IV Rey 23:27
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Y así dijo el Señor: Yo arrojaré de mi presencia también a Judá, como arrojé a Israel; y desecharé a Jerusalén , esa ciudad que yo había escogido, y el templo del cual dije: Aquí es donde mi Nombre será invocado.
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I Par 10:4
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Por lo que dijo Saúl a su escudero: Desenvaina tu espada, y mátame, para que no vengan estos incircuncisos y hagan escarnio de mí. Mas el escudero, sobrecogido de temor y respeto, no quiso hacerlo. Entonces Saúl arrancó su espada, y se arrojó sobre ella.
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I Par 11:2
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Aun antes de ahora, cuando Saúl reinaba todavía, tú eras el que sacaba a Israel a campaña y lo volvía a conducir a casa; porque a ti te dijo el Señor Dios tuyo: Tú serás el pastor de mi pueblo de Israel, y tú serás su príncipe.
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I Par 11:17
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Le vino entonces a David un deseo, y dijo: ¡Oh, quién me diera agua de la cisterna que está junto a la puerta de Betlehem!
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I Par 12:17
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Y les salió David al encuentro, y dijo: Si habéis venido a mí de paz, con ánimo de socorrerme, mi corazón se unirá con el vuestro; mas si me armáis asechanzas favoreciendo a mis contrarios, puesto que yo tengo mis manos limpias de todo pecado, el Dios de nuestros padres sea testigo y juez.
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I Par 12:18
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Entonces Amasai, caudillo de los treinta, movido de Espíritu superior o divino, dijo: Tuyos somos, oh David, y contigo estamos, oh hijo de Isaí; paz, paz a ti; y paz a tus defensores; ya que a ti te defiende tu Dios. Los recibió, pues, David y los hizo oficiales principales de su ejército.
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I Par 13:2
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y dijo a toda la asamblea de Israel: Si os parece bien, y el asunto que voy a proponer es inspirado del Señor Dios nuestro, enviemos a llamar a todos los demás hermanos nuestros, esparcidos por todas las regiones de Israel, y a los sacerdotes y levitas que viven en los ejidos o contornos de las ciudades, para que se reúnan con nosotros,
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I Par 13:12
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Y tuvo entonces como miedo a Dios, y dijo: ¿Cómo puedo yo meter en mi casa el arca de Dios?
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I Par 14:11
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Y habiendo avanzado ellos hasta Baalfarasim, allí los derrotó David, y dijo: Ha disipado Dios por mi mano a los enemigos, como se disipan o se derraman las aguas; y por esto se llamó aquel lugar Baalfarasim.
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I Par 14:14
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Y David consultó de nuevo a Dios; y Dios le dijo: No vayas tras de ellos; retírate, e irás a acometerlos por enfrente de los perales;
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I Par 15:2
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Entonces dijo David: No es lícito que el arca de Dios sea llevada por otros que por los de la tribu de Leví, escogidos por el Señor para llevarla, y para ser sus ministros perpetuamente.
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I Par 15:12
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y les dijo: Vosotros que sois los principales de las familias levíticas, purificaos junto con vuestros hermanos los demás levitas, y transportad el arca del Señor Dios de Israel al lugar que le está preparado.
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I Par 16:22
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Guardaos bien, dijo, de tocar a mis ungidos; ni de hacer daño a mis profetas.
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I Par 17:1
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Morando ya David en su palacio, dijo al profeta Natán: He aquí que yo habito en una casa de cedro; mientras el arca del Testamento del Señor está debajo de una cubierta de pieles.
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I Par 17:16
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Y habiendo entrado dentro del rey David, puesto en presencia del Señor, dijo: ¿Quién soy yo, oh Señor Dios, y qué es mi casa para que hayas hecho por mí tales cosas?
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I Par 19:2
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Y dijo David: Mostraré mi compasión o sentimiento a Hanón, hijo de Naas, pues recibí favores de su padre. En consecuencia envió David embajadores para consolarle en la muerte de su padre. Luego que éstos llegaron al país de los amonitas con el fin de consolar a Hanón,
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I Par 19:12
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y dijo: Si los siros prevalecieren contra mí, tú vendrás a socorrerme; pero si los amonitas te llevaren a ti de vencida, yo acudiré a tu socorro.
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I Par 21:2
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Por lo que dijo David a Joab y a los príncipes del pueblo: Id y contad a Israel desde Bersabee hasta Dan, y traedme la suma; que quiero saberla.
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I Par 21:8
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Y dijo David a Dios: He pecado gravísimamente en hacer esto; perdona, oh Señor, la iniquidad de tu siervo, porque he procedido neciamente.
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I Par 21:11
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Viniendo, pues, Gad a David, le dijo: Esto dice el Señor: Escoge lo que quieras,
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I Par 21:17
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Y dijo David a Dios: ¿Por ventura no soy yo quien mandó hacer el censo del pueblo? Yo soy el que he pecado; yo el que he cometido la maldad. Esta grey, ¿qué culpa tiene? Señor Dios mío, descarga, te suplico, tu mano contra mí y contra la casa de mi padre; mas no sea castigado tu pueblo.
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I Par 21:22
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Le dijo David: Dame el sitio de tu era, recibiendo su valor en dinero contante, para edificar en ella un altar al Señor, a fin de que cese el azote del pueblo.
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I Par 22:1
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En seguida dijo David: Aquí está la casa de Dios, y éste es el altar de los holocaustos de Israel.
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I Par 22:5
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Porque dijo David: Mi hijo Salomón es todavía un joven tierno y delicado; y la casa que quiero que se edifique al Señor debe ser tal, que sea celebrada en todas las naciones; iré, pues, yo preparando lo necesario. Por esta razón hizo antes de su muerte, con anticipación, todos los gastos.
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I Par 22:8
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pero el Señor me habló, y dijo: Tú has derramado mucha sangre, y hecho muchas guerras; y así no puedes edificar la casa a mi Nombre, habiendo derramado tanta sangre delante de mí.
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I Par 22:18
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Ya veis, les dijo, que el Señor Dios vuestro está con vosotros, y que os ha dado paz por todos lados, y entregado en vuestras manos todos vuestros enemigos, y que el país está sujeto al Señor y a su pueblo.
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I Par 23:25
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Porque David dijo: El Señor Dios de Israel ha dado descanso a su pueblo, y morada estable en Jerusalén para siempre.
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I Par 28:2
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Y levantándose el rey, puesto en pie, dijo: Escuchadme, oh hermanos míos, y pueblo mío: Yo tuve intención de construir un templo en que fuese colocada el arca del Testamento del Señor, que es como la tarima de los pies de nuestro Dios, y tengo preparados todos los materiales que he podido para la construcción.
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I Par 28:3
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Pero Dios me dijo: No edificarás tú la casa a mi Nombre; por ser un varón guerrero, y haber derramado sangre.
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I Par 28:19
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Todas estas cosas, dijo, se me han enviado delineadas por la mano del Señor; para que yo comprendiese todas las obras del diseño.
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I Par 29:10
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Y bendijo al Señor en presencia de toda la muchedumbre, y dijo: Bendito eres, Señor Dios de Israel nuestro padre, por los siglos de los siglos.
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I Par 29:20
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Después dijo David a toda la asamblea: Bendecid al Señor Dios nuestro. Y toda la asamblea bendijo al Señor Dios de sus padres; y postrándose adoraron a Dios, y rindieron en seguida su homenaje al rey.
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II Par 6:1
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Entonces Salomón dijo: El Señor ha prometido que pondría su mansión en la niebla u oscuridad;
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II Par 6:4
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Bendito sea el Señor Dios de Israel, que ha llevado a efecto la promesa que hizo a David, mi padre, cuando le dijo:
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II Par 6:8
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le dijo el Señor: En haber tú tenido esa voluntad de edificar casa en mi Nombre, ciertamente has hecho bien; ha sido bueno tu deseo.
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II Par 6:10
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El Señor, pues, ha cumplido la palabra que había dado, y yo he venido a suceder a mi padre David, y me he sentado en el trono de Israel, como lo dijo el Señor; y edificado la casa al Nombre del Señor Dios de Israel,
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II Par 7:12
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Se le apareció después el Señor de noche por segunda vez, y le dijo: He oído tu oración, y me he escogido este lugar, para casa de sacrificio y oración.
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II Par 8:11
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A la hija del faraón la mudó de la ciudad de David a la casa que edificó para ella. Porque dijo el rey: No habitará mi mujer en la casa de David, rey de Israel; pues quedó esta casa santificada, por haberse hospedado en ella el arca del Señor.
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II Par 9:5
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y dijo al rey: Verdadera es la fama que yo había oído en mi tierra de tus virtudes y de tu sabiduría.
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II Par 10:6
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tuvo consejo con los ancianos que habían estado alrededor de su padre Salomón mientras vivía, y les dijo: ¿Qué me aconsejáis que responda al pueblo?
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II Par 10:9
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y les dijo: ¿Qué os parece? ¿Y qué debo yo responder a este pueblo, que me ha venido a decir: Aligéranos el yugo que nos impuso tu padre?
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II Par 10:14
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y les dijo, conforme al parecer de los jóvenes: Mi padre cargó sobre vosotros un yugo pesado, y yo lo agravaré más; mi padre os azotó con varas, mas yo he de azotaros con escorpiones.
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II Par 12:5
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Entonces Semeías, profeta, se presentó ante Roboam, y los príncipes de Judá, que se habían congregado en Jerusalén huyendo de Sesac, y les dijo: Esto dice el Señor: Vosotros me abandonasteis; pues yo también os abandono a vosotros en poder de Sesac.
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II Par 13:4
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Abía hizo alto sobre el monte Semerón, situado en la tribu de Efraín, y dijo: Escucha tú, oh Jeroboam, con todo Israel:
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II Par 14:7
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Entonces dijo a Judá: Reparemos estas ciudades y cerquémoslas de muros, y fortifiquémoslas con torres, y puertas, y cerraduras, ahora que por todas partes respiramos libres de guerras, por haber buscado al Señor Dios de nuestros padres, y habernos dado él paz por todo el contorno. Pusieron, pues, manos a la obra, sin que hubiese ningún estorbo que impidiese la restauración.
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II Par 15:2
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fue a encontrar a Asá, y le dijo: Escuchadme tú, oh Asá, y pueblos todos de Judá y de Benjamín: El Señor ha estado con vosotros en la batalla, porque vosotros habéis permanecido adictos a él. Si vosotros lo buscareis, lo hallaréis; mas si lo abandonareis, os abandonará.
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II Par 15:13
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Que si alguno, dijo, no siguiere al Señor Dios de Israel, muera sin excepción, sea pequeño o grande, varón o mujer.
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II Par 16:7
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En aquel tiempo se presentó el profeta Hanani a Asá, rey de Judá, y le dijo: Por cuanto has puesto la confianza en el rey de Siria, y no en el Señor tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria se ha escapado de tus manos.
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II Par 18:5
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Juntó, pues, el rey de Israel cuatrocientos profetas, y les dijo: ¿Debemos ir a atacar a Ramot de Galaad, o estarnos quedos? Respondieron ellos: Marcha; que Dios entregará esa ciudad en poder del rey.
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II Par 18:8
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Llamó, pues, el rey de Israel a uno de los eunucos o camareros, y le dijo: Llama luego a Miqueas, hijo de Jemla.
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