II Rey 14:21
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Dijo entonces el rey a Joab: Concedo la gracia que pides; anda pues, y haz volver a mi hijo Absalón.
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II Rey 14:22
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Aquí Joab, postrándose en tierra sobre su rostro, hizo una profunda reverencia al rey, le dio las gracias, y añadió: Oh rey y señor mío, hoy ha reconocido tu siervo que ha hallado gracia en tus ojos; pues que has otorgado la súplica que te he hecho.
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II Rey 14:22
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Aquí Joab, postrándose en tierra sobre su rostro, hizo una profunda reverencia al rey, le dio las gracias, y añadió: Oh rey y señor mío, hoy ha reconocido tu siervo que ha hallado gracia en tus ojos; pues que has otorgado la súplica que te he hecho.
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II Rey 14:24
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Pero el rey había dicho: Vuelva a su casa; mas no comparezca en mi presencia. Volvió, pues, Absalón a su casa; mas no vio la cara al rey.
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II Rey 14:24
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Pero el rey había dicho: Vuelva a su casa; mas no comparezca en mi presencia. Volvió, pues, Absalón a su casa; mas no vio la cara al rey.
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II Rey 14:28
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Hacía dos años que estaba Absalón en Jerusalén , y no había visto la cara del rey.
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II Rey 14:29
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Mandó, pues, llamar a Joab para enviarle al rey, y no quiso venir. Despachándole segundo recado, y no queriendo venir tampoco,
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II Rey 14:32
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Le respondió Absalón: Es que yo envié a llamarte, rogándote que vinieras, para que dijeses de mi parte al rey: ¿A qué fin he vuelto de Gesur? Para esto me era mejor estarme allí. Alcánzame, pues, la gracia de que pueda ver la cara del rey; y que si aún recuerda mi delito, quíteme la vida.
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II Rey 14:32
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Le respondió Absalón: Es que yo envié a llamarte, rogándote que vinieras, para que dijeses de mi parte al rey: ¿A qué fin he vuelto de Gesur? Para esto me era mejor estarme allí. Alcánzame, pues, la gracia de que pueda ver la cara del rey; y que si aún recuerda mi delito, quíteme la vida.
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II Rey 14:33
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Entonces Joab presentándose al rey le dio cuenta de todo esto; después de lo cual fue llamado Absalón, que entró donde el rey estaba, y arrojándose a sus pies lo adoró, y el rey besó a Absalón.
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II Rey 14:33
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Entonces Joab presentándose al rey le dio cuenta de todo esto; después de lo cual fue llamado Absalón, que entró donde el rey estaba, y arrojándose a sus pies lo adoró, y el rey besó a Absalón.
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II Rey 14:33
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Entonces Joab presentándose al rey le dio cuenta de todo esto; después de lo cual fue llamado Absalón, que entró donde el rey estaba, y arrojándose a sus pies lo adoró, y el rey besó a Absalón.
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II Rey 15:2
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Y levantándose de madrugada, se ponía a la entrada de la puerta; y a todos los que tenían negocios de tratar, y venían a pedir justicia al rey, los llamaba Absalón, y les decía: ¿De dónde eres tú? Le respondía el hombre: Yo, siervo tuyo, soy de tal tribu de Israel.
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II Rey 15:3
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Y Absalón le hablaba así: Tus pretensiones me parecen razonables y justas; la lástima es que no hay persona puesta por el rey para oírte. Y añadía Absalón:
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II Rey 15:6
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Esto hacía con todos los de Israel que venían a que el rey los oyese y juzgase; con lo cual robaba al rey los corazones de los israelitas.
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II Rey 15:6
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Esto hacía con todos los de Israel que venían a que el rey los oyese y juzgase; con lo cual robaba al rey los corazones de los israelitas.
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II Rey 15:7
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Pero cumplido el año cuadragésimo, dijo Absalón al rey David: Permíteme que vaya a cumplir en Hebrón unos votos que tengo hechos al Señor.
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II Rey 15:9
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Le respondió el rey David: Anda enhorabuena. Con esto se puso en camino; y marchó a Hebrón.
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II Rey 15:10
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Y despachó Absalón emisarios por todas las tribus de Israel, diciendo: Luego que oigáis el sonido de la trompeta, decid: Absalón ha sido alzado rey en Hebrón.
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II Rey 15:15
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Le respondieron al rey sus criados: Todo cuanto nos ordenare el rey nuestro señor lo ejecutaremos gustosos tus siervos.
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II Rey 15:15
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Le respondieron al rey sus criados: Todo cuanto nos ordenare el rey nuestro señor lo ejecutaremos gustosos tus siervos.
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II Rey 15:16
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Salió, pues, el rey con toda su familia a pie; y dejó a diez de sus mujeres secundarias para custodia del palacio.
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II Rey 15:18
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y todos sus criados iban a su lado. E iban delante del rey las legiones de Cereti y de Feleti, y todos los geteos, guerreros valientes, que en número de seiscientos hombres de a pie le habían seguido desde Get.
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II Rey 15:19
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Dijo entonces el rey a Etai, geteo: ¿Para qué vienes con nosotros? Vuélvete y quédate con el nuevo rey; pues tú eres un extranjero que estás fuera de tu patria.
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II Rey 15:19
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Dijo entonces el rey a Etai, geteo: ¿Para qué vienes con nosotros? Vuélvete y quédate con el nuevo rey; pues tú eres un extranjero que estás fuera de tu patria.
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II Rey 15:21
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Pero Etai le respondió: Vive Dios, y vive el rey mi señor, que doquiera que tú, ¡Oh rey mi señor mío!, estuvieres, o para morir o para vivir, allí estará tu siervo.
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II Rey 15:21
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Pero Etai le respondió: Vive Dios, y vive el rey mi señor, que doquiera que tú, ¡Oh rey mi señor mío!, estuvieres, o para morir o para vivir, allí estará tu siervo.
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II Rey 15:23
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Lloraban con grandes sollozos; y fue pasando toda la muchedumbre. Pasó también el rey el torrente Cedrón, y se encaminó toda la gente por el camino que va al desierto.
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II Rey 15:25
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Dijo entonces el rey a Sadoc: Vuelve a llevar a la ciudad el arca de Dios, que si yo hallare gracia en los ojos del Señor, él me volverá aquí, y me dejará ver otra vez su arca y su Tabernáculo.
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II Rey 15:27
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Y añadió el rey al sumo sacerdote Sadoc: Oh vidente, vuélvete en paz a la ciudad con tu hijo Aquímaas y con Jonatás, hijo de Abiatar; estén con vosotros esos dos hijos vuestros.
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II Rey 15:34
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pero si volvieres a la ciudad y dijeres a Absalón: Siervo tuyo soy, oh rey; como serví a tu padre, así te serviré a ti; entonces podrás desconcertar los consejos de Aquitofel.
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II Rey 15:35
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Allí tienes contigo a Sadoc y Abiatar, sumos sacerdotes; todo cuanto oyeres decir en la casa del rey, se lo comunicarás a ellos.
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II Rey 16:2
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Le dijo el rey: ¿Para qué todo esto? Los asnos, respondió Siba, son para que monte la familia del rey; los panes y la fruta para que coman tus criados; y el vino para que pueda beber por el desierto el que desfalleciere.
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II Rey 16:2
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Le dijo el rey: ¿Para qué todo esto? Los asnos, respondió Siba, son para que monte la familia del rey; los panes y la fruta para que coman tus criados; y el vino para que pueda beber por el desierto el que desfalleciere.
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II Rey 16:3
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Preguntó más el rey: ¿Dónde está el hijo de tu señor? Y Siba respondió: Se ha quedado en Jerusalén , diciendo: Hoy me restituirá la casa de Israel el reino de mi padre.
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II Rey 16:4
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Dijo el rey de Siba: Sean tuyas todas las cosas que poseía Mifiboset. A lo que contestó Siba: Lo que yo pido, ¡oh mi rey y señor!, es el hallar gracia en tus ojos.
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II Rey 16:4
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Dijo el rey de Siba: Sean tuyas todas las cosas que poseía Mifiboset. A lo que contestó Siba: Lo que yo pido, ¡oh mi rey y señor!, es el hallar gracia en tus ojos.
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II Rey 16:5
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Llegó, pues, el rey David hasta Bahurim; y he aquí que salía de esta ciudad un hombre de la parentela de Saúl, llamado Semei, hijo de Gera; el cual lo seguía de cerca, echándole maldiciones.
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II Rey 16:6
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Y arrojaba píedras contra David y todos sus criados, mientras todo el pueblo y todos los guerreros iban en filas al lado derecho y al lado derecho del rey.
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II Rey 16:7
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Estas eran las palabras que decia Semei, maldiciendo al rey: ¡Anda, anda, hombre sanguinario, hombre de Belial!
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II Rey 16:9
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Entonces Abisai, hijo de Sarvia, dijo al rey: Y ¿por qué ese perro muerto ha de estar maldiciendo al rey mi señor? Iré y le cortaré la cabeza.
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II Rey 16:9
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Entonces Abisai, hijo de Sarvia, dijo al rey: Y ¿por qué ese perro muerto ha de estar maldiciendo al rey mi señor? Iré y le cortaré la cabeza.
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II Rey 16:10
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Mas el rey le replicó: ¿Qué tengo yo con vosotros, oh hijos de Sarvia? Dejadlo maldecir; pues el Señor ha dispuesto que maldiga a David. ¿Y quién osará preguntarle por qué lo ha dispuesto así?
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II Rey 16:11
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Dijo el rey a Abisai y a todos sus criados: Vosotros estáis viendo que un hijo mío, nacido de mis entrañas, busca cómo quitarme la vida; ¿pues qué importa que me trate así ahora un hijo de Jemini? Dejadle que me maldiga, conforme a la permisión del Señor.
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II Rey 16:14
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En fin, el rey y su gente llegaron fatigados a Bahurim, donde descansaron.
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II Rey 16:16
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Cusai, araquita, amigo de David, fue a presentarse a Absalón, diciéndole: Dios te guarde, oh rey; oh rey, Dios te guarde.
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II Rey 16:16
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Cusai, araquita, amigo de David, fue a presentarse a Absalón, diciéndole: Dios te guarde, oh rey; oh rey, Dios te guarde.
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II Rey 16:19
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Además, ¿a quién debo servir yo?, ¿no es al hijo del rey? Como he obedecido a tu padre, de la misma manera te obedeceré también a ti.
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II Rey 17:2
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y echándome sobre él (mientras estén todos cansados y desmayados), le derrotaré; y luego que huyere toda la gente que tiene consigo, quedará el rey desamparado y acabaré con él.
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II Rey 17:16
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Ahora, pues, enviad cuanto antes a decir a David: No pares esta noche en las campiñas del desierto; antes bien pasa sin dilación a la otra parte del Jordán. No suceda que sea arrollado el rey con toda su gente.
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