I Rey 3:17
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Y le preguntó Helí: ¿Qué es lo que te ha dicho el Señor? Te ruego no encubras nada; el Señor te castigue severamente si me ocultares alguna cosa de cuanto se te ha dicho.
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I Rey 3:18
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Le manifestó, pues, Samuel, una por una todas las palabras, sin ocultarle nada; y Helí respondió: El es el Señor, haga lo que sea agradable a sus ojos.
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I Rey 3:19
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Samuel iba creciendo, y el Señor estaba con él, y de todas sus predicciones ni una siquiera dejó de verificarse.
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I Rey 3:20
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Con lo que conoció todo Israel, desde Dan hasta Bersabee, que Samuel era un verdadero profeta del Señor.
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I Rey 3:21
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Y el Señor prosiguió apareciéndosele en Silo, porque en Silo fue en donde se manifestó a Samuel la primera vez, conforme a la palabra del Señor. Y se cumplió cuanto dijo Samuel a todo el pueblo de Israel.
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I Rey 3:21
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Y el Señor prosiguió apareciéndosele en Silo, porque en Silo fue en donde se manifestó a Samuel la primera vez, conforme a la palabra del Señor. Y se cumplió cuanto dijo Samuel a todo el pueblo de Israel.
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I Rey 4:3
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Vuelto el grueso del ejército al campamento, dijeron los ancianos de Israel: ¿Cómo es que el Señor nos ha derrotado hoy delante de los filisteos? Traigamos aquí de Silo el arca de la alianza del Señor, y venga en medio de nosotros, para que nos salve de la mano de nuestros enemigos.
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I Rey 4:3
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Vuelto el grueso del ejército al campamento, dijeron los ancianos de Israel: ¿Cómo es que el Señor nos ha derrotado hoy delante de los filisteos? Traigamos aquí de Silo el arca de la alianza del Señor, y venga en medio de nosotros, para que nos salve de la mano de nuestros enemigos.
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I Rey 4:4
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Envió, pues, el pueblo a Silo, y trajeron de allí el arca de la alianza del Señor de los ejércitos, que está sentado sobre los querubines; y los dos hijos de Helí, Ofni y Finees, acompañaban el arca de la alianza de Dios.
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I Rey 4:5
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Luego que el arca de la alianza del Señor llegó al campamento, dio voces todo Israel con grande algazara, que resonaron por todo el país.
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I Rey 4:6
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Y oyéndolas los filisteos, dijeron: ¿Qué gritería es esta que se oye en el campamento de los hebreos? Y supieron que era por haber llegado al campamento el arca del Señor.
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I Rey 4:13
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Al tiempo que llegó, estaba Helí sentado en su silla de audiencia, a la entrada del templo, mirando hacia el camino, porque su corazón se hallaba en un continuo sobresalto por el arca del Señor. Habiendo entrado, pues, aquel soldado, publicó luego la noticia por la ciudad, y toda la gente prorrumpió en grandes alaridos.
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I Rey 5:3
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Mas al otro día, habiéndose levantado muy temprano los azocios, hallaron que Dagón yacía boca abajo en el suelo delante del arca del Señor; y alzaron a Dagón y le repusieron en su lugar.
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I Rey 5:4
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Al día siguiente, levantándose también de madrugada, encontraron a Dagón tendido en tierra sobre su pecho delante del arca del Señor; mas la cabeza de Dagón y las dos manos cortadas del tronco estaban sobre el umbral de la puerta;
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I Rey 5:6
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Tras esto, la mano del Señor descargó terriblemente sobre los azocios y los asoló; e hirió a los de Azoto y su comarca en la parte más secreta de las nalgas. Al mismo tiempo las aldeas y campos de aquel país comenzaron a bullir, y apareció una gran multitud de ratones; con lo que toda la ciudad quedó consternada por la gran mortandad que causaban.
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I Rey 5:9
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Y conforme la iban así conduciendo de ciudad en ciudad, el Señor descargaba su mano sobre ellas, causando una mortandad grandísima; y hería a los moradores de cada pueblo, desde el menor hasta el mayor, de modo que sus hemorroides hinchadas y caídas se corrompían. Por lo que los geteos discurriendo entre sí, se hicieron unos asientos de pieles.
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I Rey 6:1
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Estuvo, pues, el arca del Señor en el país de los filisteos por espacio de siete meses.
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I Rey 6:2
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Y convocando los filisteos a los sacerdotes y adivinos, les dijeron: ¿Qué haremos del arca del Señor? Instruidnos en qué forma debamos remitirla a su lugar. A lo que les respondieron:
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I Rey 6:8
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Tomaréis después el arca del Señor y la pondréis en el carro, colocando a su lado en un cofrecito las figuras de oro que le consagrasteis por el pecado; y dejadla ir.
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I Rey 6:14
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El carro llegó al campo del betsamita Josué, y se paró en él. Había allí una gran piedra, y haciendo pedazos la madera del carro, pusieron encima las vacas y las ofrecieron en holocausto al Señor.
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I Rey 6:15
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Mas los levitas bajaron el arca de Dios, y el cofrecito que estaba a su lado, donde venían vasos de oro, y la colocaron sobre aquella gran piedra. Entonces los betsamitas ofrecieron holocaustos delante del arca , e inmolaron en aquel día víctimas al Señor;
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I Rey 6:17
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Y éstas son las ciudades que ofrecieron las hemorroides hechas de oro, que los filisteos tributaron al Señor para expiar el pecado: Azoto, Gaza, Ascalón, Get, Accarón, una cada ciudad.
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I Rey 6:18
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Y los ratones de oro que ofrecieron, fueron tantos cuantas eran las poblaciones de los filisteos en las cinco provincias, comenzando desde las ciudades muradas, hasta las aldeas que no tienen muros; todo el país hasta la piedra grande llamada después Abel, sobre la cual habían colocado el arca del Señor, piedra que hasta hoy día está en la heredad de Josué betsamita.
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I Rey 6:19
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Mas el Señor castigó a los moradores de Betsamés, y ciudades vecinas, porque se pusieron a mirar con curiosidad el interior del arca del Señor contra lo mandado; y mató setenta hombres de los ancianos del pueblo, y cincuenta mil del vulgo. Y prorrumpieron todos en llanto, al ver que el Señor había herido al pueblo con tan gran mortandad.
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I Rey 6:19
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Mas el Señor castigó a los moradores de Betsamés, y ciudades vecinas, porque se pusieron a mirar con curiosidad el interior del arca del Señor contra lo mandado; y mató setenta hombres de los ancianos del pueblo, y cincuenta mil del vulgo. Y prorrumpieron todos en llanto, al ver que el Señor había herido al pueblo con tan gran mortandad.
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I Rey 6:19
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Mas el Señor castigó a los moradores de Betsamés, y ciudades vecinas, porque se pusieron a mirar con curiosidad el interior del arca del Señor contra lo mandado; y mató setenta hombres de los ancianos del pueblo, y cincuenta mil del vulgo. Y prorrumpieron todos en llanto, al ver que el Señor había herido al pueblo con tan gran mortandad.
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I Rey 6:20
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Por lo que dijeron los ciudadanos de Betsamés: ¿Quién podrá estar en la presencia de este Señor, de este Dios tan santo? ¿y a qué lugar podrá trasladarse?
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I Rey 6:21
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Enviaron, pues, mensajeros, a los habitantes de Cariatiarim, diciendo: Los filisteos han restituido el arca del Señor: Bajad, y lleváosla otra vez.
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I Rey 7:1
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Vinieron, pues, los de Cariatiarim y transportaron el arca del Señor, y la colocaron en casa de Abinadab que habitaba en Gabaa, consagrando a su hijo Eleazar para que cuidase el arca del Señor.
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I Rey 7:1
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Vinieron, pues, los de Cariatiarim y transportaron el arca del Señor, y la colocaron en casa de Abinadab que habitaba en Gabaa, consagrando a su hijo Eleazar para que cuidase el arca del Señor.
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I Rey 7:2
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Y sucedió que desde el día en que el arca del Señor llegó a Cariatiarim, pasó mucho tiempo (pues ya era el año vigésimo), y toda la casa de Israel gozó de paz, siguiendo al Señor.
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I Rey 7:2
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Y sucedió que desde el día en que el arca del Señor llegó a Cariatiarim, pasó mucho tiempo (pues ya era el año vigésimo), y toda la casa de Israel gozó de paz, siguiendo al Señor.
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I Rey 7:3
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Porque Samuel habló a toda la casa de Israel, diciéndole: Si de todo corazón os convertís al Señor, arrojad de en medio de vosotros los dioses ajenos, los Baales y los Astarot; y preparad vuestros corazones para el Señor, y servidle a él solo, y os libertará del poder de los filisteos.
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I Rey 7:3
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Porque Samuel habló a toda la casa de Israel, diciéndole: Si de todo corazón os convertís al Señor, arrojad de en medio de vosotros los dioses ajenos, los Baales y los Astarot; y preparad vuestros corazones para el Señor, y servidle a él solo, y os libertará del poder de los filisteos.
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I Rey 7:4
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Entonces los hijos de Israel arrojaron de sí los Baales y los Astarot, y sirvieron sólo al Señor.
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I Rey 7:5
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Dijo también Samuel: Convocad en Masfa a todo Israel, para que yo haga oración por vosotros al Señor.
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I Rey 7:6
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Se congregaron, pues, en Masfa, y sacaron agua y la derramaron en presencia del Señor, ayunando aquel día, y diciendo: Hemos pecado contra el Señor. Y Samuel ejerció allí en Masfa las funciones de juez de Israel.
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I Rey 7:6
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Se congregaron, pues, en Masfa, y sacaron agua y la derramaron en presencia del Señor, ayunando aquel día, y diciendo: Hemos pecado contra el Señor. Y Samuel ejerció allí en Masfa las funciones de juez de Israel.
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I Rey 7:8
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y dijeron a Samuel: No ceses de clamar por nosotros al Señor Dios nuestro, para que nos salve de las manos de los filisteos.
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I Rey 7:9
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Tomó Samuel un cordero de leche, y lo ofreció entero en holocausto al Señor; y clamó Samuel al Señor por Israel, y oyó el Señor sus ruegos.
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I Rey 7:9
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Tomó Samuel un cordero de leche, y lo ofreció entero en holocausto al Señor; y clamó Samuel al Señor por Israel, y oyó el Señor sus ruegos.
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I Rey 7:9
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Tomó Samuel un cordero de leche, y lo ofreció entero en holocausto al Señor; y clamó Samuel al Señor por Israel, y oyó el Señor sus ruegos.
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I Rey 7:10
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En efecto, mientras Samuel ofrecía el holocausto, comenzaron los filisteos el combate contra Israel; mas el Señor tronó en aquel día con espantoso estruendo contra los filisteos, y los aterró de tal suerte, que fueron derrotados por Israel.
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I Rey 7:12
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Tomó, pues, Samuel una piedra, y la puso entre Masfa y Sen, y llamó aquel lugar Piedra del Socorro, diciendo: Hasta este lugar nos ha socorrido el Señor.
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I Rey 7:13
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Quedaron entonces humillados los filisteos, y ya no se atrevieron a venir más a las tierras de Israel. Así, pues, la mano del Señor se hizo sentir sobre los filisteos mientras vivió Samuel.
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I Rey 7:17
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Volvía después a Rámata, por tener allí su casa, donde juzgaba también a Israel; y donde asimismo edificó un altar al Señor.
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I Rey 8:6
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Este lenguaje desagradó a Samuel, al oír que le decían: Constitúyenos un rey que nos gobierne. Con todo hizo oración y consultó al Señor;
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I Rey 8:7
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y el Señor le dijo: Escucha la voz de ese pueblo, y condesciende a todo lo que te pide, porque no te ha desechado a ti, sino a mí, para que no reine sobre ellos.
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I Rey 8:10
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Refirió, pues, Samuel al pueblo que le había pedido rey todas las palabras del Señor,
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I Rey 8:18
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Por lo que alzaréis el grito en aquel día a causa del rey que os elegisteis, y entonces el Señor no querrá oír vuestros clamores, porque vosotros mismos pedisteis tener un rey.
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