LELUYA: del regreso de Aggéo y de Zacharias. Bienaventurado el hombre que teme al Señor, y que toda su afición la pone en cumplir sus mandamientos.
Poderosa será sobre la tierra la descendencia suya; bendita será la generación de los justos.
Gloria y riquezas habrá en su casa, y su justicia durará eternamente.
Ha nacido entre las tinieblas la luz para los de corazón recto; el misericordioso, el benigno, el justo.
Dichoso el hombre que se compadece, y da prestado al pobre; y que dispensa sus palabras con discreción,
porque jamás resbalará.
El justo vivirá eternamente en la memoria de Dios y de los hombres; no temerá al oír malas nuevas. Su corazón está siempre dispuesto a esperar en el Señor.
Fortalecido está su corazón; no vacilará el justo; y mirará con desprecio a sus enemigos.
Derramó a manos llenas sus bienes entre los pobres; su justicia permanece eternamente; su fortaleza será exaltada con gloria.
Lo verá el pecador, y se irritará; rechinará los dientes, y se consumirá; pero los deseos y esfuerzos de los pecadores se desvanecerán como el humo.
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