra fe la fortaleza, con la fortaleza la ciencia,
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II Ped 1:13
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pues me parece justo el despertaros con mis amonestaciones, mientras estoy en este cuerpo mortal como en una tienda de campaña,
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II Ped 2:8
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pues conservaba puros sus ojos y oídos, morando entre gentes que cada día sin cesar atormentaban su alma pura con obras detestables,
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II Ped 2:19
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prometiéndoles libertad, cuando ellos mismos son esclavos de la corrupción; pues quien de otro es vencido, por lo mismo queda esclavo del que le venció.
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II Ped 3:9
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No retarda, pues, el Señor su promesa, como algunos juzgan, sino que espera con mucha paciencia por amor de vosotros venir como juez, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos se conviertan a penitencia.
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II Ped 3:14
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Por lo cual, carísimos, pues tales cosas esperáis, haced lo posible para que el Señor os halle sin mancilla, irreprensibles y en paz;
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I Jn 2:1
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Hijos míos, estas cosas os escribo, a fin de que no pequéis. Pero aun cuando alguno por desgracia pecare, no desespere, pues tenemos por abogado para con el Padre, a Jesucristo justo y santo.
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I Jn 2:15
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Ved, pues, lo que os escribo a todos: No queráis amar al mundo, ni las cosas mundanas. Si alguno ama al mundo, no habita en él la caridad o amor del Padre;
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I Jn 2:29
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Y pues sabéis que Dios es justo, sabed igualmente que quien vive según justicia o ejercita las virtudes, es hijo legítimo del mismo.
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I Jn 3:4
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Cualquiera que comete pecado, por lo mismo comete una injusticia, pues el pecado es injusticia.
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I Jn 3:22
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y estar ciertos de que cuanto le pidiéremos, recibiremos de él, pues guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables en su presencia.
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I Jn 4:17
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En esto está la perfecta caridad de Dios con nosotros, que nos da confianza para el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.
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I Jn 4:19
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Amemos, pues, a Dios, ya que Dios nos amó el primero.
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I Jn 5:10
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El que cree, pues, en el Hijo de Dios, tiene el testimonio de Dios consigo o a su favor. El que no cree al Hijo, le trata de mentiroso, porque no ha creído al testimonio que Dios ha dado de su Hijo.
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III Jn 1:7
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pues que por la gloria de su Nombre han emprendido el viaje, sin tomar nada de los gentiles recién convertidos.
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Apoc 1:3
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Bienaventurado el que lee con respeto, y escucha con docilidad las palabras de esta profecía, y observa las cosas escritas en ella, pues el tiempo de cumplirse está cerca.
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Apoc 1:19
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Escribe, pues las cosas que has visto, tanto las que son, como las que han de suceder después de éstas.
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Apoc 2:15
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pues así tienes tú también a los que siguen la doctrina de los nicolaítas.
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Apoc 3:2
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Despierta, pues, sé vigilante, y consolida lo restante de tu grey, que está para morir. Porque yo no hallo tus obras cabales en presencia de mi Dios.
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Apoc 3:3
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Ten, pues, en la memoria lo que has recibido y aprendido, y obsérvalo, y arrepiéntete. Porque si no velares, vendré a ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré a ti.
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Apoc 3:19
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Yo a los que amo, los reprendo y castigo. Arde, pues, en celo de la gloria de Dios, y haz penitencia.
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