II Par 30:4
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Fue esta resolución muy del agrado del rey y de toda la muchedumbre.
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II Par 30:6
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En efecto, salieron correos por orden del rey y de sus magnates, con cartas circulares para todo Israel y Judá; en las cuales, conforme a lo mandado por el rey, se decía: Hijos de Israel, convertíos al Señor, Dios de Abrahán, y de Isaac, y de Israel, y él acogerá las reliquias que han escapado del poder del rey de los asirios.
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II Par 30:6
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En efecto, salieron correos por orden del rey y de sus magnates, con cartas circulares para todo Israel y Judá; en las cuales, conforme a lo mandado por el rey, se decía: Hijos de Israel, convertíos al Señor, Dios de Abrahán, y de Isaac, y de Israel, y él acogerá las reliquias que han escapado del poder del rey de los asirios.
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II Par 30:6
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En efecto, salieron correos por orden del rey y de sus magnates, con cartas circulares para todo Israel y Judá; en las cuales, conforme a lo mandado por el rey, se decía: Hijos de Israel, convertíos al Señor, Dios de Abrahán, y de Isaac, y de Israel, y él acogerá las reliquias que han escapado del poder del rey de los asirios.
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II Par 30:12
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Al contrario, en Judá obró la mano del Señor, dándoles a todos un mismo corazón para obedecer la palabra del Señor, conforme a la orden del rey y de los príncipes.
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II Par 30:24
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Porque Ezequías , rey de Judá, había dado para aquel gentío mil toros y siete mil ovejas; para el cual los príncipes o magnates habían añadido mil toros y diez mil ovejas; por lo que se purificó un gran número de sacerdotes.
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II Par 30:26
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En suma, fue grande esta solemnidad que se celebró en Jerusalén , y cual no se había visto semejante en aquella ciudad desde el tiempo de Salomón , hijo de David, rey de Israel.
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II Par 31:3
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Corría de cuenta del rey suministrar el holocausto perpetuo, que siempre se ofrece por mañana y tarde; como también los que se ofrecen los sábados, y calendas, y demás fiestas solemnes, como está escrito en la ley de Moisés.
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II Par 31:13
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Y después de éste a Jahiel, y a Azarías, y a Nahat, y a Asael, y a Jerimot, y a Jozabad, y a Eliel, y a Jesmaquías y a Mahat, y a Banaías, que fueron los administradores bajo las órdenes de Conenías, y de Semei, su hermano, por mandato del rey Ezequías , y de Azarías, sumo sacerdote de la casa de Dios, a quienes se daba cuenta de todo.
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II Par 32:1
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Después de estas cosas, y de tanta fidelidad de Ezequías , sobrevino Sennaquerib, rey de los asirios; y entrándose por las tierras de Judá, puso sitio a las ciudades fuertes para apoderarse de ellas.
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II Par 32:7
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Portaos con valor, y cobrad bríos. No temáis, ni tengáis miedo del rey de los asirios, ni de todo el gentío que viene con él; porque muchos más están por nuestra parte que por la suya.
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II Par 32:8
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Pues él tiene consigo un brazo de carne; pero con nosotros está el Señor Dios nuestro, el cual es nuestro defensor, y pelea por nosotros. Al oír el pueblo estas palabras de Ezequías , rey de Judá, cobró gran aliento.
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II Par 32:9
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Pasadas estas cosas, Sennaquerib, rey de los asirios (estando con todo su ejército sitiando a Laquís) envió sus mensajeros a Jerusalén a decir a Ezequías , rey de Judá, y a todo el pueblo que se hallaba en la ciudad:
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II Par 32:9
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Pasadas estas cosas, Sennaquerib, rey de los asirios (estando con todo su ejército sitiando a Laquís) envió sus mensajeros a Jerusalén a decir a Ezequías , rey de Judá, y a todo el pueblo que se hallaba en la ciudad:
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II Par 32:10
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Esto dice Sennaquerib, rey de los asirios: ¿En quién ponéis vuestra confianza para manteneros así cercados en Jerusalén ?
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II Par 32:11
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¿Acaso os tiene engañados Ezequías para dejaros morir de hambre y de sed, con aseguraros que el Señor, vuestro Dios, os librará de las manos del rey de los asirios?
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II Par 32:20
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Pero el rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amós, hicieron oración contra este blasfemador, y alzaron sus clamores hasta el cielo.
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II Par 32:21
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Y envió el Señor un ángel, que mató a todos los hombres fuertes y belicosos, y al general del ejército de Sennaquerib, rey de los asirios; el cual se volvió a su tierra cubierto de ignominia. Y habiendo entrado en el templo de su dios, lo atravesaron con la espada sus propios hijos.
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II Par 32:22
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De esta suerte salvó el Señor a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén , de las manos de Sennaquerib, rey de los asirios, y de las manos de los demás enemigos, y les dio paz por todas partes.
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II Par 32:23
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Y muchos ofrecían también víctimas para los sacrificios del Señor en Jerusalén , y presentes a Ezequías , rey de Judá; el que de allí en adelante gozó de gran consideración entre las naciones todas.
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II Par 33:11
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por eso hizo que viniesen sobre ellos los generales del ejército del rey de los asirios, los cuales hicieron prisionero a Manasés, y atado con cadenas y grillos lo llevaron a Babilonia.
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II Par 33:25
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Entonces todo el resto del pueblo, ajusticiados aquellos que habían muerto a Amón, proclamó por rey en su lugar a Josías, su hijo.
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II Par 34:16
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Llevó éste el libro al rey, y dándole cuenta, dijo: Todo lo que has encargado al cuidado de tus siervos, se va concluyendo.
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II Par 34:18
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Además de esto me ha entregado Helcías, sumo sacerdote, este libro. Y habiéndolo él leído en presencia del rey,
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II Par 34:20
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y dio orden a Helcías, y a Ahicam, hijo de Safán, y a Abdón, hijo de Mica, y a Safán, secretario, y a Asaas, criado o ministro del rey diciendo:
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II Par 34:22
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Fue, pues, Helcías, junto con los enviados del rey, a encontrar a Olda, profetisa, mujer de Sellum, hijo de Tecuat, hijo de Hasra, guardarropa; la cual moraba en Jerusalén , en la segunda ciudad, y le refirieron las palabras que arriba mencionamos.
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II Par 34:24
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Así ha hablado el Señor: He aquí que yo enviaré sobre este lugar y sobre sus moradores las calamidades y todas las maldiciones escritas en ese libro que se ha leído delante del rey de Judá;
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II Par 34:26
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Al rey de Judá que os ha enviado para que yo ruegue al Señor, le diréis: Esto dice el Señor Dios de Israel: Ya que por haber oído las palabras del libro,
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II Par 34:28
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Porque bien pronto te reuniré con tus padres, y serás colocado en paz en tu sepulcro; y no verán tus ojos todos los males que yo descargaré sobre este lugar y sobre sus habitantes. Se volvieron, pues, y dieron cuenta al rey de todo cuanto ella había dicho.
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II Par 34:29
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Entonces el rey, convocando a todos los ancianos o senadores de Judá, y de Jerusalén ,
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II Par 34:30
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subió al templo del Señor, acompañado de todos los varones de Judá, y de los moradores de Jerusalén , de los sacerdotes y levitas, y de todo el pueblo, grandes y pequeños. Y estando todos con atención en el templo del Señor, leyó el rey el libro palabra por palabra.
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II Par 35:3
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Dijo también a los levitas, por cuyas instrucciones se sacrificaba todo Israel para el culto del Señor: Colocad otra vez el arca en el Santuario del templo, edificado por Salomón , hijo de David, rey de Israel, porque ya no la tendréis que llevar más de una a otra parte. Ahora, pues, servid al Señor Dios vuestro y a su pueblo de Israel;
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II Par 35:4
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y estad apercibidos casa por casa, y familia por familia, según la distribución hecha de cada uno de vosotros, así como lo ordenó David, rey de Israel, y dejó por escrito su hijo Salomón .
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II Par 35:7
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Además de esto Josías dio a todo el pueblo que se halló allí en la solemnidad de la Pascua , corderos y cabritos de los rebaños, y otras reses, hasta treinta mil, y asimismo tres mil bueyes; todo esto lo dio el rey de su hacienda.
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II Par 35:10
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Preparado todo lo necesario para la función, los sacerdotes estuvieron prontos a su oficio, e igualmente los levitas divididos en sus compañías, conforme al mandato del rey.
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II Par 35:15
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Entretanto los cantores, hijos de Asaf, estaban en su coro, conforme a lo dispuesto por David, y por Asaf, y Hemán, e Iditún, profetas del rey; y los porteros estaban de guardia en cada una de las puertas sin apartarse ni por un instante de su ministerio; por eso sus hermanos los levitas les aparejaron también la comida.
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II Par 35:16
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De esta suerte se cumplió, según rito, con todo el culto del Señor en aquel día, celebrando la Pascua , y ofreciendo los holocaustos sobre el altar del Señor, conforme a la orden del rey Josías.
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II Par 35:20
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Después de haber Josías restaurado el templo, Necao, rey de Egipto, salió a campaña para sitiar a Carcamis, contigua al Eufrates; y Josías marchó contra él.
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II Par 35:21
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Pero Necao envió a decirle por sus embajadores: ¿Qué motivo hay de disensión entre nosotros dos, oh rey de Judá? Yo no vengo ahora a pelear contra ti, sino contra otra casa, contra la cual Dios me ha mandado salir a toda prisa; deja, pues, de oponerte a Dios, el cual está conmigo; no sea que el Señor te quite la vida.
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II Par 36:1
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Entonces el pueblo de la tierra tomó a Joacaz, cuarto hijo de Josías, y lo alzó por rey de Jerusalén , en lugar de su padre.
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II Par 36:3
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Porque el rey de Egipto, viniendo a Jerusalén lo depuso, y multó al país en cien talentos de plata y un talento de oro;
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II Par 36:4
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y en lugar de él estableció por rey sobre Judá y Jerusalén a su hermano Eliakim primogénito de Josías, cambiándole el nombre en el de Joakim; y se llevó consigo a Joacaz, y lo condujo a Egipto.
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II Par 36:6
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Contra éste vino Nabucodonosor, rey de los caldeos, y lo llevó atado con cadenas a Babilonia,
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II Par 36:10
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Corriendo el año, envió el rey Nabucodonosor sus gentes a prenderlo y lo llevaron a Babilonia, transportando al mismo tiempo los vasos más preciosos del templo del Señor. E hizo rey de Judá y de Jerusalén a Sedecías, su tío paterno.
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II Par 36:10
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Corriendo el año, envió el rey Nabucodonosor sus gentes a prenderlo y lo llevaron a Babilonia, transportando al mismo tiempo los vasos más preciosos del templo del Señor. E hizo rey de Judá y de Jerusalén a Sedecías, su tío paterno.
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II Par 36:13
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Se rebeló, además contra el rey Nabucodonosor, que le había hecho prestar juramento de fidelidad en el nombre de Dios; y endureció su cerviz y su corazón, para no convertirse al Señor Dios de Israel.
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II Par 36:17
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Porque trajo contra ellos al rey de los caldeos, que pasó a cuchillo a sus jóvenes en la casa de su santuario. No tuvo compasión del mancebo, ni de la virgen, ni del anciano, ni aun del inválido; a todos los entregó Dios en sus manos.
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II Par 36:18
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Y transportó a Babilonia todos los vasos de la casa del Señor tanto los grandes como los pequeños, y los tesoros del templo, y del rey, y de los magnates.
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II Par 36:20
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Si alguno pudo escapar del cuchillo, llevado a Babilonia, fue esclavo del rey y de sus hijos, hasta que tuvo el imperio Ciro, el rey de los persas,
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II Par 36:20
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Si alguno pudo escapar del cuchillo, llevado a Babilonia, fue esclavo del rey y de sus hijos, hasta que tuvo el imperio Ciro, el rey de los persas,
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