Juec 15:18
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Y acosado en extremo de la sed, clamó al Señor, y dijo: Tú eres quien ha salvado y concedido por medio de tu siervo tan gran victoria; pero he aquí que me muero de sed, y así vendré a caer en manos de los incircuncisos.
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Juec 15:19
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El Señor entonces abrió una fuente por entre una muela de la quijada del asno, y brotaron aguas de ella, de las que habiendo bebido, regocijó su espíritu, y recobró las fuerzas. Por eso es llamado aquel lugar hasta hoy, Fuente del que invocó a Dios en Lequí.
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Juec 16:20
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Y le dijo en seguida: ¡Sansón, los filisteos se echan sobre ti! El cual despertando del sueño, dijo en su interior: Saldré como hice antes, y me desembarazaré de ellos; no conociendo o advirtiendo que el Señor se había retirado de él.
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Juec 16:28
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Pero él invocando al Señor dijo: ¡Oh Señor Dios! acuérdate de mí: y restitúyeme ahora, ¡oh Dios mío!, mi anterior fuerza para vengarme de mis enemigos, y hacerles pagar de una sola vez el haberme privado de mis dos ojos.
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Juec 16:28
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Pero él invocando al Señor dijo: ¡Oh Señor Dios! acuérdate de mí: y restitúyeme ahora, ¡oh Dios mío!, mi anterior fuerza para vengarme de mis enemigos, y hacerles pagar de una sola vez el haberme privado de mis dos ojos.
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Juec 17:2
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el cual dijo a su madre: Los mil cien siclos de plata que habías apartado para ti, y acerca de los cuales jurabas, estando yo presente, que te los había hurtado, sábete que yo los tengo, y que están en mi poder. Le respondió ella: Colme el Señor a mi hijo de bendiciones.
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Juec 17:3
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Volvió, pues, Micás a su madre los siclos de plata. Y ella le dijo: Consagré y ofrecí con voto al Señor esta plata, para que recibiéndola mi hijo de mi mano, haga una imagen de talla y de fundición; y por lo mismo ahora te la entrego.
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Juec 18:5
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Le rogaron entonces que consultara al Señor para que pudieran saber si su viaje sería feliz, y llegaría a efectuarse su empresa.
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Juec 18:10
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Entraremos en un pueblo que vive en una total confianza, en un país espaciosísimo y el Señor nos entregará un territorio donde ninguna cosa falta de cuantas produce la tierra.
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Juec 20:1
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En consecuencia salieron todos los hijos de Israel, mancomunados como si fuesen un solo hombre, desde Dan hasta Bersabee, y aun desde la tierra de Galaad, y se reunieron en la presencia del Señor en Masfa.
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Juec 20:18
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Los cuales saliendo a campaña, vinieron a la casa de Dios, esto es a Silo, donde consultaron al Señor, y dijeron: ¿Quién será en nuestro ejército el caudillo para pelear contra los hijos de Benjamín? Les espondió el Señor: Sea la tribu de Judá vuestro caudillo.
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Juec 20:18
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Los cuales saliendo a campaña, vinieron a la casa de Dios, esto es a Silo, donde consultaron al Señor, y dijeron: ¿Quién será en nuestro ejército el caudillo para pelear contra los hijos de Benjamín? Les espondió el Señor: Sea la tribu de Judá vuestro caudillo.
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Juec 20:23
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Pero acudieron primero humildes al Señor, y lloraron delante de él hasta la noche, y le consultaron, diciendo: ¿Debemos salir otra vez a pelear contra los hijos de Benjamín, nuestros hermanos, o no? Les respondió el Señor: Marchad contra ellos y dad la batalla.
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Juec 20:23
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Pero acudieron primero humildes al Señor, y lloraron delante de él hasta la noche, y le consultaron, diciendo: ¿Debemos salir otra vez a pelear contra los hijos de Benjamín, nuestros hermanos, o no? Les respondió el Señor: Marchad contra ellos y dad la batalla.
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Juec 20:26
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Por cuyo desastre todos los hijos de Israel vinieron a la casa de Dios, y se pusieron a llorar en presencia del Señor, y ayunaron aquel día hasta la tarde, y le ofrecieron holocaustos y víctimas pacíficas,
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Juec 20:28
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y Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, presidía en el santuario. Consultaron, pues, al Señor, y le dijeron: ¿Debemos todavía proseguir la guerra contra los hijos de Benjamín, nuestros hermanos, o cesar de ella? Les respondió el Señor: Salid, que mañana los entregaré en vuestras manos.
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Juec 20:28
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y Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, presidía en el santuario. Consultaron, pues, al Señor, y le dijeron: ¿Debemos todavía proseguir la guerra contra los hijos de Benjamín, nuestros hermanos, o cesar de ella? Les respondió el Señor: Salid, que mañana los entregaré en vuestras manos.
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Juec 20:35
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En efecto, el Señor los castigó a la vista de los hijos de Israel, que mataron de ellos en aquel día veintincinco mil cien hombres, toda gente guerrera y valiente.
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Juec 21:3
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¿Por qué, ¡oh Señor Dios de Israel!, ha sucedido esta calamidad en tu pueblo, que se haya acabado hoy una de nuestras tribus?
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Juec 21:5
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¿Quién es en todas las tribus de Israel el que no se unió al ejército del Señor? Porque estando en Masfa se habían obligado con un solemne juramento a matar a los que faltasen.
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Juec 21:8
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Dijeron pues: ¿Quién hay de las tribus todas de Israel que no haya comparecido ante el Señor en Masfa? Y se halló que los moradores de Jabes-Galaad no habían estado en aquel ejército.
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Juec 21:19
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Tomaron, pues, este partido, y dijeron: He aquí que viene la solemnidad del Señor que se celebra todos los años en Silo, en la llanura situada al norte de la ciudad de Betel, y al oriente del camino que desde Betel va a Siquem, y al mediodía de la ciudad de Lebona.
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Rut 1:6
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Resolvió, pues, volverse del país de Moab su patria, con sus dos nueras; por haber oído que el Señor había vuelto los ojos hacia su pueblo, y dándole alimentos.
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Rut 1:8
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les dijo: Volveos a casa de vuestras madres. El Señor use de misericordia con vosotras, como la habéis usado vosotras con los difuntos y conmigo.
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Rut 1:13
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si quisieseis esperarlos a que creciesen, y llegasen a los años de la pubertad, seríais antes viejas que esposas. Os suplico, hijas mías, que no prosigáis: mirad que vuestra aflicción no hace más que acrecentar la mía; porque la mano del Señor está levantada contra mí.
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Rut 1:21
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Salí de aquí colmada; y el Señor me ha hecho volver vacía; ¿por qué, pues, me llamáis Noemí, habiéndome humillado el Señor, y afligídome el Todopoderoso?
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Rut 1:21
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Salí de aquí colmada; y el Señor me ha hecho volver vacía; ¿por qué, pues, me llamáis Noemí, habiéndome humillado el Señor, y afligídome el Todopoderoso?
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Rut 2:4
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Y he aquí que el mismo Booz llegó de Betlehem; y saludó a los segadores, diciendo: El Señor sea con vosotros. Los cuales le respondieron: Bendígate el Señor.
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Rut 2:4
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Y he aquí que el mismo Booz llegó de Betlehem; y saludó a los segadores, diciendo: El Señor sea con vosotros. Los cuales le respondieron: Bendígate el Señor.
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Rut 2:12
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El Señor te premie por tu acción, y recibas un cumplido galardón del Señor Dios de Israel, a quien has recurrido, y debajo de cuyas alas te has amparado.
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Rut 2:12
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El Señor te premie por tu acción, y recibas un cumplido galardón del Señor Dios de Israel, a quien has recurrido, y debajo de cuyas alas te has amparado.
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Rut 2:20
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A la cual contestó Noemí: Bendito sea el Señor; pues la misma buena voluntad que tuvo a los vivos, la conserva todavía a los difuntos. Y añadió: ese hombre es pariente nuestro.
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Rut 3:10
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A lo que dijo Booz: Bendita seas del Señor, hija mía, que has sobrepujado tu primera bondad y cordura, con la que manifiestas ahora, pues siendo joven como eres, no has ido a buscar jóvenes, ni pobres ni ricos, sino a los que la ley dispone.
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Rut 3:13
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Descansa esta noche que venida la mañana, si él quiere quedarse contigo por el derecho de proximidad, sea en horabuena: mas si no quiere, vive el Señor que yo sin falta te tomaré: y así, duerme hasta mañana.
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Rut 4:11
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Entonces todo el pueblo que estaba en la puerta, respondió con los ancianos: Nosotros somos testigos. El Señor haga que esa mujer que entra en tu casa, sea como Raquel y Lía, las cuales fundaron la casa de Israel; para que sea como aquéllas dechado de virtud en Efrata, y tenga un nombre célebre en Betlehem;
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Rut 4:12
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y sea tu casa como la casa de Fares (hijo de Tamar y de Judá), por la posteridad que el Señor te diere de esta joven.
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Rut 4:13
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Tomó, pues, Booz a Rut, y se desposó con ella; y en su matrimonio el Señor le hizo la gracia de que Rut concibiera y pariese un hijo.
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Rut 4:14
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Con este motivo, las mujeres dijeron a Noemí: Bendito sea el Señor que no ha permitido que faltase heredero en tu familia, y ha querido conservar el nombre de ella en Israel;
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I Rey 1:3
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Subía este hombre desde su ciudad a Silo en los días señalados a adorar y ofrecer sacrificios al Señor de los ejércitos. Allí residían entonces los dos hijos de Helí: Ofni y Finees, sacerdotes del Señor.
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I Rey 1:3
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Subía este hombre desde su ciudad a Silo en los días señalados a adorar y ofrecer sacrificios al Señor de los ejércitos. Allí residían entonces los dos hijos de Helí: Ofni y Finees, sacerdotes del Señor.
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I Rey 1:5
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Pero a Ana, que no tenía hijos, le dio una sola porción, entristecido porque la amaba, aunque el Señor la había hecho estéril.
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I Rey 1:6
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Además Fenenna, su rival, la mortificaba también y angustiaba en gran manera, en tanto grado, que la echaba en rostro el que el Señor la había hecho estéril.
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I Rey 1:7
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Y así lo hacía todos los años cuando, llegado el tiempo, subían al templo del Señor; y de este modo la zahería. Con esto Ana se ponía a llorar, y no probaba la comida.
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I Rey 1:9
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Y después de haber comido y bebido en Silo, se levantó Ana, y estando el sumo sacerdote Helí sentado en su silla, o audiencia, delante de la puerta del templo o Tabernáculo del Señor,
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I Rey 1:10
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vino Ana con un corazón lleno de amargura, y oró al Señor derramando copiosas lágrimas,
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I Rey 1:11
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e hizo voto diciendo: Señor Dios de los ejércitos, si te dignares volver los ojos para mirar la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no olvidándote de tu esclava, dieres a tu sierva un hijo varón, lo consagraré al Señor por todos los días de su vida, y no pasará jamás navaja por su cabeza.
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I Rey 1:11
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e hizo voto diciendo: Señor Dios de los ejércitos, si te dignares volver los ojos para mirar la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no olvidándote de tu esclava, dieres a tu sierva un hijo varón, lo consagraré al Señor por todos los días de su vida, y no pasará jamás navaja por su cabeza.
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I Rey 1:12
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Como repitiese muchas veces sus ruegos delante del Señor, Helí estuvo observando el movimiento de sus labios;
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I Rey 1:15
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Le respondió Ana: No es, mi señor, lo que decís; la verdad es que yo soy una mujer afligidísima; y no es que haya bebido vino, ni cosa que pueda embriagar, sino que estaba derramando mi corazón en la presencia del Señor.
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I Rey 1:19
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Por la mañana se levantaron todos, adoraron al Señor, y poniéndose en camino, regresaron a su casa en Rámata. Elcana se unió a Ana, su mujer, y el Señor se acordó de ella y de su oración.
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