ARA el fin: por el auxilio de la mañana, Salmo de David.
¡Oh Dios!, ¡oh Dios mío, vuelve a mí tus ojos! ¿Por qué me has desamparado? Los gritos de los pecados míos alejan de mí la salud.
Clamaré, oh Dios mío, durante el día, y no me oirás; clamaré de noche, y no por mi culpa.
Tú habitas en la santa morada, tú, ¡oh gloria de Israel!
En ti esperaron nuestros padres; esperaron en ti, y tú los libraste.
A ti clamaron, y fueron puestos a salvo. Confiaron en ti, y no tuvieron por qué avergonzarse.
Bien que yo soy un gusano, y no un hombre; el oprobio de los hombres, y el desecho de la gente.
Todos los que me miran, hacen mofa de mí con palabras y con meneos de cabeza, diciendo:
En el Señor esperaba que le liberte; sálvele, ya que tanto le ama.
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Sin embargo, tú eres quien me sacó del seno materno; y mi esperanza desde que yo estaba colgado de los pechos de mi madre.
Desde las entrañas de mi madre fui arrojado en tus brazos; desde el seno materno te tengo por mi Dios.
No te apartes de mí; porque se acerca la tribulación, y no hay nadie que me socorra.
Cercado me han novillos en gran número; recios y bravos toros me han sitiado.
Abrieron su boca contra mí, como león rapante y rugiente.
Me he disuelto como agua, y todos mis huesos se han dispersado. Mi corazón está como una cera, derritiéndose dentro de mis entrañas.
Todo mi verdor se ha secado, como un vaso de barro cocido; mi lengua se ha pegado al paladar; y me vas conduciendo al polvo del sepulcro.
Porque me veo cercado de una multitud de rabiosos perros: me tiene sitiado una turba de malignos. Han taladrado mis manos y mis pies.
Han contado mis huesos uno por uno. Se pusieron a mirarme despacio, y a observarme.
Repartieron entre sí mis vestidos y sortearon mi túnica.
Mas tú, oh Señor, no me dilates tu socorro; atiende luego a mi defensa.
Libra mi vida, oh Dios, de la espada; y de las garras de los canes de mi alma.
Sálvame de la boca del león; salva de las astas de los toros mi pobre alma.
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Anunciaré tu santo Nombre a mis hermanos; publicaré tus alabanzas en medio de tu pueblo.
Oh, vosotros que teméis al Señor, alabadle; glorificadle vosotros, descendientes todos de Jacob .
Témale todo el linaje de Israel, porque no despreció ni desatendió la súplica del pobre, ni apartó de mí su rostro; antes así que clamé a él, luego me oyó.
A ti se dirigirán mis alabanzas; en presencia de los que le temen cumpliré yo mis votos.
Los pobres comerán y quedarán saciados; y los que buscan al Señor le cantarán alabanzas; sus corazones vivirán por los siglos de los siglos.
Se acordará de los beneficios recibidos, y se convertirá al Señor toda la extensión de la tierra; y se postrarán ante su acatamiento las familias todas de las gentes.
Porque del Señor es el reino; y él tendrá el imperio de las naciones.
Comieron, y le adoraron todos los ricos de la tierra; ante su acatamiento se postrarán todos los mortales.
Y mi alma vivirá para él, y a él servirá mi descendencia.
Será contada como la del Señor la generación venidera; y los cielos anunciarán la justicia de él al pueblo que nacerá, formado por el Señor.
Père
Fils
Saint-Esprit
Anges
Satan
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Atlas