Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

dijo

II Rey 15:22 Con esto dijo David a Etai: Ven, pues, y pasa el torrente Cedrón. Y pasó Etai, geteo, con todos los que le acompañaban y la demás gente.
II Rey 15:33 Le dijo David: Si quieres venir conmigo, me servirás de carga;
II Rey 16:2 Le dijo el rey: ¿Para qué todo esto? Los asnos, respondió Siba, son para que monte la familia del rey; los panes y la fruta para que coman tus criados; y el vino para que pueda beber por el desierto el que desfalleciere.
II Rey 16:9 Entonces Abisai, hijo de Sarvia, dijo al rey: Y ¿por qué ese perro muerto ha de estar maldiciendo al rey mi señor? Iré y le cortaré la cabeza.
II Rey 16:21 Y dijo Aquitofel a Absalón: Abusa de las mujeres de tu padre, las cuales dejó para guardar su palacio; a fin de que sabiendo todo Israel que has hecho esta afrenta a tu padre, se comprometan más en su partido.
II Rey 17:5 No obstante dijo Absalón: Llamad a Cusai y Araqui, y oigamos también su dictamen.
II Rey 17:6 Venido que fue Cusai a la presencia de Absalón, le dijo éste: Tal es el parecer que ha dado Aquitofel; ¿debemos seguirlo o no? ¿Qué consejo das tú?
II Rey 17:15 En seguida dijo Cusai a los sumos sacerdotes Sadoc y Abiatar: Esto y esto ha aconsejado Aquitofel a Absalón y a los ancianos de Israel; y yo le he aconsejado esto otro.
II Rey 18:4 Les dijo el rey: Haré lo que bien os pareciere. Y se puso en la puerta de la ciudad, mientras iba desfilando el ejército en cuerpos de a cien y de a mil hombres.
II Rey 18:21 Y así dijo Joab a Cusi: Ve tú y refiere al rey lo que has visto. Cusi hizo una profunda reverencia a Joab, y echó a correr.
II Rey 18:23 ¿Qué importa, replicó, que yo corra? Anda, pues, dijo Joab. Con esto Aquímaas, corriendo por un atajo se adelantó a Cusi.
II Rey 18:25 y dio voces y se lo avisó al rey; el cual dijo: Si viene solo, trae buenas nuevas. Y mientras él apretaba el paso, y se acercaba más,
II Rey 18:26 vio el centinela otro hombre que venía corriendo, y gritando desde lo alto, dijo: Me parece divisar otro hombre que viene corriendo solo. Dijo el rey: También ése trae buenas nuevas.
II Rey 18:27 Añadió el atalaya: El modo de correr del primero me hace pensar que es Aquímaas, hijo de Sadoc. Ese es un buen sujeto, dijo el rey; sin duda que trae buenas noticias.
II Rey 18:28 En esto Aquímaas gritando de lejos, dijo al rey: Señor, Dios te guarde. Y postrándose en tierra delante del rey, y haciéndole profundo acatamiento, dijo: Bendito sea el Señor Dios tuyo que ha entregado en tus manos a los que se habían sublevado contra el rey, mi señor.
II Rey 18:28 En esto Aquímaas gritando de lejos, dijo al rey: Señor, Dios te guarde. Y postrándose en tierra delante del rey, y haciéndole profundo acatamiento, dijo: Bendito sea el Señor Dios tuyo que ha entregado en tus manos a los que se habían sublevado contra el rey, mi señor.
II Rey 18:29 Y dijo el rey: ¿Está vivo y sano mi hijo Absalón? Le respondió Aquímaas: Cuando Joab, tu siervo, me envió a ti, oh rey, vi que se había levantado un gran tumulto; no sé otra cosa.
II Rey 18:30 Le dijo el rey: Pasa y ponte aquí. Y apenas se apartó y se puso en su sitio,
II Rey 18:31 compareció Cusi, y al llegar dijo: ¡Albricias, rey señor mío!, porque el Señor ha sentenciado hoy a tu favor contra el poder de todos los que se rebelaron contra ti.
II Rey 19:5 Mas Joab entrando en la casa donde el rey estaba, le dijo: Tú has cubierto hoy de confusión los rostros de todos tus siervos, que han salvado tu vida y la vida de tus hijos e hijas, y la vida de tus esposas o reinas, y la de tus demás mujeres secundarias.
II Rey 19:19 le dijo: No quieras castigar, señor, mi maldad, ni te acuerdes de las injurias recibidas de tu siervo el día que saliste, oh rey y señor mío, de Jerusalén , y no las conserves, oh rey, en tu corazón;
II Rey 19:21 A lo que respondiendo Abisai, hijo de Sarvia, dijo: ¿Cómo? ¿Y por estas palabras se ha de escapar de la muerte Semei, habiendo maldecido al ungido del Señor?
II Rey 19:22 Mas David dijo: ¿Qué tengo yo que hacer con vosotros, oh hijos de Sarvia? ¿Por qué hacéis hoy conmigo el oficio de diablos o tentadores? ¿Es hoy día de hacer morir a un hijo de Israel? ¿Puedo acaso olvidar que en este día he sido hecho nuevamente rey de Israel?
II Rey 19:23 Y así dijo a Semei: No morirás. Y se lo juró.
II Rey 19:25 Se presentó, pues, al rey en Jerusalén , y le dijo el rey: ¿Por qué no fuiste conmigo, Mifiboset?
II Rey 19:29 Mas el rey le dijo: ¿Para qué te cansas en hablar más? Ya te tengo dicho que tú y Siba os repartáis las posesiones.
II Rey 19:33 Le dijo, pues, el rey: Vente conmigo para que descanses y vivas felizmente en mi compañía en Jerusalén .
II Rey 20:6 Por lo que dijo David a Abisai: Ahora nos ha de dar más que hacer Seba, hijo de Bocri, que Absalón, y corre tras él, no sea que se apodere de algunas de las ciudades fuertes, y se nos escape de las manos.
II Rey 20:17 Se acercó Joab, y la mujer le dijo: ¿Eres tú Joab? Yo soy, le respondió. Oye, le dijo ella, las palabras de tu sierva. Ya te escucho, contestó Joab.
II Rey 20:17 Se acercó Joab, y la mujer le dijo: ¿Eres tú Joab? Yo soy, le respondió. Oye, le dijo ella, las palabras de tu sierva. Ya te escucho, contestó Joab.
II Rey 20:20 Respondiendo Joab, dijo: No, lejos de mí tal cosa; no vengo yo para arruinar ni asolar.
II Rey 22:2 Y dijo: El Señor es el baluarte mío y mi fortaleza, y él es mi salvador .
II Rey 23:1 Estas son las últimas palabras proféticas de David. Dijo David, hijo de Isaí: Dijo el varón a quien fue dada palabra o promesa del cristo o ungido del Dios de Jacob ; dijo el egregio cantor de Israel:
II Rey 24:10 Pero a David le remordió su conciencia después que se formó el censo del pueblo, y dijo al Señor: Pecado he gravísimamente en este negocio; mas te ruego, Señor, que perdones este pecado de tu siervo, porque reconozco que he obrado muy neciamente.
II Rey 24:16 Y habiendo extendido el ángel del Señor su mano sobre Jerusalén para desolarla, el Señor se apiadó de su angustia, y dijo al ángel del Señor junto a la era de Areúna, jebuseo.
II Rey 24:17 Y dijo David al Señor, así que vio que el ángel castigaba al pueblo: Yo soy el que he pecado; yo el que tengo la culpa. ¿Qué han hecho éstos, que son unas ovejas? ¡Oh Señor!, te ruego que descargues tu mano sobre mí y sobre la casa de mi padre.
II Rey 24:18 Y aquel mismo día vino Gad a David y le dijo: Sube a la era de Areúna jebuseo, y levanta en ella un altar al Señor.
II Rey 24:21 y saliendo al encuentro, hizo al rey profunda reverencia pegado el rostro en tierra, y dijo: ¿Qué motivo hay para que el rey mi señor venga a casa de su siervo? Al cual respondió David: Para comprarte esa era, y edificar en ella un altar al Señor; a fin de que cese la mortandad que se extiende por el pueblo.
II Rey 24:24 Respondió el rey y le dijo: No ha de ser como tú quieres, sino que te pagaré lo que vale; que no quiero ofrecer yo al Señor mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Y así compró David la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata;
III Rey 1:5 Entretanto engreído Adonías hijo de Haggit, dijo: Yo reinaré. Con esta mira se hizo carrozas y tomó guardas de a caballo, y cincuenta hombres que lo escoltasen.
III Rey 1:6 Ni por eso su padre lo reprendió nunca, ni le dijo: ¿Por qué haces eso? Era Adonías de hermosísima presencia, y el segundo hijo después de Absalón.
III Rey 1:11 Por lo que dijo Natán a Betsabé, madre de Salomón : ¿No has oído que Adonías, hijo de Haggit, se ha hecho rey, sin que David nuestro señor lo sepa?
III Rey 1:16 Betsabé se inclinó, haciéndole una profunda reverencia. Y el rey le dijo: ¿Qué es lo que quieres?
III Rey 1:24 y le dijo: ¡Oh rey y señor mío!, ¿has dicho tú acaso: Reine después de mí Adonías y sea él el que ocupe mi trono?
III Rey 1:28 Mas el rey David respondió, y dijo: Llamadme a Betsabé. Así que hubo ésta entrado y estuvo delante del rey,
III Rey 1:29 juró el rey, y dijo: Vive Dios, que ha librado mi alma de todo peligro,
III Rey 1:31 Y Betsabé, inclinando el rostro hasta la tierra, hizo reverencia al rey, y dijo: ¡Viva para siempre David, mi señor!
III Rey 1:33 les dijo: Juntad mis criados o guardias; haced monta a mi hijo Salomón en mi mula, y conducidlo a Gihón,
III Rey 1:41 Las oyeron Adonías y sus convidados, cuando ya estaba el banquete acabado. Pero Joab, así que oyó el sonido de la trompeta, dijo: ¿Qué es esta algazara y alboroto de la ciudad?
III Rey 1:42 Aún estaba hablando, cuando llegó Jonatás, hijo de Abiatar el sumo sacerdote; y le dijo Adonías: Entra, que tú eres un hombre valeroso y portador de buenas nuevas.