Amós 6:1
|
¡Ay de vosotros los que nadáis en la abundancia en medio de Sión, y los que vivís sin ningún recelo en el monte de Samaria!, de vosotros, ¡oh magnates principales de los pueblos, que entráis con fausto en las juntas de Israel!
|
Amós 6:14
|
Mas he aquí, ¡oh casa de Israel!, que yo levantaré contra vosotros una nación, dice el Señor Dios de los ejércitos, la cual acabará con vosotros desde la entrada de Emat hasta el torrente del desierto.
|
Amós 7:16
|
Y ahora tú, ¡oh Amasías!, escucha la palabra del Señor: Tú me dices a mí: No profetices contra Israel, y no profieras oráculos contra la casa del ídolo.
|
Amós 8:2
|
Y me dijo: ¿Qué es lo que ves, oh Amós? Un gancho, respondí yo, de coger fruta. Y me dijo el Señor: Ha llegado el fin de mi pueblo de Israel, no le dejaré ya impune por más tiempo.
|
Amós 8:14
|
aquellos que juran por el pecado o ídolos de Samaria, y dicen: ¡Viva, oh Dan, el dios tuyo; y viva la peregrinación a Bersabee; y caerán por tierra, y no volverán jamás a levantarse!
|
Amós 9:7
|
Pues vosotros, ¡oh hijos de Israel!, dice el Señor, ¿no sois lo mismo para conmigo que los hijos de los etíopes? ¿No hice yo salir a Israel de Egipto, al modo que transporté de la Capadocia a los palestinos, y de Cirene a los siros?
|
Jon 1:14
|
Y clamaron al Señor, diciendo: Te rogamos, ¡oh Señor!, que no nos hagas morir por haber dado muerte a este hombre, y no hagas recaer sobre nosotros la sangre inocente; pues tú, ¡oh Señor!, has hecho caer la suerte así como has querido.
|
Jon 1:14
|
Y clamaron al Señor, diciendo: Te rogamos, ¡oh Señor!, que no nos hagas morir por haber dado muerte a este hombre, y no hagas recaer sobre nosotros la sangre inocente; pues tú, ¡oh Señor!, has hecho caer la suerte así como has querido.
|
Jon 2:3
|
y después dijo: He invocado al Señor en medio de mi tribulación, y me ha escuchado benigno: he clamado desde el seno del sepulcro, y tú, ¡oh Señor!, has atendido mi voz.
|
Jon 2:7
|
He descendido hasta las raíces de los montes; los cerrojos o barreras de la tierra me encerraron allí dentro para siempre, mas tú, ¡oh Señor Dios mío!, sacarás mi vida, o alma, del lugar de la corrupción.
|
Jon 2:8
|
En medio de las angustias que padecía mi alma, he recurrido a ti, ¡oh Señor!, dirigiéndote mi oración al templo santo de tu gloria.
|
Jon 4:2
|
E hizo oración al Señor, diciendo: Te ruego que me digas, ¡oh Señor!, ¿no es esto lo mismo que yo me recelaba cuando aún estaba en mi país? No por otra razón me cautelaba, huyendo a Tarsis. Porque yo sé bien que tú eres un Dios clemente y misericordioso, paciente y piadosísimo, y perdonador de los pecados.
|
Miq 1:15
|
Aún te llevaré yo un nuevo amo, ¡oh casa de Maresa!: hasta Odollam llegará la gloria de Israel.
|
Miq 2:5
|
Por esto ya no tendrás tú, ¡oh Israel!, quien reparta con la medida de cuerda las porciones de tierra en la congregación del Señor.
|
Miq 2:6
|
No gastéis, ¡oh profetas!, tantas palabras con este pueblo; porque no las recibirán éstos; ni les causarán confusión alguna.
|
Miq 2:8
|
Mas el pueblo mío, por el contrario, ha alzado bandera contra mí; vosotros, ¡oh israelitas!, después de la túnica habéis robado la capa, y a aquellos que pasaban o vivían quietamente les habéis hecho la guerra.
|
Miq 2:12
|
Pero al fin, yo te reuniré todo junto, ¡oh Jacob !, yo recogeré en uno los restos de Israel, los pondré todos juntos como rebaño en un aprisco, como las ovejas en la majada; grande será el ruido que hagan sus gentes.
|
Miq 3:1
|
Y dije yo: Escuchad, ¡oh vosotros, príncipes de Jacob , y caudillos de la casa de Israel! ¿Acaso no os toca a vosotros saber aquello que es justo?
|
Miq 3:9
|
Escuchad estas cosas, ¡oh príncipes de la casa de Jacob !, y vosotros, ¡oh jueces de la casa de Israel!, vosotros que abomináis la justicia, y trastornáis toda equidad.
|
Miq 3:9
|
Escuchad estas cosas, ¡oh príncipes de la casa de Jacob !, y vosotros, ¡oh jueces de la casa de Israel!, vosotros que abomináis la justicia, y trastornáis toda equidad.
|
Miq 4:8
|
Y tú, ¡oh hija de Sión, torre nebulosa del rebaño!, hasta ti vendrá el Señor, y tú tendrás el supremo imperio, el reino gloriosísimo, ¡oh hija de Jerusalén !
|
Miq 4:8
|
Y tú, ¡oh hija de Sión, torre nebulosa del rebaño!, hasta ti vendrá el Señor, y tú tendrás el supremo imperio, el reino gloriosísimo, ¡oh hija de Jerusalén !
|
Miq 4:10
|
Pero duélete y aflígete, ¡oh hija de Sión!, como la mujer que está de parto, puesto que ahora saldrás de la ciudad y habitarás en otro país, y pasarás hasta Babilonia; mas allí serás puesta en libertad, allí te rescatará el Señor de la mano de tus enemigos.
|
Miq 4:13
|
Levántate, pues, ¡oh hija de Sión!, y trilla a tus enemigos, porque yo te daré a ti astas o fortaleza de hierro, y uñas de bronce; y desmenuzarás muchos pueblos, y ofrecerás al Señor todo cuanto te han robado, y todas sus riquezas al Señor de toda la tierra.
|
Miq 5:1
|
Tú ahora serás destruida, ¡oh ciudad de ladrones! Los enemigos nos sitiarán; herirán con vara la mejilla del juez o rey de Israel.
|
Miq 5:2
|
Y tú ¡oh Betlehem llamada Efrata!, tú eres una ciudad pequeña respecto de las principales de Judá; pero de ti me vendrá el que ha de ser dominador de Israel, el cual fue engendrado desde el principio , desde los días de la eternidad.
|
Miq 5:9
|
La mano tuya, ¡oh dominador de Israel!, prevalecerá sobre tus contrarios, y perecerán todos tus enemigos.
|
Miq 6:1
|
Escuchad lo que me dice el Señor: ¡Ea, pues, oh profeta!, ventila en juicio mi causa contra los montes, y oigan los collados tu voz.
|
Miq 6:3
|
¿Qué es lo que yo te he hecho, ¡oh pueblo mío!, o en qué cosa te he agraviado? Respóndeme.
|
Miq 6:9
|
Resuena la voz del Señor en la ciudad, y aquellos que temen, ¡oh Dios!, tu santo Nombre, se salvarán. Escuchad vosotras, ¡oh tribus!; pero ¿y quién será el que obedezca?
|
Miq 6:9
|
Resuena la voz del Señor en la ciudad, y aquellos que temen, ¡oh Dios!, tu santo Nombre, se salvarán. Escuchad vosotras, ¡oh tribus!; pero ¿y quién será el que obedezca?
|
Miq 6:16
|
Porque tú has observado lo que te enseñó tu impío rey Amri y todos los usos de la casa de Acab, y has seguido todos sus antojos, para que yo te abandonase, ¡oh Jerusalén !, a la perdición, y al escarnio a tus moradores. Y vosotros, ¡oh poderosos!, llevaréis el castigo del oprobio causado al pueblo mío.
|
Miq 6:16
|
Porque tú has observado lo que te enseñó tu impío rey Amri y todos los usos de la casa de Acab, y has seguido todos sus antojos, para que yo te abandonase, ¡oh Jerusalén !, a la perdición, y al escarnio a tus moradores. Y vosotros, ¡oh poderosos!, llevaréis el castigo del oprobio causado al pueblo mío.
|
Miq 7:8
|
No tienes que holgarte por mi ruina, ¡oh tú, enemiga mía!, que todavía yo volveré a levantarme; y cuando estuviere en las tinieblas del cautiverio, el Señor será mi luz y consolación.
|
Miq 7:14
|
Apacienta, ¡oh Dios mío!, en medio del Carmelo con tu cayado al pueblo tuyo, la grey de tu heredad, la cual habita sola en el bosque. Algún día se apacentará ella en Basán y en Galaad, como en los tiempos antiguos.
|
Miq 7:17
|
Lamerán el suelo como las serpientes, y como insectos de la tierra se aturdirán y me meterán dentro de sus casas, temerán al Señor Dios nuestro, y tendrán miedo de ti, ¡oh Israel!
|
Miq 7:18
|
¿Quién es, oh Dios, semejante a ti que perdonas la maldad y olvidas el pecado de las reliquias de Israel herencia tuya? No dará ya el Señor libre curso a su indignación, porque él es amante de la misericordia.
|
Miq 7:20
|
Tú, ¡oh Dios mío!, te mostrarás veraz a Jacob y misericordioso a Abrahán; como lo juraste antiguamente a nuestros padres.
|
Nah 1:11
|
De ti, ¡oh Nínive!, saldrá aquel que piensa mal o impíamente contra el Señor, y que revuelve en su ánimo pérfidos designios.
|
Nah 1:12
|
Esto dice el Señor: Aunque sean ellos tan fuertes y en tan gran número, con todo eso serán cortados, y pasarán a ser nada. Yo te he afligido, ¡oh pueblo mío!, pero no te afligiré ya más por medio de ellos.
|
Nah 1:14
|
Y el Señor pronunciará contra ti, ¡oh Nínive!, esta sentencia: No quedará más semilla de tu nombre, exterminaré de la casa de tu falso dios, los simulacros y los ídolos de fundición; haré sepulcro tuyo, y tú quedarás deshonrada.
|
Nah 1:15
|
Mira ya sobre los montes los pies del que viene a anunciar la buena nueva, del que anuncia la paz. Celebra, oh Judá, tus festividades, cumple tus votos que ya no volverá más a hacer por ti correrías aquel Belial: Pereció del todo.
|
Nah 2:1
|
Sale ya a campaña, ¡oh Nínive!, aquel que ante tus ojos devastará tus campos, y estrechará tu sitio; bien puedes observar sus movimientos, reforzar tus flancos, acrecentar tus fuerzas.
|
Nah 2:9
|
Robad, ¡oh caldeos!, la plata, robad el oro. Es inmensa la riqueza de sus preciosas alhajas.
|
Nah 3:11
|
Tú, pues, ¡oh Nínive!, beberás hasta embriagarte: y serás habitada, y pedirás socorro a tu mismo enemigo.
|
Nah 3:18
|
Se durmieron, ¡oh rey de Asur!, tus pastores, o capitanes; enterrados serán tus príncipes; se escondió tu gente por los montes, y no hay quien la reúna.
|
Hab 1:12
|
Mas qué ¿no existes tú desde el principio , ¡oh Señor Dios mío mi Santo!, y el que nos librará de la muerte? ¡Oh Señor!, tú has destinado a este Nabucodonosor para ejercer tu venganza, y le has dado tan gran poderío para castigarnos por medio de él.
|
Hab 3:1
|
Oí, ¡oh Señor!, tu anuncio, y quedé lleno de un respetuoso temor. ¡Señor!, aquella inefable obra tuya, ejecútala en medio de los años.
|
Hab 3:8
|
¿Acaso fue contra los ríos tu enojo, oh Señor? ¿Fue contra los ríos tu cólera, o contra el mar tu indignación? Tú que montas sobre tus caballos, y llevas en tu carroza la salvación,
|
Sof 1:11
|
Aullad, ¡oh moradores de Pila!, o de mortero; enmudecido está todo el pueblo de Canaán, y han perecido todos aquellos que estaban nadando en la opulencia.
|