Miq 3:11
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Sus príncipes o jueces se dejan cohechar en los juicios; y sus sacerdotes predican por interés, y por el dinero adivinan sus profetas; y no obstante se apoyan en el Señor, diciendo: Pues qué, ¿acaso no está el Señor en medio de nosotros? No temáis, ningún mal nos vendrá.
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Miq 3:11
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Sus príncipes o jueces se dejan cohechar en los juicios; y sus sacerdotes predican por interés, y por el dinero adivinan sus profetas; y no obstante se apoyan en el Señor, diciendo: Pues qué, ¿acaso no está el Señor en medio de nosotros? No temáis, ningún mal nos vendrá.
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Miq 4:1
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Pero sucederá que en los últimos tiempos el monte o reino de la casa del Señor será fundado sobre la cima de los demás montes, y se levantará sobre los altos collados, y correrán allá en gran número los pueblos.
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Miq 4:2
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Y allá irán a toda prisa muchas naciones, diciendo: Venid, y vamos al monte del Señor y a la casa del Dios de Jacob , y él nos enseñará sus caminos, y nosotros seguiremos sus veredas; puesto que la ley saldrá de Sión, y de Jerusalén tendrá origen la palabra del Señor.
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Miq 4:2
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Y allá irán a toda prisa muchas naciones, diciendo: Venid, y vamos al monte del Señor y a la casa del Dios de Jacob , y él nos enseñará sus caminos, y nosotros seguiremos sus veredas; puesto que la ley saldrá de Sión, y de Jerusalén tendrá origen la palabra del Señor.
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Miq 4:3
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Y juzgará el Señor muchos pueblos, y corregirá o castigará naciones poderosas, hasta las más remotas; las cuales convertirán sus espadas en rejas de arados y sus lanzas en azadones; una nación no empuñará la espada contra otra, ni estudiarán ya más el arte de guerrear.
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Miq 4:4
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Y descansará cada uno debajo de su parra y debajo de su higuera; sin tener temor de nadie, pues lo ha prometido por su boca el Señor de los ejércitos.
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Miq 4:5
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Porque todos los pueblos andarán cada uno en el nombre de su dios; mas nosotros andaremos en el nombre del Señor Dios nuestro por todos los siglos de los siglos.
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Miq 4:6
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En aquel día yo reuniré conmigo, dice el Señor, aquella nación que cojeaba en mi servicio, y volveré a recoger aquella que yo había desechado y abatido;
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Miq 4:7
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y salvaré los restos de la que cojeaba, y formaré un pueblo robusto de aquella misma nación que había sido afligida; y sobre todos ellos reinará el Señor en el monte de Sión desde ahora para siempre jamás.
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Miq 4:8
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Y tú, ¡oh hija de Sión, torre nebulosa del rebaño!, hasta ti vendrá el Señor, y tú tendrás el supremo imperio, el reino gloriosísimo, ¡oh hija de Jerusalén !
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Miq 4:10
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Pero duélete y aflígete, ¡oh hija de Sión!, como la mujer que está de parto, puesto que ahora saldrás de la ciudad y habitarás en otro país, y pasarás hasta Babilonia; mas allí serás puesta en libertad, allí te rescatará el Señor de la mano de tus enemigos.
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Miq 4:12
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Pero estas gentes no conocen los designios del Señor, ni entienden sus consejos, porque el Señor las ha reunido para ser desmenuzadas como la paja en la era.
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Miq 4:12
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Pero estas gentes no conocen los designios del Señor, ni entienden sus consejos, porque el Señor las ha reunido para ser desmenuzadas como la paja en la era.
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Miq 4:13
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Levántate, pues, ¡oh hija de Sión!, y trilla a tus enemigos, porque yo te daré a ti astas o fortaleza de hierro, y uñas de bronce; y desmenuzarás muchos pueblos, y ofrecerás al Señor todo cuanto te han robado, y todas sus riquezas al Señor de toda la tierra.
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Miq 4:13
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Levántate, pues, ¡oh hija de Sión!, y trilla a tus enemigos, porque yo te daré a ti astas o fortaleza de hierro, y uñas de bronce; y desmenuzarás muchos pueblos, y ofrecerás al Señor todo cuanto te han robado, y todas sus riquezas al Señor de toda la tierra.
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Miq 5:3
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Por esto el Señor los dejará hasta aquel tiempo en que parirá la que ha de parir al dominador; y entonces las reliquias de sus hermanos se reunirán con los hijos de Israel.
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Miq 5:4
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Y él permanecerá firme, y apacentará la grey con la fortaleza del Señor en el Nombre altísimo del Señor Dios suyo; y se convertirán a él; porque ahora será él glorificado hasta los últimos términos del mundo.
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Miq 5:4
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Y él permanecerá firme, y apacentará la grey con la fortaleza del Señor en el Nombre altísimo del Señor Dios suyo; y se convertirán a él; porque ahora será él glorificado hasta los últimos términos del mundo.
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Miq 5:7
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Y los restos del pueblo de Jacob estarán entre las naciones como el rocío enviado del Señor, y como la lluvia sobre la hierba, la cual no aguarda que la cultiven los hombres, ni espera nada de los hijos de los hombres.
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Miq 5:10
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En aquel día yo quitaré, dice el Señor, de en medio de ti tus caballos, y destruiré tus carros de guerra.
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Miq 6:1
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Escuchad lo que me dice el Señor: ¡Ea, pues, oh profeta!, ventila en juicio mi causa contra los montes, y oigan los collados tu voz.
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Miq 6:2
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Oigan la defensa del Señor los montes y los fuertes cimientos de la tierra porque entra el Señor en juicio con su propio pueblo, y tiene pleito con Israel.
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Miq 6:2
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Oigan la defensa del Señor los montes y los fuertes cimientos de la tierra porque entra el Señor en juicio con su propio pueblo, y tiene pleito con Israel.
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Miq 6:5
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Pueblo mío, haz memoria, te pido, del designio que formó contra ti Balac, rey de Moab, y de la respuesta que le dio Balaam , hijo de Beor; y de lo que pasó desde Settim hasta Gálgala, a fin de que conocieses la justicia o fidelidad del Señor.
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Miq 6:6
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¿Qué ofreceré, pues, al Señor que sea digno de él, a fin de aplacarle? ¿Doblaré la rodilla ante el Dios excelso? ¿Le ofreceré holocaustos y becerros de un año?
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Miq 6:7
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Pero ¿y acaso puede el Señor aplacarse por medio de millares de carneros que se le sacrifiquen, o con muchos millares de gordos machos cabríos? ¿Le sacrificaré acaso por mi delito al hijo mío primogénito, o a alguno de mis hijos por el pecado que he cometido?
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Miq 6:8
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¡Oh hombre!, responde el profeta, yo te mostraré lo que conviene hacer, y yo lo que el Señor pide de ti que es que obres con justicia, y que ames la misericordia, y que andes solícito en el servico de tu Dios.
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Miq 6:9
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Resuena la voz del Señor en la ciudad, y aquellos que temen, ¡oh Dios!, tu santo Nombre, se salvarán. Escuchad vosotras, ¡oh tribus!; pero ¿y quién será el que obedezca?
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Miq 6:10
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Aún están en casa del impío, como fuego devorador, los tesoros inicuamente adquiridos; y llena está de la ira del Señor la medida corta de que usaba.
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Miq 7:7
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Mas yo volveré mis ojos hacia el Señor, pondré mi esperanza en Dios Salvador mío, y mi Dios me atenderá.
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Miq 7:8
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No tienes que holgarte por mi ruina, ¡oh tú, enemiga mía!, que todavía yo volveré a levantarme; y cuando estuviere en las tinieblas del cautiverio, el Señor será mi luz y consolación.
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Miq 7:9
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Yo sufriré el castigo del Señor, pues pequé contra él, hasta tanto que él juzgue mi causa, y se declare en favor mío. El me volverá a la luz del día, y yo veré su justicia.
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Miq 7:10
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Y esto lo presenciará la enemiga mía, y quedará cubierta de confusión la que me dice: ¿En dónde está ahora el Señor Dios tuyo? Yo fijaré mis ojos sobre ella, hollada será ella ahora como el lodo de las calles.
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Miq 7:15
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Sí, dice el Señor. Yo te haré ver prodigios, como cuando saliste de la tierra de Egipto.
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Miq 7:17
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Lamerán el suelo como las serpientes, y como insectos de la tierra se aturdirán y me meterán dentro de sus casas, temerán al Señor Dios nuestro, y tendrán miedo de ti, ¡oh Israel!
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Miq 7:18
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¿Quién es, oh Dios, semejante a ti que perdonas la maldad y olvidas el pecado de las reliquias de Israel herencia tuya? No dará ya el Señor libre curso a su indignación, porque él es amante de la misericordia.
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Nah 1:2
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El Señor es un Dios celoso y vengador. El Señor ejercerá su venganza, y se armará de furor; sí, ejercerá el Señor su venganza contra sus enemigos, y para ellos reserva su cólera.
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Nah 1:2
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El Señor es un Dios celoso y vengador. El Señor ejercerá su venganza, y se armará de furor; sí, ejercerá el Señor su venganza contra sus enemigos, y para ellos reserva su cólera.
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Nah 1:2
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El Señor es un Dios celoso y vengador. El Señor ejercerá su venganza, y se armará de furor; sí, ejercerá el Señor su venganza contra sus enemigos, y para ellos reserva su cólera.
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Nah 1:3
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El Señor es misericordioso y de gran poder; ni porque sufra tendrá a nadie por limpio e inocente. El Señor marcha entre tempestades y torbellinos, y debajo de sus pies se levantan nubes de polvo.
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Nah 1:3
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El Señor es misericordioso y de gran poder; ni porque sufra tendrá a nadie por limpio e inocente. El Señor marcha entre tempestades y torbellinos, y debajo de sus pies se levantan nubes de polvo.
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Nah 1:7
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Bueno es al mismo tiempo el Señor, y consolador es de sus hijos en tiempo de la tribulación; y conoce y protege a los que ponen en él su esperanza.
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Nah 1:8
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El destruirá como con una inundación impetuosa la corte o capital de aquella nación; y las tinieblas de la calamidad perseguirán a los enemigos del Señor.
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Nah 1:9
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¿Qué andáis vosotros maquinando contra el Señor? El Señor acabará con Nínive, no habrá otra tribulación.
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Nah 1:9
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¿Qué andáis vosotros maquinando contra el Señor? El Señor acabará con Nínive, no habrá otra tribulación.
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Nah 1:11
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De ti, ¡oh Nínive!, saldrá aquel que piensa mal o impíamente contra el Señor, y que revuelve en su ánimo pérfidos designios.
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Nah 1:12
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Esto dice el Señor: Aunque sean ellos tan fuertes y en tan gran número, con todo eso serán cortados, y pasarán a ser nada. Yo te he afligido, ¡oh pueblo mío!, pero no te afligiré ya más por medio de ellos.
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Nah 1:14
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Y el Señor pronunciará contra ti, ¡oh Nínive!, esta sentencia: No quedará más semilla de tu nombre, exterminaré de la casa de tu falso dios, los simulacros y los ídolos de fundición; haré sepulcro tuyo, y tú quedarás deshonrada.
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Nah 2:2
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Porque el Señor va a tomar venganza de tu insolencia contra Jacob , como igualmente de tu soberbia contra Israel, pues tus ejércitos destructores devastaron y talaron sus campiñas.
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