Lc 23:13
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Habiendo, pues, Pilatos, convocado a los príncipes de los sacerdotes, a los magistrados y al pueblo,
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Lc 23:35
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El pueblo lo estaba mirando todo, y a una con él los principales hacían burla de Jesús diciendo: A otros ha salvado, sálvese, pues, a sí mismo, si él es el Cristo , o Mesías, el escogido de Dios.
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Lc 23:41
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Y nosotros a la verdad estamos en él justamente, pues pagamos la pena merecida por nuestros delitos; pero éste ningún mal ha hecho.
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Lc 23:52
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Este, pues, se presentó a Pilatos, y le pidió el cuerpo de Jesús .
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Lc 24:17
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Les dijo, pues: ¿Qué conversación es esa que caminando lleváis entre los dos, y por qué estáis tristes?
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Lc 24:29
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Mas le detuvieron por fuerza, diciendo: Quédate con nosotros, porque ya es tarde, y va ya el día de caída. Entró, pues, con ellos.
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Jn 1:39
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Les dijo: Venid y lo veréis. Fueron, pues, y vieron dónde habitaba, y se quedaron con él aquel día, era entonces como la hora de las diez.
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Jn 2:23
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En el tiempo, pues, que estuvo en Jerusalén con motivo de la fiesta de la Pascua , creyeron muchos en su nombre, viendo los milagros que hacía.
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Jn 3:21
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Al contrario, quien obra según la verdad le inspira, se arrima a la luz, a fin de que sus obras se vean, pues han sido hechas según Dios.
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Jn 3:29
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El esposo es aquel que tiene la esposa; mas el amigo del esposo, que está para asistirle y atender a lo que dispone, se llena de gozo con oír la voz del esposo. Mi gozo, pues, es ahora completo.
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Jn 3:34
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Porque éste a quien Dios ha enviado, habla las mismas palabras que Dios; pues Dios no le ha dado su Espíritu con medida.
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Jn 4:5
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Llegó, pues, a la ciudad de Samaria, llamada Sicar, o Siquem, vecina a la heredad que Jacob dio a su hijo José.
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Jn 4:6
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Aquí estaba el pozo llamado la Fuente de Jacob . Jesús , pues, cansado del camino, se sentó sobre el brocal de ese pozo. Era ya cerca del mediodía.
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Jn 4:11
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Le dijo la mujer: Señor, tú no tienes con qué sacarla, y el pozo es profundo: ¿dónde tienes, pues, esa agua viva?
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Jn 4:22
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Vosotros adoráis lo que no conocéis, pues sabéis poco de Dios; pero nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salud o el Salvador procede de los judíos.
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Jn 4:25
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Le dijo la mujer: Sé que está para venir el Mesías (esto es, el Cristo ); cuando venga, pues, él nos lo declarará todo.
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Jn 4:33
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Se decían, pues, los discípulos unos a otros: ¿Si le habrá traído alguno de comer?
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Jn 4:42
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y decían a la mujer: Ya no creemos por lo que tú has dicho; pues nosotros mismos le hemos oído, y hemos conocido que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.
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Jn 4:43
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Pasados, pues, dos días, salió de allí, y prosiguió su viaje a Galilea.
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Jn 4:45
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Así que llegó a Galilea, fue bien recibido de los galileos, porque habían visto todas las cosas que había hecho en Jerusalén durante la fiesta; pues también ellos habían concurrido a celebrarla.
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Jn 5:3
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En ellos, pues, yacía una gran muchedumbre de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, aguardando el movimiento de las aguas;
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Jn 5:4
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pues un ángel del Señor descendía de tiempo en tiempo a la piscina, y se agitaba el agua. Y el primero que después de movida el agua entraba en la piscina, quedaba sano de cualquiera enfermedad que tuviese.
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Jn 5:14
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Le halló después Jesús en el templo, y le dijo: Bien ves cómo has quedado curado: No peques, pues, en adelante, para que no te suceda alguna cosa peor.
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Jn 5:28
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No tenéis que admiraros de esto, pues vendrá tiempo en que todos los que están en los sepulcros oirán la voz del Hijo de Dios;
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Jn 5:38
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Ni tenéis impresa su palabra dentro de vosotros, pues no creéis a quien él ha enviado.
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Jn 5:46
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Porque si creyeseis a Moisés, acaso me creeriáis también a mí; pues de mí escribió él.
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Jn 6:5
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Habiendo, pues, Jesús levantado los ojos, y viendo venir hacia sí un grandísimo gentío, dijo a Felipe: ¿Dónde compraremos panes para dar de comer a toda la gente?
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Jn 6:6
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Mas esto lo decía para probarle, pues bien sabía él mismo lo que había de hacer.
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Jn 6:10
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Pero Jesús dijo: Haced sentar a esas gentes. El sitio estaba cubierto de hierba. Se sentaron, pues, cerca de cinco mil hombres.
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Jn 6:21
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Quisieron, pues, recibirle consigo a bordo; y la barca tocó luego en el sitio adonde se dirigían.
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Jn 6:27
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Trabajad para tener no tanto el manjar que se consume, sino el que dura hasta la vida eterna, el cual os lo dará el Hijo del hombre, pues en éste imprimió su sello o imagen el Padre, que es Dios.
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Jn 6:45
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Escrito está en los profetas: Todos serán enseñados de Dios. Cualquiera, pues, que ha escuchado al Padre, y aprendido su palabra, viene a mí.
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Jn 7:6
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Jesús , pues, les dijo: Mi tiempo no ha llegado todavía; el vuestro siempre está a punto.
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Jn 7:39
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Esto lo dijo por el Espíritu Santo, que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no se había comunicado el Espíritu Santo, porque Jesús todavía no estaba en su gloria.
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Jn 8:31
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Decía, pues, a los judíos, que creían en él: Si perseverareis en mi palabra, seréis verdaderamente discípulos míos.
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Jn 8:33
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Le respondieron ellos: Nosotros somos descendientes de Abrahán, y jamás hemos sido esclavos de nadie, ¿cómo, pues, dices tú que vendremos a ser libres?
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Jn 8:42
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A lo cual les dijo Jesús : Si Dios fuera vuestro padre, ciertamente me amaríais a mí; pues yo nací de Dios, y he venido de parte de Dios; porque no he venido de mí mismo, sino que él me ha enviado.
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Jn 8:43
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¿Por qué, pues, no entendéis mi lenguaje? Es porque no podéis soportar mi palabra.
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Jn 9:7
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y le dijo: Anda, y lávate en la piscina de Siloé (palabra que significa el Enviado). Se fue, pues, y se lavó allí, y volvió con vista.
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Jn 9:10
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Le preguntaban, pues: ¿Cómo se te han abierto los ojos?
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Jn 9:13
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Llevaron, pues a los fariseos al que antes estaba ciego.
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Jn 9:15
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Nuevamente, pues, los fariseos le preguntaban también cómo había logrado la vista. El les respondió: Puso lodo sobre mis ojos, me lavé, y veo.
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Jn 9:16
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Sobre lo que decían algunos de los fariseos: No es enviado de Dios este hombre, pues no guarda el sábado. Otros, decían: ¿Cómo un hombre pecador puede hacer tales milagros? Y había desacuerdo entre ellos.
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Jn 9:17
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Dicen, pues, otra vez al ciego: Y tú ¿qué dices del que te ha abierto los ojos? Respondió: Que es un profeta.
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Jn 9:24
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Llamaron, pues, otra vez al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es un pecador.
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Jn 10:24
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Le rodearon, pues, los judíos, y le dijeron: ¿Hasta cuándo has de traer suspensa nuestra alma? Si tú eres el Cristo , dínoslo abiertamente.
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Jn 11:3
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Las hermanas, pues, enviaron a decirle: Señor, mira que aquel a quien amas está enfermo.
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Jn 11:17
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Llegó, pues, Jesús y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba sepultado.
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Jn 11:21
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Dijo, pues, Marta a Jesús : Señor, si hubieses estado aquí, no hubiera muerto mi hermano.
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Jn 11:32
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María, pues, habiendo llegado a donde estaba Jesús , viéndole, se postró a sus pies, y le dijo: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.
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