II Mac 7:6
|
diciendo: El Señor Dios verá la verdad, y se apiadará de nosotros, como lo declaró Moisés cuando protestó en su cántico, diciendo: Será misericordioso con sus siervos.
|
II Mac 7:33
|
y si el Señor nuestro Dios se ha irritado por un breve tiempo contra nosotros, a fin de corregirnos y enmendarnos, él volverá a reconciliarse otra vez con sus siervos."
|
II Mac 7:40
|
Murió, pues, también este joven, sin contaminarse, y con una entera confianza en el Señor."
|
II Mac 8:2
|
Al mismo tiempo invocaban al Señor para que mirase propicio a su pueblo, hollado de todos; y que tuviese compasión de su templo, el cual se veía profanado por los impíos;
|
II Mac 8:5
|
El Macabeo, pues, habiendo juntado mucha gente, se hacía formidable a los gentiles; porque la indignación del Señor contra su pueblo se había ya convertido en misericordia.
|
II Mac 8:14
|
Pero otros vendían cuanto les había quedado, y a una rogaban al Señor que los librase del impío Nicanor, que aun antes de haberse acercado a ellos los tenía ya vendidos;
|
II Mac 8:18
|
Estas gentes, añadió, confían sólo en sus armas y en su audacia; mas nosotros tenemos puesta nuestra confianza en el Señor Todopoderoso, que con una mirada puede trastornar, no sólo a los que vienen contra nosotros, sino también al mundo entero.
|
II Mac 8:27
|
Recogidas, pues, las armas y despojos de los enemigos, celebraron el sábado bendiciendo al Señor, que los había librado en aquel día, derramando sobre ellos las primeras gotas del rocío de su misericordia.
|
II Mac 8:29
|
Ejecutadas estas cosas, hicieron todos juntos oración, rogando al Señor misericordioso que se dignara aplacarse ya para siempre con sus siervos.
|
II Mac 8:35
|
humillado con la ayuda del Señor por aquellos mismos a quienes él había considerado nada, dejando su brillante vestido de generalísimo, y huyendo por el mar Mediterráneo, llegó solo a Antioquía, y reducido al colmo de la infelicidad por la pérdida de su ejército;"
|
II Mac 8:36
|
y aquel mismo que antes había prometido pagar el tributo a los romanos con el producto de los cautivos de Jerusalén , iba publicando ahora que los judíos tenían por protector a Dios, y que eran invulnerables, porque seguían las leyes que el mismo Señor les había dado."
|
II Mac 9:5
|
Mas el Señor Dios de Israel, que ve todas las cosas, lo hirió con una llaga interior e incurable, pues apenas había acabado de pronunciar dichas palabras, le acometió un acerbo dolor de entrañas y un terrible cólico.
|
II Mac 9:13
|
Mas este malvado rogaba al Señor, del cual no había de alcanzar misericordia.
|
II Mac 10:1
|
Entretanto, el Macabeo, y los que le seguían, protegidos del Señor, recobraron el templo y la ciudad,
|
II Mac 10:4
|
Ejecutando esto, postrados por tierra, rogaban al Señor que nunca más los dejase caer en semejantes desgracias; y, caso que llegasen a pecar, los castigase con más benignidad, y no los entregase en poder de hombres bárbaros y blasfemos de su santo Nombre.
|
II Mac 10:7
|
Por este motivo llevaban en las manos tallos y ramos verdes, y palmas en honor de aquel Señor que les había concedido la dicha de purificar su santo templo.
|
II Mac 10:16
|
Pero aquellos que seguían al Macabeo, hecha oración al Señor para implorar su auxilio, asaltaron con valor las fortalezas de los idumeos;
|
II Mac 10:25
|
Mas al mismo tiempo que se iba acercando Timoteo, el Macabeo y su gente oraban al Señor, cubiertas de polvo o ceniza sus cabezas, ceñidos con el cilicio sus lomos,
|
II Mac 10:28
|
Apenas empezó a salir el sol, principió la batalla entre los dos ejércitos; teniendo los unos, además de su valor, al Señor mismo por garantía de la victoria y del éxito feliz de sus armas, cuando los otros solamente contaban con su esfuerzo en el combate."
|
II Mac 10:38
|
Ejecutadas estas cosas, bendijeron con himnos y cánticos al Señor, que había hecho tan grandes cosas en Israel, y les había concedido la victoria."
|
II Mac 11:6
|
Pero luego que el Macabeo y su gente supieron que los enemigos habían comenzado a sitiar las fortalezas, rogaban al Señor con lágrimas y suspiros, a una con todo el pueblo, que enviase un ángel bueno para que salvase a Israel.
|
II Mac 11:9
|
Entonces todos a una bendijeron al Señor misericordioso, y cobraron nuevo aliento, hallándose dispuestos a pelear, no sólo contra los hombres, sino hasta contra las bestias más feroces, y a penetrar muros de hierro.
|
II Mac 11:10
|
Caminaban con esto llenos de ardor, teniendo en su ayuda al Señor, que desde el cielo hacía resplandecer sobre ellos su misericordia.
|
II Mac 12:16
|
y tomada por voluntad del Señor la ciudad, hizo en ella una horrorosa carnicería; de tal suerte que un estanque vecino, de dos estadios de anchura, apareció teñido de sangre de los muertos.
|
II Mac 12:36
|
Fatigados ya los soldados que mandaba Esdrín con tan larga pelea, invocó Judas al Señor para que protegiese y dirigiese el combate;
|
II Mac 12:41
|
Por tanto, bendijeron a una los justos juicios del Señor, que había manifestado el mal que se quiso encubrir;"
|
II Mac 13:10
|
Teniendo, pues, Judas noticia de ello, mandó al pueblo que invocase al Señor día y noche, a fin de que les asistiese en aquella ocasión, como lo había hecho siempre;
|
II Mac 13:12
|
En efecto, haciendo todos a una lo mandado por Judas, implorando la misericordia del Señor con lágrimas y ayunos, postrados en tierra por espacio de tres días continuos, los exhortó Judas a que estuviesen apercibidos.
|
II Mac 13:13
|
El luego, con el consejo de los ancianos, resolvió salir a campaña antes que el rey Antíoco entrase con su ejército en la Judea y se apoderase de la ciudad, y encomendar al Señor el éxito de la empresa.
|
II Mac 13:17
|
Se ejecutó todo esto al rayar el día, asistiendo el Señor al Macabeo con su protección.
|
II Mac 14:15
|
Luego que éstos supieron la llegada de Nicanor y la reunión de los gentiles con él, esparciendo polvo sobre sus cabezas, dirigieron sus plegarias a aquel Señor que se había formado un pueblo suyo para conservarlo eternamente, y que con evidentes milagros había protegido su herencia.
|
II Mac 14:34
|
y dicho esto, se marchó. Los sacerdotes, entonces, levantando sus manos al cielo, invocaban a aquel Señor que había sido siempre el defensor de su nación, y oraban de este modo:"
|
II Mac 14:35
|
Señor de todo el universo; tú que de nada necesitas, quisiste tener entre nosotros un templo para tu morada."
|
II Mac 14:36
|
Conserva, pues, ¡oh Santo de los santos y Señor de todas las cosas!, conserva ahora, y para siempre libre de profanación esta casa, que hace poco tiempo ha sido purificada."
|
II Mac 14:46
|
y subiéndose sobre una roca escarpada, desangrado ya como estaba, agarró con ambas manos sus propias entrañas, y las arrojó sobre las gentes, invocando al Señor y dueño del alma y de la vida, a fin de que se las volviese a dar algún día; y de esta manera acabó de vivir."
|
II Mac 15:2
|
y como los judíos que por necesidad lo seguían, le dijesen: No quieras hacer una acción tan feroz y bárbara como ésa; mas honra la santidad de este día, y respeta a aquel Señor que ve todas las cosas,
|
II Mac 15:4
|
Y contestándole ellos: Sí, el Señor Dios vivo y poderoso que hay en el cielo, es el que mandó guardar el día séptimo.
|
II Mac 15:21
|
considerando el Macabeo la multitud de hombres que venía a dejarse caer sobre ellos, y el aparato de armas, y la ferocidad de los elefantes, levantó las manos al cielo, invocando a aquel Señor que obra los prodigios; a aquel que, no según la fuerza de los ejércitos, sino según su voluntad, concede la victoria a los que la merecen.
|
II Mac 15:22
|
Y lo invocó de esta manera: ¡Oh Señor! Tú, que en el reino de Ezequías , rey de Judá, enviaste uno de tus ángeles, y quitaste la vida a ciento ochenta y cinco mil hombres del ejército de Sennaquerib,
|
II Mac 15:27
|
y orando al Señor en lo interior de sus corazones, al mismo tiempo que, espada en mano, cargaban sobre sus enemigos, mataron no menos de treinta y cinco mil, sintiéndose sumamente llenos de gozo y de vigor con la presencia de Dios.
|
II Mac 15:29
|
Por lo que alzándose al instante una gran gritería y estrépito, bendecían al Señor Todopoderoso en su nativo idioma.
|
II Mac 15:34
|
Con esto bendijeron todos al Señor del cielo, diciendo: Bendito sea el que ha conservado exento de la profanación su santo templo.
|
Mt 1:20
|
Estando él en este pensamiento, he aquí que un ángel del Señor le apareció en sueños diciendo: José, hijo de David, no tengas recelo en recibir a María tu esposa en tu casa, porque lo que se ha engendrado en su vientre es obra del Espíritu Santo.
|
Mt 1:22
|
Todo lo cual se hizo en cumplimiento de lo que pronunció el Señor por el profeta, que dice:
|
Mt 1:24
|
Con esto José, al despertarse, hizo lo que le mandó el ángel del Señor, y recibió a su esposa.
|
Mt 2:13
|
Después que ellos partieron, un ángel del Señor apareció en sueños a José, diciéndole: Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y estate allí hasta cuando yo te avise; porque Herodes buscará al niño para matarlo.
|
Mt 2:15
|
donde se mantuvo hasta la muerte de Herodes ; de suerte que se cumplió lo que dijo el Señor por boca del profeta: Yo llamé de Egipto a mi hijo.
|
Mt 2:19
|
Después de la muerte de Herodes , un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto,
|
Mt 3:3
|
Este es aquel de quien se dijo por el profeta Isaías: Es la voz del que clama en el desierto, diciendo: Preparad el camino del Señor. Haced derechas sus sendas.
|
Mt 4:7
|
Le replicó Jesús : También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios.
|