ISIÓN profética que tuvo Abdías. Esto dice el Señor Dios a Edom: (Nosotros oímos ya del Señor que él envió su embajador, o profeta, a decir a las gentes: Venid y vamos a hacerle la guerra).
Tú ves, dice Dios a Edom, que yo te he hecho pequeño entre las naciones, y que tú eres sumamente despreciable.
La soberbia de tu corazón te ha engreído, porque habitas en peñascos escarpados y sitios elevados; y dices en tu corazón: ¿Quién será el que me derribe en tierra?
Cuando tú, cual águila te remontares, y cuando pusieres tu nido o habitación entre las estrellas, de allí, dice el Señor, te arrancaré yo.
Si los ladrones y asesinos hubiesen entrado de noche en tu casa, ¿no habrías tú callado de miedo? ¿No te habrían robado a su satisfacción? Y si hubiesen entrado en tu viña para vendimiarla, ¿no te habrían dejado al menos algún racimo o rebusco?
Pero ¡de qué manera han tratado éstos y escudriñado la casa de Esaú, y han ido registrando los parajes más escondidos!
Te han arrojado fuera de tu país, todos tus aliados se han burlado de ti, se han alzado contra ti los amigos tuyos, aquellos mismos que comían en tu mesa te han armado asechanzas. No hay en Edom cordura.
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Qué ¿acaso en aquel día no le quitaré yo, dice el Señor, los sabios a Idumea, y los prudentes al monte, o país, de Esaú?
Quedarán amedrentados ésos tus campeones que tienes a la parte del mediodía, sin que quede un solo varón fuerte en el monte de Esaú.
Cubierto quedarás de confusión, y perecerás para siempre en castigo de la mortandad y de las injusticias cometidas contra tu hermano el pueblo de Jacob .
Pues en aquel día en que tomaste las armas contra él, cuando los extranjeros o caldeos hacían prisionero su ejército, y entraban en sus ciudades, y echaban suerte sobre los despojos de Jerusalén , tú también eras como uno de ellos.
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Mas no te burlarás en adelante de tu hermano en el día de su aflicción cuando sea llevado cautivo, ni te regocijarás de la desgracia de los hijos de Judá en el día de su perdición, ni los insultarás con descaro en el día de su angustia.
Y no entrarás en las puertas o ciudades de mi pueblo para coger despojos en el día de su ruina, ni te burlarás tú tampoco de sus desastres en el día de su desolación, ni serás enviado a perseguir su ejército en el día de su derro-ta.
Ni estarás apostado en las salidas para matar a los fugitivos hebreos, y no cortarás el paso a los restos de sus tropas en aquel día de tribulación.
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Porque se acerca ya el día del castigo del Señor para todas las gentes. Aquello que tú hiciste contra mi pueblo, eso se hará contigo; sobre tu propia cabeza hará Dios recaer tu castigo.
Porque al modo que vosotros que moráis en mi santo monte bebisteis el cáliz de mi ira, así lo beberán de continuo todas las gentes idólatras, lo beberán, y lo apurarán y quedarán enteramente aniquiladas.
Mas sobre el monte santo de Sión allí habrá después salvación, y allí habitará el Santo de los santos; y la casa de Jacob será señora de los que antes la habían dominado.
Será la casa de Jacob un fuego devorador; será una llama la casa de José, y será paja seca la casa de Esaú, la cual será abrasada y devorada de aquélla, sin que quede resto alguno de la casa de Esaú, porque así lo ha dicho el Señor.
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Y los que moran hacia el mediodía se harán dueños del monte o país de Esaú, y los de la llanura se harán dueños de los filisteos; y poseerán el territorio de Efraín, y el de Samaria, y Benjamín será dueño de Galaad.
Y el ejército de los hijos de Israel, (o las diez tribus) que fue llevado al cautiverio, poseerá todos los lugares de los cananeos, hasta Sarepta de Sidón; y los hijos de Jerusalén o reino de Judá, que fueron conducidos cautivos al Bósforo, poseerán las ciudades del mediodía.
Y subirán salvadores al monte de Sión, los cuales juzgarán y gobernarán el monte o país de Esaú; y reinará el Señor.
Pater
Filius
Spiritus Sanctus
Angelorum
Satan
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