Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

pues

Ezeq 43:9 Ahora, pues, arrojen lejos de mí sus idolatrías y los cadáveres de sus reyes, y yo moraré para siempre en medio de ellos.
Ezeq 43:12 Esta es la ley o norma de la casa que se reedificará sobre la cima del monte santo, todo su recinto alrededor es sacrosanto. Tal es, pues, la ley o arreglo en orden a esta casa.
Ezeq 44:12 pues le sirvieron delante de sus ídolos, y fueron ellos piedra de escándalo a la familia de Israel, para que cayera en la maldad. Por eso yo alcé mi mano contra ellos, dice el Señor Dios, y juré que llevarán la paga de su maldad.
Ezeq 44:14 Los pondré, pues, por porteros de la casa y sirvientes de ella, para todo cuanto se necesite.
Ezeq 45:13 Las primicias, pues, que ofreceréis vosotros serán las siguientes: De cada coro de trigo la sexta parte de un efí, y la sexta parte de un efí de cada coro de cebada.
Ezeq 45:14 En cuanto a la medida de aceite se dará un bato de aceite; la décima parte de cada coro, diez batos hacen el coro; pues éste con diez batos queda lleno.
Ezeq 46:17 Pero si él de su herencia hiciere un legado a alguno de sus criados, éste lo poseerá hasta el año del jubileo; y entonces la cosa legada volverá al príncipe; quedarán, pues, para sus hijos las heredades suyas.
Ezeq 47:1 Y me hizo volver hacia la puerta de la casa del Señor; y vi que brotaban aguas debajo del umbral de la casa hacia el oriente, pues la fachada de la casa miraba al oriente, y las aguas descendían hacia el lado derecho del templo, al mediodía del altar.
Ezeq 47:3 Aquel personaje, pues, dirigiéndose hacia el oriente, y teniendo en su mano la cuerda de medir, midió mil codos desde el manantial; y en seguida me hizo vadear el arroyo y me llegaba el agua a los tobillos.
Ezeq 47:12 Y a lo largo del arroyo nacerá en sus riberas de una y otra parte toda especie de árboles fructíferos; no se les caerá la hoja, ni les faltarán jamás frutos; cada mes llevarán frutos nuevos, pues las aguas que los riegan saldrán del santuario; y sus frutos servirán de comida, y sus hojas para medicina.
Ezeq 47:13 Estas cosas dice el Señor Dios: Estos son los términos dentro de los cuales tendréis vosotros la posesión de la tierra dividida entre las doce tribus de Israel; pues José tiene doble porción.
Ezeq 47:15 Ved aquí, pues, los límites de la tierra: Por el lado del Norte, desde el mar grande, viniendo de Hetalón a Sedada,
Dan 1:6 Entre éstos, pues, se hallaron de los hijos de Judá, Daniel, Ananías, Misael y Azarías.
Dan 1:16 Malasar, pues, tomaba para sí las viandas, y el vino que ellos habían de beber; y les daba a comer legumbres.
Dan 1:18 Cumplido, pues, el tiempo, después del cual había mandado el rey que le fuesen presentados los jóvenes, les condujo el prefecto de los eunucos a la presencia de Nabucodonosor.
Dan 2:6 Mas si expusiereis el sueño y lo que significa, recibiréis de mí premios y dones, y grandes honores; exponedme, pues, el sueño y su significado.
Dan 2:22 El revela las cosas profundas y recónditas, y conoce las que se hallan en medio de tinieblas, pues la luz está con él.
Dan 2:38 y ha sujetado a tu poder los lugares todos en que habitan los hijos de los hombres, como también las bestias del campo y las aves del aire; todas las cosas ha puesto bajo tu dominio: Tú, pues, eres la cabeza de oro.
Dan 2:47 El rey, pues, dirigió su palabra a Daniel, y le dijo: Verdaderamente que vuestro Dios es el Dios de los dioses, y el Señor de los reyes, y el que revela los secretos, pues has podido tú descubrir éste.
Dan 2:47 El rey, pues, dirigió su palabra a Daniel, y le dijo: Verdaderamente que vuestro Dios es el Dios de los dioses, y el Señor de los reyes, y el que revela los secretos, pues has podido tú descubrir éste.
Dan 3:2 Mandó, pues, el rey Nabucodonosor juntar los sátrapas, magistrados y jueces, los capitanes y grandes señores, y los prefectos y los gobernadores todos de las provincias, para que asistiesen a la dedicación de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor.
Dan 3:3 Se reunieron, pues, los sátrapas, los magistrados, y los jueces, y los capitanes, y los grandes señores, y los presidentes de los tribunales, y todos los gobernadores de las provincias, para concurrir a la dedicación de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor. Y estaban en pie delante de la estatua erigida por el rey Nabucosonosor,
Dan 3:7 Así, pues, luego que los pueblos todos oyeron el sonido de la trompeta, de la flauta, del arpa, de la zampoña, y del salterio, y de la sinfonía, y de toda especie de instrumentos músicos, postrándose todos los pueblos, tribus y lenguas, adoraron la estatua de oro que había levantado el rey Nabucodonosor.
Dan 3:12 Hay, pues, tres hombres entre los judíos, a los cuales tú constituiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia, que son Sidrac, Misac y Abdénago, estos hombres han despreciado, oh rey, tu decreto; no dan culto a tus dioses, ni adoran la estatua de oro que has levantado.
Dan 3:15 Ahora, pues, si estáis dispuestos a obedecer, al punto que oigáis el sonido de la trompeta, de la flauta, del arpa, de la zampoña, y del salterio, y de la sinfonía, y de todo género de instrumentos músicos, postraos, y adorad la estatua que yo he hecho; pero si no la adoráis, al instante seréis arrojados en el horno ardiente de fuego. ¿Y cuál es el dios que os librará de mi mano?
Dan 3:31 Todo cuanto, pues, has enviado sobre nosotros, y todo lo que nos has hecho, justísimamente lo has hecho:
Dan 3:42 No quieras, pues, confundirnos: haz, sí, con nosotros, según la mansedumbre tuya, y según tu grandísima misericordia.
Dan 3:96 Este, pues, es el decreto que yo expido: Perezca cualquier pueblo, tribu o lengua que hable mal del Dios de Sidrac, Misac y Abdénago; y sean derruidas sus casas, porque no hay otro dios que pueda así salvar.
Dan 3:99 El altísimo Dios ha obrado conmigo portentos y maravillas. Por eso, pues, he querido publicar
Dan 3:100 sus prodigios, pues, son tan grandes, y sus maravillas que son estupendas; es su reino un reino eterno, y su poderío permanece por todos los siglos.
Dan 4:15 Esto en sueños, yo Nabucodonosor rey vi; tú, pues, ¡oh Baltasar!, dime luego su significado; porque los sabios todos de mi reino no han sabido decírmelo; pero tú puedes, pues reside en ti el espíritu de los santos dioses.
Dan 4:15 Esto en sueños, yo Nabucodonosor rey vi; tú, pues, ¡oh Baltasar!, dime luego su significado; porque los sabios todos de mi reino no han sabido decírmelo; pero tú puedes, pues reside en ti el espíritu de los santos dioses.
Dan 4:34 Ahora, pues, alabo yo, Nabucodonosor, y ensalzo y glorifico al Rey del cielo; porque todas sus obras son verdaderas, y justos sus caminos; y puede él abatir a los soberbios.
Dan 5:2 Estando, pues, él ya lleno de vino, mandó traer los vasos de oro y plata, que su padre Nabucodonosor se había llevado del templo que hubo en Jerusalén , para que bebiesen en ellos el rey, y sus grandes, y sus mujeres, y sus concubinas.
Dan 5:3 Trajeron, pues, los vasos de oro y de plata transportados del templo que hubo en Jerusalén , y bebieron en ellos el rey, y sus grandes, y sus mujeres, y sus concubinas.
Dan 5:7 Gritó, pues, en alta voz el rey que hiciesen venir los magos, y los caldeos, y los adivinos. Y comenzó el rey a decir a los sabios de Babilonia: Cualquiera que leyere esta escritura, y me declare su significado, será revestido de púrpura, y llevará collar de oro en su cuello, y será la tercera persona de mi reino.
Dan 5:8 Vinieron, pues, los sabios del reino, y no pudieron ni leer la escritura, ni indicar al rey su significado.
Dan 5:12 Porque se conoció en él un espíritu superior, y prudencia, e inteligencia para interpretar los sueños, para investigar los arcanos, y para la solución de cosas intrincadas; hablo de Daniel, a quien el rey puso el nombre de Baltasar; ahora, pues, que se llame a Daniel, y él dará la interpretación.
Dan 5:15 Ahora, pues, han venido a mi presencia los sabios y los magos para leer esta escritura, y declararme su significado; mas no han podido decirme el sentido de estas palabras.
Dan 5:16 Pero yo he oído decir de ti que tú puedes interpretar las cosas oscuras, y desatar las cosas intrincadas. Si puedes, pues, leer la escritura y declararme lo que significa, serás revestido de púrpura, y llevarás collar de oro en tu cuello, y serás la tercera persona de mi reino.
Dan 5:25 Esto es, pues, lo que está allí escrito: MANE, TECEL, FARES.
Dan 6:4 Pensaba, pues, el rey en conferirle la autoridad sobre todo el reino; por lo cual los príncipes y sátrapas iban buscando ocasión de indisponer al rey contra Daniel; pero no pudieron hallar motivo de ninguna acusación, ni de sospecha; por cuanto él era fiel, y se hallaba bien lejos de todo delito y de todo indicio de él.
Dan 6:5 Dijeron, pues: Nosotros no hallaremos por dónde acusar a este Daniel, sino tal vez por lo tocante a la ley de su Dios.
Dan 6:8 Ahora, pues, ¡oh rey!, confirma este parecer y firma el decreto, para que sea irrevocable, como establecido por los medos y persas; ni sea lícito a nadie traspasarlo.
Dan 6:11 Aquellos hombres, pues, espiándole con el mayor cuidado, hallaron a Daniel orando y rogando a su Dios.
Dan 7:13 Yo estaba, pues, observando durante la visión nocturna, y he aquí que venía entre las nubes del cielo un personaje que se aparecía un hijo del hombre; quien se adelantó hacia el anciano de muchos días, y le presentaron ante él.
Dan 8:26 Y es verdadera esta explicación de la visión, y tendrá cumplimiento entre la tarde y la mañana del último día. Sella tú, pues, o guarda la visión, que ella se verificará pasados muchos años.
Dan 9:4 Haciendo, pues, oración al Señor Dios mío, y tributándole mis alabanzas, dije: Dígnate escucharme, ¡oh Señor, Dios grande y terrible, que eres fiel en cumplir tu alianza y misericordia con los que te aman, y observan tus mandamientos!
Dan 9:11 Todo Israel se hizo prevaricador de tu ley, y se desvió para no oír la voz tuya; y así llovió sobre nosotros la maldición y el anatema que está escrito en el libro de Moisés, siervo de Dios, pues pecamos contra el Señor.
Dan 9:14 Y no se descuidó el Señor de enviar el castigo, y le descargó sobre nosotros, justo es el Señor Dios nuestro en todas las obras que él hace; pues nosotros no quisimos escuchar su voz.