II Rey 11:19
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dando esta orden al correo: Luego que hubieres acabado de referir al rey cuanto ha pasado en el ejército,
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II Rey 12:7
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Dijo entonces Natán a David: Ese hombre eres tú. Esto es lo que dice el Señor Dios de Israel: Yo te ungí rey de Israel, y te libré de la mano de Saúl.
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II Rey 12:30
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Y quitó de la cabeza de su rey la corona, que pesaba un talento de oro, y tenía piedras preciosísimas; la cual fue puesta sobre la cabeza o trono de David. Además de esto, llevó de la ciudad muchísimos despojos.
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II Rey 13:6
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Se puso, pues, Amnón en cama, y empezó a fingirse enfermo; y habiendo venido el rey a visitarlo, le dijo Amnón: Te ruego que venga a verme mi hermana Tamar, y que a presencia mía me haga un par de hojuelas, que coma yo de su mano.
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II Rey 13:13
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porque yo no podré sufrir mi oprobio, y tú serás tenido por un insensato en Israel. Mejor será que hables al rey para casarme contigo, que no rehusará entregarme a ti.
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II Rey 13:18
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Estaba Tamar vestida de una ropa talar de varios colores, traje que acostumbraban a usar las doncellas hijas del rey. El criado, pues, de Amnón la hizo salir fuera del aposento, y cerró tras ella la puerta.
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II Rey 13:23
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Al cabo de dos años acaeció que Absalón hacía el esquileo de sus ovejas en Baalasor, que está cerca de la ciudad de Efraín o Efrem, y convidó Absalón a todos los hijos del rey.
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II Rey 13:24
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A este fin fue a ver al rey y le dijo: Te hago presente que esquilan las ovejas de tu siervo; venga, pues, te suplico, el rey con sus criados a la casa de su siervo.
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II Rey 13:24
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A este fin fue a ver al rey y le dijo: Te hago presente que esquilan las ovejas de tu siervo; venga, pues, te suplico, el rey con sus criados a la casa de su siervo.
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II Rey 13:25
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Respondió el rey a Absalón: No quieras pretender que vayamos todos, pues te sería muy costoso. Y como le hiciese nuevas instancias, David rehusó siempre ir, y le echó su bendición.
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II Rey 13:26
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Mas Absalón replicó: Ya que tú no quieres venir, venga, te suplico, con nosotros a lo menos mi hermano Amnón. Le dijo el rey: No hay necesidad de que vaya contigo.
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II Rey 13:27
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Al fin le importunó tanto Absalón, que dejó ir con él a Amnón con todos sus hermanos. El convite que Absalón tenía dispuesto era como un banquete de un rey.
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II Rey 13:30
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Estando todavía en el camino, llegó a oídos de David el rumor de que Absalón había asesinado a todos los hijos del rey, sin quedar ni siquiera uno solo.
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II Rey 13:31
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Se levantó al instante el rey, y rasgó sus vestidos, se postró sobre la tierra; y se rasgaron asimismo los vestidos de los criados que le asistían.
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II Rey 13:32
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Entonces Jonadab, hijo de Semmaa, hermano de David, dijo al rey: No se imagine el rey mi señor que hayan sido asesinados todos los hijos del rey; sólo Amnón es el que ha perecido; porque Absalón tenía jurado perderle desde el día que violó a Tamar, hermana suya.
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II Rey 13:32
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Entonces Jonadab, hijo de Semmaa, hermano de David, dijo al rey: No se imagine el rey mi señor que hayan sido asesinados todos los hijos del rey; sólo Amnón es el que ha perecido; porque Absalón tenía jurado perderle desde el día que violó a Tamar, hermana suya.
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II Rey 13:32
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Entonces Jonadab, hijo de Semmaa, hermano de David, dijo al rey: No se imagine el rey mi señor que hayan sido asesinados todos los hijos del rey; sólo Amnón es el que ha perecido; porque Absalón tenía jurado perderle desde el día que violó a Tamar, hermana suya.
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II Rey 13:33
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No piense, pues, ni dé crédito el rey mi señor a esa voz que corre de que todos los hijos del rey han sido asesinados; porque sólo Amnón es el que ha muerto.
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II Rey 13:33
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No piense, pues, ni dé crédito el rey mi señor a esa voz que corre de que todos los hijos del rey han sido asesinados; porque sólo Amnón es el que ha muerto.
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II Rey 13:35
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Dijo entonces Jonadab al rey: Mira allí muchos hijos del rey; conforme a lo que ha dicho tu siervo, así ha sucedido.
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II Rey 13:35
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Dijo entonces Jonadab al rey: Mira allí muchos hijos del rey; conforme a lo que ha dicho tu siervo, así ha sucedido.
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II Rey 13:36
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Apenas acabó de hablar, cuando se dejaron ver también los hijos del rey; y luego que llegaron, alzaron el grito y echaron a llorar. Se deshacían asimismo el rey y todos sus criados.
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II Rey 13:36
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Apenas acabó de hablar, cuando se dejaron ver también los hijos del rey; y luego que llegaron, alzaron el grito y echaron a llorar. Se deshacían asimismo el rey y todos sus criados.
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II Rey 13:37
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Absalón huyó y fue a refugiarse en casa de Tolomai, hijo de Ammiud, rey de Gesur. Y David lloraba continuamente a su hijo.
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II Rey 13:39
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Al cabo el rey David dejó de perseguir a Absalón por habérsele templado la pena de muerte de Amnón.
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II Rey 14:1
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Advirtiendo, pues, Joab, hijo de Sarvia, que el corazón del rey se inclinaba ya a Absalón,
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II Rey 14:3
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Y te presentarás ante el rey y le dirás esto y esto. Y la instruyó Joab en todo lo que había de decir.
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II Rey 14:4
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Así, pues, presentándose la mujer de Tecua al rey, se postró en tierra delante de él, y haciéndole profunda reverencia le dijo: ¡Oh rey, sálvame!
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II Rey 14:4
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Así, pues, presentándose la mujer de Tecua al rey, se postró en tierra delante de él, y haciéndole profunda reverencia le dijo: ¡Oh rey, sálvame!
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II Rey 14:5
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Le dijo el rey: ¿Qué es lo que tienes? ¡Ay de mí!, respondió ella, soy una mujer viuda; pues se me ha muerto mi marido.
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II Rey 14:8
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Respondió el rey a la mujer: Vete a tu casa, que yo daré providencia en favor tuyo.
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II Rey 14:9
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Replicó la mujer tecuita al rey: Recaiga sobre mí la culpa, oh rey y señor mío, y sobre la casa de mi padre; y queden sin ella el rey y su trono.
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II Rey 14:9
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Replicó la mujer tecuita al rey: Recaiga sobre mí la culpa, oh rey y señor mío, y sobre la casa de mi padre; y queden sin ella el rey y su trono.
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II Rey 14:9
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Replicó la mujer tecuita al rey: Recaiga sobre mí la culpa, oh rey y señor mío, y sobre la casa de mi padre; y queden sin ella el rey y su trono.
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II Rey 14:10
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Dijo el rey: Si alguno se metiere contigo, hazlo venir delante de mí, que no se atreverá a incomodarte más.
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II Rey 14:11
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Añadió ella: Por el Señor Dios suyo, pido al rey que reprima con su autoridad la multitud de parientes que quieren vengar con la muerte de mi hijo la sangre del difunto, y haga que no le maten de manera alguna. Le dijo el rey: Vive Dios que no caerá ni un cabello de tu hijo.
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II Rey 14:11
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Añadió ella: Por el Señor Dios suyo, pido al rey que reprima con su autoridad la multitud de parientes que quieren vengar con la muerte de mi hijo la sangre del difunto, y haga que no le maten de manera alguna. Le dijo el rey: Vive Dios que no caerá ni un cabello de tu hijo.
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II Rey 14:12
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Dijo entonces la mujer: Permita mi rey y señor que esta sierva le hable una palabra. Habla, respondió el rey.
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II Rey 14:12
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Dijo entonces la mujer: Permita mi rey y señor que esta sierva le hable una palabra. Habla, respondió el rey.
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II Rey 14:13
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Dijo, pues la mujer: ¿Cómo señor, has pensado tú hacer lo mismo en daño del pueblo de Dios? y ¿por qué ha resuelto el rey hacer ese mal, en lugar de hacer volver a su hijo del destierro?
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II Rey 14:15
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Por esto, pues, he venido yo ahora a proponer a mi rey y señor esta súplica en presencia del pueblo. Porque dijo tu sierva: Hablaré al rey, a ver si de algún modo puedo obtener la gracia que le pediré.
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II Rey 14:15
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Por esto, pues, he venido yo ahora a proponer a mi rey y señor esta súplica en presencia del pueblo. Porque dijo tu sierva: Hablaré al rey, a ver si de algún modo puedo obtener la gracia que le pediré.
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II Rey 14:16
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En efecto, el rey me la ha otorgado, librando a su sierva de las manos que todos aquellos que intentaban exterminarnos a mí y a mi hijo de la heredad o pueblo de Dios.
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II Rey 14:17
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Con que bien podrá suplicar tu esclava que la palabra del rey mi señor a favor de mi hijo, se cumpla a favor de Absalón, como un sacrificio acepto a Dios; porque mi señor rey es como un ángel de Dios, que no se mueve ni por bendiciones o aplausos , ni por maldiciones. De aquí es que el Señor Dios tuyo está contigo.
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II Rey 14:17
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Con que bien podrá suplicar tu esclava que la palabra del rey mi señor a favor de mi hijo, se cumpla a favor de Absalón, como un sacrificio acepto a Dios; porque mi señor rey es como un ángel de Dios, que no se mueve ni por bendiciones o aplausos , ni por maldiciones. De aquí es que el Señor Dios tuyo está contigo.
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II Rey 14:18
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A lo que respondió el rey a la mujer: No me ocultes nada de lo que voy a preguntarte. Y ella: Hablad mi rey y señor.
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II Rey 14:18
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A lo que respondió el rey a la mujer: No me ocultes nada de lo que voy a preguntarte. Y ella: Hablad mi rey y señor.
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II Rey 14:19
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¿No es verdad, prosiguió el rey, que todo lo que me has dicho es cosa dispuesta por Joab? Respondió la mujer, y dijo: Por vida tuya (que Dios conserve), oh mi rey y señor, que has dado directamente en el blanco; pues realmente tu siervo Joab es el mismo que me lo ha mandado, y el que ha puesto en boca de tu sierva todas las palabras que te ha dicho.
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II Rey 14:19
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¿No es verdad, prosiguió el rey, que todo lo que me has dicho es cosa dispuesta por Joab? Respondió la mujer, y dijo: Por vida tuya (que Dios conserve), oh mi rey y señor, que has dado directamente en el blanco; pues realmente tu siervo Joab es el mismo que me lo ha mandado, y el que ha puesto en boca de tu sierva todas las palabras que te ha dicho.
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II Rey 14:20
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La parábola de que me he valido, quien la ha dispuesto ha sido tu siervo Joab. Mas tú, oh rey mi señor, eres sabio como lo es un ángel de Dios, para entender todas las cosas del mundo.
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