II Par 6:26
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Si cerrado el cielo, faltare la lluvia por causa de los pecados del pueblo, y te suplicaren en este lugar, y dando glorias a tu Nombre se convirtieren de sus pecados cuando los hayas afligido,
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II Par 6:27
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escúchalos, oh Señor, desde el cielo, y perdona los pecados de tus siervos y de Israel, pueblo tuyo, y enséñales el buen camino que han de seguir, y envía la lluvia a la tierra cuya posesión diste a tu pueblo.
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II Par 6:27
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escúchalos, oh Señor, desde el cielo, y perdona los pecados de tus siervos y de Israel, pueblo tuyo, y enséñales el buen camino que han de seguir, y envía la lluvia a la tierra cuya posesión diste a tu pueblo.
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II Par 6:29
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cualquiera de tu pueblo de Israel que, considerando sus plagas y enfermedades te rogare, y alzare a ti sus manos en esta casa,
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II Par 6:32
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Aun al extranjero que no es de tu pueblo de Israel, si viniere de lejanas tierras, atraído de tu Nombre grande, y de tu poderosa mano y de tu brazo fuerte, y te adorase en este lugar,
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II Par 6:33
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tú lo oirás desde el cielo, firmísima morada tuya, y otorgarás todas las cosas que te pidiere aquel forastero; a fin de que tu Nombre sea conocido de todos los pueblos de la tierra, y te teman éstos, como hace tu pueblo de Israel, y conozcan que tu Nombre es invocado en esta casa que yo he edificado.
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II Par 6:34
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Si saliendo tu pueblo a campaña contra sus enemigos, y andando por el camino por donde tú le hayas enviado, te adorare vuelto hacia este sitio, en que se halla esta ciudad por ti elegida, y la casa que he edificado a tu Nombre,
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II Par 6:36
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Que si los hijos de tu pueblo pecaren contra ti (pues no hay hombre que no peque), y enojado tú contra ellos los entregares en manos de los enemigos, los cuales los llevaren cautivos lejos o cerca;
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II Par 6:39
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tú oirás desde el cielo, desde esa firmísima morada, sus súplicas, y harás su causa, y perdonarás a tu pueblo aunque pecador.
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II Par 7:4
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Entretanto el rey y todo el pueblo inmolaron víctimas delante del Señor.
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II Par 7:5
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El rey Salomón ofreció en sacrificio veintidós mil bueyes, y ciento veinte mil carneros; de esta manera celebró el rey con todo el pueblo la dedicación de la casa de Dios.
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II Par 7:10
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En fin, el día ventitrés del mes séptimo envió a sus casas todas las gentes, alegres y llenas de júbilo por los beneficios que el Señor había hecho a David y Salomón y a su pueblo de Israel.
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II Par 7:13
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Si cerrare yo el cielo y no lloviere, si mandare y diere orden a la langosta que devorare la tierra, si enviare la peste a mi pueblo;
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II Par 7:14
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y mi pueblo, sobre el cual ha sido invocado mi Nombre, convertido me pidiere perdón, y procurare aplacarme, haciendo penitencia de su mala vida; yo también desde el cielo lo escucharé y perdonaré sus pecados, y libraré de los males su país.
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II Par 8:10
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Todos los jefes del ejército del rey Salomón eran doscientos cincuenta; los cuales adiestraban al pueblo.
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II Par 10:5
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Respondió Roboam: Volved a mí de aquí a tres días. Retirado el pueblo,
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II Par 10:6
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tuvo consejo con los ancianos que habían estado alrededor de su padre Salomón mientras vivía, y les dijo: ¿Qué me aconsejáis que responda al pueblo?
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II Par 10:7
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Los ancianos le contestaron: Si acaricias a este pueblo, y lo aplacas con palabras dulces, ellos serán tus vasallos perpetuamente.
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II Par 10:9
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y les dijo: ¿Qué os parece? ¿Y qué debo yo responder a este pueblo, que me ha venido a decir: Aligéranos el yugo que nos impuso tu padre?
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II Par 10:10
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Pero ellos, como mozos, y criados con él entre delicias, le respondieron, diciendo: A este pueblo que te ha dicho: Tu padre agravó nuestro yugo, aligeránosle tú; le has de hablar así y darle esta respuesta: Mi dedo meñique es mucho más grueso que los lomos de mi padre.
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II Par 10:12
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Volvió, pues, Jeroboam con todo el pueblo al tercer día a Roboam, como éste se lo había mandado.
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II Par 10:15
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Y no quiso condescender con los ruegos del pueblo; por ser voluntad de Dios que se cumpliese su palabra, anunciada por boca de Ahías silonita a Jeroboam, hijo de Nabat.
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II Par 10:16
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Entonces todo el pueblo, al oír la respuesta tan dura del rey, le habló así: Nosotros nada tenemos que ver con la casa de David; ni nada que esperar del hijo de Isaí. Retírate, oh Israel, a tus habitaciones; y tú Roboam, hijo de David, rige tu casa. Y se retiró Israel a sus habitaciones.
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II Par 16:10
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Airado Asá contra el profeta, lo mandó poner en un cepo, indignado sobremanera de esto que le había dicho; y en aquel tiempo quitó la vida a muchísimos del pueblo.
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II Par 17:9
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los cuales adoctrinaban al pueblo en Judá, llevando consigo el libro de la ley del Señor; y recorrían todas las ciudades de Judá, instruyendo al pueblo.
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II Par 17:9
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los cuales adoctrinaban al pueblo en Judá, llevando consigo el libro de la ley del Señor; y recorrían todas las ciudades de Judá, instruyendo al pueblo.
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II Par 18:3
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Dijo, pues, Acab, rey de Israel, a Josafat, rey de Judá: Ven conmigo a Ramot de Galaad. Le respondió Josafat: Tú y yo somos una misma cosa, y una misma cosa tu pueblo y el mío, y así iremos contigo a la guerra.
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II Par 19:4
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Habitó, pues, Josafat en Jerusalén , y salió de nuevo a visitar a su pueblo desde Bersabee hasta la montaña de Efraín, y redujo sus vasallos al Señor Dios de sus padres.
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II Par 20:3
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Con esto Josafat, atemorizado, se dedicó todo a suplicar al Señor, y ordenó un ayuno a todo el pueblo de Judá.
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II Par 20:4
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Y se juntó el pueblo de Judá para implorar el socorro del Señor, y toda la gente venía desde sus ciudades a presentarle sus ruegos.
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II Par 20:7
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¿No es así que tú, oh Dios nuestro, acabaste con todos los moradores de esta tierra delante de Israel, tu pueblo, y se la diste para siempre a los descendientes de tu amigo Abrahán?
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II Par 20:15
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y dijo: Atención, oh pueblo de Judá, y vosotros habitantes de Jerusalén , y tú, oh rey Josafat: Esto os dice el Señor: No tenéis que temer ni acobardaros a vista de esa muchedumbre, porque el combate no está a cargo vuestro, sino de Dios.
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II Par 20:18
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Al oír esto Josafat y el pueblo de Judá, y los habitantes todos de Jerusalén , se postraron rostro por tierra ante el Señor.
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II Par 20:21
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Hizo después sus advertencias al pueblo, y señaló cantores del Señor, para que distribuidos en coros cantasen sus alabanzas, y precediendo al ejército, dijesen todos a una voz: Glorificad al Señor, porque es eterna su misericordia.
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II Par 20:33
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Aunque no quitó los lugares altos, y el pueblo no había aún enderezado bien su corazón al Señor Dios de sus padres.
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II Par 21:14
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he aquí que te castigará el Señor con un terrible azote a ti y a tu pueblo, y a tus hijos y mujeres, y a todas tus cosas.
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II Par 21:19
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De esta suerte, sucediéndose unos a otros los días y estaciones, se pasaron años; hasta que consumido lentamente de la podredumbre, tanto que arrojaba sus mismas entrañas, acabó al tiempo de pensar y de vivir. Muerto que fue de una tan horrible enfermedad, el pueblo no le celebró exequias, quemándole perfumes como a sus antecesores, según costumbre.
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II Par 23:12
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Mas habiendo oído Atalía el alborozo del pueblo, que iba corriendo y vitoreando al rey, se presentó al pueblo en el templo del Señor;
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II Par 23:12
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Mas habiendo oído Atalía el alborozo del pueblo, que iba corriendo y vitoreando al rey, se presentó al pueblo en el templo del Señor;
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II Par 23:13
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y viendo, así que entró, al rey puesto sobre el estrado o trono, y a los príncipes y tropas que le rodeaban, y al pueblo todo haciendo fiesta, y tocando las trompetas cantando al son de varios instrumentos; y oídas sus aclamaciones, rasgó sus vestiduras, y dijo: Traición, traición.
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II Par 23:16
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Hizo después Joíada pacto entre él y el pueblo todo con el rey, de que serían pueblo del Señor.
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II Par 23:16
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Hizo después Joíada pacto entre él y el pueblo todo con el rey, de que serían pueblo del Señor.
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II Par 23:17
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Por lo que todo el pueblo entró en el templo de Baal, y lo destruyeron, e hicieron pedazos sus altares y simulacros; y a Matán, sacerdote de Baal, lo degollaron ante sus aras o altares.
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II Par 23:20
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Y juntando consigo a los centuriones, y a los soldados más valientes, y a los príncipes del pueblo, y a toda la gente del país, dispusieron que bajase el rey de la casa del Señor, y lo introdujeron por la puerta superior en el palacio del rey, y lo colocaron en el real solio.
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II Par 23:21
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Con eso, todo el pueblo del país celebró fiestas, y la ciudad quedó sosegada; habiendo perecido Atalía al filo de la espada.
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II Par 24:6
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Por lo que llamó el rey al príncipe de los sacerdotes Joíada, y le dijo: ¿Cómo no has tenido cuidado de obligar a los levitas a que recogiesen de Judá y de Jerusalén la contribución impuesta por Moisés, siervo del Señor, a todo el pueblo de Israel para la construcción del Tabernáculo de la Alianza?
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II Par 24:10
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Se alegraron de esto todos los príncipes y el pueblo todo; y acudieron a echar en el arca del Señor el dinero, de suerte que la llenaron.
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II Par 24:20
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Por último revistió Dios de su espíritu al sumo sacerdote Zacarías, hijo de Joíada; y presentándose delante del pueblo, les habló de esta manera: Esto dice el Señor Dios: ¿Por qué buscáis vuestra ruina traspasando los mandamientos del Señor, y lo habéis abandonado para ser de él abandonados?
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II Par 24:23
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Al cabo de un año salió a campaña contra él el ejército de Siria, entró en el país de Judá y en Jerusalén , y mató a todos los príncipes del pueblo; y remitieron todos los despojos a su rey, a Damasco.
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II Par 25:15
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Por lo cual enojado el Señor contra Amasías, le envió un profeta que le dijese: ¿Cómo has adorado tú a unos dioses que no han podido librar a su pueblo de tus manos?
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