L operario dado al vino no se enriquecerá, y poco a poco se arruinará el que desprecia las cosas pequeñas.
El vino y las mujeres hacen apostatar a los sabios, y desacreditan a los sensatos.
El que se junta con rameras, perderá toda vergüenza; la pus y los gusanos serán, aun en vida, sus herederos; será propuesto por escarmiento, y será borrado del número de los vivientes.
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El que cree de ligero, es de corazón liviano, y padecerá menoscabo. Quien peca, pues, contra su propia alma, será considerado por un hombre ruin.
Infamado será quien se goza en la iniquidad; y se acortará la vida al que odia la corrección; mas el que aborrece la locuacidad sofoca la malicia del murmurador.
Tendrá que arrepentirse el que peca contra su propia alma; y el que se huelga en la malicia, se acarreará la infamia.
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No reportes una palabra maligna y ofensiva, porque no perderás nada.
No cuentes tus ocultos sentimientos indistintamente al amigo y al enemigo; y si has pecado, no lo propales.
Porque te escuchará y se guardará de ti; y aparentando que disculpa tu pecado, te odiará en su interior, y así estará siempre alrededor de ti.
¿Oíste alguna palabra contra tu prójimo? Sepúltala en tu pecho, seguro de que no reventarás por retenerla.
Padece el necio dolores de parto por causa de una palabra secreta que se le ha confiado; como mujer que gime para dar a luz un niño.
Como saeta hincada en un muslo carnoso, así es la palabra en el corazón del necio.
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Corrige al amigo que quizá no obró con mala intención, y dirá: No hice yo eso; pero si lo hizo, a fin de que no lo haga más.
Corrige al prójimo que acaso no habrá dicho tal cosa; y si la hubiere dicho, para que no la diga más.
Corrige al amigo; porque muchas veces se levantan calumnias.
Y no creas todo lo que se cuenta. Tal hay que se desliza en lo que habla; mas no lo dice con mala intención.
¿Pero quién hay que no haya pecado con su lengua? Corrige al prójimo con suavidad, antes de usar de amenazas,
y da lugar al temor del Altísimo que te lo manda, porque toda la sabiduría se encierra en el temor de Dios, y a Dios se teme con ella, y toda sabiduría se ordena al cumplimiento de la ley de Dios.
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Que no es sabiduría el arte de hacer mal; ni es prudencia pensar de los pecadores.
Es una malignidad que va unida con la execración; y es un necio el que está falto de la sabiduría de Dios.
Es preferible aquel hombre a quien falta sagacidad y está privado de ciencia, pero que es timorato, al que es muy entendido, si traspasa la ley del Altísimo.
Hay una sagacidad extremada; mas es sagacidad inicua y diabólica.
Y hay quien discurre bien y con fruto exponiendo la verdad. Hay quien maliciosamente se humilla, mas su corazón está lleno de mentira;
y quien se abate excesivamente con gran sumisión, y quien vuelve la cara y aparenta no ver aquello que es un secreto;
mas si por falta de fuerzas no puede pecar, hallando oportunidad de hacer mal, lo hará.
Por el semblante es conocido el hombre, y por el aire de la cara se conoce el que es juicioso.
La manera de vestir, de reír y de caminar del hombre, dicen lo que él es.
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Es una corrección falsa o indiscreta, cuando uno airado vomita injurias, y forma un juicio que después se halla no ser recto; y hay quien en tal situación calla, y ése es prudente.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Referencia
Ilustración
Atlas