L que observa la ley puede decirse que hace muchas oblaciones a Dios.
Porque sacrificio de salud es guardar los mandamientos y alejarse de toda iniquidad.
Y apartarse de la injusticia es como ofrecer un sacrificio de propiciación por las injusticias cometidas, y remover la pena merecida por los pecados.
Tributa gracias a Dios el que le ofrece la flor de harina; así el que hace obras de misericordia le ofrece también un sacrificio.
Lo que agrada al Señor es huir de la iniquidad; y la expiación de los pecados debe empezar por alejarse de la injusticia.
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No comparezcas en la presencia del Señor con las manos vacías;
porque todas estas cosas se hacen por mandamiento de Dios.
La oblación del justo es como víctima escogida que engrasa el altar, y es un olor suave en la presencia del Altísimo.
Grato es el sacrificio del justo, y no se olvidará de él el Señor.
Da con alegre corazón gloria a Dios; y no disminuyas las primicias de tus fatigas.
Todo lo que das, dalo con semblante alegre y consagra tus diezmos con regocijo.
Retribuye al Altísimo a proporción de lo que te ha dado, y preséntale con alegría ofrendas, según tus facultades.
Porque el Señor es remunerador, y te devolverá siete veces más.
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No le ofrezcas dones defectuosos; porque no le serán gratos.
Y no cuentes para nada un sacrificio injusto; porque el Señor es juez, y no tiene miramiento a la dignidad de las personas.
No hace el Señor diferencia de personas en perjuicio del pobre; y escucha las plegarias del injuriado.
No desechará los ruegos del huérfano; ni tampoco a la viuda que le habla con sus suspiros.
Las lágrimas de la viuda, que corren por sus mejillas, ¿no son por ventura otros tantos clamores contra aquel que se las hace derramar?
Desde las mejillas suben hasta el cielo, y el Señor que la escucha no las verá sin irritarse.
Quien adora o sirve a Dios con buena voluntad, será protegido, y su oración llegará hasta más allá de las nubes.
La oración del humilde o afligido traspasará las nubes, y no reposará hasta acercarse al Altísimo; del cual no se apartará hasta cuando incline hacia él los ojos.
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Y el Señor no dará largas, sino que vengará a los justos, y hará justicia, y el fortísimo no sufrirá más a sus opresores, sino que con tribulaciones quebrantará su espinazo;
y a las naciones les dará su merecido, hasta aniquilar la multitud de los soberbios, y desmenuzar los cetros de los inicuos;
hasta dar el pago a los hombres según sus méritos, y conforme las obras de cada cual, y su presunción o soberbia;
hasta que haya hecho justicia a su pueblo, y consolado con su misericordia a los justos.
¡Oh cuán amable es la misericordia de Dios en el tiempo de la tribulación! Es como las nubes que se deshacen en agua en tiempo de sequía.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Referencia
Ilustración
Atlas