OS hijos o discípulos de la sabiduría forman la congregación de los justos; y la estirpe o índole de ellos, no es otra cosa que obediencia y amor.
Escuchad, hijos, los preceptos de vuestro padre, y hacedlo así si queréis salvaros.
Porque Dios quiso que el padre sea honrado de los hijos, y vindica y confirma la autoridad de la madre sobre ellos.
Quien ama a Dios alcanzará el perdón de los pecados y se abstendrá de ellos; y será oído siempre que lo ruegue.
Como quien acumula tesoros, así es el que tributa honor a su madre.
Quien honra a su padre, tendrá consuelo en sus hijos, y al tiempo de su oración será oído.
El que honra a su padre, vivirá larga vida; y da consuelo a la madre quien al padre obedece.
Quien teme al Señor, honra a los padres; y sirve, como a sus señores, a los que le dieron el ser.
Honra a tu padre con obras y con palabras, y con toda paciencia;
para que venga sobre ti su bendición, la cual te acompañe hasta el fin.
La bendición del padre afirma las casas de los hijos; pero la maldición de la madre las arruina hasta los cimientos.
No te alabes de aquello que es la afrenta de tu padre, porque no es gloria tuya su ignominia;
puesto que la buena reputación del padre resulta gloria al hombre, y es desdoro del hijo un padre sin honra.
Hijo, alivia la vejez de tu padre, y no le des pesadumbre en su vida;
y si llegare a volverse como un niño, compadécelo, y jamás lo desprecies por tener tú más vigor que él; porque la beneficencia o caridad con el padre no quedará en olvido.
Por sobrellevar los defectos de la madre en su decrepitud recibirás tu recompensa.
Así la justicia será el fundamento de tu casa o edificio; y el día de la tribulación habrá quien se acuerde de ti; y como en un día sereno se deshace el hielo, así se disolverán tus pecados.
¡Oh cuán infame es el que a su padre desampara! ¡Y cómo es maldito de Dios aquel que exaspera a su madre!
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Hijo, has tus cosas con mansedumbre; y sobre ser alabado, serás amado de los hombres.
Cuanto más grande fueres, tanto más debes humillarte en todas las cosas, y hallarás gracia en el acatamiento de Dios.
Porque Dios es el solo grande en poder, y él es honrado de los humildes.
No te metas a inquirir lo que es sobre tu capacidad, ni en escudriñar aquellas cosas que exceden tus fuerzas; piensa siempre en lo que te tiene mandado Dios, y no seas curioso escudriñador de sus muchas obras.
Porque no te es necesario ver por tus ojos los ocultos arcanos de Dios.
No quieras escudriñar con ansia las cosas superfluas, ni indagar curiosamente las muchas obras de Dios.
Porque muchas cosas se te han enseñado que sobrepujan la humana inteligencia.
A muchos sedujo la falsa opinión que formaron de ellas; y sus conjeturas sobre dichas cosas los han tenido en el error.
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El corazón duro lo pasará mal al fin de la vida; y quien ama el peligro perecerá en él.
El corazón que sigue dos caminos no tendrá buen suceso, y el hombre de corazón depravado hallará en ellos su ruina.
El corazón perverso u obstinado se irá cargado de dolores; y el pecador añadirá pecados a pecados.
La reunión de los soberbios es incorregible; porque la planta del pecado se arraigará en ellos, sin que lo adviertan.
El corazón del sabio se deja conocer en la adquisición de la sabiduría, y el oído bien dispuesto escuchará a ésta con sumo anhelo,
El hombre de corazón sabio y prudente se guardará de pecar; y por las obras buenas será prosperado."
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Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Referencia
Ilustración
Atlas