Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

rey

I Esd 7:12 Artajerjes, rey de los reyes, a Esdras sacerdote, escriba sapientísimo de la ley del Dios del cielo, salud.
I Esd 7:14 puesto que tú eres enviado por parte del rey y de sus siete consejeros o ministros a visitar la Judea y Jerusalén , para arreglarlo todo conforme a la ley de tu Dios, en la cual estás tan versado;
I Esd 7:15 y a llevar la plata y el oro, que así el rey como sus consejeros han ofrecido espontáneamente al Dios de Israel, cuyo tabernáculo está en Jerusalén ,
I Esd 7:21 y por mí. Yo el rey de Artajerjes mando y ordeno a todos los tesoreros del erario público, existentes en la otra parte del río, que cuanto os pidiere Esdras sacerdote, escriba de la ley del Dios del cielo, se lo deis sin dilación,
I Esd 7:23 Todo lo perteneciente al culto del Dios del cielo se ha de suministrar puntualmente a la casa del Dios del cielo, no sea que se irrite contra el reino del rey y de sus hijos.
I Esd 7:26 Y cualquiera que no cumpliese exactamente la ley de tu Dios, y la ley del decreto del rey, será condenado a muerte, o a destierro, o a una multa pecuniaria, o al menos a cárcel.
I Esd 7:27 Bendito sea el Señor Dios de nuestros padres, el cual puso este pensamiento en el corazón del rey para gloria de la casa del Señor que está en Jerusalén ;
I Esd 7:28 y me dio prendas de su misericordia para delante del rey, y de sus consejeros, y de todos los grandes cortesanos del rey. Y confortado yo por la mano del Señor mi Dios, que me asistía, junté a los principales de Israel para que se viniesen conmigo.
I Esd 7:28 y me dio prendas de su misericordia para delante del rey, y de sus consejeros, y de todos los grandes cortesanos del rey. Y confortado yo por la mano del Señor mi Dios, que me asistía, junté a los principales de Israel para que se viniesen conmigo.
I Esd 8:1 Estos son, pues, los príncipes de las familias y la genealogía de los que vinieron conmigo de Babilonia en el reinado del rey Artajerjes:
I Esd 8:22 Pues tuve vergüenza de pedir al rey escolta de soldados de a caballo, que nos defendiera de los enemigos en el viaje; porque habíamos dicho al rey: La mano de nuestro Dios asiste a todos aquellos que le buscan con sinceridad; y su imperio, y su poder, y su indignación se hacen sentir de todos los que le abandonan.
I Esd 8:22 Pues tuve vergüenza de pedir al rey escolta de soldados de a caballo, que nos defendiera de los enemigos en el viaje; porque habíamos dicho al rey: La mano de nuestro Dios asiste a todos aquellos que le buscan con sinceridad; y su imperio, y su poder, y su indignación se hacen sentir de todos los que le abandonan.
I Esd 8:25 y les entregué por peso el oro y la plata, y los vasos consagrados a la casa de nuestro Dios, ofrecidos por el rey, y sus consejeros, y magnates, y por todos los israelitas que se habían hallado allí.
I Esd 8:36 En fin, presentaron los edictos del rey a los sátrapas de su corte y a los gobernadores de la otra parte del río, los cuales favorecieron al pueblo y a la casa de Dios.
I Esd 9:9 porque esclavos éramos; mas en medio de nuestra esclavitud no nos ha desamparado nuestro Dios; antes bien ha inclinado a misericordia, para con nosotros, al rey de Persia, a fin de que éste nos diese la vida concediéndonos la libertad, y ensalzase la casa de nuestro Dios, y reparase sus ruinas, y nos diese acogida segura en Judá y en Jerusalén .
II Esd 1:1 Palabras o sucesos de Nehemías, hijo de Helcías. El año vigésimo, el mes de Casleu, me hallaba yo con el rey en el alcázar de Susa.
II Esd 1:11 Te ruego, Señor, que prestes atención a la oración de tu siervo y a las súplicas de tus siervos; los cuales están resueltos a temer y venerar tu Nombre; y dirige hoy a tu siervo, y haz que halle misericordia en los ojos de este varón insigne. Era yo el copero del rey.
II Esd 2:1 Sucedió, pues, el mes de Nisán, el año vigésimo del reinado de Artajerjes, que traído el vino delante del rey, tomé yo la copa, y se la serví; mas estaba yo triste en su presencia.
II Esd 2:2 Y me dijo el rey: ¿Por qué está melancólico tu semblante, no estando como no estás enfermo? No es esto sin motivo; tú maquinas alguna cosa mala en tu corazón. Se apoderó entonces de mí un temor gran-de,
II Esd 2:3 y respondí al rey: Oh rey, sea tu vida eterna, ¿cómo no ha de estar melancólico mi semblante cuando la ciudad, lugar de los sepulcros de mis padres, está desierta, y consumidas sus puertas por las llamas?
II Esd 2:3 y respondí al rey: Oh rey, sea tu vida eterna, ¿cómo no ha de estar melancólico mi semblante cuando la ciudad, lugar de los sepulcros de mis padres, está desierta, y consumidas sus puertas por las llamas?
II Esd 2:4 Y me dijo el rey: ¿Qué es lo que pretendes? Y yo, encomendándome al Dios del cielo,
II Esd 2:5 respondí al rey: Si el rey lo tiene a bien, y si tu siervo ha hallado la gracia en tus ojos, envíame a Judea, a la ciudad en donde está el sepulcro de mi padre, y yo la reedificaré.
II Esd 2:5 respondí al rey: Si el rey lo tiene a bien, y si tu siervo ha hallado la gracia en tus ojos, envíame a Judea, a la ciudad en donde está el sepulcro de mi padre, y yo la reedificaré.
II Esd 2:6 A lo que me dijeron el rey y la reina, la cual estaba sentada a su lado: ¿En cuánto tiempo harás tu viaje y podrás volver? Le dije el tiempo; y mostró el rey alegrarse, y me dio licencia.
II Esd 2:6 A lo que me dijeron el rey y la reina, la cual estaba sentada a su lado: ¿En cuánto tiempo harás tu viaje y podrás volver? Le dije el tiempo; y mostró el rey alegrarse, y me dio licencia.
II Esd 2:7 Mas yo dije al rey: Si es del agrado del rey, déme cartas para los gtobernadores del país del otro lado del río, para que me concedan paso hasta llegar a Judea;
II Esd 2:7 Mas yo dije al rey: Si es del agrado del rey, déme cartas para los gtobernadores del país del otro lado del río, para que me concedan paso hasta llegar a Judea;
II Esd 2:8 y también otra carta para Asaf, guarda de los reales bosques, a fin de que me suministre maderas para construir las puertas de la torre del templo, y los muros de la ciudad, y la casa en que habré de habitar. Me lo otorgó el rey, porque estaba a mi favor la benéfica mano de Dios.
II Esd 2:9 Con eso llegué a los gobernadores del territorio de la otra parte del río, y les di las cartas del rey. Había el rey enviado conmigo oficiales de guerra y gente de a caballo.
II Esd 2:9 Con eso llegué a los gobernadores del territorio de la otra parte del río, y les di las cartas del rey. Había el rey enviado conmigo oficiales de guerra y gente de a caballo.
II Esd 2:10 Luego que lo supieron Sanaballat horonita, y Tobías amonita, criado del rey, tuvieron grandísimo pesar de que hubiese llegado un hombre que procurase la prosperidad de los hijos de Israel.
II Esd 2:14 De allí pasé a la puerta de la fuente de Siloé y al acueducto del rey; y ya no había camino por donde pudiese pasar la caballería en que iba.
II Esd 2:18 Al mismo tiempo les hice ver cómo estaba a favor mío la benéfica mano de mi Dios, y les referí las palabras que el rey me había dicho, y concluí: Ea, vamos y emprendamos la obra. Con esto ellos cobraron vigor para ponerla en ejecución.
II Esd 2:19 Enterados Sanaballat horonita, y Tobías amonita, criado del rey, y Gosem el árabe, nos silbaron y escarnecieron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis? ¿Os queréis acaso rebelar contra el rey?
II Esd 2:19 Enterados Sanaballat horonita, y Tobías amonita, criado del rey, y Gosem el árabe, nos silbaron y escarnecieron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis? ¿Os queréis acaso rebelar contra el rey?
II Esd 3:15 La puerta de la Fuente la construyó Sellum, hijo de Coloza, prefecto del cuartel de Masfa; él la concluyó y puso sus arquitrabes, y asentó las puertas y cerrojos, y barras, y reedificó la muralla desde la piscina de Siloé hasta el huerto del rey, y hasta la gradería por la cual se4 baja de la ciudad de David.
II Esd 3:25 Falel, hijo de Ozi, edificó enfrente de la vuelta, y de la torre, que se eleva por encima de la casa del rey, esto es, edificó a lo largo del patio de la cárcel; después de este Fadaías, hijo de Farós.
II Esd 5:14 Por lo que hace a mí, desde el día aquel en que me mandó el rey que fuese gobernador de la tierra de Judá, desde el año veinte hasta el treinta y dos del rey Artajerjes, por espacio de doce años, ni yo, ni mis hermanos hemos recibido los alimentos o salarios debidos a los gobernadores;
II Esd 5:14 Por lo que hace a mí, desde el día aquel en que me mandó el rey que fuese gobernador de la tierra de Judá, desde el año veinte hasta el treinta y dos del rey Artajerjes, por espacio de doce años, ni yo, ni mis hermanos hemos recibido los alimentos o salarios debidos a los gobernadores;
II Esd 6:6 Se ha divulgado entre las gentes, y Gosem lo dice públicamente, que tú y los judíos intentáis rebelaros, y que a este fin reedificas las murallas, y pretendes alzarte rey sobre ellos; por cuyo motivo
II Esd 6:7 tienes destinados profetas que ensalcen tu nombre en Jerusalén , y digan: El es el rey de Judea. Estas cosas llegarán a oídos del rey; por lo mismo ven pronto, para que consultemos juntos sobre el asunto.
II Esd 6:7 tienes destinados profetas que ensalcen tu nombre en Jerusalén , y digan: El es el rey de Judea. Estas cosas llegarán a oídos del rey; por lo mismo ven pronto, para que consultemos juntos sobre el asunto.
II Esd 7:6 Estos son los naturales de la provincia de Judea, que han vuelto del cautiverio, adonde habían sido llevados por Nabucodonosor, rey de Babilonia, y han regresado a Jerusalén y a la Judea, cada uno a su ciudad.
II Esd 8:9 Y Nehemías (que es el mismo Atersata o copero del rey), y Esdras sacerdote y escriba, y los levitas, queinterpretaban la ley a todo el pueblo, dijeron: Este día está consagrado al Señor Dios nuestro; no gimáis, ni lloréis. Porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley.
II Esd 9:22 Y los hiciste dueños de reinos y pueblos, y se los repartiste por suertes; y así poseyeron el país de Sehón, el país del rey de Hesebón, y el país de Og, rey de Basaán.
II Esd 9:22 Y los hiciste dueños de reinos y pueblos, y se los repartiste por suertes; y así poseyeron el país de Sehón, el país del rey de Hesebón, y el país de Og, rey de Basaán.
II Esd 9:32 Ahora pues, oh Dios nuestro, Dios grande, fuerte y terrible, que guardas el pacto y la misericordia, no apartes los ojos, compadécete de todos los trabajos que han llovido sobre nosotros, sobre nuestros reyes, y nuestros príncipes, y nuestros sacerdotes, y nuestros profetas, y nuestros padres, y sobre tu pueblo todo, desde el tiempo del rey de Asiria, que nos llevó cautivos, hasta el día de hoy.
II Esd 9:36 Y he aquí que nosotros mismos somos hoy esclavos; y en esta tierra que diste a nuestros padres para que comiesen el pan y los frutos de ella, en ella misma nos hallamos siervos del rey de Babilonia.
II Esd 11:23 porque había acerca de ellos un reglamento del rey David, y estaba fijado día por día el orden que debía observarse entre los cantores.