II Par 17:16
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Después venía Amasías, hijo de Zecri, consagrado al Señor, que tenía bajo su mando doscientos mil valientes.
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II Par 18:4
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Añadió Josafat al rey de Israel: Te ruego que consultes en este lance qué es lo que dice el Señor.
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II Par 18:6
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Replicó Josafat: ¿No hay aquí algún profeta del Señor, para que también le consultemos?
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II Par 18:7
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Dijo el rey de Israel a Josafat: Aquí hay un hombre por quien podemos inquirir la voluntad del Señor; mas yo lo aborrezco, porque nunca me profetiza cosa buena, sino siempre desdichas; éste tal es Miqueas, hijo de Jemla. Y respondió Josafat: No hables, oh rey, de esa manera.
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II Par 18:10
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Sedecías, hijo de Canaana, se hizo unos cuernos de hierro, y dijo: Esto dice el Señor: Con éstas voltearás tú a la Siria, hasta hacerla añicos.
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II Par 18:11
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Y todos aquellos profetas vaticinaban del mismo modo, diciendo: Sal contra Ramot de Galaad, y tendrás próspero suceso; el Señor la entregará en poder del rey.
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II Par 18:13
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Le respondió Miqueas: Vive el Señor, que todo aquello que mi Dios me dijere, eso hablaré.
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II Par 18:15
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Replicó el rey: En nombre del Señor te conjuro una y otra vez, que no me hables sino la verdad.
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II Par 18:16
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Entonces dijo Miqueas: He visto a todo Israel disperso por los montes, como ovejas sin pastor; y ha dicho el Señor: Estos no tienen quien los mande; que se vuelva cada uno en paz a su casa.
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II Par 18:18
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Pero Miqueas, replicó: Pues oíd aún la palabra del Señor: He visto yo al Señor sentado en su trono, y a toda la milicia celestial en torno de él a la diestra y a la siniestra.
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II Par 18:18
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Pero Miqueas, replicó: Pues oíd aún la palabra del Señor: He visto yo al Señor sentado en su trono, y a toda la milicia celestial en torno de él a la diestra y a la siniestra.
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II Par 18:19
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Y ha dicho el Señor: ¿Quién engañará a Acab, rey de Israel, a fin de que salga a campaña y perezca en Ramot de Galaad? Y diciendo quién una cosa y quién otra,
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II Par 18:20
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sobrevino cierto espíritu, y presentándose ante el Señor, dijo: Yo lo engañaré. Le preguntó el Señor: ¿Cómo lo engañarás tú?
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II Par 18:20
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sobrevino cierto espíritu, y presentándose ante el Señor, dijo: Yo lo engañaré. Le preguntó el Señor: ¿Cómo lo engañarás tú?
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II Par 18:21
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Iré, respondió él, y seré un espíritu mentiroso en la boca de todos sus profetas. Y el Señor le contestó: Lo engañarás y te saldrás con ello; anda, y hazlo así.
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II Par 18:22
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En consecuencia ya ves cómo el Señor ha puesto o permitido el espíritu de mentira en la boca de todos tus profetas; y el Señor mismo ha pronunciado contra ti desastres.
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II Par 18:22
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En consecuencia ya ves cómo el Señor ha puesto o permitido el espíritu de mentira en la boca de todos tus profetas; y el Señor mismo ha pronunciado contra ti desastres.
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II Par 18:23
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Entonces Sedecías, hijo de Canaana, se acercó y dio a Miqueas un bofetón, diciendo: ¿Por qué camino se ha ido de mí el espíritu del Señor para ir a hablarte a ti?
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II Par 18:27
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A lo que dijo Miqueas: Si regresases tú felizmente, no será verdad que el Señor haya hablado por mi boca. Y añadió: Oídlo, pueblos todos.
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II Par 18:31
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Y así luego que los comandantes de la caballería vieron a Josafat, dijeron: El rey de Israel es ése; y rodeándolo cargaron sobre él. Pero él invocó a gritos al Señor, el cual lo socorrió, y los desvió de él.
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II Par 19:2
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a cuyo encuentro vino Jehú, profeta, hijo de Hanani, y le dijo: Tú das socorro a un impío, y te estrechas en amistad con gente que aborrece al Señor; por tanto merecías experimentar la ira del Señor.
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II Par 19:2
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a cuyo encuentro vino Jehú, profeta, hijo de Hanani, y le dijo: Tú das socorro a un impío, y te estrechas en amistad con gente que aborrece al Señor; por tanto merecías experimentar la ira del Señor.
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II Par 19:3
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Mas se han hallado en ti buenas obras; pues arrancaste los bosques idolátricos de la tierra de Judá; y has convertido tu corazón en busca del Señor Dios de tus padres.
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II Par 19:4
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Habitó, pues, Josafat en Jerusalén , y salió de nuevo a visitar a su pueblo desde Bersabee hasta la montaña de Efraín, y redujo sus vasallos al Señor Dios de sus padres.
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II Par 19:6
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Y dando sus órdenes a los jueces: Mirad, les dijo, mirad lo que hacéis, porque ejercéis las veces, no de un hombre, sino del Señor, y cualquier sentencia que diereis recaerá sobre vosotros.
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II Par 19:7
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Esté con vosotros el temor del Señor, y haced todas las cosas con exactitud; pues en Dios nuestro Señor no cabe injusticia, ni soborno, ni codicia de dones.
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II Par 19:7
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Esté con vosotros el temor del Señor, y haced todas las cosas con exactitud; pues en Dios nuestro Señor no cabe injusticia, ni soborno, ni codicia de dones.
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II Par 19:8
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Josafat estableció también en Jerusalén levitas, y sacerdotes, y príncipes o cabezas de las familias de Israel, para que hiciesen justicia a sus moradores y juzgasen las causas del Señor;
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II Par 19:9
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y les dio sus órdenes, y dijo: Debéis portaros con fidelidad y con sincero corazón en el temor del Señor.
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II Par 19:10
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En cualquier pleito entre familia y familia de vuestros hermanos que habitan en sus ciudades, que viniere a vuestro tribunal, siempre que se trate de la ley, de los mandamientos, de las ceremonias o de los preceptos los instruiréis, para que no pequen contra el Señor; a fin de que no descargue su ira sobre vosotros y sobre vuestros hermanos; obrando así no pecaréis.
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II Par 19:11
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A este fin Amarías, vuestro sumo sacerdote, presidirá en todo aquello que concierne a Dios; y Zabadías, hijo de Ismahel, príncipe de la casa de Judá, presidirá en todos los negocios pertenecientes al servicio del rey; tenéis también entre vosotros los levitas, los cuales os servirán de maestros; cobrad ánimo y cumplid exactamente vuestros deberes, que el Señor os colmará de bienes.
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II Par 20:3
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Con esto Josafat, atemorizado, se dedicó todo a suplicar al Señor, y ordenó un ayuno a todo el pueblo de Judá.
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II Par 20:4
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Y se juntó el pueblo de Judá para implorar el socorro del Señor, y toda la gente venía desde sus ciudades a presentarle sus ruegos.
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II Par 20:5
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Y puesto Josafat en medio del concurso de Judá y de Jerusalén en el templo del Señor delante del atrio nuevo,
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II Par 20:6
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dijo: Señor Dios de nuestros padres, tú eres el Dios del cielo y el dueño de todos los reinos de las naciones; en tus manos están la fortaleza y el poder, y nadie puede resistirte.
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II Par 20:13
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Estaba a la sazón todo Judá delante del Señor con los niños, mujeres e hijos.
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II Par 20:14
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Se hallaba allí Jahaziel, hijo de Zacarías, hijo de Banaías, hijo de Jehiel, hijo de Matamías, levita, de la familia de Asaf, y entró en él el espíritu del Señor, en medio de aquel concurso,
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II Par 20:15
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y dijo: Atención, oh pueblo de Judá, y vosotros habitantes de Jerusalén , y tú, oh rey Josafat: Esto os dice el Señor: No tenéis que temer ni acobardaros a vista de esa muchedumbre, porque el combate no está a cargo vuestro, sino de Dios.
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II Par 20:17
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No tendréis vosotros que pelear; manteneos solamente a pie firme con confianza, y veréis, oh habitantes de Judá y Jerusalén , el socorro del Señor sobre vosotros; no tenéis que temer ni acobardaros; mañana saldréis contra ellos, y el Señor estará con vosotros.
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II Par 20:17
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No tendréis vosotros que pelear; manteneos solamente a pie firme con confianza, y veréis, oh habitantes de Judá y Jerusalén , el socorro del Señor sobre vosotros; no tenéis que temer ni acobardaros; mañana saldréis contra ellos, y el Señor estará con vosotros.
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II Par 20:18
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Al oír esto Josafat y el pueblo de Judá, y los habitantes todos de Jerusalén , se postraron rostro por tierra ante el Señor.
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II Par 20:19
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Al mismo tiempo los levitas del linaje de Caat y del linaje de Coré, cantaban alabanzas al Señor Dios de Israel con grandes voces, que llegaban hasta el cielo.
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II Par 20:20
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Y a la mañana siguiente poniéndose en movimiento, tomaron el camino del desierto de Tecue; y comenzada la marcha, Josafat, puesto en medio de ellos, dijo: Oídme, varones de Judá, y vosotros habitantes todos de Jerusalén : Confiad en el Señor Dios vuestro, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y todo irá felizmente.
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II Par 20:21
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Hizo después sus advertencias al pueblo, y señaló cantores del Señor, para que distribuidos en coros cantasen sus alabanzas, y precediendo al ejército, dijesen todos a una voz: Glorificad al Señor, porque es eterna su misericordia.
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II Par 20:21
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Hizo después sus advertencias al pueblo, y señaló cantores del Señor, para que distribuidos en coros cantasen sus alabanzas, y precediendo al ejército, dijesen todos a una voz: Glorificad al Señor, porque es eterna su misericordia.
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II Par 20:22
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Luego que dieron principio al canto, convirtió el Señor contra sí mismos las estratagemas de los enemigos, es decir, de los amonitas, y de los moabitas, y de los pueblos de la montaña de Seir, que habían venido para pelear contra Judá, y quedaron derrotados.
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II Par 20:26
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Finalmente, el cuarto día se reunieron en el valle de Bendición; pues por haber ellos bendecido allí al Señor, dieron a aquel lugar el nombre de valle de Bendición, que conserva hasta hoy día.
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II Par 20:27
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Desde donde toda la tropa de Judá y los habitantes de Jerusalén regresaron a esta ciudad, precedidos de Josafat, alegres sobremanera por haberles concedido el Señor el triunfar de sus enemigos.
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II Par 20:28
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Y entraron en Jerusalén y en la casa del Señor al son de los salterios, y de cítaras, y de trompetas.
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II Par 20:29
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Y se derramó el terror del Señor sobre todos los reinos cercanos, así que oyeron cómo el Señor había peleado contra los enemigos de Israel.
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