II Par 1:6
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Subió, pues, Salomón al altar de bronce, delante del Tabernáculo de la Alianza del Señor, y ofreció en él mil víctimas.
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II Par 1:9
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Ahora, pues, oh Señor Dios, cúmplase la promesa que hiciste a David, mi padre; y pues tú me has hecho rey de este pueblo tuyo tan crecido, tan innumerable como las partículas del polvo de la tierra,
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II Par 1:9
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Ahora, pues, oh Señor Dios, cúmplase la promesa que hiciste a David, mi padre; y pues tú me has hecho rey de este pueblo tuyo tan crecido, tan innumerable como las partículas del polvo de la tierra,
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II Par 2:1
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Resolvió, pues, Salomón edificar el templo al Nombre del Señor, y un palacio para sí.
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II Par 2:5
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Porque la casa que yo deseo edificar ha de ser grande, pues grande es nuestro Dios sobre todos los dioses.
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II Par 2:7
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Envíame, pues, un hombre inteligente, diestro en trabajar el oro, y la plata, y el bronce, y el hierro y la púrpura, y la escarlata, y el jacinto, y que sepa esculpir molduras, para que trabaje con estos artífices míos que he tomado de la Judea y de Jerusalén , escogidos por mi padre David.
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II Par 2:13
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Te envío, pues, un hombre inteligente y peritísimo, que es Hiram, a quien honro como a mi padre,
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II Par 3:1
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Dio, pues, Salomón principio a la construcción del templo del Señor en Jerusalén en el monte Moria, señalado expresamente ya a David, su padre, en el lugar que tenía David preparado en la era de Ornán, jebuseo;
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II Par 5:1
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Salomón , pues, hizo traer y guardar en los tesoros de la casa de Dios todo lo que su padre David había ofrecido: la plata y el oro y todos los vasos.
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II Par 5:3
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Vinieron, pues, al rey, todos los varones de Israel el día solemne del mes séptimo.
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II Par 5:11
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Salidos del santuario los sacerdotes (pues todos los sacerdotes que pudieron hallarse allí, se santificaron; no estando entonces hecho o puesto en práctica el repartimiento entre ellos de los turnos y orden de sus funciones),
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II Par 5:13
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Así, pues, formando todos un concierto con el canto y el sonido de las trompetas, y címbalos, y órganos, y toda especie de instrumentos músicos, y alzando en alto la voz, se percibía el sonido a lo lejos. Y sucedió que cuando hubieron comenzado a cantar y decir: Alabad al Señor, porque es bueno; porque es eterna su misericordia; la casa de Dios se llenó de una nube,
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II Par 6:3
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Luego volviéndose el rey hacia toda la multitud de Israel (pues toda la gente estaba en pie, atenta) la bendijo, y habló así:
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II Par 6:10
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El Señor, pues, ha cumplido la palabra que había dado, y yo he venido a suceder a mi padre David, y me he sentado en el trono de Israel, como lo dijo el Señor; y edificado la casa al Nombre del Señor Dios de Israel,
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II Par 6:15
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Tú que has cumplido todas las promesas que habías hecho a tu siervo David, mi padre; pues lo que de palabra le ofreciste, lo has puesto por obra, como se demuestra hoy día.
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II Par 6:30
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tú lo oirás desde el cielo, desde esa tu excelsa morada, y le serás propicio, remunerando a cada uno según sus procederes, y conforme a lo que descubras en su corazón (pues sólo tú conoces los corazones de los hombres),
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II Par 6:36
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Que si los hijos de tu pueblo pecaren contra ti (pues no hay hombre que no peque), y enojado tú contra ellos los entregares en manos de los enemigos, los cuales los llevaren cautivos lejos o cerca;
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II Par 6:41
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Ahora, pues, levántate, oh Señor mi Dios, y ven al lugar fijo de tu morada: Tú y el arca por medio de la cual ostentas tu poderío. Experimenten tu socorro y protección, oh Señor Dios, tus sacerdotes, y gocen los santos con alegría tus beneficios.
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II Par 8:11
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A la hija del faraón la mudó de la ciudad de David a la casa que edificó para ella. Porque dijo el rey: No habitará mi mujer en la casa de David, rey de Israel; pues quedó esta casa santificada, por haberse hospedado en ella el arca del Señor.
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II Par 9:3
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Habiendo, pues, ella visto la sabiduría de Salomón , y la casa que había construido;
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II Par 9:15
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Hizo, pues, el rey Salomón doscientas picas de oro, cada una de las cuales llevaba de peso seiscientos siclos de oro;
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II Par 9:22
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Salomón , pues, sobrepujó a todos los reyes de la tierra en riquezas y en gloria;
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II Par 10:11
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Mi padre cargó sobre vosotros un yugo pesado; pues yo os añadiré mayor peso; mi padre os azotó con varas, y yo os azotaré con escorpiones.
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II Par 10:12
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Volvió, pues, Jeroboam con todo el pueblo al tercer día a Roboam, como éste se lo había mandado.
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II Par 11:4
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Esto dice el Señor: No marcharéis ni pelearás contra vuestros hermanos. Vuelva cada uno a su casa; pues se ha hecho esta división por voluntad mía. Así que oyeron ellos la palabra del Señor, se retiraron y no pasaron adelante contra Jeroboam.
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II Par 11:23
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pues era el más sabio y el más valeroso de todos sus hijos; a cuyo fin esparció a éstos por los términos de Judá y de Benjamín, en todas las ciudades fortificadas; donde les dio alimen-to en abundancia, y les procuró muchas muje-res.
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II Par 12:5
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Entonces Semeías, profeta, se presentó ante Roboam, y los príncipes de Judá, que se habían congregado en Jerusalén huyendo de Sesac, y les dijo: Esto dice el Señor: Vosotros me abandonasteis; pues yo también os abandono a vosotros en poder de Sesac.
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II Par 12:9
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Así, pues, Sesac, rey de Egipto, se retiró de Jerusalén , llevándose consigo los tesoros del templo del Señor y del palacio real, y los escudos de oro hechos por Salomón .
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II Par 13:3
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Saliendo, pues, Abía a campaña con cuatrocientos mil hombres, gente muy valerosa y escogida, se le opuso Jeroboam, presentando ochocientos mil hombres escogidos también, y de gran valor para pelear.
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II Par 14:7
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Entonces dijo a Judá: Reparemos estas ciudades y cerquémoslas de muros, y fortifiquémoslas con torres, y puertas, y cerraduras, ahora que por todas partes respiramos libres de guerras, por haber buscado al Señor Dios de nuestros padres, y habernos dado él paz por todo el contorno. Pusieron, pues, manos a la obra, sin que hubiese ningún estorbo que impidiese la restauración.
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II Par 14:11
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e invocó al Señor Dios, diciendo: Señor, para ti lo mismo es dar socorro por medio de pocos, que de muchos; ayúdanos, oh Señor Dios nuestro, pues confiados en ti y en tu Nombre hemos venido contra esta muchedumbre. Señor, tú eres nuestro Dios, no prevalezca el hombre contra ti.
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II Par 14:13
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Los persiguió Asá con su gente hasta Gerara, y fueron los etíopes destrozados hasta no quedar hombre con vida; exterminados por el Señor que los hería y por su ejército que peleaba. Cogieron, pues, un gran botín,
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II Par 15:6
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porque una nación se levantará contra otra, y una ciudad contra otra ciudad, pues el Señor los conturbará con toda suerte de aflicciones.
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II Par 15:9
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Y convocó a todo Judá y Benjamín, y con ellos a los forasteros de Efraín, y de Manasés, y de Simeón, pues se iban acogiendo a él muchos de Israel, viendo cuánto le favorecía el Señor su Dios.
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II Par 15:15
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todos los que estaban en Judá, echándose insultos; pues hicieron este juramento de todo su corazón, y buscaron al Señor con plena voluntad, y así es que lo hallaron; y les dio el Señor paz con todos sus vecinos.
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II Par 16:13
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Fue, pues a descansar con sus padres; habiendo muerto el año cuarenta y uno de su reinado.
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II Par 17:12
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Fue, pues, Josafat haciéndose poderoso, y creciendo en grandeza hasta lo sumo; y edificó en Judá alcázares a manera de torres, y ciudades muradas,
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II Par 18:1
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Fue, pues, Josafat muy rico, y adquirió mucha gloria; y emparentó con Acab.
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II Par 18:3
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Dijo, pues, Acab, rey de Israel, a Josafat, rey de Judá: Ven conmigo a Ramot de Galaad. Le respondió Josafat: Tú y yo somos una misma cosa, y una misma cosa tu pueblo y el mío, y así iremos contigo a la guerra.
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II Par 18:5
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Juntó, pues, el rey de Israel cuatrocientos profetas, y les dijo: ¿Debemos ir a atacar a Ramot de Galaad, o estarnos quedos? Respondieron ellos: Marcha; que Dios entregará esa ciudad en poder del rey.
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II Par 18:8
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Llamó, pues, el rey de Israel a uno de los eunucos o camareros, y le dijo: Llama luego a Miqueas, hijo de Jemla.
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II Par 18:14
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Se presentó, pues, al rey; el cual le dijo: Miqueas, ¿debemos declarar la guerra contra Ramot de Galaad, o estarnos quietos? Le respondió Miqueas: Id; porque todo os saldrá felizmente, y los enemigos serán entregados en vuestras manos.
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II Par 19:3
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Mas se han hallado en ti buenas obras; pues arrancaste los bosques idolátricos de la tierra de Judá; y has convertido tu corazón en busca del Señor Dios de tus padres.
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II Par 19:4
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Habitó, pues, Josafat en Jerusalén , y salió de nuevo a visitar a su pueblo desde Bersabee hasta la montaña de Efraín, y redujo sus vasallos al Señor Dios de sus padres.
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II Par 19:7
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Esté con vosotros el temor del Señor, y haced todas las cosas con exactitud; pues en Dios nuestro Señor no cabe injusticia, ni soborno, ni codicia de dones.
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II Par 20:10
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Ahora, pues, los hijos de Amón y los de Moab, y los de la montaña de Seir, por cuyas tierras no permitiste que pasase Israel al salir de Egipto, antes se desvió Israel de ellos, y no los mató:
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II Par 20:16
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Mañana marcharéis contra ellos, pues han de subir por la cuesta llamada Sis, y los encontraréis en la extremidad del torrente que corre hacia el desierto de Jeruel.
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II Par 20:25
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Llegó, pues, Josafat con todo su ejército para coger los despojos de los muertos; y hallaron entre los cadáveres muchas alhajas, y vestidos, y vasos preciosísimos, y lo cogieron todo; siendo tanto el botín, que no sabían cómo llevarlo, ni pudieron en tres días recoger todos los despojos.
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II Par 20:26
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Finalmente, el cuarto día se reunieron en el valle de Bendición; pues por haber ellos bendecido allí al Señor, dieron a aquel lugar el nombre de valle de Bendición, que conserva hasta hoy día.
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II Par 21:4
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Tomó, pues, Joram posesión del reino de su padre; y asegurado en su trono, pasó a cuchillo a todos sus hermanos, y a algunos de los principales de Israel.
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