Juec 21:8
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Dijeron pues: ¿Quién hay de las tribus todas de Israel que no haya comparecido ante el Señor en Masfa? Y se halló que los moradores de Jabes-Galaad no habían estado en aquel ejército.
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Juec 21:14
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Vinieron, pues, entonces los hijos de Benjamín, y se les dieron por mujeres las doncellas de Jabes-Galaad, mas no hallaron otras que poderles dar a este modo.
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Juec 21:19
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Tomaron, pues, este partido, y dijeron: He aquí que viene la solemnidad del Señor que se celebra todos los años en Silo, en la llanura situada al norte de la ciudad de Betel, y al oriente del camino que desde Betel va a Siquem, y al mediodía de la ciudad de Lebona.
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Juec 21:22
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Y cuando vengan sus padres y hermanos, y comenzaren a querellarse contra vosotros y acusaros de esta violencia, nosotros les diremos: Tened lástima de ellos: pues no las han tomado como los vencedores toman las cautivas por derecho de guerra, sino como esposos que después de haberlas pretendido con ruegos no se las disteis; y así la culpa de la violencia es vuestra.
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Rut 1:3
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Sucedió, pues, que murió Elimelec, marido de Noemí, quedando ésta sola con sus dos hijos;
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Rut 1:6
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Resolvió, pues, volverse del país de Moab su patria, con sus dos nueras; por haber oído que el Señor había vuelto los ojos hacia su pueblo, y dándole alimentos.
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Rut 1:18
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Viendo, pues, Noemí que Rut con ánimo resuelto estaba determinada a seguirla, no quiso contradecirla más, ni persuadirla que se volviese a los suyos.
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Rut 1:21
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Salí de aquí colmada; y el Señor me ha hecho volver vacía; ¿por qué, pues, me llamáis Noemí, habiéndome humillado el Señor, y afligídome el Todopoderoso?
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Rut 1:22
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Volvió, pues, Noemí con Rut, moabita, su nuera, de la tierra de su peregrinación; y regresó a Betlehem cuando comenzaban a segarse las cebadas.
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Rut 2:3
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Fue, pues, y empezó a recoger espigas detrás de los segadores. Por fortuna el dueño de aquel campo era el mencionado Booz, de la parentela de Elimelec.
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Rut 2:13
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Le respondió Rut: He hallado gracia en tus ojos, ¡oh señor mío!, pues que así has consolado y hablado al corazón de esta esclava tuya, que ni merece contarse como una de tus criadas.
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Rut 2:14
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Y le dijo Booz: A la hora de comer, vente aquí, y come el pan, y moja tu bocado en el vinagre con mis gentes: Se sentó, pues, a un lado de los segadores, y Booz le dio una porción de polenta de la que comió hasta saciarse, y guardó las sobras.
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Rut 2:17
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Estuvo, pues, espigando en el campo hasta la tarde; y vareando y sacudiendo las espigas recogidas, se halló con cerca de un efí de cebada, esto es tres modios.
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Rut 2:20
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A la cual contestó Noemí: Bendito sea el Señor; pues la misma buena voluntad que tuvo a los vivos, la conserva todavía a los difuntos. Y añadió: ese hombre es pariente nuestro.
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Rut 2:23
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Se juntó, pues, con las criadas de Booz, y espigó entre ellas todo el tiempo restante, hasta que las cebadas y los trigos se recogieron en las trojes.
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Rut 3:3
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Lávate, pues, y úngete con los perfumes, y ponte los mejores vestidos, y encamínate a la era: procura que no te vea hasta que hayas acabado de comer y beber.
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Rut 3:6
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Se fue, pues, a la era, e hizo todo lo que la suegra le había ordenado.
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Rut 3:10
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A lo que dijo Booz: Bendita seas del Señor, hija mía, que has sobrepujado tu primera bondad y cordura, con la que manifiestas ahora, pues siendo joven como eres, no has ido a buscar jóvenes, ni pobres ni ricos, sino a los que la ley dispone.
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Rut 3:14
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Durmió, pues, a sus pies hasta el fin de la noche. Y levantándose antes que los hombres pudiesen conocerse unos a otros, le dijo Booz: Procura que nadie sepa que has venido acá.
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Rut 4:1
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Fue, pues, Booz a las puertas o juzgado de la ciudad, y se sento allí y viendo pasar a aquel pariente de quien se habló arriba, le llamó por su nombre, y le dijo: Llégate por un momento y siéntate aquí. Llegó él, y se sentó.
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Rut 4:13
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Tomó, pues, Booz a Rut, y se desposó con ella; y en su matrimonio el Señor le hizo la gracia de que Rut concibiera y pariese un hijo.
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I Rey 1:8
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Le dijo, pues, Elcana, su marido: Ana, ¿por qué lloras? ¿cómo es que no comes?, ¿y por qué se aflige así tu corazón? ¿acaso no soy yo para ti mejor que diez hijos que tuvieses?
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I Rey 1:21
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Subió, pues, Elcana, su marido, con toda su familia a ofrecer al Señor una hostia solemne, y a cumplir su voto.
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I Rey 1:23
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Le dijo Elcana su marido: Haz lo que mejor te parezca, y quédate hasta destetarle; yo suplico al Señor que se digne perfeccionar su obra. Se quedó, pues, Ana en su casa, y dio de mamar al hijo, hasta que lo destetó;
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I Rey 2:1
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Saltó de gozo en el Señor, mi corazón, y mi Dios me ha ensalzado; ya puedo responder a boca llena a mis enemigos, pues toda la causa de mi alegría es, ¡oh Señor!,la salud que he recibido de ti.
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I Rey 2:3
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Cesad, pues, de hablar con soberbia y jactancia; no uséis ya de aquel vuestro antiguo lenguaje, porque Dios, que todo lo sabe, él solo es el Señor, y él lleva a efecto sus altísimos designios.
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I Rey 2:15
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Y aun antes que quemasen la grosura de la víctima, venía el criado del sacerdote, y decía al que inmolaba: Dame de la carne paraguisársela yo al sacerdote, según su gusto; pues no he de tomar de ti la carne cocida, sino cruda.
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I Rey 2:17
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Era, pues, el pecado de estos hijos de Helí enorme a los ojos del Señor; por cuanto retraían a la gente de sacrificar al Señor.
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I Rey 3:2
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Sucedió, pues, un día, que estando Helí, cuyos ojos habían perdido ya la facultad de ver, acostado en su aposento,
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I Rey 3:5
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corrió al punto a Helí, y le dijo: Heme aquí, pues me has llamado. Helí le dijo: No te he llamado, vuélvete a dormir. Se fue Samuel y se acostó de nuevo.
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I Rey 3:7
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Y es que Samuel no conocía todavía la voz del Señor, pues hasta entonces no le había sido revelada la palabra del Señor.
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I Rey 3:9
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diciendo: Heme aquí, pues me has llamado. Con esto reconoció Helí que era el Señor quien llamaba al joven; y dijo a Samuel: Vete a dormir; y si te llamare otra vez, responderás: Hablad, oh Señor, que vuestro siervo os escucha. Volvió, pues, Samuel a su aposento, y se puso otra vez a dormir.
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I Rey 3:9
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diciendo: Heme aquí, pues me has llamado. Con esto reconoció Helí que era el Señor quien llamaba al joven; y dijo a Samuel: Vete a dormir; y si te llamare otra vez, responderás: Hablad, oh Señor, que vuestro siervo os escucha. Volvió, pues, Samuel a su aposento, y se puso otra vez a dormir.
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I Rey 3:16
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Lo llamó, pues, Helí, y le dijo: ¡Samuel, hijo mío! El cual respondió: Aquí estoy.
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I Rey 3:18
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Le manifestó, pues, Samuel, una por una todas las palabras, sin ocultarle nada; y Helí respondió: El es el Señor, haga lo que sea agradable a sus ojos.
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I Rey 4:4
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Envió, pues, el pueblo a Silo, y trajeron de allí el arca de la alianza del Señor de los ejércitos, que está sentado sobre los querubines; y los dos hijos de Helí, Ofni y Finees, acompañaban el arca de la alianza de Dios.
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I Rey 4:10
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Dieron, pues, los filisteos la batalla, y quedó derrotado Israel; y todos los que pudieron huyeron a sus casas. El destrozo de los israelitas fue tan grande, que quedaron muertos treinta mil infantes.
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I Rey 4:13
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Al tiempo que llegó, estaba Helí sentado en su silla de audiencia, a la entrada del templo, mirando hacia el camino, porque su corazón se hallaba en un continuo sobresalto por el arca del Señor. Habiendo entrado, pues, aquel soldado, publicó luego la noticia por la ciudad, y toda la gente prorrumpió en grandes alaridos.
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I Rey 4:16
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Dijo, pues, el soldado a Helí: Yo soy el que acabo de venir de la batalla, y yo el que hoy escapé del combate. Le dijo Helí: ¿Qué ha sucedido, hijo mío?
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I Rey 5:1
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Tomaron, pues, los filisteos el arca de Dios y la transportaron de la Piedra del Socorro a la ciudad de Azoto.
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I Rey 5:7
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Viendo, pues, la plaga los vecinos de Azoto, dijeron: No quede más entre nosotros el arca del Dios de Israel; porque es muy pesada su mano sobre nosotros y sobre nuestro dios Dagón.
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I Rey 5:8
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Y habiendo enviado a buscar todos los sátrapas o príncipes de los filisteos les dijeron: ¿Qué haremos del arca del Dios de Israel? A lo que respondieron los geteos: Llévese por los contornos el arca del Dios de Israel. Llevaron, pues, el arca del Dios de Israel de un lugar a otro.
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I Rey 5:12
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Porque se difundía por todas las ciudades el terror de la muerte; y la mano de Dios descargaba terriblemente sobre ellas; pues aun los que no morían estaban llagados en las partes más secretas de las nalgas; y los alaridos de cada ciudad subían hasta el cielo.
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I Rey 6:1
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Estuvo, pues, el arca del Señor en el país de los filisteos por espacio de siete meses.
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I Rey 6:5
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Haréis de oro cinco figuras de hemorroides, y otras tantas figuras de ratones, también de oro, conforme al número de las provincias de los filisteos; pues todos vosotros y vuestros sátrapas, habéis padecido una misma plaga. Por tanto haréis unas figuras de hemorroides y otras de los ratones que han talado la tierra, y daréis gloria al Dios de Israel; a ver si con esto levanta su mano de vosotros y de vuestros dioses y de vuestro país.
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I Rey 6:7
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Ahora, pues, manos a la obra, haced un carro nuevo y uncid al carro dos vacas recién paridas, que no hayan traído yugo; y encerrad en la boyera sus ternerillos.
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I Rey 6:10
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Lo hicieron, pues, así, puntualmente, y tomando dos vacas que daban de mamar a sus becerrillos, las uncieron al carro, y encerraron los ternerillos en el establo.
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I Rey 6:21
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Enviaron, pues, mensajeros, a los habitantes de Cariatiarim, diciendo: Los filisteos han restituido el arca del Señor: Bajad, y lleváosla otra vez.
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I Rey 7:1
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Vinieron, pues, los de Cariatiarim y transportaron el arca del Señor, y la colocaron en casa de Abinadab que habitaba en Gabaa, consagrando a su hijo Eleazar para que cuidase el arca del Señor.
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I Rey 7:2
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Y sucedió que desde el día en que el arca del Señor llegó a Cariatiarim, pasó mucho tiempo (pues ya era el año vigésimo), y toda la casa de Israel gozó de paz, siguiendo al Señor.
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