ARA el fin: Salmo para los hijos de Coré.
¡Oh Señor! tú has derramado la bendición sobre tu tierra; tú has libertado del cautiverio a Jacob .
Has perdonado las maldades de tu pueblo; has sepultado todos sus pecados.
Has aplacado ya toda tu ira; has calmado el furor de tu indignación.
Conviértenos, ¡oh Dios, salvador nuestro!, y aparta tu ira de nosotros.
¿Estarás por ventura siempre enojado con nosotros? ¿Se prolongará tu ira de generación en generación?
Oh Dios, volviendo tú el rostro hacia nosotros, nos darás vida; y tu pueblo se regocijará en ti.
Muéstranos, Señor, tu misericordia, y danos tu salud.
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Haz que escuche yo aquello que me hablará el Señor Dios; pues él anunciará la paz a su pueblo, y a sus santos, y a los que se convierten de corazón.
Así es que su salud estará cerca de los que le temen y adoran; y habitará la gloria en nuestra tierra.
Se encontraron juntas la misericordia y la verdad; se dieron un ósculo la justicia y la paz.
La verdad brotó en la tierra, y la justicia nos ha mirado desde lo alto del cielo.
Por lo que derramará el Señor su benignidad y nuestra tierra producirá su fruto.
La justicia marchará delante de él, y dirigirá sus pasos.
Pater
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