Jer 10:12
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El Señor es el que con su poder hizo la tierra; con su sabiduría ordenó el mundo, y extendió los cielos con su inteligencia.
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Jer 10:16
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No, no es como estas estatuas aquel Señor, que es la suerte que cupo a Jacob ; pues él es el autor de todo lo creado, y es Israel la porción de su herencia; su nombre es Señor de los ejérci-tos.
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Jer 10:16
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No, no es como estas estatuas aquel Señor, que es la suerte que cupo a Jacob ; pues él es el autor de todo lo creado, y es Israel la porción de su herencia; su nombre es Señor de los ejérci-tos.
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Jer 10:18
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Pues mira lo que dice el Señor: Sábete que yo esta vez arrojaré lejos los moradores de esta tierra, y los atribularé de tal manera que nadie escapará.
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Jer 10:21
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Porque todos los pastores se han portado como insensatos, y no han ido en pos del Señor; por eso les faltó inteligencia o tino, y ha sido o va a ser dispersada toda su grey;
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Jer 10:23
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Conozco bien, ¡oh Señor!, que no está en el solo querer del hombre dirigir su camino; ni es del hombre andar, ni enderezar sus pasos.
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Jer 10:24
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Castígame, ¡oh Señor!, pero sea según tu benigno juicio; y no según el motivo de tu furor, a fin de que no me reduzcas a la nada.
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Jer 11:1
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Palabras que dirigió el Señor a Jeremías, diciendo:
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Jer 11:3
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y tú, ¡oh Jeremías!, les dirás: Esto dice el Señor Dios de Israel: Maldito será el hombre que no escuchare las palabras de este pacto;
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Jer 11:5
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a fin de renovar y cumplir el juramento que hice a vuestros padres de darles una tierra que manase leche y miel, como se ve cumplido hoy día. A lo cual respondí yo Jeremías, y dije: ¡Así sea, oh Señor!
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Jer 11:6
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Entonces me dijo el Señor: Predica en alta voz todas estas palabras en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén , diciendo: Oíd las palabras de este pacto, y observadlas;
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Jer 11:9
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Me dijo en seguida el Señor: En los varones de Judá y en los habitantes de Jerusalén se ha descubierto una conjuración.
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Jer 11:11
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Por lo cual esto dice el Señor: He aquí que yo descargaré sobre ellos calamidades, de las cuales no podrán librarse; y clamarán a mí, mas yo no los escucharé.
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Jer 11:16
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El Señor te dio el nombre de olivo fértil, bello, fructífero, ameno; mas después a la voz de una palabra suya prendió en el olivo un gran fuego, y quedaron abrasadas todas sus ramas.
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Jer 11:17
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Y el Señor de los ejércitos que te plantó, decretó calamidades contra ti, a causa de las maldades que la casa de Israel y la casa de Judá o Jacob cometieron para irritarme, sacrificando a los ídolos.
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Jer 11:18
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Mas tú, ¡oh Señor!, me lo hiciste ver, y lo conocí; tú me mostraste entonces sus depravados designios.
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Jer 11:20
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Pero tú, ¡oh Señor de los ejércitos!, que juzgas con justicia, y escudriñas los corazones y los afectos, tú harás que yo te vea tomar venganza de ellos; puesto que en tus manos puse mi causa.
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Jer 11:21
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Por tanto, así habla el Señor a los habitantes de Anatot, que atentan contra tu vida, y te dicen: No profetices en el nombre del Señor, si no quieres morir a nuestras manos.
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Jer 11:21
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Por tanto, así habla el Señor a los habitantes de Anatot, que atentan contra tu vida, y te dicen: No profetices en el nombre del Señor, si no quieres morir a nuestras manos.
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Jer 11:22
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He aquí, pues, lo que dice el Señor de los ejércitos: Sábete que yo los castigaré; al filo de la espada morirán sus jóvenes, y sus hijos e hijas perecerán de hambre;
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Jer 12:1
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Verdaderamente, Señor, conozco que tú eres justo, aunque yo ose pedirte la razón de algunas cosas. A pesar de eso yo te diré una queja mía al parecer justa: ¿por qué motivo a los impíos todo les sale prósperamente, y lo pasan bien todos los que prevarican y obran mal?
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Jer 12:3
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En cuanto a mí, ¡oh Señor!, tú me conoces bien, me has visto, y has experimentado qué tal es mi corazón para contigo. Reúnelos como rebaño para el sacrificio, y destínalos aparte para el día de la mortandad.
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Jer 12:4
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¿Hasta cuándo ha de llorar la tierra y secarse la hierba en toda la región por la malicia de sus habitantes? Han perecido para ellos las bestias y las aves, porque dijeron: No verá el Señor nuestro fin.
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Jer 12:5
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Si tú, responde el Señor, corriendo con gente de a pie, te fatigaste, ¿cómo podrás apostarlas con los que van a caballo? Y si no has estado sin miedo en una tierra de paz, ¿qué harás en medio de la soberbia de los moradores del Jordán?
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Jer 12:7
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Para castigarlos, dice el Señor, he desamparado mi casa o templo, he abandonado mi heredad, he entregado la que era las delicias de mi alma en manos de sus enemigos.
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Jer 12:12
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Por todos los caminos del desierto han venido los salteadores; porque la espada del Señor ha de atravesar destrozando de un cabo a otro de la tierra, no habrá paz para ningún viviente.
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Jer 12:13
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Sembraron trigo, y segaron espinas; han adquirido una heredad, mas no les traerá provecho alguno; confundidos quedaréis, frustrada la esperanza de vuestros frutos por la tremenda ira del Señor.
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Jer 12:14
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Mas esto dice el Señor contra todos mis pésimos vecinos o naciones enemigas que se entremeten y usurpan la heredad que yo distribuí a mi pueblo de Israel. Sabed que yo los arrancaré a ellos de su tierra, y sacaré de en medio de ellos la casa de Judá.
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Jer 12:16
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Y si ellos, escarmentados, aprendieren la ley del pueblo mío, de manera que sus juramentos los hagan en mi nombre, diciendo: Vive el Señor; así como enseñaron ellos a mi pueblo a jurar por Baal, entonces yo los estableceré en medio de mi pueblo.
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Jer 12:17
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Pero si fueren indóciles, arrancaré de raíz aquella gente, y la exterminaré, dice el Señor.
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Jer 13:1
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El Señor me habló de esta manera: Ve y cómprate una faja de lino, y cíñete con ella, y no dejes que toque el agua.
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Jer 13:2
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Compré, pues, la faja, según la orden del Señor, y me la ceñí al cuerpo por la cintura.
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Jer 13:3
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Y me habló de nuevo el Señor, diciendo:
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Jer 13:5
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Marché, pues, y la escondí junto al Eufrates, como el Señor me lo había ordenado.
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Jer 13:6
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Pasados muchos días, me dijo el Señor: Anda y ve al Eufrates, y toma la faja que yo te mandé que escondieras allí.
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Jer 13:8
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Entonces me habló el Señor, diciendo:
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Jer 13:9
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Esto dice el Señor: Así haré yo que se pudra la soberbia de Judá y el gran orgullo de Jerusalén .
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Jer 13:11
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Y eso que al modo que una faja se aprieta a la cintura del hombre, así había yo unido estrechamente conmigo, dice el Señor, a toda la casa de Israel y a toda la casa de Judá, para que fuesen el pueblo mío, y para ser yo allí conocido, y alabado, y glorificado; y ellos, a pesar de eso, no quisieron escucharme.
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Jer 13:12
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Por tanto les dirás estas palabras: Esto dice el Señor Dios de Israel: Todas las vasijas serán llenadas de vino. Y ellos te responderán: ¿Acaso no sabemos que en años abundantes se llenan de vino todos los vasos?
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Jer 13:13
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Y tú entonces les dirás: Así habla el Señor: Pues mirad, yo llenaré de embriaguez a todos los habitantes de esta tierra, y a los reyes de la estirpe de David, que están sentados sobre su solio, y a los sacerdotes y profetas, y a todos los moradores de Jerusalén ;
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Jer 13:14
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y los desparramaré entre las naciones, dice el Señor, separando el hermano de su hermano, y los padres de sus hijos; no perdonaré, ni me aplacaré, ni me moveré a compasión para dejar de destruirlos.
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Jer 13:15
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Oíd, pues, y escuchad con atención: No queráis ensoberbeceros confiando en vuestras fuerzas, porque el Señor es quien ha hablado.
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Jer 13:16
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Al contrario, dad gloria al Señor Dios vuestro, arrepentíos antes que vengan las tinieblas de la tribulación, y antes que tropiecen vuestros pies en montes cubiertos de espesas nieblas; entonces esperaréis la luz, y la trocará el Señor en sombra de muerte y en oscuridad.
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Jer 13:16
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Al contrario, dad gloria al Señor Dios vuestro, arrepentíos antes que vengan las tinieblas de la tribulación, y antes que tropiecen vuestros pies en montes cubiertos de espesas nieblas; entonces esperaréis la luz, y la trocará el Señor en sombra de muerte y en oscuridad.
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Jer 13:17
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Que si no obedeciereis en esto, llorará mi alma en secreto, al ver vuestra soberbia; llorará amargamente, y mis ojos derramarán arroyos de lágrimas, por haber sido cautivada la grey del Señor.
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Jer 13:24
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Y por eso, dice el Señor: Yo los desparramaré, como paja menuda que el viento arrebata al desierto.
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Jer 13:25
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Tal es la suerte que te espera, ¡oh Jerusalén !, y la porción o paga que de mí recibirás, dice el Señor, por haberte olvidado de mí, apoyándote en la mentira.
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Jer 14:1
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Palabras que habló el Señor a Jeremías sobre el suceso de la sequedad.
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Jer 14:7
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Aunque nuestras maldades dan testimonio contra nosotros, tú, ¡oh Señor!, míranos con piedad por amor de tu santo Nombre; pues nuestras rebeldías son muchas, y hemos pecado gravísimamente contra ti.
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Jer 14:9
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¿Por qué has de ser para tu pueblo como un hombre que va divagando, o como un campeón sin fuerzas para salvar? Ello es, ¡oh Señor!, que tú habitas entre nosotros, y nosotros llevamos el nombre de pueblo tuyo; no nos abandones, pues.
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