Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

rey

III Rey 1:47 y los criados del rey han entrado ya para felicitar a David, nuestro rey y señor, diciendo: Haga Dios el nombre de Salomón más glorioso todavía que tu mismo nombre, y engrandezca su trono aun más que el tuyo. Y el rey desde su cama ha adorado al Señor,
III Rey 1:51 De lo cual avisaron a Salomón , diciendo: Sábete que Adonías temiendo al rey Salomón se marchó y fue a refugiarse a un lado del altar, y dice: Júreme hoy el rey Salomón que no hará morir al filo de la espada a su siervo.
III Rey 1:51 De lo cual avisaron a Salomón , diciendo: Sábete que Adonías temiendo al rey Salomón se marchó y fue a refugiarse a un lado del altar, y dice: Júreme hoy el rey Salomón que no hará morir al filo de la espada a su siervo.
III Rey 1:53 Envió, pues, Salomón quien lo sacase del altar; y presentándose Adonías, hizo al rey Salomón profunda reverencia, y Salomón le dijo: Vete a tu casa.
III Rey 2:15 Ya sabes, dijo, que la corona me tocaba a mí, y que todo Israel me había preferido para que fuese su rey; pero el reino ha sido transferido y puesto en poder de mi hermano; porque lo tenía destinado el Señor para él.
III Rey 2:17 Adonías entonces dijo: Te suplico que digas al rey Salomón (ya que no puede negarte cosa alguna) que me dé por esposa a la sunamita Abisag.
III Rey 2:18 Bien está, contestó Betsabé; yo hablaré por ti al rey.
III Rey 2:19 Pasó, pues, Betsabé a ver al rey Salomón para hablarle a favor de Adonías, y se levantó el rey a recibirla, y la saludó con profunda reverencia; se sentó después en su trono; y pusieron un trono o asiento real para la madre del rey, la cual se sentó a su derecha.
III Rey 2:19 Pasó, pues, Betsabé a ver al rey Salomón para hablarle a favor de Adonías, y se levantó el rey a recibirla, y la saludó con profunda reverencia; se sentó después en su trono; y pusieron un trono o asiento real para la madre del rey, la cual se sentó a su derecha.
III Rey 2:19 Pasó, pues, Betsabé a ver al rey Salomón para hablarle a favor de Adonías, y se levantó el rey a recibirla, y la saludó con profunda reverencia; se sentó después en su trono; y pusieron un trono o asiento real para la madre del rey, la cual se sentó a su derecha.
III Rey 2:20 Y le dijo: Una gracia bien pequeña vengo a pedirte; no me hagas el desaire de negármela. Le respondió el rey: Pide, madre mía, que no es razón que yo te disguste.
III Rey 2:22 Respondió el rey Salomón , y dijo a su madre: ¿Por qué me pides la sunamita Abisag para Adonías? Pide también para él mi reino; pues él es mi hermano mayor, y tiene de su parte al sumo sacerdote Abiatar, y a Joab hijo de Sarvia.
III Rey 2:23 Por lo cual juró el rey Salomón por el Señor, diciendo: Tráteme Dios con todo el rigor de su justicia, si no es verdad que en daño de su propia vida ha entablado Adonías esta pretensión.
III Rey 2:26 Dijo asimismo el rey a Abiatar, sumo sacerdote: Retírate a la posesión que tienes en Anatot. Tú, a la verdad, mereces la muerte, pero yo no te quito hoy la vida, por cuanto llevaste el arca del Señor Dios delante de mi padre David, y acompañaste a mi padre en todos los trabajos que padeció.
III Rey 2:29 Le dieron cuenta al rey Salomón de que Joab se había refugiado al Tabernáculo del Señor, y de que estaba al lado del altar; y envió Salomón a Banaías, hijo de Joíada, diciendo: Anda, ve, y mátale.
III Rey 2:30 Fue, pues, Banaías al Tabernáculo del Señor, y dijo a Joab: El rey te manda que salgas fuera. No saldré, respondió Joab; sino que moriré aquí. Dio Banaías parte al rey, diciendo: Esto me ha dicho Joab, y esto me ha respondido.
III Rey 2:30 Fue, pues, Banaías al Tabernáculo del Señor, y dijo a Joab: El rey te manda que salgas fuera. No saldré, respondió Joab; sino que moriré aquí. Dio Banaías parte al rey, diciendo: Esto me ha dicho Joab, y esto me ha respondido.
III Rey 2:31 Y el rey le contestó: Hazlo como él ha dicho; mátale y dale sepultura; y con eso me lavarás a mí y a la casa de mi padre de la sangre inocente que derramó Joab.
III Rey 2:35 Después de esto el rey dio a Banaías, hijo de Joíada, el mando del ejército en lugar del difunto; y nombró o confirmó sumo sacerdote a Sadoc, en vez de Abiatar.
III Rey 2:36 Envió también el rey a llamar a Semei, y le dijo: Hazte una casa en Jerusalén y habita en ella, de donde nunca saldrás para ir a esta o a la otra parte;
III Rey 2:38 Respondió Semei al rey: Está muy bien; como lo manda el rey, mi señor, así lo hará tu siervo. Habitó, pues, Semei largo tiempo en Jerusalén .
III Rey 2:38 Respondió Semei al rey: Está muy bien; como lo manda el rey, mi señor, así lo hará tu siervo. Habitó, pues, Semei largo tiempo en Jerusalén .
III Rey 2:39 Mas al cabo de tres años acaeció que unos esclavos de Semei se le huyeron a la jurisdicción de Aquis, hijo de Maaca, rey de Get; y fue Semei avisado de que sus esclavos se hallaban en Get.
III Rey 2:42 Y enviando el rey a llamarle, le dijo: ¿No te juré yo por el Señor, y te previne que cualquier día que salieses para ir acá o allá, se te quitaría la vida? Y tú me respondiste: Justa es la orden que acabo de oír.
III Rey 2:44 Y añadió el rey a Semei: Tú bien sabes y tu misma conciencia es testigo de todo el mal que hiciste a mi padre David. El Señor ha hecho caer sobre tu cabeza el castigo de tu maldad.
III Rey 2:45 Mas el rey Salomón será bendito, y el trono de David será estable para siempre delante del Señor.
III Rey 2:46 En seguida dio el rey sus órdenes a Banaías, hijo de Joíada, el cual saliendo afuera lo hirió, y le dejó muerto.
III Rey 3:1 Salomón , pues, afianzado que hubo su trono, emparentó con el faraón, rey de Egipto, desposándose con su hija; la que condujo a la ciudad de David, mientras que acababa de edificar su casa y el templo del Señor, y los muros alrededor de Jesusalén.
III Rey 3:13 Pero aun esto que no has pedido, te lo daré, es a saber, riquezas y gloria; de manera que no haya habido en todos los tiempos pasados ningún rey que te iguale.
III Rey 3:16 En aquella sazón acudieron al rey dos mujeres públicas, y presentándose a su tribunal,
III Rey 3:22 A esto respondió la otra mujer: Es falso, tu hijo es el que murió, y el que vive es el mío. La otra por el contrario decía: Mientes, pues mi hijo es el vivo, y el tuyo es el muerto. Y de esta manera altercaban en presencia del rey.
III Rey 3:23 Dijo entonces el rey: La una dice: Mi hijo es el vivo, el muerto es el tuyo. La otra responde: No, que tu hijo es el muerto, y el vivo es el mío.
III Rey 3:24 Ahora bien, dijo el rey, traedme una espada. Y así que se la hubieron traído:
III Rey 3:26 Mas entonces la mujer que era madre del hijo vivo, clamó al rey (porque se le conmovieron sus entrañas por amor a su hijo): Dale, te ruego, oh señor, a ella vivo el niño, y no lo mates. Al contrario decía la otra: Ni sea mío ni tuyo, sino divídase.
III Rey 3:27 Entonces el rey pronunció esta sentencia: Dad a la primera el niño vivo, y ya no hay que matarlo, pues ella es su madre.
III Rey 3:28 Se divulgó por todo Israel la sentencia dada por el rey, y se llenaron todos de un respetuoso temor hacia él, viendo que le asistía la sabiduría de Dios para administrar justicia.
III Rey 4:5 Azarías, hijo de Natán, superintendente de los que asistían al rey; Zabud, hijo de Natán, sacerdote, privado o confidente del rey;
III Rey 4:5 Azarías, hijo de Natán, superintendente de los que asistían al rey; Zabud, hijo de Natán, sacerdote, privado o confidente del rey;
III Rey 4:7 Tenía también Salomón doce intendentes repartidos en todo Israel, los cuales proveían de víveres al rey y a su palacio. Cada uno de éstos suministraba durante un mes al año todo lo necesario.
III Rey 4:19 Gaber, hijo de Huri, en la tierra de Galaad, en la tierra que fue de Sehón, rey de los amorreos, y de Og, rey de Basán; y cuidaba de todo lo de aquel país.
III Rey 4:19 Gaber, hijo de Huri, en la tierra de Galaad, en la tierra que fue de Sehón, rey de los amorreos, y de Og, rey de Basán; y cuidaba de todo lo de aquel país.
III Rey 4:27 a los cuales mantenían los sobredichos doce proveedores del rey, los mismos que con gran esmero proveían a su debido tiempo la mesa del rey Salomón de todo lo necesario.
III Rey 4:27 a los cuales mantenían los sobredichos doce proveedores del rey, los mismos que con gran esmero proveían a su debido tiempo la mesa del rey Salomón de todo lo necesario.
III Rey 4:28 Y asimismo conducían al lugar donde se hallaba el rey, cebada y paja para los caballos y bestias de carga, según la orden que se les tenía dada.
III Rey 5:1 Además de eso, Hiram, rey de Tiro, envió sus embajadores a Salomón , habiendo sabido que le habían ungido rey en el lugar de su padre; porque Hiram había sido siempre amigo de David.
III Rey 5:1 Además de eso, Hiram, rey de Tiro, envió sus embajadores a Salomón , habiendo sabido que le habían ungido rey en el lugar de su padre; porque Hiram había sido siempre amigo de David.
III Rey 5:17 Mandó también el rey que sacasen piedras grandes, piedras de gran precio para los fundamentos del templo, y las cuadrasen.
III Rey 6:2 Y la casa que el rey Salomón edificaba al Señor tenía setenta codos de largo, veinte de ancho y treinta de alto.
III Rey 7:7 De la misma forma hizo el pórtico del trono, donde estaba el tribunal del rey, y lo cubrió de madera de cedro desde el pavimento hasta la techumbre.
III Rey 7:13 Además de esto el rey Salomón hizo venir de Tiro a Hiram,