ALMO de David, cuando fué restaurada su tierra. El Señor es el que reina: Regocíjese la tierra; muestre su júbilo la multitud de islas.
Rodeado está de una densa y oscura nube; justicia y juicio son el sostén de su trono.
Fuego irá delante de él, que abrasará por todas partes a sus enemigos.
Alumbrarán sus relámpagos la tierra, que lo vio, y se estremeció.
Se derritieron, como cera, los montes a la presencia del Señor; a la presencia del Señor se derretirá la tierra toda.
Anunciaron los cielos su justicia; y todos los pueblos vivieron su gloria.
Que se confundan todos los adoradores de los ídolos y cuantos se glorían en sus simulacros. Adorad al Señor vosotros todos ¡oh ángeles suyos!
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Lo oyó Sión, y se llenó de alborozo. Saltaron de alegría las hijas de Judá en vista, ¡oh Señor!, de tus juicios.
Porque tú eres el Señor Altísimo sobre toda la tierra; tú eres infinitamente más elevado que todos los dioses.
¡Oh vosotros, los que amáis al Señor!, aborreced el mal. El Señor guarda las almas de sus santos; las librará de las manos del pecador.
Amaneció la luz al justo, y la alegría a los de recto corazón.
Alegraos, pues, ¡oh justos!, en el Señor, y celebrad con alabanzas su santa memoria.
Pater
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