II Par 29:18
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Presentándose luego al rey Ezequías , le dijeron: Hemos purificado toda la casa del Señor, y el altar de los holocaustos y sus instrumentos, como también la mesa de la proposición con todos sus utensilios,
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II Par 29:19
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y todas las alhajas del templo, profanadas por el rey Acaz durante su reinado, después que prevaricó; y he aquí que están todas puestas en orden delante del altar del Señor.
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II Par 29:20
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En consecuencia, el rey Ezequías , levantándose muy de mañana, congregó a todos los príncipes o magnates de la ciudad, y subió al templo del Señor,
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II Par 29:21
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y ofrecieron todos juntos siete toros, y siete carneros, y siete corderos, y siete machos cabríos por la expiación del pecado, por el reino o delitos del rey, por la profanación del santuario, y por los pecados de todo Judá; y dijo a los sacerdotes, hijos de Aarón, que los ofreciesen sobre el altar del Señor.
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II Par 29:25
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Estableció también levitas en el templo del Señor con sus címbalos, y salterios, y cítaras, según la disposición del rey David, y de Gad profeta, y del profeta Natán; porque éste fue un mandamiento del Señor, comunicado por medio de sus profetas.
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II Par 29:25
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Estableció también levitas en el templo del Señor con sus címbalos, y salterios, y cítaras, según la disposición del rey David, y de Gad profeta, y del profeta Natán; porque éste fue un mandamiento del Señor, comunicado por medio de sus profetas.
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II Par 29:27
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Entonces ordenó Ezequías que se ofreciesen los holocaustos sobre el altar; y mientras que los holocaustos se ofrecían, comenzaron a cantar las alabanzas del Señor, y a tocar las trompetas, y acompañar el canto con los varios instrumentos músicos, dispuestos por David, rey de Israel.
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II Par 29:28
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Entretanto, mientras todo el pueblo adoraba al Señor, los cantores y los que tenían las trompetas hacían su oficio, hasta que fue consumido el holocausto.
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II Par 29:29
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Concluida la ofrenda, el rey y todos los que con él estaban, postrándose, adoraron al Señor.
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II Par 29:30
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En fin, Ezequías y los príncipes mandaron a los levitas que alabasen al Señor con los cánticos de David y del profeta Asaf; y lo hicieron con gran alegría, y dobladas las rodillas en tierra adoraron al Señor.
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II Par 29:30
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En fin, Ezequías y los príncipes mandaron a los levitas que alabasen al Señor con los cánticos de David y del profeta Asaf; y lo hicieron con gran alegría, y dobladas las rodillas en tierra adoraron al Señor.
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II Par 29:31
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Añadió todavía Ezequías : Vosotros habéis sido consagrados al Señor; venid, pues, y ofreced víctimas y alabanzas en la casa del Señor. Y toda la muchedumbre ofreció víctimas, y alabanzas, y holocaustos con devoto corazón.
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II Par 29:31
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Añadió todavía Ezequías : Vosotros habéis sido consagrados al Señor; venid, pues, y ofreced víctimas y alabanzas en la casa del Señor. Y toda la muchedumbre ofreció víctimas, y alabanzas, y holocaustos con devoto corazón.
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II Par 29:33
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Además consagraron al Señor seiscientos bueyes y tres mil ovejas.
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II Par 29:35
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Así fueron muchísimos los holocaustos, y la grasa de las víctimas pacíficas, y las libaciones de los holocaustos; y quedó restablecido el culto del templo del Señor.
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II Par 29:36
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De lo que manifestaron gran gozo Ezequías y todo el pueblo, viendo la restauración del culto del Señor. Porque semejante resolución había sido tomada de improviso.
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II Par 30:1
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Envió después Ezequías por todo Israel y Judá, y en particular escribió cartas a Efraín y a Manasés, convidándolos a venir al templo del Señor en Jerusalén para celebrar la Pascua del Señor Dios de Israel.
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II Par 30:1
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Envió después Ezequías por todo Israel y Judá, y en particular escribió cartas a Efraín y a Manasés, convidándolos a venir al templo del Señor en Jerusalén para celebrar la Pascua del Señor Dios de Israel.
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II Par 30:5
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Por lo que determinaron enviar mensajeros por todo Israel desde Bersabee hasta Dan, convidando a los pueblos a venir a celebrar la Pascua al Señor Dios de Israel en Jerusalén ; pues muchos no la habían celebrado hacía tiempo, a pesar de lo ordenado por la ley.
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II Par 30:6
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En efecto, salieron correos por orden del rey y de sus magnates, con cartas circulares para todo Israel y Judá; en las cuales, conforme a lo mandado por el rey, se decía: Hijos de Israel, convertíos al Señor, Dios de Abrahán, y de Isaac, y de Israel, y él acogerá las reliquias que han escapado del poder del rey de los asirios.
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II Par 30:7
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No queráis imitar a vuestros padres y hermanos, que se alejaron del Señor Dios de sus padres, y el Señor los abandonó a la perdición, como vosotros mismos estáis viendo.
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II Par 30:7
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No queráis imitar a vuestros padres y hermanos, que se alejaron del Señor Dios de sus padres, y el Señor los abandonó a la perdición, como vosotros mismos estáis viendo.
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II Par 30:8
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No endurezcáis vuestros corazones, como vuestros padres; rendíos al Señor, y venid a su santuario, que santificó para siempre; servid al Señor Dios de vuestros padres, y se apartará de vosotros su furor e indignación.
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II Par 30:8
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No endurezcáis vuestros corazones, como vuestros padres; rendíos al Señor, y venid a su santuario, que santificó para siempre; servid al Señor Dios de vuestros padres, y se apartará de vosotros su furor e indignación.
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II Par 30:9
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Porque si vosotros os convertís al Señor, vuestros hermanos e hijos hallarán compasión en sus amos, que los llevaron cautivos, y volverán a esta tierra; puesto que piadoso y clemente es el Señor vuestro Dios, y no ha de torcer su rostro, si os volviereis a él.
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II Par 30:9
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Porque si vosotros os convertís al Señor, vuestros hermanos e hijos hallarán compasión en sus amos, que los llevaron cautivos, y volverán a esta tierra; puesto que piadoso y clemente es el Señor vuestro Dios, y no ha de torcer su rostro, si os volviereis a él.
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II Par 30:12
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Al contrario, en Judá obró la mano del Señor, dándoles a todos un mismo corazón para obedecer la palabra del Señor, conforme a la orden del rey y de los príncipes.
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II Par 30:12
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Al contrario, en Judá obró la mano del Señor, dándoles a todos un mismo corazón para obedecer la palabra del Señor, conforme a la orden del rey y de los príncipes.
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II Par 30:15
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Y sacrificaron el cordero pascual el día catorce del mes segundo. También los sacerdotes y levitas, que por fin se habían ya purificado, ofrecieron holocaustos en el templo del Señor;
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II Par 30:17
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porque como muchísima gente no estaba todavía purificada, por eso los levitas degollaron el cordero pascual por aquellos padres de familia que no habían acudido a tiempo para purificarse delante del Señor.
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II Par 30:18
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Y aun gran parte del pueblo de Efraín, y de Manasés, y de Isacar, y de Zabulón, que no estaba purificada, comieron el cordero, no según la Escritura. Mas Ezequías hizo oración por ellos, diciendo: El Señor, que es infinitamente bueno, se apiadará
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II Par 30:19
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de todos aquellos que de todo corazón buscan al Señor Dios de sus padres; y no les imputará la falta de no estar bien purificados.
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II Par 30:20
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En efecto, lo oyó benigno el Señor, y perdonó al pueblo.
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II Par 30:21
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De esta manera los hijos de Israel, que se hallaron en Jerusalén , celebraron con gran alegría la solemnidad de los Azimos por espacio de siete días, cantando cada día alabanzas al Señor, y asimismo los levitas y sacerdotes con los instrumentos músicos correspondientes a su oficio.
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II Par 30:22
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Ezequías por su parte dio las gracias a todos los levitas, los cuales tenían mucho conocimiento en las cosas del Señor, y los alentó; y los siete días que duró la solemnidad comieron de las víctimas pacíficas que ofrecían, alabando al Señor Dios de sus padres.
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II Par 30:22
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Ezequías por su parte dio las gracias a todos los levitas, los cuales tenían mucho conocimiento en las cosas del Señor, y los alentó; y los siete días que duró la solemnidad comieron de las víctimas pacíficas que ofrecían, alabando al Señor Dios de sus padres.
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II Par 30:27
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Finalmente, los sacerdotes y levitas, puestos en pie, bendijeron al pueblo; y fue oída su voz por el Señor; y su oración penetró hasta la morada santa del cielo.
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II Par 31:2
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Y Ezequías restableció las clases de los sacerdotes y levitas según sus turnos, poniendo a cada uno, así de los sacerdotes como de los levitas, en su propio oficio, para que ofreciesen los holocaustos y las víctimas pacíficas, a fin de que sirviesen y glorificasen a Dios, y cantasen en las puertas del campamento o atrios de la casa del Señor.
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II Par 31:4
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Mandó asimismo al pueblo establecido en Jerusalén que diese a los sacerdotes y levitas sus porciones a fin de que pudiesen ocuparse en las cosas de la ley del Señor.
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II Par 31:6
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Del mismo modo los hijos de Israel y de Judá, que habitaban en las ciudades de Judá, ofrecieron el diezmo de los bueyes y de las ovejas, y el diezmo de las cosas consagradas, que tenían ofrecidas con voto al Señor Dios suyo; y trayendo todas estas cosas formaron de ellas grandes acopios.
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II Par 31:8
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Y entrando allí Ezequías y sus cortesanos, al ver los montones, bendijeron al Señor, y elogiaron al pueblo de Israel.
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II Par 31:10
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Le respondió Azarías, del linaje de Sadoc, primer sacerdote, diciendo: Desde que comenzaron a ofrecerse las primicias en la casa del Señor, hemos comido de ellas hasta saciarnos; pero es muchísimo lo que ha sobrado, porque el Señor ha echado la bendición sobre su pueblo; y esta abundancia que ves es de lo que sobró.
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II Par 31:10
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Le respondió Azarías, del linaje de Sadoc, primer sacerdote, diciendo: Desde que comenzaron a ofrecerse las primicias en la casa del Señor, hemos comido de ellas hasta saciarnos; pero es muchísimo lo que ha sobrado, porque el Señor ha echado la bendición sobre su pueblo; y esta abundancia que ves es de lo que sobró.
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II Par 31:11
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Mandó, pues, Ezequías que dispusiesen almacenes en la casa del Señor; lo cual ejecutado,
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II Par 31:14
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Por otra parte, Coré, hijo de Jemna, levita y ostiario de la puerta oriental, estaba encargado de los dones que se ofrecían voluntariamente al Señor, y de las primicias para uso del lugar santísimo.
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II Par 31:16
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y (además de los varones de tres años arriba) a todos aquellos que tenían entrada en el templo del Señor; y en fin, para proveer diariamente de todo lo conducente a los diferentes ministerios y oficios según sus clases.
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II Par 31:20
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Hizo, pues, Ezequías todas estas cosas que hemos dicho en todo el reino de Judá; y obró lo que era bueno, recto y justo delante del Señor Dios suyo,
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II Par 31:21
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en todo aquello que exigía el ministerio de la casa del Señor, según la ley y las ceremonias, deseoso de complacer a su Dios con todo su corazón; lo hizo así, y todo le salió prósperamente.
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II Par 32:8
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Pues él tiene consigo un brazo de carne; pero con nosotros está el Señor Dios nuestro, el cual es nuestro defensor, y pelea por nosotros. Al oír el pueblo estas palabras de Ezequías , rey de Judá, cobró gran aliento.
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II Par 32:11
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¿Acaso os tiene engañados Ezequías para dejaros morir de hambre y de sed, con aseguraros que el Señor, vuestro Dios, os librará de las manos del rey de los asirios?
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