I Cor 7:25
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En orden a las vírgenes, precepto del Señor yo no lo tengo; doy, sí, consejo, como quien ha conseguido del Señor la misericordia de ser fiel ministro suyo.
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I Cor 7:32
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Ahora bien; yo deseo que viváis sin cuidados ni inquietudes. El que no tiene mujer, anda únicamente solícito de las cosas del Señor, y en lo que ha de hacer para agradar a Dios.
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I Cor 7:39
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La mujer está ligada a la ley del matrimonio mientras que vive su marido; pero si su marido fallece, queda libre; cásese con quien quiera, con tal que sea según el Señor.
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I Cor 8:6
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sin embargo, para nosotros no hay más que un solo Dios, que es el Padre, del cual tienen el ser todas las cosas, y que nos ha hecho a nosotros para él; y no hay sino un solo Señor, que es Jesucristo, por quien han sido hechas todas las cosas, y somos nosotros por él cuanto somos.
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I Cor 9:1
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¿No tengo yo libertad? ¿No soy yo apóstol? ¿No he visto yo a Jesucristo, Señor nuestro? ¿No sois vosotros obra mía en el Señor?
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I Cor 9:1
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¿No tengo yo libertad? ¿No soy yo apóstol? ¿No he visto yo a Jesucristo, Señor nuestro? ¿No sois vosotros obra mía en el Señor?
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I Cor 9:2
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Lo cierto es que aun cuando para los otros no fuera apóstol, al menos lo sería para vosotros, siendo como sois el sello, o la patente, de mi apostolado en el Señor.
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I Cor 9:5
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¿Por ventura no tenemos también facultad de llevar en los viajes alguna mujer hermana en Jesucristo, para que nos asista, como hacen los demás apóstoles, y los hermanos o parientes del Señor, y el mismo Cefas, o Pedro?
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I Cor 9:14
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Así también dejó el Señor ordenado que los que predican la buena nueva, vivan de ello.
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I Cor 10:16
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El cáliz de bendición que bendecimos, o consagramos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo ?; y el pan que partimos, ¿no es la participación del cuerpo del Señor?
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I Cor 10:20
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No, sino que las cosas que sacrifican los gentiles, las sacrifican a los demonios, y no a Dios. Y no quiero que tengáis ninguna sociedad, ni por sombra, con los demonios; no podéis beber el cáliz del Señor y el cáliz de los demonios.
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I Cor 10:21
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No podéis tener parte en la mesa del Señor, y en la mesa de los demonios.
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I Cor 10:22
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¿Por ventura queremos irritar con celos al Señor? ¿Somos acaso más fuertes que él? Todo me es lícito, sí, pero no todo es conveniente.
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I Cor 10:26
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Porque del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella.
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I Cor 11:11
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Bien es verdad que ni el varón por ley del Señor existe sin la mujer, ni la mujer sin el varón.
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I Cor 11:20
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Ahora, pues, cuando vosotros os juntáis ya no es para celebrar la cena del Señor.
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I Cor 11:23
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Porque yo aprendí del Señor lo que también os tengo ya enseñado, y es que el Señor Jesús la noche misma en que había de ser traidoramente entregado, tomó el pan,
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I Cor 11:23
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Porque yo aprendí del Señor lo que también os tengo ya enseñado, y es que el Señor Jesús la noche misma en que había de ser traidoramente entregado, tomó el pan,
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I Cor 11:26
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Pues todas las veces que comiereis este pan y bebiereis este cáliz, anunciaréis la muerte del Señor hasta que venga.
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I Cor 11:27
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De manera que cualquiera que comiere este pan, o bebiere el cáliz del Señor indignamente, reo será del cuerpo y de la sangre del Señor.
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I Cor 11:27
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De manera que cualquiera que comiere este pan, o bebiere el cáliz del Señor indignamente, reo será del cuerpo y de la sangre del Señor.
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I Cor 11:29
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Porque quien lo come y bebe indignamente, se traga y bebe su propia condenación, no habiendo el debido discernimiento del cuerpo del Señor.
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I Cor 11:32
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Si bien cuando lo somos, el Señor nos castiga como a hijos con el fin de que no seamos condenados junto con este mundo.
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I Cor 12:3
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Ahora, pues, yo os declaro que ningún verdadero profeta, ningún hombre que habla inspirado de Dios, dice anatema a Jesús . Ni nadie puede confesar que Jesús es el Señor, sino por el Espíritu Santo.
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I Cor 12:5
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Hay también diversidad de ministerios, mas el Señor es uno mismo.
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I Cor 14:21
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En la ley está escrito: Yo hablaré en otras lenguas y con otros acentos a este pueblo; y ni aun así me creerán, dice el Señor.
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I Cor 14:37
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Si alguno de vosotros se tiene por profeta, o por persona espiritual, reconozca que las cosas que os escribo, son preceptos del Señor.
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I Cor 15:3
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En primer lugar, pues, os he enseñado lo mismo que yo aprendí del Señor, es a saber, que Cristo murió por nuestros pecados conforme a las Escrituras.
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I Cor 15:31
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No hay día, tenedlo por cierto, hermanos, en que yo no muera por asegurar la gloria vuestra y también mía, que está en Jesucristo nuestro Señor.
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I Cor 15:57
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Pero demos gracias a Dios, que nos ha dado victoria contra la muerte y el pecado, por virtud de nuestro Señor Jesucristo.
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I Cor 15:58
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Así que, amados hermanos míos, estad firmes y constantes, trabajando siempre más y más en la obra del Señor, que sabéis que vuestro trabajo no quedará sin recompensa delante del Señor.
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I Cor 15:58
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Así que, amados hermanos míos, estad firmes y constantes, trabajando siempre más y más en la obra del Señor, que sabéis que vuestro trabajo no quedará sin recompensa delante del Señor.
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I Cor 16:7
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Porque esta vez no quiero visitaros solamente de paso; antes espero detenerme algún tiempo entre vosotros, si el Señor me lo permitiere.
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I Cor 16:10
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Si va a veros Timoteo, procurad que esté sin recelo entre vosotros, pues trabaja, como yo, en la obra del Señor.
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I Cor 16:19
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Las iglesias de Asia os saludan. Os saludan con gran afecto en el Señor, Aquila y Priscila, con la iglesia de su casa, en la que me hallo hospedado.
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I Cor 16:22
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El que no ama a nuestro Señor Jesucristo, sea anatema: Maran Atha.
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I Cor 16:23
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La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.
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II Cor 1:2
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Dios, padre nuestro , y el Señor Jesucristo os den gracias y paz.
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II Cor 1:3
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Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo el Padre de las misericordias y Dios de toda consolación,
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II Cor 1:14
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pues ya en parte habéis reconocido que nosotros somos vuestra gloria, como vosotros seréis la nuestra, en el día, o juicio, de nuestro Señor Jesucristo.
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II Cor 2:12
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Yo por mí cuando vine a Tróade a predicar la buena nueva de Cristo , en medio de haberme abierto el Señor una entrada favorable,
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II Cor 3:16
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Pero convirtiéndose este pueblo al Señor, se quitará el velo.
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II Cor 3:17
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Porque el Señor es Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
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II Cor 3:17
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Porque el Señor es Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
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II Cor 3:18
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Y así es que todos nosotros, contemplando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados en la misma imagen de Jesucristo, avanzándonos de claridad en claridad, como iluminados por el Espíritu del Señor.
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II Cor 3:18
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Y así es que todos nosotros, contemplando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados en la misma imagen de Jesucristo, avanzándonos de claridad en claridad, como iluminados por el Espíritu del Señor.
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II Cor 4:5
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Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo, Señor nuestro, haciéndonos siervos vuestros por amor de Jesús .
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II Cor 5:6
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Por esto estamos siempre llenos de confianza, y como sabemos que, mientras habitamos en este cuerpo, estamos distantes del Señor y fuera de nuestra patria
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II Cor 5:8
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En esta confianza que tenemos, preferimos más ser separados del cuerpo, a fin de gozar de la vista del Señor.
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II Cor 5:9
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Por esta razón todo nuestro deseo consiste en hacernos agradables al Señor, ora habitemos en el cuerpo, ora salgamos de él, para irnos con Dios,
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