ÁNTICO gradual. A no haber estado el Señor con nosotros, confiéselo ahora Israel,
a no haber estado el Señor a favor nuestro, cuando arremetieron las gentes contra nosotros
nos hubieran sin duda tragado vivos.
Nos habrían infaliblemente sumergido las aguas, cuando se inflamó su furor contra nosotros.
Pero ha vadeado nuestra alma el torrente. Seguramente no hubiera podido vadear unas aguas tan profundas.
Bendito sea el Señor, que no permitió que fuésemos presa de sus rabiosos dientes.
Nuestra alma, o vida, escapó cual pájaro del lazo de los cazadores; fue roto el lazo, y nosotros quedamos libres.
Nuestro socorro viene del Nombre del Señor, creador del cielo y de la tierra.
Pater
Filius
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