Amós 9:15
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Y yo los estableceré en su país, y nunca jamás volveré a arrancarlos de la tierra que yo les di, dice el Señor Dios tuyo.
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Abd 1:1
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Visión profética que tuvo Abdías. Esto dice el Señor Dios a Edom: (Nosotros oímos ya del Señor que él envió su embajador, o profeta, a decir a las gentes: Venid y vamos a hacerle la guerra).
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Abd 1:1
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Visión profética que tuvo Abdías. Esto dice el Señor Dios a Edom: (Nosotros oímos ya del Señor que él envió su embajador, o profeta, a decir a las gentes: Venid y vamos a hacerle la guerra).
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Abd 1:4
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Cuando tú, cual águila te remontares, y cuando pusieres tu nido o habitación entre las estrellas, de allí, dice el Señor, te arrancaré yo.
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Abd 1:8
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Qué ¿acaso en aquel día no le quitaré yo, dice el Señor, los sabios a Idumea, y los prudentes al monte, o país, de Esaú?
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Abd 1:15
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Porque se acerca ya el día del castigo del Señor para todas las gentes. Aquello que tú hiciste contra mi pueblo, eso se hará contigo; sobre tu propia cabeza hará Dios recaer tu castigo.
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Abd 1:18
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Será la casa de Jacob un fuego devorador; será una llama la casa de José, y será paja seca la casa de Esaú, la cual será abrasada y devorada de aquélla, sin que quede resto alguno de la casa de Esaú, porque así lo ha dicho el Señor.
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Abd 1:21
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Y subirán salvadores al monte de Sión, los cuales juzgarán y gobernarán el monte o país de Esaú; y reinará el Señor.
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Jon 1:1
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El Señor habló a Jonás , hijo de Amatí, y dijo:
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Jon 1:3
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Jonás tomó el camino de Tarsis, huyendo del servicio del Señor; y así que llegó a Joppe halló una nave que se hacía a la vela para Tarsis; pagó su flete, y entró en ella con los demás para aportar a Tarsis, huyendo del servicio del Señor.
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Jon 1:3
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Jonás tomó el camino de Tarsis, huyendo del servicio del Señor; y así que llegó a Joppe halló una nave que se hacía a la vela para Tarsis; pagó su flete, y entró en ella con los demás para aportar a Tarsis, huyendo del servicio del Señor.
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Jon 1:4
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Mas el Señor envió un viento recio sobre el mar, con lo que se movió en ella una gran borrasca; de suerte que se hallaba la nave a riesgo de estrellarse.
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Jon 1:9
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Les respondió Jonás : Yo soy hebreo, y temo o adoro al Señor, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra.
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Jon 1:14
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Y clamaron al Señor, diciendo: Te rogamos, ¡oh Señor!, que no nos hagas morir por haber dado muerte a este hombre, y no hagas recaer sobre nosotros la sangre inocente; pues tú, ¡oh Señor!, has hecho caer la suerte así como has querido.
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Jon 1:14
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Y clamaron al Señor, diciendo: Te rogamos, ¡oh Señor!, que no nos hagas morir por haber dado muerte a este hombre, y no hagas recaer sobre nosotros la sangre inocente; pues tú, ¡oh Señor!, has hecho caer la suerte así como has querido.
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Jon 1:14
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Y clamaron al Señor, diciendo: Te rogamos, ¡oh Señor!, que no nos hagas morir por haber dado muerte a este hombre, y no hagas recaer sobre nosotros la sangre inocente; pues tú, ¡oh Señor!, has hecho caer la suerte así como has querido.
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Jon 1:16
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Con lo cual concibieron aquellas gentes un gran temor y respeto al Señor, y le ofrecieron víctimas, y le hicieron votos.
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Jon 2:1
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Y había el Señor preparado un gran pez, para que se tragara a Jonás ; el cual estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez.
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Jon 2:2
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E hizo Jonás oración al Señor Dios suyo desde el vientre del pez;
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Jon 2:3
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y después dijo: He invocado al Señor en medio de mi tribulación, y me ha escuchado benigno: he clamado desde el seno del sepulcro, y tú, ¡oh Señor!, has atendido mi voz.
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Jon 2:3
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y después dijo: He invocado al Señor en medio de mi tribulación, y me ha escuchado benigno: he clamado desde el seno del sepulcro, y tú, ¡oh Señor!, has atendido mi voz.
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Jon 2:7
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He descendido hasta las raíces de los montes; los cerrojos o barreras de la tierra me encerraron allí dentro para siempre, mas tú, ¡oh Señor Dios mío!, sacarás mi vida, o alma, del lugar de la corrupción.
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Jon 2:8
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En medio de las angustias que padecía mi alma, he recurrido a ti, ¡oh Señor!, dirigiéndote mi oración al templo santo de tu gloria.
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Jon 2:10
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Mas yo te ofreceré en sacrificio cánticos de alabanza; cumpliré al Señor todos los votos que le he hecho por mi salud.
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Jon 2:11
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El Señor, en fin, dio la orden al pez, y éste vomitó a Jonás en la ribera.
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Jon 3:1
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Y habló el Señor por segunda vez a Jonás , diciéndole:
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Jon 3:3
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Marchó, pues, Jonás , y se dirigió a Nínive, según la orden del Señor. Era Nínive una ciudad grandísima, eran necesarios tres días para recorrerla.
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Jon 3:8
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hombres y bestias cúbranse con sacos y arreos de luto, y clamen aquellos con todo ahínco al Señor, convirtiéndose cada uno de su mala vida e inicuo proceder:
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Jon 3:9
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¿Quién sabe si así cambiará el Señor su designio, y nos perdonará; y si se aplacará el furor de su ira, de suerte que no perezcamos?
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Jon 4:2
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E hizo oración al Señor, diciendo: Te ruego que me digas, ¡oh Señor!, ¿no es esto lo mismo que yo me recelaba cuando aún estaba en mi país? No por otra razón me cautelaba, huyendo a Tarsis. Porque yo sé bien que tú eres un Dios clemente y misericordioso, paciente y piadosísimo, y perdonador de los pecados.
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Jon 4:2
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E hizo oración al Señor, diciendo: Te ruego que me digas, ¡oh Señor!, ¿no es esto lo mismo que yo me recelaba cuando aún estaba en mi país? No por otra razón me cautelaba, huyendo a Tarsis. Porque yo sé bien que tú eres un Dios clemente y misericordioso, paciente y piadosísimo, y perdonador de los pecados.
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Jon 4:3
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Ahora bien, Señor, te ruego que me quites la vida, porque para mí es ya mejor morir que vivir.
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Jon 4:4
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Y respondió el Señor: ¿Y te parece a ti que tienes razón para enojarte?
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Jon 4:6
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Había el Señor preparado una hiedra, la cual creció hasta cubrir la cabeza de Jonás para hacerle sombra, y defenderlo del calor. Estaba Jonás muy fatigado, y recibió grandísimo placer de aquella hiedra.
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Jon 4:8
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Y nacido que hubo el sol, dispuso el Señor que soplase un viento solano que quemaba; hería el sol en la cabeza de Jonás , quien se abrasaba y deseaba la muerte, diciendo: Mejor me es morir que vivir.
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Jon 4:9
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Pero el Señor dijo a Jonás : ¿Crees tú razonable enojarte por causa de la hiedra? Y respondió él: Razón tengo para encolerizarme hasta desear mi muerte.
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Jon 4:10
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Y dijo el Señor: Tú tienes pesar por la pérdida de una hiedra, que ningún trabajo te ha costado, ni tú la has hecho crecer, pues ha crecido en una noche y en una noche ha perecido.
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Miq 1:1
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Palabra del Señor en orden a Samaria y a Jerusalén , revelada a Miqueas moravita en los tiempos de Joatán, de Acaz y de Ezequías , reyes de Judá.
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Miq 1:2
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¡Pueblos todos, escuchad! y esté atenta la tierra y cuanto en ella hay; y el Señor Dios sea testigo contra vosotros, séalo el Señor desde su santo templo.
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Miq 1:2
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¡Pueblos todos, escuchad! y esté atenta la tierra y cuanto en ella hay; y el Señor Dios sea testigo contra vosotros, séalo el Señor desde su santo templo.
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Miq 1:3
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Porque he aquí que el Señor va a salir de su morada y descendiendo de su trono hollará las grandezas de la tierra.
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Miq 1:12
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Porque he perdido las fuerzas para hacer bien la que habita en la amargura; puesto que el Señor ha enviado el azote hasta las puertas o ciudad de Jerusalén .
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Miq 2:3
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Por tanto, esto dice el Señor: He aquí que yo estoy pensando en enviar calamidades sobre esta familia, de las cuales no podréis vosotros libraros; y no andaréis ya erguidos, porque será tiempo en extremo calamitoso.
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Miq 2:5
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Por esto ya no tendrás tú, ¡oh Israel!, quien reparta con la medida de cuerda las porciones de tierra en la congregación del Señor.
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Miq 2:7
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Pues la casa de Jacob va diciendo: Qué, ¿por ventura se ha disminuido el espíritu misericordioso del Señor, o pueden ser tales sus designios? Pero ¿acaso no hablo yo, responde Dios, con benignidad a aquellos que andan por el recto camino?
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Miq 2:11
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¡Ojalá fuera yo un hombre que no tuviese el espíritu profético, sino que fuera falso lo que digo! Yo derramaré sobre ti, dice el Señor, el vino y la embriaguez del cáliz de mi indignación; y este vino sobre este pueblo se derramará.
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Miq 2:13
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E irá delante de ellas aquel buen Pastor que les abrirá el camino; forzarán la puerta, pasarán por ella, y entrarán dentro; y su rey irá delante de ellas; y estará a su frente el Señor.
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Miq 3:4
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Algún día clamarán al Señor, y él no os escuchará, y les ocultará entonces su rostro, por cuanto ellos han obrado perversamente, según sus antojos.
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Miq 3:5
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Esto dice el Señor contra los falsos profetas que seducen a mi pueblo, los cuales le despedazan con sus dientes, y predican paz; y al que no les pone alguna cosa en su boca le mueven guerra a pretexto de santidad.
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Miq 3:8
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Mas yo he sido llenado del espíritu fuerte del Señor, de justicia y de constancia; para decir y reprender a Jacob sus maldades, y a Israel su pecado.
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