ALMO y Cántico. Para el dia del sábado.
Bueno es tributar alabanzas al Señor; y salmear a tu Nombre, ¡oh Altísimo!,
celebrando por la mañana tu misericordia, y por la noche tu verdad;
acompañando el canto con el salterio, y con el sonido de la cítara.
Porque me has recreado, oh Señor, con tus obras, y al contemplar las obras de tus manos salto de placer.
¡Cuán grandes son, Señor tus obras! ¡Cuán insondable la profundidad de tus designios!
El hombre insensato no conoce estas cosas, ni entiende de ellas el necio.
Apenas los pecadores brotarán como el heno, y brillarán todos los malvados, cuando perecerán para siempre.
Pero tú, ¡oh Señor!, serás eternamente el Altísimo.
Así es, Señor, que tus enemigos, sí, tus enemigos perecerán, y quedarán disipados cuantos cometen la maldad.
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Y mi fortaleza se levantará como la del unicornio, y mi vejez será vigorizada por tu misericordia.
Y miraré con desprecio a mis enemigos, y oiré hablar sin susto de los revoltosos que maquinan contra mí.
Florecerá como la palma el varón justo, y descollará cual cedro del Líbano.
Plantados los justos en la casa del Señor, en los atrios de la casa de nuestro Dios florecerán.
Y aun en su lozana vejez se multiplicarán; y se hallarán con vigor y robustez,
para predicar que el Señor Dios nuestro es justo, y que no hay en él ni sombra de iniquidad.
Pater
Filius
Spiritus Sanctus
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